Una canción no fue suficiente...

By didi4garcia

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[EL ARTE DE UN CORAZÓN ROTO #1 🎤] ¿Qué harías si en medio de un concierto te das cuenta de que el vocalista... More

BOOKTRÁILER
1 | «Solo recuerdo personas significantes»
2 | «Anti-CorbynHood»
3 | «Trágame tierra»
4 | «No hables solo porque tienes boca»
5 | «Basorexia»
6 | «"La bitácora de los recuerdos"»
7 | «Es publicidad, nada más.»
9 | «Wanna be yours»
10 | «Esta es mi melodía favorita.»
11 | «Engendro del diablo»
12 | «Eres como un perro viejo»
13 | «Muéstrame el puto celular.»
14 | «¿Siempre buscando una excusa para pelear?»
15 | «Cuñada»
16 | «Es mi ex novio»
17 | «Aquello que parece un culo»
18 | «Tu propio diseño»
19 | «¿Por qué no quieres decir que es tu novio?»
20 | «Esa gorra es de él»
21 | «Two hearts beating here»
22 | «¿Eso me convierte en tu musa?»
23 | «Todo es cuestión de límites»
24 | «Solo iré porque tu quieres ir»
25 | «Collywobbles»
26 | «Se llama "Fenómeno".»
27 | «Supe que no quería estar solo»
28 | «Una canción no fue suficiente»
29 | «Cafuné»
30 | «¿Casa del lago?»
31 | «El futuro»
32 | «Meant to be»
33 | «Luz roja»
34 | «Amarillo y blanco»
35 | «Te juro que lo haré»
36 | «Adiós»
Epílogo
Didi ak
PLAYLIST «Sabyn»
PORTADA SEGUNDO LIBRO
EXTRA - ¿Qué habría pasado si nada hubiera pasado?

8 | «No iré por la espalda.»

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By didi4garcia

En el momento en que mi culo tocó aquella silla supe que mi cabello iba a pasar de ser un desastre a parecer el de una princesa, y con orgullo digo que no me equivoqué.

El trabajo de Lilith es estupendo, tanto que me siento como Mia Thermopolis de El diario de la princesa después de su "transformación".

Otra chica, Katia, me ayudó con el vestido y Leonard con los zapatos, a pesar de que le insistí en que podía hacerlo yo misma.

—Corbyn está listo —informa Camille entrando en la habitación—. ¿Tú cómo vas?

—Ya terminamos también —responde Leonard—. Corbyn tiene buen gusto por las chicas, eh.

—¡Leo! —exclama Camille agrandando los ojos como platos.

—¡Como si mi comentario pudiera preocuparle a Corbyn! —dice él riendo—. ¿Olvidas que soy gay?

Camille se tapa el rostro suspirando y luego sonríe.

—Ya vamos de una vez, Sam, antes de que se te pegue lo idiota.

Frunzo el ceño ante la grosería y en mi mente proceso algo que decirle para hacerle notar que está mal, pero en cuanto Leonard le saca la lengua sonriendo me doy cuenta de que solo están bromeando.

Lilith y Leonard son parte del personal de Liam hace mucho, Camille trabaja con él hace bastante también, es obvio que tienen la confianza suficiente como para hacerse esas bromas.

Estoy demasiado paranoica hoy, Dios.

Sigo a Camille escaleras arriba y a través de un largo pasillo. Se detiene casi al final del pasillo cuando su teléfono suena y atiende la llamada, señalando una de las puertas del pasillo.

—Esa es la habitación de Liam, quiere hablar contigo antes de que salgan donde todos los vean.

Frunzo la nariz y toco la puerta mientras Camille se aleja con el teléfono en la oreja.

—Pasa —escucho su voz y entro.

No necesito siquiera poner un pie dentro de la habitación para notar el cuadro que cuelga en la cabecera de su cama porque este se roba mi atención ni bien abro la puerta. Es el que compró compitiendo con el otro hombre, y terminó costándole cinco mil dólares por cabeza dura.

—Mierda...

—¿Qué?

—Nada, solo no empieces con tus sermones —me advierte viendo que tengo los ojos fijos en el cuadro.

—No iba a decir nada —alzo las manos en el aire como inocente.

—Bien, yo sí —se acerca a mí acomodándose la corbata y siento la necesidad de ponerme con la espalda lo más recta posible—. Van a pedir que nos besemos muchas veces pero no tienes que hacerlo si no quieres, Sam. No te sientas presionada, de verdad.

—Está bien, no me molesta...después de todo es publicidad ¿no?

Noto como traga grueso y escanea mi rostro lentamente, cosa que me hace ponerme nerviosa al instante y ni siquiera sé por qué.

—Sí, eso mismo, buscamos que los medios hablen de nosotros.

—Ya nos amamos una vez, fingirlo no puede ser tan difícil...

