DJ VÖN (2 MIN)🔞⚠️⚠️ 🌈

By Gary2min

6.2K 1.4K 2.1K

Franz Taemin Vön Lee, un DJ joven y talentoso de ascendencia germano-coreana, irradia intriga con su personal... More

1. FRANZ TAEMIN VÖN.
2. MARINE CHOI MINHO
3. VOLKSFEST.
4. MARICÓN
5. DISCULPAS
6. NÁUSEAS
7. GRACIAS
8.SERPIENTE
9. FARSA
10. SENTIMIENTOS ENCONTRADOS.
11.¿CONOCIDOS O ALGO MÁS?
12.BUEN VIAJE
13.GLORY HOLE
14.KAISER
15. ORGÍA
16. HECHIZADO
17.NECESITAMOS HABLAR.
18.MAMADA FALLIDA
19. YA ESTAMOS A MANO
20.LA RECONVERSIÓN
21. TE PERDONO
22.LA ELECCIÓN
23.BISEXUAL
24.INVÍTAME
25.LA VERDAD
26. DE VUELTA AL REDIL
27.¿ERES TÚ?
28.DAME UNA OPORTUNIDAD
29.FELIZ CUMPLEAÑOS SARGENTO
30.UN TRÍO
31.LOCURAS
32. FELIZ AÑO NUEVO
33.FETICHE SEXUAL
34.CARRERAS CLANDESTINAS.
35.RAZZIA*
37.TE AMO. Y YO TE AMO TAMBIÉN
38.LA NOCHE DEL WALPURGIS*(Primera Parte)
39.LA NOCHE DEL WALPURGIS*(Segunda Parte)
40.CELOS QUE MATAN
41.FIN
EPÍLOGO.

36.SAN VALENTÍN

120 29 38
By Gary2min

—¡AYYYYY! Esta maldita pomada arde mucho.

—Pues te aguantas, el médico fue muy claro: si no la usas, se te puede infectar la herida.

—¿Cómo me lastimé?

—¿De verdad no recuerdas nada?

—No.

—¿Qué droga te metiste?

— ¿Droga?

—Sargento, ayer estabas en las nubes cuando te encontré encerrado con una puta Dominatrix.

Minho parpadeó por unos instantes tratando de recordar lo que se suponía que había ingerido, lo que hizo y que en consecuencia lo tenía postrado en esa cama.

—Recuerdo algunas cosas, pero están algo confusas y borrosas. Lo único de lo que estoy seguro es que te estaba buscando para que aclaráramos el malentendido del día de la carrera. Pero todo lo demás está desordenado en mi cerebro. Vi que subías por unas escaleras. Espera, antes de eso hubo algo más. Creo que... ¡sí, una chica!... recuerdo una chica que me besó... yo la empujé... pero... ¡Sí, ella fue la que metió una pastilla en mi boca!... Fue amargo y después dulce... la escupí... ¡Aghhh! ¡Maldita sea, ya no recuerdo más!

Minho se llevó las manos a la cara con frustración y la talló con desesperación por no comprender del todo lo sucedido. —Soy tan estúpido. No dejo de cometer error tras error contigo. Me gustas tanto y me siento a gusto cuando estamos juntos, pero a veces simplemente no comprendo a tiempo lo que haces. Es como si caminaras un paso o dos antes que yo y así no puedo alcanzarte nunca. Parece que estamos compitiendo por ver quién es más arriesgado a la hora del peligro.

Ese desahogo por parte de Minho a Franz no le venía nada bien; al contrario, resultaba una espina clavada que dolía como los mil demonios. Sobre todo, si tomaba en cuenta que la noche anterior había admitido por fin que lo amaba.

Franz tragó grueso y paseó un poco por la habitación con las manos metidas en los bolsillos delanteros de sus vaqueros. Su inteligencia le daba lo suficiente para entender que el Sargento no deseaba más ese tipo de relación. Y que, como mencionó Key, las relaciones abiertas no siempre le funcionaban a todos. Él mismo ya había comenzado a cuestionárselo. Mientras Minho dormía lo que restó de la noche, Franz estuvo despierto y cavilando la situación. 

