Ascenso, Stranger Things

By livfialas

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A S C E N S O ❝Los muertos pueden hablar.❞ 𝔈nid Webster nació para salvar a su... More

introducción
mixtapes
epígrafes
índice de capítulos
o. la muerte es indulgente
volumen i.
i. la chica rara de la calle cedar
ii. el funeral
iii. las luces me encontrarán
iv. construyéndome un hogar
v. sigue mi voz
vii. necesita una conexión
viii. pensar en sobrevivir
ix. los siete sellos
x. días de apagón
xi. lacrimosa
xii. la mártir

vi. la primera mentira

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By livfialas

CAPÍTULO SEIS — la primera mentira
( adsum, parte i )







( ANTES DE LEER )
holi :) no hay ningún trigger chungo, pero sí
mención de arcadas y religión <3 lo digo por si
acaso. besotes !!! cuidaos mucho







Beth no sabe si agradecer mentalmente a los Harrington por ser unos padres ausentes, o compadecerse de Steve por estar la mayor parte del tiempo solo en casa, pero ahora mismo, el egoísmo encabeza la serie de sentimientos que se le llevan acumulando en el pecho desde que ha entrado en su casa. Por fin ha podido sentarse en algo que no fuese una silla de comisaría o el suelo de una cabaña en medio del bosque, y al sentir el cojín blandito bajo su trasero y cómo la presión subía por su espalda hasta desvanecerse poco a poco, no ha podido evitar llorar en silencio.

Por sus padres, que no tienen ni idea de lo que está pasando; por el agente Callahan, que ahora mismo debe estar barriendo la ciudad entera para encontrarla mientras le reprochan su poca profesionalidad cuando, en realidad, no ha tenido nada que ver con su fuga imprevista; y por sí misma. Sobre todo por sí misma. Aún no entiende si lo hace por instinto o porque realmente está comenzando a asimilar lo que le ha pasado en estas últimas veinticuatro horas, pero, en cualquier caso, Beth solloza hasta que le escuecen los ojos.

No puede creer que ni siquiera haya pensado en derramar una mísera lágrima por Georgie. Aún recuerda su pequeño cuerpo flotando en el agua, y cómo lo observaba sin hacer nada, mientras él chapoteaba y se ahogaba en sus propias palabras. Beth esperaba a la orilla del agua con un cubo de plástico en la mano— su cubo de plástico.

Marzo ha llegado a su fin, y con él se ha ido la esperanza de redimirse. En lugar de hacerlo; de haber seguido los consejos del pastor Davis, Beth ha rechazado la oportunidad de ir al paraíso con su Señor, y ahora, sentada en el sofá del salón de los Harrington, mirando al suelo con lágrimas en los ojos que le escuecen como castigo, ha comprendido que esa oportunidad no volverá a presentársele.

Dustin, Nancy y Steve están hablando en el jardín delantero, seguramente, sobre ella, y sus voces se escuchan lejanas y muy suaves, porque no podían comentar lo que sea que estén comentando delante de ella. Es justo. Puede que se hayan dado cuenta de que el mensaje de Henry está incompleto y vayan a confrontarla, o que quieran mandarla de vuelta a casa, donde solo podría encerrarse en su habitación y evitar cualquier contacto humano. No por gusto, sino por culpa. No podría vivir sabiendo que no ha conseguido el perdón de Dios por dejar ir a Georgie.

Unos botines desgastados paseando cerca de ella hacen que levante la cabeza y se permita apoyar la espalda contra el sofá.

Dustin le regala una sonrisa amistosa y señala a su lado antes de sentarse. ❝¿Cómo estás?❞

❝He estado mejor,❞ admite Beth, devolviéndole el gesto. Las manos de Dustin tiemblan efímeramente antes de que él las mueva para colocarlas sobre las de ella, en un acto por consolarla. Parece que no sabe cómo gestionarlo, tampoco. ❝Siento mucho esto. Con todo lo que habéis pasado últimamente, merecéis un descanso, y yo... Yo lo he arruinado todo.❞

❝No has arruinado nada, Beth. Simplemente, estabas en el sitio equivocado, en el momento equivocado... Ya sabes que ninguno de nosotros pensamos que nada de esto sea tu culpa. Nos alegra que estés viva.❞

La sonrisa en el rostro de Beth se desvanece al momento.

❝Dustin, ¿crees que le he dado la espalda a Dios?❞

❝Yo— yo no soy— no soy creyente...❞ contesta apresuradamente, ❝pero mi novia es mormona, y siempre que hace algo «malo» cree que le está dando la espalda a Dios y piensa que no le perdonará, pero es mentira. No le has dado la espalda a Dios, Beth,❞ añade con seguridad. ❝Has sobrevivido. Sería muy raro que a Dios le sentara mal que sobrevivieras, ¿no?❞

❝Pero ¿y si era mi hora?❞

Dustin se encoge de hombros. ❝Si hubiese sido tu hora, Vecna no te habría dejado escapar.❞ Tras mirarla de soslayo, toma una gran cantidad de aire y traga saliva. ❝Por eso, hemos pensado que tal vez hay algo más detrás de tu... supervivencia. Y queremos... No usarte, eso sería horrible, pero sí mantenerte cerca por si recibes más mensajes.❞

La sangre se le hiela dentro del cuerpo. Beth aparta su mano de la de Dustin y se la lleva al pecho, ahí donde su corazón ha empezado a latir a tal velocidad que se siente inhumano.

