The Stripper Ꞝ Sahyo

By Ss0ulx

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❥. ᭄ 𝐒𝐚𝐡𝐲𝐨 ★ Adaptación ❝ ¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apues... More

Sinopsis
Capítulo 1- "Doble Vida"
Capítulo 2- "Regreso a Miami"
Capítulo 3- "La Stripper"
Capítulo 4- "Nueva presidenta"
Capítulo 5- "Primer día"
Capítulo 6- "Conversación y más tiempo juntas"
Capítulo 7- "El baile"
Capítulo 8 -"El beso"
Capítulo 9 - "Perdiendo el control"
Capítulo 10 - "Le Coffee"
Capítulo 11 - "Dulce ilusión"
Capítulo 12 - "Confusión"
Capítulo 13 - "Regalo, Paseo, Conversación"
Capítulo 14 - "Juegos perversos"
Capítulo 15 - "Llegada inesperada"
Capítulo 16 - "Reencuentro"
Capítulo 17 - "Conociendo a la familia"
Capítulo 18 - "Un día diferente"
Capítulo 19 - "Un baile"
Capítulo 20 - "Volviendo a la dura realidad"
Capítulo 21 - "La venganza"
Capítulo 22 - "Perdidas"
Capítulo 23 - "Arriesgarse"
Capítulo 25 - "Caminos cruzados"
Capítulo 26 - "Peleas y reconciliación"
Capítulo 27 - "Nueva Alianza"
Capítulo 28 - "Un día diferente"
Capítulo 29 - "Momentos"
Capítulo 30 - "El descubrimiento"
Capítulo 31 - "Confrontación"
Capítulo 32 - "Torbellino de sentimientos"
Capítulo 33 - "Caer en tentación"
Capítulo 34 - "Negociaciones"
Capítulo 35 - "Cosas del pasado"
Capítulo 36 - "Baile de máscaras"
Capítulo 37 - "Propuesta"
Capítulo 38 - "Cuestión de saber"
Capítulo 39 - "¿Quién manda en este juego?"
Capítulo 40 - "¿Todo estará bien?"
Capítulo 41 - "¿Mentir, si o no?"
Capítulo 42 - "Sorpresa"
Capítulo 43 - "El vuelo"
Capítulo 44 - "Secretos"
Capítulo 45 - "Irse ¿Sí o no?"
Capítulo 46 - "Decisión"
Capítulo 47 - "Lap dance"
Capítulo 48 - "Jaque-Mate"
Capítulo 49 - "Estrategia"
Capítulo 50 - "La nueva era"
Capítulo 51 - "Ajuste de cuentas"
Capítulo 52 - "La pérdida"
Capítulo 53 - "Nuevos tiempos"
Capítulo 54 - "La boda"
Capítulo 55 - "El poder"
La familia - Epílogo pt.1
Dos lados - epílogo pt.2
Querida Stripper - Epílogo pt.3

Capítulo 24 - "Fuck You All The Time"

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By Ss0ulx

Para una mejor lectura, se recomienda que reproduzcan "Fuck you all time - Jeremih (Shlohmo Remix)" Cuando se les sea indicado en el capítulo con un "(...)".

Disfruten <3

Minatozaki Sana's point of view

El camino de regreso sería largo, pero esta vez no me importaría. Nada iba a cambiar mi estado de ánimo ese día.

Absolutamente nada.

Pensé mientras miraba a Jihyo sentada a mi lado, la mujer parecía estar más cansada que nunca. No era para menos, por supuesto. Nuestras últimas horas han estado más ocupadas que de costumbre.

Sonreí al recordar nuestro tiempo juntas en el interior de esa habitación, cada detalle quedó grabado en mi mente, como una película. Escenas y más escenas se repetían constantemente, lo que me hizo sonreír como una idiota.

"Oh dios Sana, no seas tonta" — Me susurré a mí misma moviendo la cabeza

Jihyo se removió en el asiento del auto con el ruido que acababa de hacer. La coreana dormía serenamente, con la cabeza apoyada contra la ventana al lado de ella. A veces se quejaba de manera inconsciente a causa del movimiento del vehículo.

Alisé un pequeño mechón de su cabello, por lo que la mujer dejó escapar una respiración profunda. Tenía unos rasgos delicados, casi dibujados a mano. Sus labios fueron moldeados por los dioses, rosados y carnosos. Una coreana con un cuerpo hermoso y características latinas, que me atraía tanto.

