El sexto integrante

By Ineskyblue

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Émile sueña con vivir de su música, se pasa el día y las noches escribiendo canciones y fantaseando con canta... More

Antes de leer
★Sinopsis★
★Capítulo 1★
★Capítulo 2★
★Capítulo 3★
★Capítulo 4★
★Capítulo 5★
★Capítulo 6★
★Capítulo 7★
★Sixthers★
★Capítulo 8★
★Capítulo 9★
★Capítulo 10★
★Capítulo 11★
★Capítulo 12★
★Capítulo 13★
★Sixthers★
★Capítulo 14★
★Capítulo 15★
★Capítulo 16★
★Capítulo 17★
★Capítulo 18★
★Capítulo 19★
★Capítulo 21★
★Capítulo 22★
★Capítulo 23★
★Capítulo 24★

★Capítulo 20★

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By Ineskyblue

"Me perdí en mi miedo a perderte"

Love me - Katy Perry

★★★

DYLAN

Desde el primer momento supe que enamorarme de él era una mala idea. Lo tuve presente mientras lo conocía, mientras pretendía ser su amigo, mientras me observaba a mí mismo caer lentamente por sus ojos desiguales.

Sin embargo, no hice nada para evitarlo porque, a pesar de ser una mala idea y de los problemas que pueda traer, lo que siento cuando estamos juntos es lo más real que he sentido en mi vida.

A veces se siente complicado, pero jamás incorrecto.

—Se suponía que hacías esto por mí, que yo era la prioridad —le reclamo a mi papá, esforzándome por hablar con calma—. Ahora me haces esto, me pones en esta situación... no entiendo.

—Sigue siendo por ti.

—No intentes manipularme, pa, estás arruinando todo.

—De hecho, el que se enamoró de quien no debía fuiste tú. Yo solo estoy intentando que las cosas funcionen para los dos.

—Están funcionando sin involucrar a nadie, ¿por qué no puede seguir siendo así? —Un resoplido se me escapa y volteo la vista hacia la ventana del auto, quiero resolver esto sin tener que ceder, pero cada vez lo veo más difícil.

—Ya no depende solo de mí, Dylan. Tengo socios, el proyecto está funcionando y nadie se quiere arriesgar. Te di muchas advertencias antes de llegar a esto.

—Lo sé... pero aún así, hiciste esto para mí y ahora como te da dinero me volviste una simple pieza más del juego.

—Te voy a ser muy sincero, hijo —Se acomoda en su lugar y afloja un poco su corbata—. Esto va a funcionar por algunos años, sí. Pero luego va a terminar, y de todos ustedes, la discográfica tiene los ojos fijos en Emi.

—Hablas de la discográfica como si no fuera tuya...

—Es mía, en parte. Pero eso no significa que tengo el control absoluto, hay otros dos socios en la ecuación.

—Pero este es tu proyecto, tú hiciste esto, ¿por qué opinan ahora?

—Porque funciona.

—Puede seguir funcionando sin que me obliguen a esto, papá, por favor. —Me siento frustrado, sé que Emi me va a reclamar por aceptar, y sé que no voy a poder explicarle nada y todo se va a arruinar.

No lo quiero perder, pero tampoco lo quiero perjudicar.

—¿Me puedes dejar explicar? —pide, perdiendo la paciencia.

—¿Qué?

—Que yo entiendo el amor juvenil y lo intenso que se siente, pero hay que ser realistas, puede ser para siempre o tal vez durar dos días.

—Tu realismo no cambia en nada lo que siento, no lo voy a dejar —afirmo, porque podré ceder en muchas cosas, pero en eso jamás.

—Todos en la discográfica tienen los ojos puestos en él. De verdad tiene muchas posibilidades de ser grande, de ser un ícono, hace mucho tiempo que no veo un músico con tanto potencial de estrella como él.

—Lo sé, sé lo que él puede lograr, pero ¿y eso qué?

Él suelta un suspiro cansado, tal vez con un poco de superioridad, como si yo fuera un idiota por no entender.

—Imagina que le cuentas todo eso, y él elige estar contigo en lugar de cuidar su imagen. Luego las cosas no funcionan y terminan, ¿habrá valido la pena perder el sueño de su vida por una relación que no llegó a nada?

Tiene razón, y por algún motivo eso me enoja demasiado.