La duda estaba ahí, puesta encima de todas sus creencias y convicciones de ser un individuo libre de ataduras. De no rendirse ante los encantos de una sola persona. Eso siempre lo vio y lo vivió con sus padres, jamás fue punto de duda o discusión. Simplemente funcionó y seguía funcionando, o al menos eso es lo que él creía. ¿Por qué pensar lo contrario?

—Sargento, me molestan las personas indecisas, las que no están a gusto con algo pero que no se atreven o no saben cómo decirlo. Así que no le des más vueltas a todo esto. Siéntete libre de comentar si no estás de acuerdo en algo.

Íntimamente, Franz se negaba a admitir que su relación solo estuviese basada en el sexo y nada más. Deseaba un poquito de atención por parte de Minho. ¿Ilusionarse tal vez?

"Aquí es donde me dice el clásico ¡No eres tú, soy yo! Mejor será que cada uno siga con su vida... etcétera, etcétera. ¡Una mierda!"   

—Me gustaría que me explicaras un poco más en cuanto a cuales son los límites respecto a una relación abierta. —Propuso Minho.

—¿Cómo?  —La pregunta desconcertó a Franz.

—¿Qué necesito saber exactamente sobre cómo funciona esto que supuestamente tenemos? La verdad es que no lo he comprendido del todo bien. El día de la carrera noté que Jackson y tú habían ido más allá de una simple amistad. Estuviste... ¿cómo decirlo?... risueño, en modo seductor. Pensé que ambos estaban coqueteando para irse a la cama. Y cuando te pregunté qué te había susurrado, me contestaste que algo sobre sexo. 

Por eso deduje que yo debía buscar a alguien para no quedarme allí como un idiota, viendo cómo te marchabas. La verdad es que ni siquiera pensé en la carrera, simplemente quería... quería molestarte y que sintieras lo que yo estaba experimentando.

—¡Jajajajaja, Sargento, ¿estabas celoso?. Te lo pregunté y me mandaste a la mierda. Y para que te enteres, Jackson me preguntó si la tienes grande y qué tan bueno eres en la cama. Mi respuesta fue sí a ambas preguntas, por eso me ruboricé un poco, eso fue todo. Luego, cuando descubrí lo que estabas haciendo en esa camioneta, él me invitó a su departamento y rechacé la oferta. Podría haberme marchado con él, pero en ese momento no quise, me sentí incómodo.

—Por eso mismo quiero saber las reglas. No quiero cometer más estupideces.

—Sargento, en esto no hay reglas propiamente dichas. Además, voy a decir algo que te va a sonar raro pero que es la realidad. Nunca había tenido una pareja antes. Y pensé que podríamos hacer cosas juntos, comenzar a participar ambos en las actividades del otro. Como lo que hicimos en Año Nuevo y cuando estuviste en mi estudio. Me agrada la forma en que interactúas con Kaiser*. 

Yo amo participar en las carreras de motos y tontamente creí que podrían interesarte aunque fuera un poco por cortesía hacia mí, pero ya me dejaste claro que no te interesan mis cosas.

—No, no pienses eso. Te voy a demostrar que estoy arrepentido de haber actuado mal. Mira, tengo un alumno que tiene un barco pequeño y conseguí que me lo preste. Quiero que vayamos a dar un paseo los tres.

—¿Los tres?

—Sí. Tú, Kaiser* y yo. Voy a usar mi uniforme de gala y pienso cumplir mi promesa.

Los ojos de Franz se iluminaron. Eso significaba que tendrían sexo con su traje blanco de botonadura dorada. —¿De verdad harás eso por mí?

—Sí, ¿qué te parece mañana?

—Me encantaría, pero creo que lo mejor será esperar a que te recuperes completamente. Unos días más no importan.

—Gracias Franz, gracias por haberme librado de la cárcel.

—¿Recuerdas eso?

—Solo tengo destellos, pero entiendo que me sacaste del problema. Imagino que sobornaste a los policías.

—Mmm... sobre eso, Sargento. Fue mi papá quien nos sacó del problema. Tuve que decirle que estábamos juntos.

—¡Oh, seguro ahora me odia más! Me he dedicado a joderte la vida.

—¡Shittt! ¡Ni lo pienses! Eres un ser especial que vino a cambiar mi mundo. Me gustas demasiado, Sargento, me pones tan caliente. Y por Armin, ni te preocupes, él solo quiere que yo sea feliz.

—¿Eres feliz conmigo, Franz?

