➳𝐋𝐮𝐧𝐚

By TanitaL19

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-Mía-gruño la pelinegra, dejando a la chica más confundida que antes-. No iras a ninguna parte, eres mía Jenn... More

➛𝐒𝐢𝐧𝐨𝐩𝐬𝐢𝐬
➛Prólogo
➛Capítulo 1 - La misión
➛Capítulo 2 - Atrapada
➛Capítulo 3 - Mate
➛Capítulo 4 - Lalisa Manobal
➛Capítulo 5 - Rechazo
➛Capítulo 6 - Intruso
➛Capítulo 7 - Por ti...
➛Capítulo 8 - Sueños
➛Capítulo 9 - Visitas
➛Capítulo 10 - Celos
➛Capítulo 11 - Marco Manobal
➛Capítulo 12 - Mariposas
➛Capítulo 13 - Wafles & Chocolate
➛Capítulo 14 - Alphas
➛Capítulo 16 - Impostora
➛Capítulo 17 - La Joya

➛Capítulo 15 - Forasteros

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By TanitaL19

Su visión se tornaba momentáneamente borrosa, y el estar de cabeza no ayudaba mucho.

Su cabello caía en cascada, a un metro del suelo. Su rostro comenzaba a cambiar a un tono rojizo. Notaba como las siluetas se movían a su alrededor, no eran mas que chicos.

—Duermela, y después la llevamos —ordenó el mas alto y robusto de los cinco.

Uno de ellos en especial se acerco a ella, vertiendo el contenido de un frasco en un sucio paño. Jennie no tenía idea de lo que era eso, pero no tenía pinta de ser nada bueno. ¿Qué pensaban hacer con ella?

—¿Quienes son ustedes? —preguntó llena de pánico, su voz sonaba ahogada y sentía como el miedo invadía su cuerpo.

Nadie contestó su pregunta, y el anterior chico tomó con fuerza su cabeza, poniendo el sucio pañuelo en su nariz y boca. Jennie forcejeaba por quitárselo de encima, contenía la respiración para evitar oler lo que la haría perder la consciencia.

«Lisa. Lisa» se encarga de jadear de su mente, llamando a su Alpha con desespero.

Su pie se veía lastimado cada vez más con el movimiento de su cuerpo, y al no poder contener más el aire, dio una gran bocanada en busca de llenar sus pulmones: recibiendo a cambio un insoportable olor extraño. Al instante su cuerpo se quedo quieto, y el chico aparto el pañuelo una vez estuvo seguro de que había surtido efecto en ella.

Un fuerte aullido, amenazante, le hizo vibrar el pecho a Jennie, y los jóvenes licántropos adoptaron una pose en alerta, mirando en todas direcciones a su alrededor.

—¿Ah sido Hoseok? —cuestionó con cautela uno de ellos—. ¿Nos intenta alertar?

—Shhh —lo calló el mayor—. No ha sido Hoseok, debemos darnos prisa.

No debía cerrar los ojos, quería estar completamente despierta para saber donde es que la querían llevar. Pudo sentir como empezaba a descender con lentitud, hasta sentir la tierra húmeda bajo su cuerpo semidesnudo. Intento ponerse de pie, fallando miserablemente. Parecía que su articulaciones no querían obedecer a las ordenes de su cerebro.

«Lisa».

Una parte de ella quería hacerse una pequeña bolita en un rincón, gimiendo de miedo y llamando con desespero el nombre de la única chica con quien se sentía segura. Y la otra se reprendía por sentirse de esa manera, era una Cazadora, ¿que clase de comportamiento es este? Quería golpear su cabeza repetidas veces hasta sacarse esas ideas de la cabeza, pero ni siquiera era capaz de mover sus manos.

El siguiente aullido que llenó el aire, sonó mas cerca. Y esto pareció reflejarse en los ojos de sus secuestradores, pues la desesperación palpaba en cada poro.

—¡¿Quieren darse prisa?!

Pero apenas uno de los chicos paso sus brazos por debajo del cuerpo de Jennie para cargarla, se vio derribado por un destello blanco que la pelinaranja no pudo distinguir.

Su vista estaba perdida en el cielo, mirando los troncos de los largos arboles. Los rayos de luz pasando por las hojas, y el sonido de los animales que habitaban el bosque.