Acerqué con cuidado su cuerpo al mío, impidiendo que se despertara. Por instinto, Jihyo se acurrucó en mis brazos rápidamente, acomodándose lo mejor que pudo. El clima estaba frío, pero yo la calentaría. Agarré mi abrigo, cubriendo a la mujer que casi temblaba de frío. Le di un pequeño beso en la parte superior de su cabeza con afecto y deslicé mis manos lentamente sobre su espalda. Era bueno tenerla así, Jihyo era el tipo de mujer que necesitaba ser cuidada, amada y querida todos los días. Y podría ser yo quien le ofrezca todo eso.

A través del espejo retrovisor pude ver Jihoon mirándonos con una sonrisa de quien entiende todo lo que hay. Él sería el testigo de un montón de cosas, como siempre lo fue. Pero yo confiaba en Jihoon, hace años que trabaja para mí, y él nunca me había defraudado.

—Si le dices a alguien te dispararé.

Le dije sonriendo al hombre que se rió con dulzura.

—No voy a decir a nadie, señora. Estoy feliz por usted.

—¿Lo está? — Pregunté confundida

—Sí, siempre supe que terminaría así.

—¿Cómo? ¿Y por qué? — Le pregunté en voz baja para no despertar a Jihyo

—Sólo sabía. Las miradas son suficientes para darnos cuenta de lo que pasa, señora. Y si se me permite decir, su mirada hacia esta chica fue diferente desde el principio.

—¿Es tan obvio? — Pregunté confundida

—No, solo sabe quien te conoce muy bien.

No dije nada.

¿Estaba siendo tan obvia? No quería enamorarme, no debería. No me enamoré.

"¿Por qué me tienes que hacer esto a mí?" — Pensé mirando a Jihyo que ni siquiera tenía idea de la confusión mental en la que me encontraba. La deseaba y la tenía. Pero, ¿qué pasa con el resto? ¿La compañía y todos?

Amaba esa manera dulce, la sonrisa con la lengua entre los dientes, pero al mismo tiempo me gustaba su manera decidida y atractiva. Esa mujer era admirable, su belleza, su inteligencia era inconfundible.Un día vería a Jihyo frente a un gran proyecto. Tomando decisiones como una buena empresaria que estaba que sería. Pero ¿qué pasa con Jisoo? Seguía siendo la dueña de mis deseos, mis necesidades. Ella sólo estaba compartiendo la posición con la coreana en mis brazos

Por un momento pensé en tener ambas. Y una de dos:

Me volvería loca, o las volvería locas.

No funcionaría bajo ninguna circunstancia. Y yo ya no era ese tipo de persona, yo nunca haría algo así a las dos, ellas no lo merecen. La única opción sería dejar ir a una de ellas.

¿A quién dejaría ir?

En ese preciso momento me encontré dividida entre ¿el deseo y el amor? Negué con la cabeza al pensar en esa posibilidad. Sería difícil elegir. O no.

Yo no debía pensar en eso ahora.

Todo va a suceder cuando tenga que suceder.

El destino ya estaba escrito.

Park Jihyo's point of view

— ¿Jih?

En el fondo podía escuchar la voz de Sana, llamándome en una manera única. ¿Estaba soñando? Me moví lentamente, sintiendo algo envuelto alrededor de mí. Abrí los ojos lentamente y la primera cosa que vi fueron esos ojos brillantes. Sana tenía sus brazos alrededor de mí, y sólo en ese momento me di cuenta de que había dormido todo este tiempo en sus brazos.

— Finalmente, señorita Park. —ella dijo con una sonrisa.

— Lo siento. —dije con una sonrisa tímida.

Salí de sus brazos, notando que el coche ya se había detenido. Estábamos exactamente en Miami, más específicamente frente al edificio en el que yo vivía.

— Dormí todo el camino. ¡Dios mío!

Sana sonrió.

— No te preocupes, todo está bien. Le pedí a Jihoon que se detuviera aquí, para dejarte de manera segura.

— ¿No vamos a la empresa? Creo que todavía sigue siendo horario de trabajo. —Dije agarrando mi celular para comprobar la hora.

16:45 PM. Tenía razón.

— Iré yo, necesito resolver algunas cosas. Pero tú puedes quedarte. —Sana habló cariñosamente.

—No, tengo que ir también.

—Jihyo, quédate.

—Pero, Sana...

—Es una orden. —hablo seriamente— Quiero que descanses, te estaré esperando mañana

— ¿Estás segura?

— Siempre.

— De acuerdo... —hable incómodamente

¿Cómo deberíamos despedirnos? ¿O cómo nos trataríamos ahora?

Me acomodé la ropa y abrí la puerta del auto. Y en el mismo instante Sana tiró de ella, cerrándola nuevamente.

— ¿Qué pasa?

— ¿Te vas a ir así? ¿Sin despedirte de mí?

