— Kenji... ¿A dónde vas?
El castaño que se dirigía a la salida, se detuvo cuando la voz de su padre llenó el silencio de la casa.
— A trabajar. Se me hace tarde para la reunión. Que tengan buen dí-
— Los Zhang vendrán a cenar esta noche — soltó el hombre de golpe.
Las manos del menor se cerrando en puños, bajó lentamente su mirada, miles de emociones se apoderaron de su pecho y cientos de recuerdos comenzaron a atormentar su cansada mente. Cerró sus ojos y asintió despacio.
— Está bien... Intentaré llegar temprano.
Sin decir una palabras más, terminó por salir de la casa, dejando a sus padres suspirando.
— Ese no es mi hijo... — habló la mujer dándole una mirada triste a su esposa.
— Lo sé... El trabajo es una excusa.
— Cariño. ¿Por qué mejor no lo dejamos tranquilo?
El hombre frunció levemente su ceño.
— ¿Qué quieres hacer?
— Vamos a cancelar el acuerdo de matrimonio.
— Wen-
— Mi hijo ya no es feliz Yoshi... Mi hijo ya no es feliz y yo no quiero contribuir a su infelicidad... Por favor, cancela el compromiso.
La mujer se levantó del sillón y caminó hasta las escaleras para ir a su recámara.
Yoshi se quedó un momento pensando, precisamente en el paso, cuando su hijo era diferente del de ahora, cuando su hijo era feliz, cuando su hijo un rebelde que luchaba a capa y espada por lo que quería. Ese chico desapareció de la noche a la mañana.
Zhan miró el nombre anotado en la agenda y mordió su labio inferior con algo de inseguridad.
Dao kenji, reunión programada para el 25 a las 09:00 a.m. Era lo que estaba escrito en la hoja. Cerró la agenda y se levantó de su silla para caminar hasta la oficina de Wang Yibo.
Sin tan siquiera molestarse en tocar, abrió la puerta, enco0ntrandose al mayor concentrado en su computador. Este al notar la presencia de la única persona que puedo haber irrumpido en su oficina sin avisar, levantó la mirada de su dispositivo fijándola en el recién llegado.
— ¿Se te-
— Yibo... Tengo que algo que decirte importante — interrumpió acercándose al escritorio.
— Pues, adelante.
— Dao kenji, el hijo de Dao Yoshi el empresario japonés, con el que tenemos una reunión programada en una hora.
— No estoy entendiendo Xiao Zhan. ¿Puedes ser más específico?
Zhan cerró su ojos suspirando para luego mirarlo con determinación.
— HaoWei mencionó que había conocido a un Dao Kenji... Y no estoy seguro, pero creo que se trata de la misma persona. Tal vez él sepa algo de lo que sucedió con tu hermano.
El ceño de Yibo se frunció levemente mientras que con su dedo golpeaba el escritorio.
"Dao Kenji..."
《— Ge. Voy a salir esta tarde.
— ¿A dónde y con quién?
— ¡Gege!... Solo voy a salir un rato. Ya no soy un niño pequeño.
— Wang HaoWei... Al menos puedo saber con quien vas a salir. No puedo dejar que mi hermano menor salga de casa sin tan siquiera decirme a donde y con quién va. No soy la CIA, solo quiero tener datos por si acaso suceda algo. ¿Entiendes?
— Saldré con un amigo.
— ¿Qué amigo?
— Se llama Dan.
— ¿Y adonde van?
— Al cine a ver el conjuro. ¿Quieres acompañarnos?
— Está bien, ya no preguntaré. Pero te llamaré más tarde así que asegúrate de responderme o estarás en problemas.
— Está bieeeen. Ya me voy.》
— Xiao Zhan... ¿Por si acaso... a él no lo llaman Dan? — preguntó con su mirada perdida luego de que aquel recuerdo apareciera cómo por arte de magia en su cabeza.
— Tengo entendido que tiene un nombre chino y uno japonés, pero que usa más su nombre japonés.