Gruñidos, aullidos, alaridos: todo se escuchaba a su alrededor. Estaba en medio de un caos, pero su tranquilidad parecía se perturbadora. Se sentía en una clase de sueño, flotando entre nubes.¿Alucinaciones? ¿Era eso una nube en forma de conejo?

Se rió entre dientes al ver el esponjoso conejo en el cielo. ¿Podría tocarlo? Quizá era suave... suave... como la piel de Lisa. Su cabeza se encargó de proyectar la imagen de su mate, y se preguntó si le gustaría también el conejo.

"Los conejos son lindos" se dijo Jennie. "Y Lisa es linda, ¿entonces porque no le gustaría?".

Se prometió regalarle un conejo a Lisa cuando volviera a verla. Su cabeza giró en dirección de un sonido: un lobo blanco. Su mente la transportó a su sueño, donde fue atacada por ese mismo animal. Su sonrisa se desvaneció, abriendo paso nuevamente al terror. Intento arrastrarse lejos de este, pero su visión empeoraba cada vez mas.

Finalmente cayó rendida con la mejilla sobre la húmeda tierra, miró de reojo para observar a penas la silueta del lobo, y como comenzaba a acercarse a ella. Su salvaje forma cambio a la de un ser humano, y al tenerla de frente, Jennie sonrió al reconocer el hermoso rostro de la pelinegra.

—Lili... —jadeó sin fuerza, parecía agradecida de tenerla con ella.

Jennie rodeó el cuello de su mate con fuerza, al fin encontrando el sentimiento de seguridad en sus brazos y su aroma. Inhaló con fuerza, llenándose los pulmones con el olor de su Alpha, sintiéndose reconfortada al instante al sentir como Lisa devolvía el abrazo con delicadeza, y a la vez sobreprotección.

—Tranquila Luna mía, estas a salvo conmigo. No dejaré que nadie te haga ningún daño —prometió, besando con afecto la frente de su mate.

Después de esto, la pelinaranja cayó inconsciente en los brazos de Lisa.

☾ * ☽

Sus ojos dolían, y al momento de intentar abrirlos, la luz comenzaba a ser una molestia. Gruñó frustrada, tapando su cabeza con la sábana para evitarla. De pronto las imágenes de lo que había sucedido la golpearon con fuerza.

"Lisa".

¿Como había podido acabar con todos los forasteros? Ellos le pasaban el numero por mucho, era imposible. ¿Como es que ahora se encontraba en la comodidad de su habitación?

—Veo que ya despertaste, Lisa me ha pedido te traiga el desayuno —fue Hyun-ah quien irrumpió en el cuarto, y traía consigo una bandeja de comida—. No sé porque me lo pide a mí, yo soy Beta, no la jodida cocinera. Pero solo lo hago para que me pueda deber otro favor.

Tomó asiento a la orilla de la cama, justo a un lado de Jennie. La chica aun parecía bastante desorientada.

—¿Como te encuentras? —preguntó con preocupación—. ¿Dolor de cabeza? ¿Quieres que baje por una pastilla?

Jennie negó con la cabeza, lo único que quería y necesitaba en este momento: era a Lisa.

—¿Donde esta ella? —su voz sonaba ronca, y esperaba que Hyun-ah no notará algo raro en su tono.

Hyun-ah hizo una ligera mueca, y se paso una mano por el cabello.

—Ella esta algo ocupada justo ahora, yo no creo que...

—Quiero verla. ¿Dónde esta?

Parecía que la Beta se mordía la lengua para evitar decir algo que claramente era secreto. Jennie se sentía mal por presionarla de esa manera, pero no había otra forma.

—Esta bien, lo diré. Lisa también trajo a uno de los forasteros que intentó secuestrarte —admitió, y a Jennie se le puso la piel de gallina ante la confesión—. Ella lleva horas tratando de hacerlo hablar, pero él se niega. No importa como lo torturemos, parece realmente empeñado en mantener la boca cerrada—explicó, iba a decir algo más pero se arrepintió al instante. Ya había dicho suficiente.

—Hay algo mas que no me dices —acusó la pelinaranja, dejando a Hyun-ah entre la espada y la pared.