Le sonreí.

No sé cómo despedirme ahora, además, Jihoon está aquí. —Susurré tímidamente, mirando al asiento delantero dónde estaba Jihoon.

—No te preocupes por Jihoon, y tal vez de esta manera.

Sana se inclinó hacia mí, y lentamente deslizó una de sus manos por mi rostro, pasando su pulgar suavemente sobre mi piel en una caricia tranquila, sus ojos siguiendo cada movimiento que hacía con su dedo. Cerré los ojos solamente sintiendo todo lo que esas simples caricias me podían brindar. Su mano fue a la parte trasera de mi cuello, para luego tirar de mi lentamente hacía ella. Sellando sus labios con los míos con calma y paciencia.

A diferencia de los demás, ese beso no esperaba nada a cambio, no había otro fin más que sentirnos la una a la otra. Ella tenía una manera única de besarme, no era como cuando estaba con Jisoo. Ese beso era solamente para Jihyo, para mí.

Sus labios se movieron sin prisa sobre los míos, succionando poco a poco. Su lengua estaba en perfecta sincronía con la mía, dándome una sensación reconfortante. Todo era tranquilo e intenso a la vez.

Sana terminó el beso lentamente, como si no quisiera parar. Como si escuchara mis súplicas para continuar, pero ella sabía el momento adecuado para todo. Y yo confiaba en eso. Sus labios se alejaron se alejaron de los míos, terminando el beso con pequeños picotazos.

Si no me voy ahora mismo, no seré capaz de soltarte hoy. —susurró con su cara cerca de la mía.

Sonreí con mi frente pegada a la suya.

—Me voy solamente porque sé que tienes compromisos importantes.

—Podría dejarlos todos, señorita Park.

—Y yo me culparía por eso. Así que ve, nos vemos mañana, ¿De acuerdo?

—Está bien. —Sana dijo sonriendo, apartándose de mí.

—Buenas noches, señorita Minatozaki. – dije formalmente en un tono divertido, lo que hizo a Sana sonreír.

—Buenas noches, señorita Park, piensa en mí esta noche, yo estaré pensando en ti.

La miré a la cara por última vez, hasta que salí del auto. Sana se quedó ahí hasta que me vio entrar al edificio. Tan pronto como cerré el portón, la mujer le hizo un gesto a Jihoon para que este continuara su camino, la ventana polarizada que hasta el momento estaba abierta empezó a elevarse y el vehiculo arrancó, llevándose a Sana.

Caminé hacia el ascensor pensando en todo lo que había pasado. ¿Estaba soñando? ¿He hecho el amor con Sana, y ahora ella me había besado de la forma más tierna todo este tiempo? Oh Dios, esto era demasiado bueno para ser verdad. Me miré a mí misma en el enorme espejo del elevador, notando algunas pequeñas marcas de la noche pasada. Sonreí ante aquella imagen, y por primera vez en años, realmente vi a una Jihyo feliz.

Y todo esto, fue por causa de ella, y para ella.

Sana.

Entre al apartamento, todo estaba en completo silencio. Nayeon y Chae seguramente estaban aún trabajando. Ni quería pensar en el interrogatorio que me harían cuando llegaran. Ellas probablemente ya estaban enteradas de la situación. Después de hacerse más cercana a Yeri, Nayeon sabía muchas cosas a través de ella.

Le gustaba Yeri, Nayeon parecía gustarle mucho. No tengo idea de lo que pasaría si Tzuyu aparece, pero Nayeon lo resolvería. Ella siempre supo qué hacer.

Fui al baño, me quité la ropa, la cual por cierto no tenía ningún deseo de quitar. El perfume de Sana estaba por toda la tela de forma tan presente.

No es que fuera necesario, por supuesto, ya había memorizado la fragancia que esa mujer usa, e incluso el aroma a fresas que tenía su cabello. He memorizado una gran cantidad de cosas, su cuerpo, su sonrisa, sus besos.

Por Dios, estaba perdidamente enamorada de esa mujer.

¿Podría ser peor?

Tomé un baño caliente, reviviendo en mis pensamientos todo el día que pasé a su lado. Me puse ropa abrigada, todavía estaba lloviendo y la brisa era cada vez más fría. Hice un poco de chocolate caliente y decidí ver algo en el televisor de mi habitación.

—¡Jesús, cuánta lluvia.! —Escuche la voz de Chae proveniente de la sala.

Era la hora del interrogatorio.

—Si esto sigue así vamos a tener que volver a casa en barco. —Nayeon se quejó.

—No exageres, unnie. —Chaeyoung dijo riendo.

