Louis terminó de guardar las frituras en su mochila y bajó de su habitación a tropezones, su madre tenía prisa como siempre así que le tendió un gran vaso con malteada de chocolate y un plato con panqueques, granola y miel.
— Te los comes en el camino, vamos ya que tengo que irme a trabajar —Habló con desespero haciendo sonar sus zapatos en el piso.
Louis solo pudo asentir, no tenía por qué protestar así que caminó hasta el auto de su madre y subió dando un gran trago a la malteada, el azúcar entrando por sus venas hizo efecto casi de inmediato llenándolo de energía.
—Tranquilo niño, vas a ahogarte o algo —Encendió el auto y se miró al espejo por milésima vez
—Esta delicioso como siempre mamá ¿Puedo comer todos los panqueques?
—Claro que si mi amor —Sonrió Jay comenzando a conducir, Louis comía muy rápido y antes de llegar al colegio bebió el ultimo trago de malteada y relamió sus dedos, en sus mejillas había migajas de panqueques que su madre comenzó a quitar con su propia saliva
—Suficiente mamá, está bien.
Con una mueca en sus labios bajó del auto sujetando mejor su mochila para que no cayera por sus hombros, era el primer día de clases después del verano y con un suspiro largo Louis se detuvo a observar todo el instituto.
— Este año será mío —Sonrió con positivismo caminando entre los pequeños grupos de adolescentes hasta su primera clase.
Dos o tres fueron los pasos que logró dar antes de que un balón golpeara su cabeza, soltó un quejido, pero solo escuchó risas de fondo, tomó el balón y miro a los deportistas quienes aún reían por lo sucedido, Harry se encaminó hacia él, era un chico alto, con brazos grandes y fuertes, sus muslos gruesos se marcaban en sus ajustados pantalones, sus manos eran grandes y comúnmente sus dedos permanecían llenos de anillos, era un chico extravagante de ojos verdes, rizos y nariz respingona; si Louis lo pensaba un poco más podría definirlo como un rostro que se encontraría en cualquier escultura de adonis griego, lastimosamente su comportamiento no encajaba con la belleza angelical que emanaba.
— Lanza el balón, ballenita —Gritó con burla mientras levantaba sus manos para intentar atraparlo.
Louis miró el balón con su labio tembloroso ante el ardor que sentía en su cabeza, tenía que fingir que no le había dolido guardo en su mochila caminando lo más rápido que pudo hacia adentro
—!Oye! ¡Marica vuelve acá! —Harry comenzó a seguirlo en un intento de recuperar su balón.
Pero antes de atraparlo la campana sonó arrastrando a todos por el pasillo rumbo a sus clases, sus ojos verdes vagaron entre los estudiantes hasta que logró divisar a Louis entrando a una de las aulas para su primera clase, Harry no tuvo más opción que cumplir con su horario de clases e ir a sentarse junto a él para negociar —o forcejear— por su balón.
—Dame el balón, gordo —Murmuró entre dientes para no ser atrapado por la profesora que recién entraba al aula, Louis se atrevió a negarse
—No te daré nada hasta que te disculpes por decirme ballena.
—Lo eres, no tengo que disculparme por algo que no es mi culpa —Se encogió de hombros pareciendo no estar interesado en disculparse, Louis apretó sus labios y aferró más su mochila
— Entonces no te daré el balón.
— Me estas colmando la paciencia y voy a golpearte hasta que ruedes por todo el campo de fútbol —Amenazó
—No me puedes.
—Gordo marica.
—Idiota sin cerebro.
—Hijo de Moto Moto.
— ¿Sabes? Tus insultos solo hacen referencia a mi peso, no sabes más, troglodita.
— ¿Que significa eso? —Rascó su cabeza llena de rizos, Louis puso sus ojos en blanco
—Deberías prestar más atención a tus clases.
—Dame el maldito balón —Harry logró tomar la mochila y tiró de esta pero Louis no la soltó.
Ambos comenzaron a forcejear por el balón llamando la atención de todos en el aula, la profesora caminó con coraje hasta ellos, pero fue demasiado tarde cuando el balón salió volando hasta el cristal de la ventana quebrándolo justo al medio, ambos adolescentes se hicieron más pequeños en sus asientos al ver el ceño fruncido de la señorita Randal.
— ¡Oops! —Dijeron al unísono ambos chicos
La profesora más que furiosa y con una vena saltando de su cuello les llamó la atención a ambos levantando evidentemente su voz.
—Styles y Tomlinson, salgan de mi aula de clases y vayan directo a la dirección ¡ahora mismo!
El par de estudiantes se pusieron de pie con la vista de toda el aula puesta en ellos, aquello le causaba inmensa incomodidad a Louis, sus ojos azules querían cerrarse y desaparecer, odiaba ser el centro de atención, tomaron sus pertenencias y salieron caminando por el pasillo principal hasta la dirección.