La rubia soltó un exasperado suspiro, Lisa iba matarla.

—Él dijo que solo hablaría contigo —murmuro, mirando momentáneamente hacia la puerta—. Es claro que Lisa no quiere que te acerques a él, ni siquiera te dirá que se encuentra aquí... creí que debías saberlo.

Sinceramente, la curiosidad comenzaba a carcomerla por dentro. ¿Quien era ese chico? ¿Porque quería hablar con ella?

Quizá era alguien enviado por los cazadores. Pero apartó esa idea de su cabeza, pues claramente se trataba de un licántropo. Debía saber que era lo que sucedía, estaba en su derecho. Después de todo estuvo a punto de ser raptada. No iba a quedarse acostada en la cama el resto del día, estaba ahí por una razón.

—¿Y donde esta él? —su voz sonaba firme y demandante, similar al tono que solía usar Lisa.

—En las celdas del ultimo piso.

¿Había una clase de sótano en esa casa? Si es así, no le sorprendería en lo absoluto. El lugar es antiguo, y ciertamente escalofriante. De hecho, seguro que no había explorado ni siquiera una cuarta parte de la propiedad. Lo cual se añadía a la imaginaria lista de cosas por hacer cuando su mate se ausentaba.

—¿Podrías guiarme? —preguntó un poco mas tranquila, rogando a Hyun-ah con la mirada.

—Por supuesto —aceptó, con una sonrisa algo forzada. Su mano le indico la puerta de la habitación—. Después de ti, Luna.

¿Debía hacerlo? ¿Estaba eso permitido? Ambas chicas caminaban entre los pasillos, y la cabeza de Jennie se encontraba en todas partes menos enfocada. Estaba por entrar a los calabozos: el lugar donde se encerraban a peligrosas criaturas que han infringido la ley.

¿Raptar a la futura Luna de la manada más grande en la región? Sólo un grupo de idiotas siguiendo las ordenes de alguien en particular.

—Es aquí —dijo Hyun-ah una vez llegaron a la puerta resguardada por dos hombres, quienes al reconocer a su Beta no pusieron objeción alguna en dejarlas pasar—. Apresurate Luna, debemos hacer esto rápido.

"Antes de que Lisa se entere" agrego mentalmente Jennie, sintiendo algo de culpabilidad por hacer esto a sus espaldas. Pero Hyun-ah estaba con ella, ella no la hubiera traído si supiera que no presentará peligro alguno. No se sentía tan segura a como estaba con su mate, pero no podía echarse para atrás ahora. Ambas ya bajaban las escaleras hacia el sótano.

Estaba muy oscuro, de no ser por las antorchas encendidas seguramente ya hubiera tropezado. Hyun-ah marcaba el camino, y Jennie la seguía sin rechistar. Las primeras celdas eran abarrotadas, y conforme avanzaba podía notar las diferentes criaturas que se encontraban prisioneras. Unas mas encadenadas que otras. Y las miradas que le dirigían al pasar no eran para nada amistosas.

—Ayúdame —era el lamento de una voz infantil quien llamo su atención, y sus ojos buscaban de donde provenía—. Jennie, ayúdame.

Hyun-ah posó la mirada en la pelinaranja, quien parecía desesperada en encontrar algo.

—¿Jennie? —llamó su nombre para apresurarla.

—Jennie, ayúdame —esa voz no paraba de repetir eso, y al parecer era la única quien podía oírla—. ¡Jennie!

—¡Jennie!—la mano de la Beta en su brazo la sacó de su trance, y los marrones ojos miraron a los de Hyun-ah con miedo—. No los escuches, escúchame a mí. Hay criaturas aquí que juegan con tu mente, debes ser fuerte —la cazadora temblaba, no le gustaba ese lugar en lo absoluto. No quería estar más ahí, quería irse. Quería a Lisa, quería su aroma para tranquilizarse, quería sentirse segura...

—Hyun-ah no puedo, quiero salir de aquí —suplicó en un susurró, como si temiera que los prisioneros escucharán el temblor de su voz.

—Jennie debes tranquilizarte, estas a salvo —esas palabras solo podía creerlas si salían de los labios de otra persona—. Si no controlas tus emociones, Lisa sabrá que algo anda mal con su mate, te buscará, y ambas estaremos en problemas —sus palabras dejaron de ser suaves y conciliadoras, y pasaron a ser una amenaza—. Tú querías esto, tú querías venir. Así que camina.