Escuche el sonido de los pasos, hasta que ambas se detuvieron frente a mi puerta con miradas acusativas.

— ¿Algo anda mal?

— Sí, Chae y yo queremos saber todos los detalles.

— Eso es lo que tú estás diciendo.

— ¡Shhh! – Nayeon arremetió contra Chae quien entro en la habitación situándose a mi lado, agarrando algunas de las galletas que estaban en el plato sobre la cama.

— ¡Estas galletas están realmente buenas! – Chae dijo sonriendo— ¿Cómo estuvo tú día?

— Estuvo normal. – mentí.

Chae levantó una ceja en señal de duda.

—Desapareciste con Sana, tú día fue de todo menos normal. —Nayeon habló apagando el televisor.

— ¡Oye! ¡Yo estaba viendo eso!

— Exactamente, Park, ESTABAS. Ahora vamos a quedarnos juntas como siempre lo hacemos y tú nos vas a decir qué ha pasado.

— ¿Por qué estás tan curiosa, Im Nayeon?

— Debido a que mi vida no es emocionante, y puesto que la tuya si lo es, quiero saber.

Chae dejó escapar una risa divertida, sentándose en la cama.

—Yo también quiero saber. Hyo, confieso que ahora tengo curiosidad. Tu rostro refleja la felicidad pura.

— Estoy normal.

— Para aquellos quienes nunca vivieron a tu lado durante años, realmente te ves normal. Pero no para nosotras. Venga, cuéntanos.

— Esto tiene sexo escrito por todas partes.

— Unnie por Dios, no nos ponemos felices solo por sexo.

— Yo sí. —Nayeon contesto.

— ¡Chicas, paren! —dije riendo— Nada pasó.

— ¡Cuenta ya! – Hablaron en armonía.

— Ok, si pasó algo.

— ¡Lo sabía! – Nayeon prácticamente gritó— ¿Y fue tan intenso que ella rasgó tu ropa?

— ¿Qué? —pregunté confusa.

— Hyo, recibí una llamada temprano de Yeri pidiéndome algo de tu ropa. Y preguntando algunas ideas sobre qué ropa debería escoger para Sana.

— Nayeon y yo pasamos toda la mañana especulando sobre las posibilidades de lo que podía haber sucedido.

— Como, sexo salvaje. —Nayeon empezó.

— Lluvia. —La más pequeña dijo.

— Ropas rasgadas. —Nayeon dijo.

— Ropas mojadas. —Concluyó Chae.

Solté una risa divertida, Chaeyoung y Nayeon eran el ejemplo perfecto de la ingenuidad y perversión. Y saben quién calza en cuál ¿Verdad?

— ¿Pueden ser ambas? —dije.

Chae y Nayeon abrieron la boca en sorpresa.

—Siéntate más cerca y cuéntanos todo. —esta vez fue Chaeyoung quien hablo, haciéndome reír.

— ¿Qué está pasando? Vi a Sana en la empresa hoy, pero tú no estabas ahí.

— Sana me dejó en casa, no quería que fuera a la empresa. Dijo que necesitaba descansar.

— Beneficios de coger con tu jefa, eso no pasa conmigo. —Nayeon resopló.

— Pensé que ustedes dos estaban peleadas.

—Y estábamos Chae, tuvimos una discusión bastante fea ayer, la insulté y estaba tan enojada que me fui caminando bajo la tormenta. Después de que su auto se dañara, por supuesto.

— ¿La insultaste? ¿No tienes miedo de conseguir que te despida?

— Chaengie, Jihyo nunca conseguirá que la despidan, ella es la novia de nuestra amada jefa, despierta.

— ¡No estamos saliendo!

— ¿Entonces qué están haciendo?

— No lo sé.

Y verdaderamente no lo sabía, todo era tan reciente. Un futuro indefinido esperaba por mí y Sana.

—Ella es maravillosa, chicas, simplemente increíble.

—Está enamorada, unnie, mira que hermoso. – Chae dijo muy sentimental.

—Ese es el efecto de una buena cogida, ¿estoy en lo cierto?

—Eres tan asquerosa. – dije riendo

—Yo soy realista, cariño.

Hablé con las chicas, contándoles todo lo que había pasado. Nayeon y Chaeyoung estuvieron atentas a todo lo que yo decía, fue divertido verlas tan curiosas, respondí a cada pregunta que hicieron. Hasta que escuché un pitido de mi celular.

Agarré el pequeño dispositivo, pero Nayeon lo tomó de mi mano.

— ¿Qué estás haciendo?

— ¿Un texto de tu amada?

— Nayeon, devuélvemelo ahora mismo.

