AGNYS | descendants

By alexubell

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〔💀〕AGNYS | ❝Robaste todo lo que me importaba, hermanita. El cariño de mi padre, mi mejor amiga, pero ahora y... More

𝐀𝐆𝐍𝐘𝐒
PLAYLIST
TEASERS
B O O K I
CHAPTER I
CHAPTER II
CHAPTER III
CHAPTER IV
CHAPTER V
CHAPTER VI
CHAPTER VII
CHAPTER VIII
CHAPTER IX
CONCURSO
CHAPTER X
CHAPTER XI
CHAPTER XII
B O O K I I
CHAPTER XIII
CHAPTER XIV
CHAPTER XV
CHAPTER XVI
CHAPTER XVII
CHAPTER XVIII
CHAPTER XIX
CHAPTER XX
CHAPTER XXI
CHAPTER XXII
CHAPTER XXIII
B O O K I I I
CHAPTER XXIV
CHAPTER XXV
CHAPTER XXVI
CHAPTER XXVII
CHAPTER XXVIII
CHAPTER XXIX
CHAPTER XXX
CHAPTER XXXII
CHAPTER XXXIII

CHAPTER XXXI

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By alexubell














CHAPTER XXXI

( i'm scared! )

──── ⊰✩⊱ ────











AGNYS Y UMA SE ENCONTRABAN TIRADAS EN LA cama de Audrey leyendo su diario, mientras Mal y Evie buscaban alguna otra pista por la escuela. Celia y Ginny disfrutaban de las joyas de la princesa, ahora villana, ignorando cualquier tipo de conversación que ellas podrían estar teniendo.

La diosa seguía algo preocupada de haber permitido que Will se fuera con el resto de los hombres. Era obvio que se había opuesto a que el niño fuera con ellos, ya que no era un misterio que cada vez que el pequeño salía con Gil y Harry, regresaba con algún moretón a lastimadura. Pero cuando el pirata y el hijo de Clayton la miraron con ojos de perrito, rogándole, no pudo decir que no. Claro que a Harry sí podía decirle que no, es más, era lo que había hecho toda su vida; pero Will... Ese maldito niño era una debilidad.

— Esta chica sí que está furiosa con Mal— comentó Uma pasando de página, ensimismada en su lectura.

— Bienvenida al club, Audrey— murmuró la peliazul, distrayéndose con sus uñas, a la vez que dejaba salir un suspiro.

La octópoda se concentró en la chica a su lado, dejando de lado el diario, prestándole atención. Podía notar que Agnys se encontraba en un gran dilema, y mientras que cualquiera podría decir que era por la actual Reina de Auradon, ella sabía que éste tenía el nombre de Harry por todos lados.

— Así que...— comenzó Uma, tratando de tratar el tema con delicadeza— ¿Cuándo vas a aceptar tus sentimientos por Harry?

Sí, definitivamente no era buena con la delicadeza.

Agnys agradeció que Celia y Ginny se encontraran tan interesadas en los diamantes, como para haber escuchado aquella pregunta.

— Ya hablamos de esto— contestó levantándose de la cama, para poder escapar de alguna forma de la situación.

— Sí, lo hablamos— se irguió para mirarla mejor—. Y sé que no te sientes lista para estar emocionalmente con él, pero prácticamente me dijiste que estás enamorada.

— ¡Nunca dije eso!— exclamó por lo bajo.

— Dije "prácticamente".

La diosa bufó mientras se alejaba para sentarse en el alfeizar de una de las ventanas.

»Mira, Agnys. Sabes que soy muy sincera, especialmente contigo«, siguió la octópoda. »Ambos se gustan por no decir algo más fuerte, él haría cualquier cosa por ti y lo ha hecho. Conozco a Harry de toda mi vida, y puedo asegurarte que nunca lo había visto de esta forma.«

— No quiero lastimarlo, sé cómo eso se siente y no quiero que él lo pase— respondió la diosa, por primera vez, abriendo realmente.

— ¿Por qué crees que vas a lastimarlo?

— Esa es la cuestión— finalmente despegó su mirada de la ventana para centrarse en su amiga—. No creo que voy a lastimarlo, no es algo que quiera hacer. Pero es una posibilidad, que no quiero que ocurra.

— Agnys, nadie puede saber qué puede llegar a ocurrir— siguió Uma—. La vida es así, todas nuestras decisiones tienen un futuro incierto, pero está en nosotros darle una oportunidad o no. Y sé que en este momento parece que Harry va a esperar para siempre, pero puede que no sea así.

A la octópoda se le estrujó el corazón, cuando vio las lágrimas acumularse en los ojos de la diosa, pero era una verdad que su amiga necesitaba escuchar.

Agnys discutió consigo misma unos segundos, antes de mirar a Uma a los ojos y decir lo que jamás creyó que diría en voz alta.

— Tengo miedo.

La morena dejó salir un pequeño jadeo ante su asombro, y Ginny comenzaba a prestar atención disimuladamente.

— Todos tenemos miedo— intentó tranquilizarla—. Yo también tuve miedo antes de empezar algo con Hadie, pero cuando estás enamorado...

Uma se detuvo de golpe, al ver el cambio de mirada de la diosa. La vulnerabilidad había desaparecido, permitiendo que su armazón de seguridad volviera, cerrándose nuevamente.

— No estoy enamorada— la octópoda intentó retractarse, pero ya era tarde— ¿Qué te hace pensar que estoy enamorada? ¿Crees que caería tan fácil por un par de gestos bonitos y coqueteos estúpidos? ¿Crees que él significa tanto para...?