—Por ahora sí, Sargento. Soy muy feliz a pesar de los inconvenientes que hemos tenido.

Minho se quedó todo el fin de semana en el departamento de Franz. No hicieron más que descansar para que las heridas sanaran adecuadamente. El Sargento Kim le dio tres días más para su recuperación, pues Key le contó lo sucedido. En el fondo, se sintió culpable por haberlo mandado a esa fiesta.

  -------------

—Jajajajajaja —reía Kim mientras trataba de masticar una papa.

Jonghyun y Minho se encontraban desayunando como no lo hacían desde hacía mucho tiempo. Ya habían retomado su amistad y cada día se llevaban mejor. Atrás habían quedado los problemas y los malos entendidos entre ellos.

—¿Entonces esa chica se creía una domadora de ranas?

—No te burles, Kim, esa mujer está loca. Las marcas que me hizo difícilmente se borrarán. Gracias a que Franz me encontró a tiempo, no me azotó más veces. La policía llegó mucho después; podría haber sacado sus instintos asesinos.

—Hablando de Franz, mi gatito me comentó que ese día estaba muy preocupado por ti. La verdad, le afectó mucho el amor. ¿No crees?

—Tanto como amor... mmm... no, no creo. Más bien pienso que está algo encariñado. Soy su primera experiencia teniendo pareja.

Jonghyun se quedó mirándolo, su rostro reflejaba incredulidad ante las palabras de Minho. Tomó su tenedor y lo señaló en forma de advertencia.

—Minho, no cierres los ojos a la realidad. Ustedes se aman. Han cambiado tanto desde que se conocieron. Mira que disculparte cuando lo golpeaste, cuidarte en estos días y desafiar a tus padres; eso no lo hubiera hecho el Franz de hace 6 meses. Y tú, mírate, saliste del estupor en el que te metieron esos malditos psicópatas de la granja de reconversión.

—¡Supongo que eso significa que tienes algo de razón!

—¿Algo?  —le reclamó Kim.

—Sí, algo. En lo que te equivocas es respecto a que me ama. Franz es un chico libre que jamás entregará su corazón a nadie, y mucho menos a un hombre aburrido como yo.

—¿Y tú sí lo amas?

—Sí, sí lo amo y no sabes cuánto. Ese chico es el amor de mi vida, y es por eso que acepté la estupidez de la relación libre, pues es la única forma de estar con él.

—¿Sabes lo que pienso, Sargento? Que ustedes son unos necios. Solo espero que no se arrepientan por negar el amor que sienten ambos.

Minho ya no contestó, y Kim no insistió más. Los dos se levantaron de la mesa, tomaron sus charolas y las llevaron a la cocina del cuartel. Luego se despidieron y cada uno se fue a sus actividades. Minho a dar clases y Kim a su oficina.

------------

14 DE FEBRERO

 La nieve se había retirado de Kiel y los días comenzaban a mejorar. Eran ideales para un día en alta mar. La figura esbelta de Franz se destacaba con unos pantalones blancos de pescador y una camiseta a rayas. El sonido de sus sandalias resonaba junto con el clic de las uñas de Kaiser* mientras caminaban por el muelle de madera. Minho los vio acercarse y una sonrisa se dibujó en su rostro; le encantaba pasar tiempo con ellos. Se sentía como parte de una especie de familia, su nueva familia, a la que se estaba adaptando fácilmente.

Franz se agachó para soltar la correa de Kaiser, quien de inmediato, al escuchar el clic del seguro, salió corriendo y se encontró con Minho, lanzando ladridos de felicidad y meneando la cola.

"¡GUAU...GUAU...GUAU!"

Minho se inclinó y acarició la cabeza del perro.   —¡Hola, compañero! ¿Listo para navegar los siete mares?

"¡GUAU...GUAU..."

—Creo que un día ya no querrá volver conmigo.

—¡Oh, no! No pienses eso, él te ama. Lo nuestro es solo amistad.

—¡Sí, claro! ¡Es un traidor!

Kaiser* volteó a mirar a Franz y le ladró como reclamo.  "¡GUAU...GUAU...GUAU!"

—¡JAJAJAJA! —Ambos rieron.

Minho se acercó a Franz, lo rodeó con el brazo y lo besó apasionadamente. —Bienvenidos, guapos.