— Déjame ver. —ella desbloqueó la pantalla, abriendo el texto.

— ¡Dame eso! – salté sobre la mujer quien sonrió divertidamente.

— Quítate Thomas, veré este texto.

— ¡Déjalo!

— ¡Quítate!

Nayeon se levantó de la cama, y fue al baño.

— Si das un paso más, voy a tirar tu teléfono al escusado.

— No lo harías...

— Pruébame.

— Hyo, confía en mí, ella lo haría.

Resoplé, dejando a Nayeon leer el texto. No tenía la mínima idea de quien podría ser.

— "Minatozaki Sana, Ya la extraño, señorita Park."

Nayeon leyó en voz alta con el dispositivo en sus manos.

— Deja de bromear. —dije acercándome a ella.

— No estoy bromeando, eso es lo que está escrito aquí.

— ¿En serio? —pregunté demasiado emocionada.

— Sí, mira. — Nayeon me entregó el teléfono.

Y no estaba mintiendo, era Sana. Dios, ella me extrañaba. Sonreí como una adolescente con su primer amor. Maldita sea, estaba volviendo mi mundo de cabeza.

— Le gustas. —dijo Chae.

— ¿Qué vas a hacer? ¿Sabes que todavía hay alguien entre ustedes dos, verdad?

— Nayeon, Momo y yo no tenemos nada. —dije caminando hacia la cama.

— No estoy hablando de Momo, estoy hablando de Jisoo.

Me quedé mirando a la mujer, volviendo a la dura realidad, todavía estaba dentro de ese juego, la historia con Sana no era tan fácil como imaginaba. Por suerte, Sana no se dio cuenta de absolutamente nada anoche. ¿Qué pasaría ahora? Sana seguía loca por Jisoo. ¿Y qué si la busca de nuevo? ¿Qué pasaría?

— Dios, estoy jodida, chicas.

— ¿Le vas a decir? preguntó Chae.

— No, no puedo. Si le digo, Sana nunca querrá volver a verme,

— En eso tienes toda la razón. Tal vez se debería poner fin a todo esto, Hyo.

— No voy a estar sin ella, Nayeon.

— Es peligroso. ¿no lo ves? Sana va a morir de rabia cuando se entere.

— Ella no se va a enterar. Jisoo cuidará de no acercarse de nuevo a ella.

— ¿Y qué si ella va en busca de Jisoo?

— Si ella va en busca de Jisoo, debes dejarla ir, Hyo. – Chae habló seria.

— ¿Por qué?

— Hyo, si Sana va detrás de Jisoo en busca de algo es porque ella no se está tomando en serio lo que está empezando contigo.

Chaeyoung tenía toda la razón. Yo sabía exactamente si Sana estaba o no estaba dispuesta a empezar algo conmigo. Y Jisoo era una prueba de ello, o, mejor dicho, yo.

Jung Eunha's point of view

Park Jisoo...

Pasé horas mirando esas fotos tratando de entender qué vio Sana en esa mujer. ¿Una stripper? ¿ Sana se metió con una stripper?

"¡¿A qué nivel hemos llegado, Minatozaki?! " — pensé para mí

Cogí una de las imágenes donde Jisoo, como la llamaban, estaba sentada en una silla en el escenario. No se puede negar que la mujer era simplemente divina. Tenía un cuerpo que envidiaba a cualquier mujer, su cabello era oscuro y ondulado, y que siempre llevaba una máscara para ocultar su verdadera identidad

Daría mi vida para saber que se esconde detrás de esa máscara. Algo me decía que no iba a ser difícil de averiguar, conocía a la mujer de alguna parte.

 
—¿Su nombre es en realidad es éste? — Pregunté a Irene que me miraba de una manera tediosa.

Habíamos programado para reunirnos en el café por la tarde. A cambio de dinero y la venganza, la mujer me daría información sobre la stripper

—Sí, desde que la conozco se le conoce con el nombre de Park Jisoo.

—¿No sabes dónde vive? ¿o con quién está asociada?

— No lo sé ¿De acuerdo? Jisoo y yo nos odiamos — Bueno, averígualo. Necesito información decente.

Dije enojada

—Ve al Imperium mañana, es el día en que ella baila

—No puedo correr el riesgo, Sana seguramente va allí.

—Sí,  a Sana no se le escapa una actuación

—Eso es por lo que necesito obtener más información.

—Ya le di toda la información que sé, no voy detrás de lo que no me interesa, la única cosa que necesita saber es que su esposa está hechizada por esta mujer — Irene dijo señalando a uno de los cuadros de la stripper sobre la mesa.

—¿Ella tomó su lugar?

— ¿Qué?