—Yo tengo en cuenta eso, tampoco quiero que se arriesgue, pero ¿En qué parte de tu ecuación tengo que ser el novio de Freya?

—Las personas no pueden saber lo que hay entre ustedes, porque eso va a limitarle mucho el público, se pierden ventas, se pierden contratos, se pierden oportunidades. Yo sé que tú lo quieres, no lo estoy poniendo en duda, pero entonces, si es así, vas a hacer lo necesario para proteger su futuro.

—Básicamente me estás diciendo que le estoy arruinando la carrera.

—Te estoy diciendo la verdad, hijo. Que te guste o no es un asunto diferente.

—Y mientras lo haga yo, ¿a él lo van a dejar en paz?

—Sí, siempre y cuando no haya otros hombres relacionados con él.

—Y si digo que no, y él también se niega ¿qué pasa?

—Emi tiene muchísimo talento, mucho carisma y sabe cómo llegar a la gente. Eso es mucho más de lo que algunos de los artistas más famosos tienen —comienza con la explicación, para alivianar la respuesta—. Pero es muy rebelde, y eso no funciona...

—¿Qué quieres decir?

—Tú sabes.

—No, no sé.

—Tiene un contrato por cinco años, hijo. Somos dueños de su imagen pública y de su voz por ese periodo de tiempo, si las cosas no funcionan... simplemente lo pueden mantener en las sombras por ese tiempo, como opción leve.

—O arruinar por completo su imagen y su carrera —completo con lo implícito en sus palabras.

—Exacto, pero yo no quiero que eso pase, yo sé que tú lo quieres y me importa. Por eso te ofrezco la opción que menos consecuencias tiene para los dos —pone su mano en mi hombro y yo solo suspiro—. Solo tienes que actuar un poco, sabes pretender muy bien... es la mejor forma de cuidarlo que tienes, mantengan lo suyo en privado.

—Todo esto es muy injusto...

—Es lo que es, hijo.

A esta altura de la conversación solo quiero que deje de llamarme así.

—Está bien, supongo que lo haré, entonces —resoplo una vez más, abro la puerta del auto y me bajo en el estacionamiento del Arena en dónde vamos a tener el show en unos minutos.

Una parte de mí sabe que estoy siendo manipulado, pero en realidad también es verdad que las consecuencias para Emi podrían perfectamente ser reales.

Yo no quiero que nada vaya mal para él, no vale la pena que lo pierda todo solo por mí.

Podrá quererme, podrá sentir algo por mí. Pero hay un brillo en sus ojos que solo aparece cuando hay música de por medio, este de verdad es su sueño, y no quiero ser el motivo de que lo pierda.

Se va a enojar conmigo, lo sé. Solo espero poder resolverlo, espero que un par de respuestas vacías vuelvan a ser suficientes.

Solo me queda buscarlo antes de que empiece el show e intentar explicarle por qué cedí a salir con Freya públicamente. Solo me quedan unos minutos, ojalá sean suficientes.

★★★

No lo fueron, lo intenté dos veces y las dos veces nos interrumpieron. Ahora está enojado, con ganas de llorar y probablemente acaba de terminar conmigo.

¿Por qué no soy valiente? Tal vez porque siento que mi valentía en este caso, sería simple egoísmo.

Contarle la verdad, que lo sepa, sería compartir la carga, una que me corresponde solo a mí.

Se sintió tan mal ese beso, se sintió como la peor de las traiciones mientras su tierna voz llenaba mis oídos de palabras que él escribió para mí.

Me odio por lastimarlo, era justo lo que no tenía que hacer.

Mis ojos lagrimean sin mi permiso, no tengo dónde refugiarme y siento vacío en el estómago.

—¿Qué vas a hacer, Dylan? —la voz de Lula, la mejor amiga de Emi, intenta llamar mi atención.

—Él estaba ilusionado de que nos conozcamos, me siento una mierda por arruinarlo.

—¿Me puedes explicar? Por favor, yo no voy a decirle, solo... —suelta el aire de forma lenta y da un paso más hacia mí—. Hemos pasado momentos muy malos, fue muy difícil para nosotros sacarlo de ciertos lugares, y por eso a veces lo protegemos un poco de más. Solo quiero saber qué postura tomar, si eres una mierda o de verdad lo estás protegiendo.

—Estoy enamorado de él, es la primera vez en mi vida que siento algo así, y solo estoy intentando... hacer lo mejor para los dos.