❝¿Má— más mensajes?❞

¿Significa eso que va a volver a vivir todo de nuevo?

Beth menea la cabeza, repitiendo «no, no, no, no» mientras él sisea para calmarla. Las lágrimas han vuelto a acumulársele en los ojos y su boca ha perdido la poca saliva que le quedaba.

No quiere más mensajes, ni más visiones, ni más culpa, ni pecar más. Solo quiere dejar de pensar y dejar de ver a esa criatura cada vez que cierra los ojos, ¿y ellos quieren tenerla como mascota?

❝Beth, escúchame, por favor. Creemos que puedes ser su mensajera.❞

Al mirarlo, los ojos de Dustin brillan temerosos, como si lo que acabara de decir fuese un secreto. Beth no lo siente cuando sus labios vocalizan «¿qué?»

❝Su mensajera,❞ repite él, ahora más despacio. ❝Creo que tiene sentido. Hizo más o menos lo mismo con Nancy hace unos días. La usó como mensajera. Como un medio entre él y nosotros. Sé que suena horrible, y lo es, pero prefiero pensar eso y tener fe en que no va a matarte, antes que verlo como la... Mayor suerte que has podido tener.❞

❝No quiero ser su mensajera,❞ solloza Beth, negando con la cabeza. ❝Preferiría morir.❞

❝No digas eso—❞

Un estridente sonido interrumpe la conversación: el teléfono, que ha sonado un par de veces desde que han llegado. Steve no le ha prestado demasiada atención, alegando que «seguramente eran sus padres, preguntando por cómo iban las cosas por allí después del terremoto», pero si hubiesen sido ellos, dado lo poco preocupados que son, habrían parado de llamar hace rato, ¿verdad?

Dustin parece irritado. Intenta controlarlo, pero termina girando el cuerpo y haciéndole gestos a Steve, quien los observa, junto a Nancy, a través de la ventana del salón. Henderson coloca la mano en forma de teléfono y se la lleva a la oreja, susurrando «¿puedes cogerlo ya?»

Ni un segundo después, la puerta principal se abre y Steve entra cansado, yendo directamente a descolgar la llamada.

❝¿Sí?❞ pregunta.

Beth se inclina hacia adelante para ver qué pasa, pero tras intentarlo un buen rato llega a la conclusión de que debe levantarse para hacerlo. Seguida de Henderson, que no pretende dejarla sola ni un momento, Beth se encuentra a sí misma avanzando hasta el pasillo principal, con las manos aún pegadas al pecho y la respiración entrecortada. Sabe que su nariz está roja por la presión, al igual que sus mejillas, y siente que le tiemblan las piernas, como si de un momento a otro fuese a perder el equilibrio y a caer sobre sus rodillas.

El rostro de Steve palidece sin venir a cuento, y cuando Nancy hace el amago de preguntarle qué pasa, él alza una mano para que espere y acto seguido la apoya contra la pared y traga saliva.

❝¿Estás seguro?❞ Es lo único que dice. En sus ojos empiezan a acumularse lágrimas que no se molesta en ocultar, y después de unos segundos, añade: ❝Gracias por llamar— y siento no haber cogido antes el teléfono, yo... Me alegra que tú estés bien.❞

Acompañándose de un profundo suspiro desalentado, Steve cuelga y se queda callado, con la cabeza apoyada contra la pared y los ojos fijos en la nada.

❝¿Qué ha pasado?❞ pregunta Nancy en un susurro casi inaudible. ❝¿Steve?❞

❝Era Tommy. Han encontrado a Carol muerta en su casa.❞

Ahora es el semblante de la mayor de los Wheeler el que parece fantasmagórico. ❝¿Carol Perkins? ¿Qué ha pasado...?❞

❝Tommy dice que ha sido obra de Satanás,❞ explica Steve, girando para mirarlos. Tiene el ceño levemente fruncido y los ojos entrecerrados, seguramente porque le escuecen por las lágrimas. ❝Ayer por la noche, Tommy estaba hablando con Carol por teléfono cuando llamaron a la puerta de su casa. Por lo visto, una chica asustada huía de alguien y no sabía adonde ir. Carol se ofreció a ayudarla y, según Tommy, de repente se oyó como, una frecuencia estática extraña, y la línea se cortó. Esta mañana ha ido a verla y ha encontrado su cuerpo.❞

Dustin ladea la cabeza. ❝¿Cómo que su cuerpo?❞

❝Solo su cuerpo. La cabeza no estaba. Bueno, estaba por las paredes y por el suelo, si os interesa saberlo.❞

Beth no puede evitar tener una arcada. Temiendo que pueda pasar algo desagradable les da la espalda y se tapa la boca a la vez que se sujeta el estómago, encorvándose. Esto no puede estar pasando, ¿verdad? No puede... No puede estar pasando. Eso es imposible.