—Gracias por la invitación, Sargento. Te ves impresionante con tu uniforme de gala. Cada vez que te veo, me excitas.

 Minho sonrió, complacido por las palabras candentes de Franz. Los tres subieron a la embarcación, listos para zarpar y disfrutar de un agradable paseo.

—¡Wow, este barco es hermoso! Deberías tener uno tú mismo, te ves muy bien parado en la cubierta en este momento  —le dijo Franz, acercándose para quedar cerca de Minho.

Luego, le susurró palabras que hicieron vibrar los labios de Minho. —Tendríamos sexo aquí todos los días, guapo.

La lascivia brilló en la mirada de Minho. Aquellas palabras hicieron que su deseo se encendiera por completo. —¿Lo prometes? Mira, está a la venta y tengo algunos ahorros  —  respondió, con un tono sugerente.

Franz abrió los ojos emocionado. —¡Sí, cómpralo! Es digno de ti, Sargento Marine Choi Minho. —exclamó, con entusiasmo.

Minho rodeó la cintura de Franz y lo besó. Franz respondió con gusto, abriendo su boca y entrelazando su lengua con la de Minho. Dios, cómo le encantaba besar a ese hombre. Podría hacerlo siempre y en todas partes. Sin embargo, los mimos fueron interrumpidos por Kaiser*, quien ya había encontrado un lugar para viajar. Lanzó unos ladridos para hacerles saber que estaba listo... "¡GUAU... GUAU... GUAU!"

—¡Hey, amigo! Será mejor que busques otro lugar; ahí podrías caerte  —exclamó Minho.

—¿Crees que deba ponerle la correa?

—No, solo hay que buscarle otro sitio menos peligroso.

Le encontraron un mejor asiento y Kaiser* obedeció como el buen chico que era. La travesía comenzó. Minho sacó el barco del área de muelles con gran maestría. Franz estaba asombrado y al mismo tiempo sintió su pecho inflamado de orgullo. Ver al Sargento parado frente al timón con tal prestancia lo tenía embelesado. Nunca antes se había puesto a pensar en todos los estudios que debían aprender para lograr mover un barco; en ese momento se sintió torpe. ¿Cómo era posible que viviendo en una zona de astilleros y de escuelas para marines, jamás se tomara un minuto para pensar en eso?

Una vez la embarcación estaba fuera de la zona de la marina, realizarían un recorrido por las orillas de Kiel y luego irían un poco más lejos para estar libres de otros navíos y sobre todo de miradas indiscretas.

KIEL

Sargento, has navegado un barco más grande.

—Sí.

—¿Y es más difícil que este?

—Mmm, podría decirse que sí. Pero ese tipo de embarcaciones requieren más personas para navegar. Son varios los responsables de que todo salga bien.

—¡Ohhh! He vivido en la ignorancia total.

—Jajajaja, no te preocupes, me pasó lo mismo con tu música. Desconocía todo y pensaba que era solo ruido.

—Y lo sigues pensando.

—¿Qué? ¡Oh, no! Descubrí que eres un profesional en tu trabajo y además eres todo sensibilidad. Eso te convierte en un gran artista. Compré todos tus discos para conocer al verdadero DJ VÖN, el chico más famoso y mejor pagado de la música Tech House.

Franz sonrió asombrado, eso no se lo esperaba.

—¿Estás bromeando verdad?

—No, Franz, juro que he escuchado cada jodido disco tuyo y lo peor es que me gustan todos. Lo siento, soy masoquista.

—¡SARGENTO!   —Franz le dio un pequeño golpe en el hombro a Minho.

—Jajajajaja.  —Minho volvió a reír burlonamente.

La velocidad del navío aumentó, los rostros de ambos eran salpicados con la brisa del agua salada. Las vistas de la ciudad eran hermosas, Franz estaba cada vez más fascinado. Otro punto más en su contra era que ese viaje ya lo había hecho con sus amigos y no recordaba absolutamente nada. Todo era tan absurdo en su vida. Claro que también era comprensible hasta cierto punto. Su mundo desde niño solo fue la música y lo que rodeaba a esta, en el ambiente en el cual se desarrollaba y convivía: conciertos, ensayos, drogas, alcohol y mucho sexo.

Una hora después, Minho llevó el barco hasta el mar abierto, no se alcanzaba a ver nada de civilización por ningún lado.