— ¿Podrías averiguar cuál es su nombre chino?
— ¿Puedo saber porqué?
— HaoWei siempre solía salir con un chico llamado Dan. Tengo un ligero presentimiento sobre él — dijo mientras su expresión se volvía más fría y dura.
— Está bien, yo me encargaré de eso. Pero creo que tú deberías prepararte la reunión.
— Mhn. No te preocupes.
Wang Yibo era una persona profesional, no importara qué, siempre separaba su vida laboral de su vida privada. 'Trabajo es trabajo' era lo que siempre decía, pero ahora, no podía separar su vida de su trabajo. ¿El motivo? Dao Kenji estaba sentado al frente suyo.
Lo miraba atentamente analizando cada rasgo de él, pues, tenía es presentimiento retumbando fuertemente en su ser, necesitaba que alguien le dijera que Dao Kenji no había asesinado a su hermano para poder quedarse tranquilo. La mano que mantenía en forma de puño sobre su pierna bajo la mesa delataba la frustración y desespero que tenía por decirle. 'Hey ¿Eres tú el famoso Dan que salía tanto con mi hermano menor? ¿Eres tú su asesino? y si no es así entonces qué fuiste para él'
Pero rápidamente pudo salir de la burbuja de pensamientos que se había formado en su cabeza, todo gracias a la delicada mano que se había posado sobre su puño. Bajó su mirada y sintió el ligero apretón que esta le daba, incluso el movimiento errático en su pierna se había detenido. Lentamente volteó a al persona capaz de calmarlo, y solo pudo ver a su secretario, quien hablaba de manera muy profesional y propia, mientras que la mano de este se mantenía sobre al suya.
Entendía, entendía lo que le estaba tratando de decir. Discretamente, le estaba pidiendo que se tranquilizara.
Respiró de manera profunda, y cerró un momento sus ojos para calmarse. Se acomodó en su silla y sintió la mano de Xiao Zhan alejarse.
— Sí, me parece perfecto. Yo también realizaré un viaje en un par de días, así que me parece perfecta la fecha.
— ¡Perfecto! Entonces me pondré en contacto con su secretaria.
Kenji asintió cerrando la carpeta que estaba sobre la mesa. Todos se levantaron y cuando se dirigieron a la salida. Yibo tuvo que sí o sí despedirse con un apretón de manos.
— Fue un placer conocerlo Presidente Wang.
— Lo mismo digo. Estaremos en contacto.
Y Dao Kenji terminó por salir de la sala, dejando a un Wang Yibo sumergido en un mar de emociones. No sabía cómo sentirse, no sabía que pensar, no sabía que creer. Sentía que se estaba perdiendo, sentía que comenzaba a sumergirse en el oscuro y profundo mar.
Entonces sintió un par de brazos rodeándolo. Xiao Zhan estaba abrazándolo.
— Tranquilo... — habló en un tono calmado mientras acariciaba suavemente la espalda ajena.
— Todo está bien. ¿De acuerdo? — y Yibo respondió a aquel abrazo.
Sin querer y sin darse cuenta, sus lagrimas habían comenzado a rodar por sus mejillas.
— Está bien... Está bien — Era lo que escuchaba salir de la boca del pelinegro, de una manera tan suave y delicada que lograba calmarlo.
Su voz lograba que su mente se concentrara solo en él y no en todo lo se le cruzaba por la cabeza. Solo podía enfocarse en lo que su mente le decía. 'Está bien, si Xiao Zhan dice que está bien, entonces lo está... Confío en él'
Abrazó con un poco más de fuerza el cuerpo del menor y escondió su rostro en el cuello ajeno al darse cuenta de algo, de que últimamente, Zhan se había convertido en su salvavidas en medio del aterrador e inmenso océano. Porque, siempre había sido él, quien lo cuidaba cuando bebía de más, quien lo ayudaba a resolver cualquier tipo de problema que se le presentaste, quien siempre están un paso adelante evitándome situaciones incómodas, quien siempre le llevaba el desayuno porque sabía que si por él fuera, no desayunaría nunca. Xiao Zhan era la persona que siempre estaba a su lado, y ahora, era el único que le daba consuelo cuando estaba triste, era ahora el único que sin decirle una palabra sabía que estaba mal, era el único que estaba a su lado.