—Bien hecho gordito, todo es tu culpa —Harry empujó levemente a Louis.
—Si no fueses tan imbécil nada estuviera pasando—Recriminó el chico más bajito fulminándolo con sus ojos azules y arrugando su pequeña nariz de botón
Al llegar con la secretaria del director esta los hizo esperar hasta que le dio la gana, siempre solía ser así toda la administración del instituto.
— El director está listo para recibirlos —Habló por fin la anciana
Ambos entraron con algo de prisa para ganar la mejor silla de la dirección, Louis logró sentarse en esta mientras Harry bufaba tomando la silla más pequeña e incómoda, el hombre mayor los miraba con incredulidad ante su reciente comportamiento infantil.
— Para ser atleta te falta condición —Soltó Louis con burla.
El señor Hells suspiró negando con su cabeza
—Me temo que han causado un gran desastre ¿no es así?
—Él comenzó —Señaló a Harry
—Vete a la mierda, Tomlinson—se cruzó de brazos.
— Tendrán un mes de castigo, se quedarán a limpiar el área ya que debido a los gastos en la reparación tenemos que descansar al conserje de la zona.
— ¿Es broma? ¿No pagamos lo suficiente para no recortar gastos? —Harry levantó demasiado la voz, el director Hells lo miró con molestia
—Si vuelve a abrir su boca serán dos meses.
— ¿Que? ¿Me sentencia por su estupidez a mí también? —Se quejó Louis
—Tres meses—Insistió.
— Ya, bien, no diremos más —Desvió la mirada el rizado
—Dicho esto los invito a retirarse, su castigo comienza desde hoy durante una hora después de la escuela.
—Que mierda —Harry se puso de pie seguido por Louis y ambos salieron
—Supongo que debemos llevarnos mejor —El castaño se encogió de hombros.
— No puedo permitir que me vean contigo, no me vuelvas a hablar ni siquiera a la salida —El chico alto comenzó a alejarse
— ¡Como si me interesara tu maldito trasero plano!
— Vete a rebotar por ahí Tomlinson —Harry le mostró su dedo medio sin dejar de caminar.
Para Louis estos momentos de estrés le causaban demasiada ansiedad, siempre terminaba en lo mismo, sentado en la cafetería con un plato lleno de snacks poco saludables y devorándolo como si no hubiese un mañana.
***
El equipo deportivo tenía duros entrenamientos por los juegos que se aproximaban, Harry era el mariscal de campo y todos ponían sus esperanzas en él, a veces era demasiada presión, pero la popularidad le encantaba.
Aunque específicamente ese día no podía concentrarse en el juego, su madre lo mataría por ir a detención y todo por culpa de Louis Tomlinson, el gordo que siempre lo observa desde lejos.
Al ver como estaba tan distraído, su amigo Zayn se acercó para hacerlo descansar un poco en las gradas, bebieron un gran trago de agua refrescante y comenzaron a hablar.
— ¿Por qué te ves como si te hubieses acostado con alguien muy feo estando jodidamente ebrio y ahora que estas sobrio lo recuerdas todo y te arrepientes? —Harry miró a Zayn con una expresión de diversión en su cara
— ¿De verdad tengo esa cara? No me jodas.
— Estas para la mierda hoy, por poco y pido que cambien de mariscal —Zayn río un poco palmeando la espalda de Harry
—El molesto niño gordo hizo que me mandaran a detención por un mes, ahora tendré que ser el conserje.
— No me jodas ¿Tu enamorado? —Zayn se echó a reír esta vez más fuerte, Harry miro a su alrededor y cubrió la boca del moreno
— Cállate, estúpido.
— Ya que esto se volverá muy cliché, deberíamos hacer una apuesta, tu enamoras al gordo en un mes y yo te haré la mejor fiesta de cumpleaños de la vida, marihuana, alcohol, música, chicas y chicos, lo que quieras.
Harry le miró por algunos segundos, su lado racional le pedía a gritos que se negara a tal crueldad, pero, por otro lado, él necesitaba seguir siendo alabado por los chicos populares y era consciente de que, al negarse, sus amigos lo excluirían por cobarde, solo eran pensamientos absurdos de un adolescente conflictuado
— Eso es muy poco, quiero tu Audi —No había ningún tipo de broma en su voz, estaba seguro que aumentar el premio haría que valiera la penaZayn lo miro incrédulo
— ¿Estas drogado o qué? A mi bebé jamás lo apostaría.
— Entonces no vale la pena —Harry se encogió de hombros bebiendo agua de nuevo, Zayn lo pensó por unos minutos y luego suspiró
— Bien, será así, tú lo enamoras, logras que realice las tareas para todo el equipo durante el ciclo escolar y yo te daré mi auto.
— De acuerdo, lo lograré incluso antes —El rizado dio un golpe al hombro de Zayn antes de alejarse, seria divertido y no parecía cosa difícil, Tomlinson pedía a gritos que alguien se fijara en él.