Su mano tomo el brazo de Jennie con fuerza, y la llevo a tirones a través de las celdas.

—¡Hyun-ah detente! ¿Qué haces? —el temblor de su voz era evidente, y esta vez no se preocupo en ocultarlo—. ¡Basta! ¡Me lastimas!

Las ultimas celdas eran diferentes a las anteriores, pues estaban cerradas con 4 paredes. La rubia insertó una llave en la puerta de metal, y la abrió con un fuerte empuje.

—Saca toda la información posible, pero hagas lo que hagas, no le quites la venda de los ojos.

Estaba por preguntar porqué, pero la chica ya la había encerrado con llave dentro.

Los nervios se apoderaron de su cuerpo, haciéndola sudar frío. Si giró con lentitud para encontrarse con el chico que hace menos de 24 horas intento secuestrarla. Se encontraba encadenado de manos contra la pared, sentado en el sucio suelo de la celda y una venda cubriéndole los ojos.

Levantó su cabeza al oír el sonido de la puerta abrirse, he inspiro profundo, captando el exquisito olor de la humana.

—¿Quien es? —dijo con una sonrisa.

La pelinaranja se estremeció ante su voz. Y se abrazó a si misma en su lugar, respirando agitada.

—Soy Jennie. Tú dijiste que querías hablar conmigo—explicó con voz ronca, presa del miedo.

—¿Como sé que eres tu, y no otra humana?

¿Otra? ¿Habían traído a otra humana para hacerle creer que era Jennie?

—No le brindaré información a alguien que no sea Kim Jennie. No pierdas tu tiempo y vete mundana—escupió, volviendo a bajar la cabeza.

Ya estaba aquí, y no iba a irse sin nada.

—Yo soy Kim Jennie.

—Si estas segura de ello, quítame la venda para asegurarme.

Repitió las palabras de Hyun-ah en su cabeza, no debía hacerlo.

—Sólo un par de segundos, después puedes volver a ponérmela. Nadie lo sabrá cazadora.

El aire abandono sus pulmones ante esas palabras. Él lo sabía, él lo diría. Si Lisa se enteraba, quizá ocurrieran una de dos cosas. Quizá la echen de la manada sin más, pero no tendría la Joya. O la otra, era quedar en una de esas mugrosas celdas, entre torturas, hasta morir.

—Tranquila, no lo diré: si me quitas la venda.

Esta vez no lo pensó dos veces, le quito el objeto de un tirón.

Lo primero que llegó a su vista fuerón los negros y penetrantes ojos del chico. La miraron como si se burlará de lo ingenua que era. Y no permitió mostrarle más su rostro, pues los devolvió a la oscuridad de la venda.

—De acuerdo. Te diré todo lo que sé.

☾ * ☽

—¿Tienes idea de quien lo mando? —preguntó la Beta, sentada en uno de los sillones junto a Lisa—. ¿Le dirás a Jennie que quiere hablar solo con ella?

La pelinegra la miró como si la hubiera ofendido.

—Por supuesto que no, es peligroso. Yo me encargo —dijo zanjando el tema, cruzándose de brazos—. ¿Le llevaste el desayuno?

Hyun-ah levanto una ceja, confundida.

—¿Qué desayuno?

—Te he dicho que le llevaras el desayuno a Jennie esta mañana —explico, parecía molestarle que su amiga no le haya hecho caso—. Te lo dije en la cocina. A las siete.

—¿Qué dices? —rió—. Lice, a esa hora yo estoy roncando. Ni siquiera he entrado a la cocina desde hace días.

—¿Entonces quien...? Yo... —su voz se fue apagando, y las emociones de su mate la llevaron a sujetarse la cabeza con frustración.

Miedo. Su mate se encontraba muerta de miedo. Lisa se levantó de un salto: subiendo a su habitación. Hyun-ah la siguió de cerca, haciendo preguntas de que era lo que sucedía.

Al abrir la puerta, el lugar se encontraba vacío, el olor de Jennie le indicaba que hace tiempo no estaba ahí.

Mierda.

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