—Jisoo, ella tomó tu lugar dentro de Imperium, ¿Es correcto?

— ¿Cómo sabes eso?

—Eres muy predecible, Irene, la envidia se te nota en la cara

— ¿Cómo se atreve a decir que tengo envidia de esa puta? — Su tono de voz cambió.

—Sólo estoy siendo honesta.

—Usted no sabe absolutamente nada.

Irene se puso de pie, agarrando todas las imágenes de la mesa, y ponerlos dentro de su bolsa

—He terminado por hoy, Eunha— dijo la mujer antes de salir

¡Estúpida!

Agarré las imágenes que había escondido debajo de la mesa mientras la mujer estaba distraída, me gustaría saber quién era Park Jisoo y me encargaría de sacarla de la vida de Sana.

"No sabes lo que te espera, Jisoo" — pensé para mí

Tomaría decisiones, me gustaría investigar más sobre el asunto. Podría tomar mi tiempo, pronto Sana se podría hartaría de ese juego, ¿verdad? La mujer no era el tipo de involucrarse con una pprostita, y mucho menos a tomarla en serio. Fue sólo por diversión, al menos eso esperaba.

"¿Que debería hacer?" — Hablé con mi misma

Y yo que pensaba acerca de la estúpida secretaria, una buscadora de oro y de mala educación no me quitaría a Sana, ella no tendría el poder. Pero ¿qué pasa con Jisoo? Por la información que he recibido, todo el mundo que frecuentaba Imperium estaba loco por ella, fue llamada la "intocable" porque nunca se había dado la oportunidad a cualquier cliente que la deseaba.

Norma en la que Sana no encajaba, por supuesto.

Era demasiado pronto para tomar cualquier decisión, me gustaría investigar, y quitar la mujer del juego en el momento adecuado.

Park Jihyo's point of view

Esa mañana solo tenía una palabra para describir mi estado:

 Ansiedad

Estaba ansiosa por ver a Sana. Por saber cómo iba a ser de ahora en adelante, nuestra coexistencia, nuestro trabajo.

Dios, todo era tan complicado.

Llegue más temprano que lo usual, Nayeon y Chae no entendían por qué. Ya estaba dentro de la zona de Industrias Minatozaki. Hoy teníamos una importante reunión con las partes interesadas en el proceso de la construcción de un edificio en Europa. Era un gran proyecto, de un billón de dólares. Sana, de acuerdo a las últimas investigaciones era una de las mujeres más ricas de los Estados Unidos. No era una sorpresa, claro. Sana era una experta en los negocios.

— No sé por qué vinimos más temprano. —Nayeon se quejó entrando al elevador.

— Tenemos una reunión importante, Im, deja de quejarte. – dije.

— ¿Es esto en verdad por la reunión?

— Obviamente, Chaeyoung, ¿por qué mas va a ser?

Las puertas del elevador se iban a cerrar cuando fueron interrumpidas por alguien. Mire a la persona quien puso una de sus manos entre los sensores de las puertas que se abrían. dando espacio para que ella entrara.

Mi respiración se detuvo.

—Por esto. —oí que Chae dijo.

Sana entró en el ascensor, mirándome con una expresión intrigante. Las comisuras de sus labios se curvaron en una sonrisa.

— Buenos días, señoritas. —ella dijo mirándome fijamente.

— Buenos días, señora. —Chae y Nayeon dijeron en armonía.

Y yo solo la miraba fijamente, manteniendo las ganas que tenía por besarla. Sana era genial en disimular, incluso estando segura de que mis dos mejores amigas sabían de lo nuestro, la mujer prefería pretender que no había pasado nada.

— ¿No vas a darme los buenos días, señorita Park?

Sonreí a la mujer que me observaba, dejando viajar sus ojos por mi cuerpo, de pies a cabeza.

— Buenos días, señorita Minatozaki.

Sana se encogió de hombros con una mirada traviesa, su iris estaba en un tono oscuro y misterioso.

— Mucho mejor ahora. —Sana hablo mirando fijamente mis labios.

Era notable a kilómetros de distancia que había algo sucediendo entre nosotras, nos miramos la una a la otra sin ninguna vergüenza. Prácticamente comiéndonos con nuestros ojos. Sana colocó una de sus manos en mi espalda, justo encima de mi trasero. Mi respiración se detuvo.

Nayeon se aclaró la garganta unas cuantas veces, tratando de llamar nuestra atención.

— Jihyo necesitas recoger los reportes que hice, los necesitarás para la reunión de esta mañana. – Nayeon hablo desviando mi atención de la mujer a mi lado.

— Tienes razón, los recogeré ahora mismo. Debo tener todo listo antes de que empiece la reunión.