—¿Te están amenazando? —pregunta, sonando mucho más suave.

Es raro que haya dado en el clavo tan rápido, tiene una buena intuición.

—Indirectamente, están sugiriendo que... tengo que ceder, o todo se va a terminar.

—¿La banda?

—La carrera de Emi.

Mis ojos se llenan de lágrimas otra vez y ella se acerca a abrazame. Lo hace de una forma linda y tierna, lo que me da más ganas de llorar.

—¿Por qué no se lo dices? —sugiere en voz baja.

—Porque él siempre quiere reaccionar, siempre quiere rebelarse, y no podemos ganar aquí. Yo quiero ceder por los dos y él no me deja, quiero lo mejor para él, quiero que cumpla sus sueños.

—¿Me dejas darte un consejo?

—Sí, claro —asiento, me gustaría levantar la mirada, pero por algún motivo no puedo.

—Me acabas de decir que es la primera vez que te enamoras, así que probablemente no sepas cómo funciona. No llevas las cargas solo, no eres un superhéroe, son compañeros, lo que sea tienen que resolverlo los dos.

—Él me dijo hace un tiempo que estar enamorado es estar dispuesto a todo por ver al otro feliz.

—No está feliz ahora, ¿lo sabes? Estás fallando.

—No me lo digas así, que quiero llorar —Mis ojos me traicionan y se vuelven a humedecer.

—No sé cuánto te habrá contado, y no quiero meterme dónde no me incumbe, pero él se esfuerza de sobremanera por mantener sus relaciones lo más sanas posibles, tiene malas experiencias y mucho dolor, necesita un amor sano, seguro y transparente. Si no puedes ofrecer eso, mejor ya no estés jugando.

Mi mente mantiene muy presentes todas las veces en las que se esforzó por cuidar mis sentimientos, cómo batalla por controlar sus emociones, cómo intenta comunicar siempre lo que siente y protegerme de sus impulsos.

Se merece el mismo esfuerzo de mi parte y lo sé, es solo que la simple idea de ser el motivo de que no cumpla sus sueños me tiene paralizado.

—Te juro que no estoy jugando... —mi voz se rompe un poquito, así que batallo contra mis propias emociones una vez más— Y tengo mucho miedo de perderlo, pero tengo aún más miedo de que no sea feliz.

—O confías, o lo dejas ir —simplifica ella, mete una mano en su bolsillo y saca una tarjeta magnética—. Emi reservó para ustedes una habitación de hotel junto a la nuestra, quería que pasemos el mayor tiempo juntos posible antes de que tengamos que irnos. Es la habitación doscientos dieciséis, el piso dos, dejó sus cosas listas en la camioneta, así que piensa y decide.

—Gracias —Estiro mi mano y tomo la tarjeta, ella sonríe levemente y asiente.

—No arruinaste nada para mí, me sigues cayendo bien.

Qué linda la forma en la que lo quiere, ojalá yo tuviera a alguien que se preocupe así por mí. Ahora me siento vacío, triste, perdido y confundido, y no tengo a nadie que me diga que todo va a estar bien.

Diría que estoy acostumbrado a estar solo, pero uno nunca se acostumbra a la mierda, solo finges que sí pero, en realidad, daría lo que fuera por tener quien cuide de mí cuando el mundo se cae.

Emi estaba aprendiendo a ser esa persona, de verdad se estaba esforzando, y aunque yo la mayoría de las veces soy un desastre él sabía quererme así.

Lula se aleja y yo guardo la tarjeta en mi bolsillo justo cuando las chicas llegan a dónde estoy.

—Ey... ¿Qué fue eso? ¿qué pasó? —Indra me pregunta, su tono es de preocupación y bastante gentil para lo que suele ser.

—Emi está enojado porque no le avisé de esto, lo intenté pero no pude —respondo de forma simple.

Esa no es la verdad del todo, Emi está enojado por mucho más, pero no sé hablar sobre mis sentimientos y mucho menos confiar en los demás.

La verdad es que perdoné a Indra por su crueldad y ahora nos llevamos bien, pero a pesar de eso soy consciente de que si le digo lo que sea ella va a ser sincera, y no estoy seguro de poder lidiar con ese tipo de verdades ahora.

—¿Le explicaste?