Estuvo en la misma posición por algunos cuantos minutos dejándose mimar por Zhan y escuchando las palabras que lo calmaban de a poco. Hasta que el menor volvió a hablar.
— No puedo decir que entiendo perfectamente cómo te sientes, pero intento comprenderte. Aún así, no está bien que te dejes llevar por tu emociones... En realidad no sabemos si Dao Kenji tenía algo que ver con tu hermano, y tú casi terminas teniendo una crisis de ansiedad hace un momento. Y sé que es algo que está completamente fuera de tu control, así que te pido que me dejes ayudarte. ¿Está bien?
Yibo asintió comenzando a separarse lentamente y sorbiendo su nariz. Vio como Zhan reía bajo, y lo próximo, fue sentir los pulgares del menor limpiar las lágrimas de sus mejillas con delicadeza.
— Podemos cancelar el viaje de mañana si no te sientes bien... — Yibo negó con la cabeza.
— No podemos cancelar... Estoy bien ahora.
— ¿Seguro? Aún pudo reprogramar todo, tú estás primero antes que todo, incluso del trabajo.
— Creerán que somos unos irresponsables y que tenemos falta de compromiso laboral. La imagen de esta empresa también es importante
Zhan suspiró de manera disimulada y asintió.
Aún sin quitar las manos de las mejillas del castaño, Zhan suspiró dejando que su pulgar acariciara la piel ajena. Esto hizo que Yibo colocara su mano sobre la de Zhan, dejándose así, acariciar por el menor. Cerró un momento sus ojos dejando que su cabeza fuera sostenida por las manos del pelinegro.
Suspiró con calma
Aún con sus ojos cerrados, estiró sus brazos pasándolos por la cintura ajena y apegándose de nuevo al cuerpo de Zhan. Necesitaba, no, más bien, quería otro abrazo que viniera de la persona frente a él.
Volvió a esconder su rostro en el cuello del menor y rozó con su nariz la piel impropia, provocando una suave risa en el secretario.
— ¿Y este abrazo a qué se debe si se puede saber? — preguntó Zhan con una ligera sonrisa burlona.
— No lo sé... Solo quiero, sentir tu calor — habló bajo.
Para lo que Yibo fue algo muy querido, para Zhan fue toda una sorpresa, aquellas palabras hicieron que su corazón se acelera un poco más de lo normal y sus mejillas comenzaran a quemar.
— Quiero un abrazo tuyo Zhan.
El susurro lo suficientemente alto como para que Zhan lo escuchará perfectamente y encendiera aún más las llamas en su rostro, porque se estaba sonrojando ante las palabras dichas por su mayor.
Lentamente, respondió al abrazo intentando dejar el nerviosismo a un lado y dejándose llevar por el agradable sentimiento que crecía y crecía cada vez más. Por la calidez que sentía en ese momento, por la tranquilidad. Ahora, fue Zhan quien abrazó con más fuerza al castaño, haciendo que sus cuerpos se junten cada vez más.
Y escuchó la pequeña risa de burla de Yibo.
— ¿Sabes qué? Puedo sentir tu corazón latir... Y me gusta el ritmo.
— También puedo sentir tu corazón latir, y también me gusta el ritmo.
Nuevamente, Yibo movió su cabeza haciendo su nariz rozará la piel de Zhan y provocando una pequeña risa.
Ambos se encontraban en una sala de reuniones solos, abrazados en medio del silencio y metiendo un poco de un lado a otro.
Ninguno de los dos quería pensarlo, pero ahora que en verdad lo hacían, no podían quitarse de la cabeza una pregunta.
'¿Acaso me estoy enamorando?'