—Sí, Sam —camina hacia la puerta tronándose el cuello—. Démosle la foto de portada que desean.

Al abrirse las puertas del estacionamiento del edificio las cámaras comienzan a hacer lo suyo. Por suerte a alguien se le ocurrió la brillante idea de despistarlos haciendo que del edificio salga más de un auto.

En total son cuatro los autos que abandonan el edificio a la vez, pero nosotros ocupamos solamente el tercero.

¿Saben de esa sensación como de que lo que estás viviendo en realidad no está pasando? Cuando te sientes como si estuvieras soñando y por más que intentes abrir los ojos no puedes despertar porque no estás dormida. Bueno, así me siento en este momento.

Gracias al cielo la fama no me tocó a mí, porque estoy segurísima de que no sabría cómo mierda lidiar con ella.

—¿A qué hora termina el evento? —pregunto una vez que algunos paparazzis nos han abandonado y la calle está más tranquila como para que él pueda distraerse hablando.

—Dura un poco más de tres horas, hay mucha gente nominada.

—¿Y qué haremos mientras tanto? —tres horas es mucho tiempo.

—Supongo que fingir ¿no? —aparta la mirada y de pronto siento una barrera helada entre nosotros—. No sé, Sam, bailar, charlar con el resto de la gente, simular ser una pareja feliz...

—¿Hice algo malo? —Puede que estemos a menos de un metro, pero lo siento a miles de kilómetros.

—¿Qué? No, ¿por qué crees eso?

—Estás raro.

—Estoy pensando en el hot dog que me comeré dentro de muy poco.

Me mira sonriendo y otra vez lo siento cerca, pero aún sigue habiendo algo que no me termina de cerrar.

—Sabes que eso no sucederá —niego con la cabeza.

No pienso dejarlo ganar en esto.

—Ya verás que sí.

—Claro, porque lo que quieres lo consigues ¿no?

—Ya te he dicho que no puedo conseguir lo que quiero así que no hables solo porque tienes boca.

—Cierto —ruedo los ojos—, lo olvidaba.

—Ya cállate, fenómeno.

A lo lejos veo el bullicio de gente y las vallas que les impiden alcanzar aquello que quieren, o sea, tocar a las actrices, los actores y la gente famosa que va entrando al salón.

—Vamos, Sam, finge amarme y yo haré lo mismo —dice él antes de detener el auto y salir tirándole las llaves al chico que supongo lo acomodará.

Rodea el auto y me abre la puerta, tomándome la mano para ayudarme a bajar. Los flashes me iluminan otra vez y es como una tortura para mi cabeza. Después de hoy no volveré a sacarme una puta foto en la vida.

—¡Corbyn, eh! —grita un chico pelirrojo y Liam parece hacerle caso porque se dirige hacia él tirando de mí para que lo siga—. ¡Sonrían!

—Es mi amigo, Andrew —explica y pasa su mano por detrás de mí posándola en mi cadera.

—Joya de corona, salieron estupendos.

Le sonrío con amabilidad y él me devuelve la sonrisa guiñandome un ojo.

Caminamos por una alfombra roja donde nos toman unas mil fotos más y luego por fin, gracias a Dios, a la Virgen María y a todos los Ángeles, entramos al bendito salón.

Ya dentro, un tipo vestido completamente de azul nos dirige a una mesa en medio de mucha gente famosa que en mi vida hubiera soñado con conocer. No me alcanzan los ojos para verlos a todos al mismo tiempo, que es lo que quiero hacer para no perderme el más mínimo detalle.

—Acostúmbrate, fenómeno, porque mientras estés conmigo es lo que verás.

—Uriel se va a volver loco cuando le cuente —ya me lo imagino.

Si él estuviera en mi lugar ya habría ido a entrometerse en las mesas de los demás a conseguir fotos y autógrafos aunque no tuviera ni la menor idea de con quién mierda está hablando.

—A la próxima puedes traerlo —dice Liam y se encoge de hombros.

—¿Es en serio? —definitivamente Uri se va a caer de culo cuando lo sepa.

—Puedo traer hasta cinco personas conmigo cuando son eventos cerrados, así que sí, puedes invitarlo y a Erika también.

—Con esto les vas a caer bien...

—¿Les caigo mal? —frunce el ceño sonriendo de lado.

—Un poco.

No pienso hablarle del team anti-CorbynHood del que formamos parte mis amigos y yo.

—¿No había otro chico con ustedes el día del meet? —pregunta—. ¿A él también le caigo mal?

—Chris...de hecho, comenzó a escuchar tu música después del concierto, así que supongo que no.

—¡Miren a quienes encuentro aquí! —escucho gritar una voz que se me hace extremadamente familiar y al darme la vuelta me doy cuenta por qué.