—Sí, más o menos, estaba enojado y yo... no quiero que... ¡Dios! No sé si... ¡Agh! —las palabras se me atoran y todo lo que quiero decir pierde el sentido.

—Tranquilo, se va a calmar y van a poder hablar. Él sabe que esto no es tu responsabilidad, solo fue un mal momento.

—Lo hice llorar, me odio.

—No te odies, busquemos una solución.

Lúa mantiene unos cuantos pasos de distancia, su expresión es neutra y no parece querer intervenir en la conversación.

La extraño, y la mitad del tiempo siento que me odia. No sé por qué, si nada de lo que pasó fue mi culpa, yo quería ser su amigo y creo que jamás le di a entender otra cosa.

Entiendo que quiera distancia, lo que no entiendo y me duele es que cuando algo va mal para ella sigue corriendo a mis brazos, pero ahora que el que la necesita soy yo simplemente lo ignora.

Me duele que siempre tengo que contener a todos, pero cuando el caos es mío no tengo a nadie que al menos me de un abrazo. 

Quiero a Emi, extraño que me abrace y me diga que lo que siento está bien.

—Dylan —la voz de Guillermo a mis espaldas me hace voltear.

—¿Qué?

—¿Vienes un momento?

—Ahora no —Indra responde por mí— ¿No les fue suficiente? Está llorando, literalmente, déjenlo respirar un minuto.

—Ustedes dos esperen en la salida de emergencia, los de seguridad las van a llevar a la camioneta —indica con un gesto hacia ella y Lúa, para luego regresar sus ojos a mí—. Y tú, vienes conmigo ahora.

—No quiero hablar con nadie —hago énfasis en la última palabra para que entienda que tengo claro que es mi padre el que me llama y eso no me importa—. Quiero ir a casa, así que voy a la salida de seguridad con ellas.

—¿Así? ¿Con esa cara?

—Sí, con esta cara.

—Sin fotos, pasas directo a la camioneta y no hablas con nadie.

Podría protestar, pero la verdad es que no tengo ánimos de hablar ni de fingir que estoy bien, así que solo voy a dejar que me lleven a la camioneta y que las fans crean que soy un arrogante.

Seguro ya creen que soy la peor mierda por lo que le hice a Emi, ¿qué le hace una mancha más al tigre?

★★★

Indra me arrastró a su habitación para que duerma con ella, considerando que estuvimos meses sin hablarnos solo porque me dijo que me acuesto con cualquiera para no pasar la noche solo y que básicamente andaba mendigando cariño por falta de amor propio, creo que es un paso grande dejar de juzgarme al respecto y darme un poco de validación.

Tenía razón, por eso me dolió. No me importaba quién fuera, o cómo, yo solo buscaba no sentirme solo en la noche para poder dormir. Obviamente ella no tuvo en cuenta los motivos detrás de mi falta de independencia, me pareció una verdad cruel.

Aún sigue sin saberlos, por eso sé que sus disculpas fueron sinceras y no por lastima, y por eso la perdoné, porque yo también sé ser estúpido cuando se me nubla el juicio.

Ahora se está esforzando por estar para mí, de hecho es la única que está a mi lado mientras las lágrimas vuelven a caer sin mi permiso cada pocos minutos. Intentó hablar conmigo pero se rindió en cuanto vio que yo no estaba dispuesto, así que solo me hizo un té, me trajo ropa cómoda de la habitación y me hizo compañía de la forma en la que se lo permití.

Ahora está durmiendo, se supone que yo debería estar haciendo lo mismo, pero mi mente solo quiere pensar en lo vacío que se siente mi abdomen sin la mano de Emi bajo mi camiseta.

Lo extraño, quiero arreglar las cosas, necesito hacerlo.

Primero lo intento enviando algunos mensajes, pero los resultados son malos. Él sigue siendo gentil pero está siendo muy determinado: si no le cuento la verdad y le doy una explicación válida, terminamos.

El último mensaje de Emi me genera un nudo en el estómago, y llegó después de que yo le dije que me estaba haciendo elegir entre perderlo o lastimarlo.

"Si me pierdes también me lastimas, eso es lo que no ves."

Lo estoy lastimando, después de que confió en mí estando inseguro, después de que se esforzó por dejar de lado sus miedos y arriesgarse, le estoy haciendo justo lo que prometí que no haría: abandonarlo.