***
Bocado tras bocado iban directo a su boca, apenas y podía mascar la gran bola de masa que comía, aparentaba ser un pan de pizza, pero solo eran calorías en exceso, innecesarias.
Si alguien se preocupara por él ya le hubiesen quitado ese gran plato con los cinco panes de pizza que compró, pero todos preferían observar, criticar y reír a espaldas del gordo Tomlinson.
A esas alturas a Louis ni siquiera le importaba ya, aprendió a vivir con el dolor que aprisionaba su pecho cada vez que escuchaba una risa, durante mucho tiempo ha vivido aislado de la sociedad, no puede pasar frente a un tumulto de personas riendo, siempre pensará que están burlándose de su físico.
Para la buena suerte del castaño tenía un amigo, uno muy atento y mandón cuando se trata de lo saludable, lo observó entrando a la cafetería escolar para el almuerzo, con su forma tan fresca de andar, sus cabellos rubios de manera artificial y sus grandes ojos azules buscando con su cabeza la mesa en la que él se encontraba, no era tan difícil de encontrar por su tamaño, así pensaba Louis.
Al verlo con la boca llena y manchada de salsa soltó un gran suspiro caminando hasta él mientras rebuscaba algo en su mochila, apartó el plato con los panes de pizza y saco de su mochila una bandeja plástica con ensalada; diferente tipo de lechuga, tomate y queso parmesano con aderezo light y un poco de pechuga de pollo a la parrilla.
— ¿Dónde has dejado la dieta esta vez? —Se sentó al lado del castaño quien miraba la ensalada de mala gana.
— No me puedes culpar por mis ataques de ansiedad.
— Lo sé, Louis, pero no puedes resolver los problemas de esa manera, podrías morir o hacerte diabético ¿sabes? —Le reprendió.
— Niall, Harry es un idiota y por su culpa nos han castigado ¿Sabes que significa eso? Que estaré una hora más aquí y no voy a poder ver Shadowhunters a la hora de siempre ¿Como viviré sin Malec? —Preguntó exaltado antes de que sus labios formaran un ligero puchero.
— Tranquilo, Lou, prometo esperar por ti y el fin de semana veremos un maratón ¿Te agrada la idea? Pero eso sí, con vegetales como botana porque mi madre ya no me deja comer tantos carbohidratos — Niall hizo una ligera mueca y Louis suspiró rodando los ojos
—Nunca debí juntarme con el hijo de una nutrióloga.
— Pero cuéntame ¿Porque culpas a Harry de una detención para ambos? —Preguntó el rubio con curiosidad.
— Uh bueno, me lanzó un balón a la cabeza y no quise dárselo, no sé de donde surgió esa valentía en mí, en el salón de clases forcejeamos por él y terminamos quebrando el cristal de la ventana, la profesora estaba a punto de explotar por la cólera —Sonrió divertido abriendo la bandeja plástica.
— Así que ¿Cuánto tiempo estarás a solas con el ardiente Harry Styles? —Niall recargó su barbilla en la palma de su mano insinuando cada palabra
— Oh cierra la boca, no será cómodo estar ahí.
— Seguro se enamora de ti, Lou —Sonrió animándolo
— Como si eso pudiese pasar, Harry Styles jamás se fijaría en mi —Picoteó la lechuga con un tenedor.
— Eres hermoso Louis, debes saberlo — Niall asintió
— Lo dices porque eres mi mejor amigo, pero la realidad es...que nadie se enamora del chico gordo.
— No digas tonterías, no todos los chicos buscan a un super modelo, pero si no te sientes cómodo con tu cuerpo entonces trata de seguir la dieta por más de dos semanas —Murmuró mirando a su mejor amigo, Louis negó con su cabeza.
— No gracias, la comida es mi único amor.
— Al paso que vas creo que te casaras con ella —Negó con su cabeza y los ojos de Louis se iluminaron
— Lucharé por mis derechos como los homosexuales, quiero casarme con la comida.
— ¿Sabes algo bueno de la compañía? El sexo —Susurró el rubio incitando a su amigo
— Nunca he experimentado nada respecto a el sexo.
— Bueno, es hora de que lo hagas, para eso deberías intentar seducir a Harry, el caerá rendido, te lo aseguro —Sonrió con astucia
— Seria un milagro que el cuerpo atlético y ardiente de ese chico con ojos color esmeralda quisiera tocarme, un cuerpo cubierto por llantas de grasa aunque he visto My Mad Fat Diary, Si Finn se enamoró de Reachel, Harry puede fijarse en mi ¿no es así?
— Solo no te obsesiones con eso, tómalo como una posibilidad, pero no me gustaría que salieras herido si nada resulta como lo esperabas —Niall acarició su espalda mientras el ojiazul comía más acelerado
— Otro ataque de ansiedad, maldito Styles —Entrecerró sus ojos mientras masticaba frenéticamente los trozos de pollo.