Noto como Liam se tensa a mi lado y se remueve en su silla algo incómodo. De repente me golpea un deja vu; nosotros en último año del instituto, la cena de graduación con todas las familias, su cara cuando su padre llegó ebrio hasta no poder más y confesó delante de caso todas las personas del pueblo que era un violento de mierda que maltrataba a su mujer y a su hijo.

Sin pensarlo dos veces bajo mi mano hasta su pierna y presiono suavemente mis dedos en ella. Sus ojos me encuentran al instante y en ellos puedo ver que algo no anda bien con esta mujer, así como también que ella sabe algo que lo compromete.

—Entonces era cierto lo de la parejita —murmura, tomando asiento en la silla frente a nosotros—. Pensé que solo era cosa de una noche pero ya veo que no. El soltero codiciado del momento ha encontrado una novia.

—Si por mi fuera ya le habría dado un anillo —él posa su encima de la mía que todavía sigue en su rodilla y comprendo que quiere que le siga el juego.

—Aún somos muy jóvenes... —comienzo a decir, pero Clarke me interrumpe resoplando como caballo.

—Más vale, además luego del matrimonio un hombre espera que le den hijos y sinceramente no te veo siendo una buena madre, niña.

Liam aprieta la mandíbula con fuerza y le sonríe, levantando nuestras manos con los dedos entrelazados para ponerlos encima de la mesa.

—Estoy segura de que cuando llegue el momento serás una madre fenomenal —me guiña un ojo.

Clarke desvía la atención de nosotros cuando un señor calvo se sienta junto a ella y se centra en él. Entonces aprovecho para hacer el comentario que tenía guardado desde hace una ratito.

—¿Ahora sí quieres tener hijos?

Recuerdo cuando a los dieciséis la regla se me retrasó un poco más de dos semanas y ambos nos paniqueamos bien feo ante la idea de ser padres con tan poca edad. No era algo para lo que estuviéramos listos en ese entonces, es más, yo aún creo no estarlo y por eso me sorprende que él sí.

—Siendo sincero, no —bueno, eso es un alivio—, pero estoy seguro de que no me va a alcanzar la vida para gastar todo el dinero que pueda llegar a hacer con mi música y a alguien debo dejárselo.

—¿Tu hermano? Puedes dejárselo a él.

Es lo más lógico, supongo.

—Disculpa a mi ego, pero quiere que otro Corbyn sea reconocido.

—¡Oh, claro! —ruedo los ojos—. Había olvidado la parte en la que eres un engreído de mierda.

Él ríe y, como todos, centra su atención en la mujer rubia encima del escenario que comienza a hablar dando la bienvenida y deséandoles suerte a todos dentro del enorme salón.

—De seguro hoy te llevas muchos premios a casa, Corbyn, ánimo muchacho —dice un hombre al pasar y le da algunos golpes en el hombro.

Tras una media hora que se me hizo eterna, por fin comienzan a nombrar a los nominados y anunciar quien ha ganado dentro de cada categoría. No hay forma de explicar la emoción que sentí cada vez que alguien se subió al escenario a recibir algún premio, imagino lo duro que trabajaron para estar donde hoy están y saber que de cierta forma son recompensados por eso me llena el alma.

Cuando la mujer anuncia la categoría "Mejor single" Liam me echa una mirada sonriente.

—Este es mío, y espero que los siguientes tres también.

—¡El premio a mejor single es para Filofobia de Corbyn Hood!

Liam se pone de pie mientras todos a nuestro alrededor aplauden como hicieron con cada persona que recibió un premio. Él camina decidido hacia el escenario y saluda a la mujer con un beso en la mejilla antes de que ella le entregue una especie de cuadro con una estrella color oro brillante en el medio.

La presentadora le pasa el micrófono y él suspira antes de comenzar a hablar, como necesitara tomarse un segundo para pensar qué decir exactamente.

—Tengo que agradecer por esto a mis fans que me apoyan en cada cosa que hago y por supuesto, a mi novia y amor de mi vida, Sam, que fue quien inspiró cada una de mis canciones.

Asiente con la cabeza indicando que ha terminado y las personas vuelven a aplaudirlo mientras desciende del escenario y camina de vuelta a la mesa.

—Felicidades, mentiroso —lo codeo en las costillas.

—¿Mentiroso? —me mira de arriba a abajo como lo hizo en el auto y otra vez no puedo evitar sentir que debo ponerme derecha.

—"Fue quien inspiró cada una de mis canciones" —toda su carrera la construyó después de dejar el pueblo, yo no tengo absolutamente nada que ver.

—Cada canción que escribí en mi adolescencia fue sobre tí, algunas de ellas forman parte de mis álbumes, no soy un mentiroso...

—Podrías emocionarte más por el logro de tu novio, niña —dice Clarke viéndome fijo a los ojos.

—Estoy emocionada —es obvio que sí, me alegra ver que consiguió lo que quería.