La puerta de la habitación se abrió repentinamente, terminando con su conversación, permitiendo entrar a la razón de todas las inseguridades de la diosa.

— No está en el campus— informó Evie, antes de notar la tensión en el ambiente— ¿Interrumpimos algo?

— Encontramos su diario— dijo Uma ignorando su pregunta, antes de mirar a Mal, quién parecía no poder sacar su mirada de su hermana—. Y vaya que arruinaste la vida de Audrey.

— ¿Encontraste algo allí que no sepamos ya o...?— la cuestionó la pelimorada con sarcasmo.

— Suele ir a la casa de las hadas, donde Flora, Fauna y Primavera escondieron a su mamá de la tuya.

— Sí, entiendo más que bien la ironía.

— ¿Cómo alguien puede ser infeliz en esta cama?— se quejó Uma, antes de tirarse en ésta.

La atención de todas se dirigió a Celia, cuando les enseñó todas las joyas que se había puesto.

— Las joyas se quedan aquí— le indicó Evie.

— Pero ella es mala.

— Y nosotras no.

— Habla por ustedes— se metió Ginny con una pequeña risa.

— Si no recuerdo bien, están aquí ayudándonos a salvar a Auradon— le contestó Mal.

Una sonrisa se ubicó en el rostro de la diosa, antes de levantarse para acercarse a su hermanita.

— Yo vine porque tienes miedo de que la brasa no funcione contigo, y prometiste que los niños saldrían de la Isla— continuó mirándola de arriba a abajo—. Pero, ¿cómo sabes que no tengo un plan bajo mi manga?

La pelimorada se quedo sin palabras, tratando de buscar algún indicio en el rostro de la diosa, de si hablaba con la verdad o no.

La peliazul dejó salir una leve risa.

»Amo ver a tu pequeño cerebro trabajar por mi«

Y con una última sonrisa, dejó la habitación.



──── ⊰✩⊱ ────



Las dos horas ya habían pasado, por lo que las chicas se dirigieron a la casa de Evie. Tanto Ginny como Uma, quedaron maravilladas con el exterior, teniendo que detenerse para apreciarlo mejor.

— Realmente espero que hayan encontrado a Ben— dijo Mal, ingresando a la casa.

— Lindos aposentos— halago la octópoda.

— Conseguí un muy buen precio— habló Evie con una sonrisa.

Esto es lo que la aspirante a princesa, siempre había querido. De lo que siempre hablaba con Agnys en la Isla, y ahora, lo había conseguido. Y la diosa continuaba pudriéndose en aquel marginado lugar.

Ginny tan solo agarró su mano, antes de caminar juntas dentro de la casa.

Allí, Winnie y Dizzy se encontraban bajo el hechizo de Audrey, acostadas sobre el sillón. La diosa no dudó en correr hacia la niña, notando que no tenía ningún rasguño además de su impuesto sueño.

— Estoy aquí, Winnie— le murmuró, mientras acariciaba su rojizo cabello—. No debería haber permitido que vinieras.

Ginny y Uma compartieron una mirada, antes de que un extraño grito de guerra se escuchara detrás de ellas. Un Peyton armado con utensilios de cocina, una Evangeline con una cuchara de madera y una tintineante Vidia, saltaron desde la cocina listos para atacar a quienes sean que hayan entrado.

— Wow, son unos verdaderos guerreros— dijo Uma con sarcasmo brotando de cada una de sus palabras, mientras Ginny y Evangeline no podían sacarse la mirada de encima. 

— ¿Qué creen que están haciendo?— les preguntó Agnys completamente confundida.

— ¡AGNYS!— exclamaron ambos, antes de abalanzarse sobre la diosa.

La hija de Hades, no podía entender nada de lo que le decían mientras la abrazaban con entusiasmo. Sin embargo, permitió que le expresaran su cariño, mientras les daba pequeñas palmaditas en sus espaldas.

— ¿Cómo es que ustedes no están bajo el hechizo de Audrey?— les preguntó Mal.

Peyton y Evangeline se alejaron de Agnys, para dirigir su atención a la pelimorada.

— Winnie quería probar el chocolate del que Agnys tanto le había hablado— comenzó a explicar Eva—. Por lo que cuando vimos que no había en la cocina, fuimos a conseguirlo.

— Pero cuando estábamos en camino, Audrey lanzó el hechizo— continuó Peyton—. Vidia nos salvó con su polvo de hadas, y corrimos de vuelta, pero ya era tarde— dirigió su mirada a la diosa—. Lo lamento.

— Está bien, Pey— lo calmo—. De todas formas, prefiero que no esté metida en este embrollo.

Sí, Winnie dentro de todo estaba a salvo. Pero el hecho de que Will siguiera allá afuera y que aún no hubieran vuelto la tenía sumamente inquieta; y ya no podía controlar su ansiedad.

»Voy a ir a buscar a los chicos«, comunicó antes de dirigirse a la salida de la casa.

— ¡Espera!— intentó detenerla Evie— Ni siquiera sabes dónde están.

— ¿Qué tan difícil puede ser encontrar a Will y a seis babuinos?— la diosa rodó sus ojos, antes de ser seguida por Evangeline y Ginny, las cuales aún seguían dirigiéndose furtivas miradas.







OCTAVO CAPÍTULO DE ESTE TERCER ACTO

Pude hacerme este pequeño tiempo para actualizar y crear algunos memes♥

Espero que les haya gustado el capítulo♥

Recuerden que si quieren hacer algún gráfico, dibujo, meme, etc. Estoy abierta a verlos y publicarlos♥























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