Las puestas del ascensor se abrieron en el piso que trabajaban Chae y Nayeon. Ambas salieron y esperaron por mi afuera. En el momento en el que estaba caminando fuera del elevador sentí la mano de Sana sostener uno de mis brazos.

— Señorita Park, puedes recogerlos luego. Te necesito en este momento. —ella prácticamente ordenó.

Nayeon y Chae intercambiaron una mirada cómplice.

— ¿No les importa, verdad señoritas? – Sana preguntó arrogantemente.

— En absoluto, señora.

Sana me miró como una depredadora. Jesús, eso no era bueno, o no pensándolo bien, era demasiado bueno. Las puertas del elevador se estaban cerrando y lo último que pude ver fue a Chae y Nayeon guiñándome.

(...)

Primer pitido, diez pisos más hasta llegar a lo más alto.

Sana rápidamente me apoyó contra la pared del ascensor, presionando mi cuerpo al de ella.

Te extrañe anoche, señorita Park. —ella susurró en mi oído de manera sensual, poniendo uno de sus muslos entre los míos, presionando su rodilla contra mi centro.

Joder... — jadeé al escuchar a Sana hablar de esa manera – Sana...

¿No me extrañaste anoche? – preguntó presionando su rodilla más duro contra mi centro.

Sus manos se posaron en mis muslos, apretándolos por debajo del vestido que estaba usando esa mañana, sus uñas pintadas de un rojo sangre arañaron mi piel de una manera tan deliciosa que me excitaba tanto. Yo llevaba puesta una muy pequeña ropa interior de encaje blanco.

Alguien podría vernos, Sana. —hablé jadeante.

Sana sonrió satisfecha.

El peligro hace todo más excitante, Jihyo. —susurró en mi oído suavemente.

Maldita sea.

Sus manos fueron a mi cadera, empujándome duro contra la otra pared. Sana tomó mi boca en un beso feroz. Su lengua entro en mi boca con tanto deseo que me hizo estremecer. Jadeé para luego continuar con ese intenso beso, sin parar. Una de sus manos presiono el botón de emergencia duramente.

El elevador se detuvo.

Mierda.

¿Qué me hizo, señorita Park? – su voz era ronca y cargada de lujuria.

Sana me dio la vuelta, con mi espalda frente a ella y con una de sus manos ella se agarró de mi cabello con fuerza y besó mi cuello, mi hombro, presionando su cuerpo contra el mío. Sus manos se posaron sobre las mías para luego moverlas y colocarlas contra la pared.

¿Yo? No he hecho absolutamente nada.

Lo hiciste, oh sí que lo hiciste. Y deberías ser castigada por ello.

Ella hablo mordiendo el lóbulo de mi oreja lentamente. Sus manos bajaron a mi cintura, bajando hasta el dobladillo de mi vestido, el cual ella levantó lentamente.

Joder. —gruño cuando vio la pequeña pieza que estaba usando. —No tenías el derecho, Park.

Cerré mis ojos, e incliné mi cabeza en la fría pared del elevador. Sana deslizo sus manos por mi trasero, apretando una, dos, tres veces. Arrodillándose frente a él deposito un beso húmedo en cada lado.

Jadeé cuando sentí su lengua sobre mi piel.

La mujer se puso de pie y recorrió sus manos por mi trasero hasta alcanzar mi centro.

Mojado. —susurró audazmente — ¿Tan rápido? – Podía ser su tono sarcástico.

Tsk, tsk, tsk. —Sana hizo ese pequeño ruido con su lengua.

Jadeé, apretando mis ojos fuertemente mientras sus dedos se deslizaban por la delgada tela de la lencería que estaba usando.

Es tu culpa, idiota. – hable enojadamente.

Sana sonrió, sabía que estaba sonriendo de forma traviesa, atrevida. Amaba a la Sana romántica, amaba sus sonrisas y el modo en el que ella me hacía sonreír. Pero amaba mucho más su lado arrogante, su fuerza, su dominación. Ella se convertía en el poder, la lujuria y el placer en persona. Era por esa Sana por la que había caído enamorada. Tal vez su imagen autoritaria era su gran atractivo.

Voy a cogerte tan bien, señorita Park. No tienes ni idea de cuánto me estoy muriendo por hacer esto.

¡Oh!

Quería tener un lugar para dejar lo que estaba sintiendo, quería agarrar su cabello, apretarlo fuerte. ¡Mierda!, los dedos de Sana viajaron un poco más abajo, hundiéndose dentro de mí a la vez.

¡Jo...der! – me mordí el labio con fuerza.