—Pues no parece, ni siquiera un beso o un abrazo le has dado.

—Estamos aguantando las ganas para cuando lleguemos a mi casa —suelta Liam antes de que yo pueda contestar.

Clarke resopla y nos da vuelta la cara. Liam me mira sonriente y guiña un ojo para luego volver a tomarme la mano y besar el dorso de esta.

Los siguientes cuatro premios se los lleva Liam otra vez. Mejor álbum a "5am", mejor videoclip al de "Selective Dickism", mejor feat a él y otro chico en una canción llamada "Falling angel", y creo yo que el más importante de todos "Artista favorito del año".

Esta vez mientras lo veo bajar del escenario pienso en mi siguiente movimiento. Clarke nos ha echado miradas de desconfianza cada vez que lo felicité únicamente con palabras, es obvio que no se come el cuento de que estamos juntos, pero creo que con esto puedo hacer que esté más convencida.

Me pongo de pie y antes de que Liam llegue a la mesa camino hacia él y lo abrazo. Él me hace girar una vuelta en el aire y cuando mis pies vuelven a tocar el suelo hago que nuestros labios se encuentren.

—Te lo mereces, engreído.

—¿Los premios o el beso? —pregunta él con una ceja alzada.

—Los premios, idiota.

—¿Y el beso no?

Volvemos a sentarnos en la mesa con las miradas de medio salón puestas en nosotros.

—Ese beso no fue nada en comparación con lo que te mereces de verdad.

La intensidad con la que sus ojos escanean mi cuerpo tras mis palabras me pone nerviosa y logra hacer que me sonroje.

—Ya no quedan muchas categorías, fenómeno, estaremos en casa en menos de una hora y me darás eso que de verdad merezco.

No puedo evitar dibujar una sonrisa de satisfacción en mi rostro al ver la mueca de asco de Clarke. No sé si a ella le guste Liam, probablemente sí, pero de todas lo que en realidad debería de darle asco es andar detrás de un chico que tiene edad suficiente como para ser su hijo.

Cuando el evento da por terminado Liam me informa que es momento de las entrevistas. Así que nos dirigimos tomados de la mano hacia fuera del salón y en cuestión de segundos estamos rodeados por micrófonos, cámaras y personas preguntando miles de cosas.

—¿Esperabas tanto éxito esta noche Corbyn?

—Sí, es decir, si le echas una ojeada al hermoso fandom que tengo es de esperarse. Los amo mucho —dice, soltándome un instante para hacer un corazón con sus manos.

—¿Qué hay de tu chica? ¿No pensabas presentárnosla?

—Solo no queríamos apresurar mas cosas, estábamos esperando el momento justo para anunciarlo —mira nuestros dedos entrelazados—. Sam y la música generan el mismo sentimiento en mí, así que imagínate lo importante que es.

Sus ojos devoran los míos.

—Además al ser artista, comprende a la perfección el amor por esto que hago.

—¿Artista? —se interesa una de las chicas periodistas.

Él hace una seña con la cabeza indicando que hable y besa el dorso de mi mano con delicadeza.

—Bueno, sí, yo pinto...

—Sobre eso ¿tienes material en exposición o a la venta para que podamos apreciar?

—Sus mejores obras están en la galería Southdream de New York, de verdad es trabajo que vale la pena...

Es increíble la forma en la que no lo dejan terminar de hablar. Son como robots que se alimentan de información para sus revistas y páginas de chismes.

—¿Llevan mucho tiempo juntos?

Él vuelve a mirarme y yo respondo.

—Seis meses.

Ese es el tiempo que ha pasado desde mi última publicación en Instagram con Joako, ya saben, en caso de que alguien se meta a husmear y note que las fechas no cuadran.

—Bien, nos encantaría seguir con ustedes pero tenemos algo que celebrar en casa...

Todo pasa tan rápido que apenas me da tiempo a dar un paso hacia atrás y soltarme de Liam cuando alguien lo golpea en la cabeza. Cuando logro identificar qué mierda pasa, noto a Joako que sin esperar a que Liam se de vuelta, le mete un puñetazo a un lado de la cara.

—¡Hijo de puta! —grita fuera de sí e intenta volver a pegarle, pero uno de los tipos de seguridad lo agarra por detrás de los brazos y se lo lleva tratándolo como un perro.

Ayudo a Liam a levantarse y con cuidado limpio la sangre que asoma de su nariz, pasando el dedo en mi vestido sin importarme que vaya a ensuciarse.

—No sé por qué hizo eso, voy a hablar con él ¿sí? Perdón por esto, Liam...

—No es tu culpa, Sam. Vé que luego paso a buscarte para llevarte a casa —me guiña el ojo sutilmente recalcando la mentira—. Y dile que cuando sea mi turno no iré por la espalda.

Eso no es una amenaza ¿o si?

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