No quiero ser un trauma más en su vida, no quiero ser la confirmación de que no hay "para siempres" reales.

No importa mi miedo, él se merece la verdad.

Me levanto con mucho cuidado de no hacer ruido y salgo de la habitación.

Bajé las cosas de la camioneta en cuanto llegamos, así que solo me resta meterlas en mi auto y conducir por la ciudad hasta el hotel, solo era un bolso mediano con ropa y algunos objetos personales.

Son las tres de la mañana, las calles están vacías y mi corazón acelerado por lo que estoy a punto de hacer.

Lo extraño, necesito un abrazo, un beso, una sonrisa. Lo quiero a él, no importa nada más.

Solo tengo que confiar en que vamos a resolverlo juntos, en que podemos con todo, tengo que confiar en que va a entrar en razón y dejar la rebeldía de lado.

Llegué al hotel rápido, entrar fue fácil gracias a la tarjeta que me dio Lula, así que solo resta respirar y dejar el miedo de lado.

"Me la juego" dijo cuando le expuse con mucha sinceridad a lo que nos enfrentamos estando juntos.

No voy a dejar que crea que lo estoy abandonando, si él se la juega, yo también.

Dylan - en línea

¿Puedes salir al pasillo un momento?

Futuro esposo 💙 - en línea

No estoy en casa, te dije que venía al hotel con los chicos.

Dylan - en línea

Lo sé, ahora ¿puedes salir?

Siento sus suaves pasos caminar hasta la puerta, y cuando veo la manija moverse de forma lenta para no hacer ruido, mi corazón comienza a bombear con fuerza.

Sus ojitos cansados e irritados me dan vuelta el mundo en un segundo. No puedo creer que yo los puse así, soy un imbécil, ahora lo único que pretendo es hacerlos brillar una vez más.

Cierra la puerta de forma muy suave, y entonces está de pie frente a mí, no dice nada, solo me mira como si quisiera llorar y abrazarme. No se ve enojado, se ve triste.

Me adelanto el paso que nos separa, nuestra respiración se mezcla, y nuestras narices se rozan, él se queda quieto, sus ojos se mantienen fijos en los míos.

—Hola... —Su voz suena entrecortada.

—Hola, Mimi.

—¿Sería muy tonto decir que estaba esperando que vinieras?

—No, claro que no, perdón por tardar, te voy a explicar todo... pero ahora solo... necesito... —estoy susurrando muy bajito porque si muevo mucho los labios se tocan con los suyos—. Te necesito, y sé que eso no es sano, mierda que lo sé...

—Creo que también te necesito, y eso me asusta mucho —confiesa de una forma muy vulnerable.

—Vamos a trabajar en eso juntos, te lo prometo.

—Perdón por presionarte, pero yo a ciegas no puedo.

—No, no te disculpes —lo interrumpo, aunque mis ganas de besarlo me dificultan la concentración—. Tienes razón, te voy a contar todo, no más secretos, pero primero...

—¿Primero qué? —Su tono de voz deja de ser frío y de pronto se siente desafiante en el mejor de los sentidos.

—Por favor, bésame, lo necesito.

Algo en tenerme rogando por un simple beso le gustó, su mirada deja de lucir triste y una leve sonrisa tuerce sus labios.

—Morboso —lo acuso sonriendo también, la complicidad entre los dos se está adueñando de toda la tensión. No ha dicho nada, pero sus ojos encendidos hablan por él— ¿Así que te pone que te pida por favor?

—Puede ser...

—¿Te gusta que te ruegue? Egocéntrico.

—Es una forma... caliente y controladora de estar seguro de que siempre estás deseando lo que voy a hacerte.

Lo entendí sin más explicaciones, necesita saber constantemente que tiene consentimiento para cada cosa. 

No sé en qué momento pasamos de estar tristes a estar calientes, pero soy muy hormonal y no puedo pensar en nada cuando mi entrepierna cosquillea.

—¿Y qué vas a hacerme? —susurro casi en sus labios.

—Lo que me pidas.

___________

Hola Pollitos 🐣

Yo quería drama y se me pusieron hornys, pero bueno, no me quejo, esperen el siguiente capítulo:)

¿Les gustó que Dylan narre? Por lo menos hubo algún chismesito.

Los quiero mucho, no sé olviden de leer el Social Media de este capítulo en mis redes sociales ❤️

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