Eres tan jodidamente caliente, Jihyo, tan apretada, tan mojada. Dios.

La mujer prácticamente gimió cuando hablo. Sus dedos bombeaban dentro y fuera rápidamente, haciéndome gemir con ansias. Sana presionaba su centro contra mi trasero, mientras me follaba con sus dedos. Su boca me mordía, me besaba sin parar.

¡Oh Dios, así! Más fuerte. – hablé en medio de gemidos.

¿Te gusta así, eh? ¿Te gusta de esta manera, Park? Menéate contra mis dedos, hazlo.

El elevador parecía demasiado pequeño. El aire era caliente, estaba sudando. Sana hizo rápidos movimientos, sentí mi cuerpo vibrar con ese contacto. Era enloquecedor, el sonido que sus dedos estaban haciendo me estaba volviendo loca. Empecé a mecerme contra sus dedos que bombeaban dentro y fuera duro.

¡Lo hago! Sí, Sana... ¡Ahg, me gusta!

Sana encontró el punto exacto, sus dedos se curvaron dentro de mí con agilidad. Y ese sentimiento empezó a construir en mi interior, Dios. Un orgasmo, y no sería una débil, sentía mi cuerpo caliente, sudado, gotas de sudor se formaron en mi frente y Sana no se detuvo, ella iría hasta el final.

Coloqué las palmas de mis manos en la pared del elevador, inclinándome hacia atrás contra ella. Estaba perdida, había enviado todo el control que quedaba en mi al espacio.

¡Córrete para mí, Jihyo, córrete ahora! – Ella ordenó.

Y fue como si miles de chispas golpearan mi cuerpo, las vibraciones que mi centro emanaba se dispersaron a través de mi cuerpo, causándome gemir descontroladamente. Y Sana empezó a gemir en mí oído, joder, ella se había corrido sin siquiera yo tocarle. Era demasiado para un simple ser humano, me rendí.

Y en el largo espejo que había, podía ver a Sana con una placentera expresión, moviéndose con ansias. Explote en un orgasmo devastador, todas mis terminaciones nerviosas se fueron al espacio. A cada instante mi cuerpo se retorcía sobre sus dedos que se rociaron con el líquido caliente que había salido de mí.

Sana lentamente saco sus dedos de mi interior, dándome la vuelta para enfrentarla.

¡Chupa! – ordenó, poniendo sus dedos en mi boca.

Y como la buena tentadora que sabía ser, chupe los dedos de Sana lentamente, bajo su caliente mirada. La mujer tenía una expresión tan placentera cuando me vio hacer eso, deslice mi lengua por en medio de sus dedos, chupándolos hasta limpiarlos.

¿Quién eres? – Sana preguntó sonriendo.

—  Park Jihyo, señora. – dije con una sonrisa, presionando el botón de emergencia nuevamente, haciendo que el elevador se moviera.

Rápidamente acomodé mi ropa, mirándome en el espejo. Maldición, era un hermoso estado para un después del sexo. En el fondo Sana sólo me miraba con una sonrisa. Ella lucía igual a como había entrado. ¿Cómo era posible?

— Me sorprendes cada día más. —dijo.

— Espero que sea para bien.

— Muy bien, te lo garantizo.

Sana hablo, robando un largo beso.

— Perfecto entonces.

— Más que eso, Jih, más que eso...

Las puertas del elevador se abrieron, intercambiamos una última mirada y luego salimos de ahí bajo curiosas y atentas miradas. Ni siquiera miré hacia los lados y Sana como siempre hizo lo mismo. Amaba esa imponente postura, como si todos alrededor de ella fueran simples mortales, y ella la Diosa, la cual nunca habitaría en el mismo lugar que ellos. Su presencia tenía aire de poder que movía a cualquiera alrededor de ella, incluyéndome.

Ella era divina.

— ¿Jihyo?

Escuche su voz adelante, despertándome de mis pensamientos.

— ¿Sí? – dije frente a su puerta.

— Deje una nota para ti encima de tu escritorio. Y quería decirte que estuviste estupenda, como siempre pienso que estuviste.

Sana dijo guiñándome un ojo, hace un día estábamos discutiendo y provocándonos la una a la otra, ¿y ahora esto? Me senté en mi escritorio, notando una pequeña flor en él. Sorprendida, recogí la rosa roja y el pequeño sobre.

Tomé la nota, sacándola del sobre negro y con una letra más que conocida perfectamente delineada, estaba escrito:

"Tenemos una cena esta noche, salgamos temprano. Te recogeré a las 10pm. Y señorita Park, esto no es una petición, es una orden."

M.S.

¿Podía Sana ser más perfecta?

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