—Ven, Franz.  —Minho estiró el brazo para que tomara su mano. Franz tambaleó un poco para alcanzarlo.

—Párate aquí delante de mí. Con tus manos, agarra el timón.

Así lo hizo y Minho se ciñó a la diminuta cintura, restregando su miembro duro en ese trasero, haciendo que Franz se estremeciera de anticipación.

—Ayúdame, Sargento, no sé hacerlo.

—Tú puedes, bebé, yo te cuido. —Minho le susurró en el lóbulo de la oreja.

A Franz le gustó la sensación de maniobrar el barco; el oleaje estaba suave y movía la embarcación rítmicamente.

—¡AGHHH, SARGENTOOO! ¡ESTO ES TAN EMOCIONANTE!

—Te dije que lo harías bien. Cuando compre el barco, te voy a contratar como mi contramaestre.

Minho comenzó a acariciarle la entrepierna por encima del pantalón mientras se frotaba más contra su trasero. ¡Sargento!

— ¿Qué pasa?

—Me estás poniendo caliente y podríamos encallar. Y luego seríamos unos náufragos en alguna isla perdida.

—Bebé, tienes una imaginación muy prolífica. Pero no me importaría quedarnos tú y yo solos en una isla deshabitada, podría tenerte siempre para mí.

Franz sintió un bajón en su ánimo al escuchar lo último, pero de inmediato se recompuso. No quería que Minho notara su desánimo; no tenía intención de ser interrogado y mucho menos admitir que comenzaba a dudar sobre compartir a su pareja.

—Ni lo sueñes, Sargento, eso sería algo aburrido. Ahora fue Minho quien sintió el descolón, pero entendía cómo era Franz de libre y no desaprovecharía la oportunidad de seguir pasando un buen día.

Decidió continuar con las caricias. Desabrochó los pantalones de Franz y se los bajó junto con los bóxers hasta los tobillos, separó los glúteos y tentó la entrada, llevándose una grata sorpresa. Franz traía puesto un plug.

—Eres un chico precavido.

—Tratándose de ti, Sargento. Siempre.

Minho abrió su cierre y sacó su erecto pene, el cual enfundó en un condón. Sacó el pequeño juguete de ese agujero, se alineó y entró de un solo golpe.

—¡Ahhh, jodido Sargento!

Franz sintió sus piernas temblar, su corazón latir con fuerza y su bajo vientre cosquilleó con ímpetu. Estaba siendo penetrado con fuerza, sin miramientos, como a él le gustaba. Minho se acoplaba a su cuerpo con una perfección absoluta. Eso era algo que lo hacía, de cierto modo, sentirse seguro. Esa fue la razón por la que se olvidó de la regla "No besar durante el sexo".

—¡Bebé, eres hermoso! Me fascina tu cuerpo y estás tan apretado a pesar de haberte dilatado. ¡AHHHH, ME VUELVES LOCO!

Minho se separó bruscamente y le dio la vuelta, quedando ambos de frente. Franz terminó de quitarse los pantalones y los calzoncillos con sus propios pies, luego se abrazó con las piernas a la cadera de Minho. Este lo agarró de las nalgas y volvió a penetrarlo con fuerza. Sus cuerpos parecían seguir el balanceo del barco. Con un movimiento rápido, Choi apagó el motor y continuó aferrándose a ese lindo culo. 

 Necesitaba sumergirse aún más. La excitación lo estaba matando. Los dedos de Franz se deslizaron por la espalda de Minho. La voz de Franz resonó como un grito desesperado, mientras sus rastas se agitaban de un lado a otro. Los pantalones de Minho finalmente cayeron al suelo.

—¡Vamos al camarote!   —exclamó Minho.

Con la cara enrojecida y sudorosa, Franz apenas pudo responder. —MJA.

Recogieron como pudieron sus pantalones y antes de bajar, Minho le habló a Kaiser*.  —¡Hey compañero, te quedas a cargo!

"GUAU... GUAU..."  —Respondió el Golden.

Franz se desnudó por completo y se subió a la cama, ansioso por seguir siendo amado. Minho solo se quitó los pantalones y el bóxer. Se acomodó junto a Franz y le dijo con sensualidad...  —Quítame el saco como has querido hacerlo.

—¿Con los dientes?...  —preguntó Franz.

—Sí, los botones están sujetos con broches de presión, solo necesitas jalar y... listo.

Franz se acercó, abrió la boca, se llevó el primer botón, lo apretó con los dientes y lo jaloneó. Efectivamente, se desprendió con facilidad. Sonrió con picardía y depositó un tierno beso en esa área de piel desnuda, repitiendo el proceso con los demás botones hasta terminar con todos.  – ¡Dios, Sargento! Pareces esculpido en mármol. Eres tan perfecto, desde el primer momento que te vi en el escenario me excitaste. Juro que deseé poseerte allí mismo. Me atrapaste en tus redes, Marine.

Ninguna prenda ya se interponía entre ellos. Minho chupó y mordisqueó ligeramente los pezones de Franz, haciendo que arqueara su espalda. Corrientes eléctricas recorrieron su espina dorsal. Franz se aferró a los músculos tensos de las nalgas de Minho cuando este lo penetró nuevamente, las embestidas aumentaron en intensidad. Gimió...  —¡Mmm, Sargentooo!

Minho sudaba por el esfuerzo, negándose a la satisfacción hasta que Franz la alcanzara. Franz estaba agarrado a él, acariciando su espalda y jadeando. La piel de su amante era tersa, nívea, tan perfecta. Olía tan bien que podía jurar que su aroma se quedaría impregnado por días, como siempre sucedía cada vez que hacían el amor. Sí, porque lo que compartían era amor. Jamás fue simple sexo, ahora entendía que era simplemente amor. Sus bocas, ya hinchadas, reclamaban más besos, más caricias, más pasión entre ellas.

Franz estuvo a punto de estallar cuando Minho tocó su próstata en diferentes ocasiones, pero ambos se contuvieron tratando de prolongar lo más posible el placer que estaban viviendo. Gimieron, sudaron, temblaron, se abrazaron y se perdieron para finalmente fundirse en un solo cuerpo. Las piernas de Franz nuevamente aprisionaron a Minho, tiró y tiró de él para saciar su necesidad de amar y ser amado. Y Minho empujaba y empujaba sus caderas golpeando piel contra piel, los chasquidos obscenos eran música en sus oídos, estaba tan feliz que no podía parar, no quería dejar de poseer ese cuerpo tan dulce, ese cuerpo que lo mantenía vivo. 

Enterró su cabeza en el cuello de Franz, también siguió enterrándose profundamente, se adentró tanto en su cálida y dulce cavidad que sintió que no podría volver a salir. Cerró los ojos, cerró todos los sentidos que poseía excepto la sensación de olas de calor, de luz y de sonido que lo arrastraban hasta la cima del placer.

Franz gritaba y reía mientras lo abrazaba y lo desgarraba en mil pedazos, mientras lo laceraba hasta dejarlo sin sentido, hasta dejarlo en tal agonía. Casi lo dejó sin aliento al grado que Minho solo atinaba a pronunciar su nombre. —¡Franzzz, Franzzz, voy a morir!

Sus orgasmos se formaron, logrando compartir el éxtasis al mismo tiempo. Esas almas que acababan de satisfacer sus ganas de entregarse por completo sin inhibiciones, sin limitaciones. Ahora se encontraban tranquilas y felices. Se amaban y eso nada ni nadie se los podría quitar o cuestionar. Aunque ellos todavía intentasen negarlo.

—FELIZ SAN VALENTÍN, BEBÉ.

—TE QUIERO, SARGENTO.

CONTINUARÁ...

 🎧🎼🔥😍🎧🎼🔥😍🎧🎼

Esto se pone cada vez mejor. ❤🥰🥰

Gracias por leer, comentar y votar. 























Continue Reading

You'll Also Like

469K 47.9K 120
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
8.9K 1.4K 23
[3ra parte de la trilogía "Nosotros"] ¿Que pasaría si volvieran a reencontrarse? Jeremy tendrá que volver a ver aquellos ojitos verdes que una vez l...
183 57 56
.:。✿*゚Segundo libro'゚・✿.。.:* La temática del amor en general es un poco complicada, pero la historia se torna oscura cuando se trata de una relación...
474K 69.8K 51
La vida de Matías cambió radicalmente cuando descubrió que su novio y primer amor lo engañaba con su amigo. Con el corazón destrozado, abandonó Alema...