❝¿Crees que Vecna...?❞ La pregunta de Nancy se pierde en el aire.

¿Qué demonios pasa en este maldito pueblo? Una mano acaricia la espalda de Beth, y ella no duda en que es Dustin, aunque lo confirma cuando alza la cabeza y ve sus rizos ocultos bajo una gorra divertida. En menos de un día, este chico se ha preocupado por ella como nadie... Él y sus amigos no merecen esto. Nadie lo hace.

❝Ese no es el estilo de Vecna,❞ responde Steve. Su voz apagada se extiende por el ambiente, oscureciéndolo como si el cielo estuviese nublándose. De pronto, su rostro se ilumina, no de forma alegre, sino sospechosa. ❝¿No dijo Jonathan que esa chica, Enid, había salido corriendo después de pasarse yo-no-sé-cuántos minutos mirando a la nada?❞

Dustin aprieta los labios. ❝No creerás que...❞

❝Enid no ha hecho eso,❞ defiende Beth. ❝Ella es tan víctima como todos nosotros. Vio... Todo lo que me pasaba e intentó ayudarme, y estaba en la comisaría pero no la dejaron que entrara. Es inocente, y está en peligro, si Henry sigue vivo.❞ Steve no parece convencido, pero ella junta las manos. ❝Por favor,❞ suplica. ❝Entiendo que ahora estás confundido, o enfadado, o... No lo sé, pero piensa en frío.❞

❝Beth tiene razón,❞ dice Nancy, colocándose junto a Steve. ❝Hay más probabilidades de que Henry quiera confundirnos a que Enid esté metida en todo esto.❞

❝Puede que no sea ella como tal,❞ recuerda Steve. ❝Puede que Vecna esté detrás y haya vuelto a jugar a las marionetas.❞

Nancy se cruza de brazos, nerviosa.

❝Pero Enid... No podemos culparla así como así de algo tan grave como esto. Ni siquiera la conocemos.❞

Por un momento, Steve no cambia la expresión de su rostro, pero termina cediendo. Mientras palpa sus bolsillos traseros, vuelve a hablar:

❝Eso va a cambiar.❞







ENID




¿Sabes esa sensación de vacío que te dejan los sueños lúcidos cuando despiertas? ¿Ese malestar incómodo que devora tu corazón y te hace cuestionar la realidad, en caso de que hayas entremezclado lo que de verdad ha pasado durante el día con esa dichosa experiencia onírica? Así me siento yo ahora mismo.

Como acto reflejo, me llevo una mano al estómago al despertar, solo para darme cuenta de que no siento dolor alguno. Cuando alzo la camiseta que llevaba puesta ayer, no veo nada, ni una cicatriz, ni ninguna señal que indique violencia.

Mis recuerdos del día de ayer, sobre todo de la noche, están borrosos. Solo recuerdo la sangre y a mi madre, en una casa abandonada. Y luces rojas y azules. Son detalles que no tienen ningún sentido sin contexto. Por eso creo que ha sido un sueño. O, al menos, lo espero, porque el dolor parecía real— se sentía real.

La habitación está completamente a oscuras a excepción de algunos rayos de luz que entran cuando las cortinas se mueven gracias al aire. Hawkins es un lugar extraño, no solo por el terremoto repentino, sino porque todo lo que he vivido aquí desde que he llegado me ha parecido más un sueño que una realidad. Ni siquiera sé si esto es real. Miro mis manos por delante y por detrás; y mis uñas, algunas largas y otras cortas, para luego mirar las sábanas, la mesita de noche y la cómoda de enfrente. Parecen reales; lo son.

❝Buenos días.❞

Siento que el corazón deja de latirme. ¿Qué ha sido eso? Si me lo he imaginado, es preocupante, pero si giro y veo a alguien junto a la puerta de mi habitación, creo que voy a desmayarme. Cualquiera de las dos opciones me parece horrenda, así que opto por cerrar los ojos y tragar saliva, esperando que se vaya. Si no le veo, no puede verme, ¿verdad? Así es el juego.

Pero pierdo cuando encienden la luz, y lo sé porque escucho el interruptor y la oscuridad tras mis párpados se tiñe de un naranja extraño. No quiero abrir los ojos; no quiero saber qué está pasando...

❝¿Qué estás haciendo?❞

No contesto. En su lugar tomo una gran bocanada de aire y la suelto poco a poco por la boca varias veces hasta que se hace el silencio.

Se ha ido.

No es real.

Seguramente, he encendido la luz de forma involuntaria o le he dado un golpe al interruptor sin saberlo. Abro los ojos, cegándome durante unos segundos hasta que me adapto a la luz, y entonces me llevo las manos a la boca.

❝No chilles,❞ me pide él. ¿Que no chille?

Eddie Munson (el Eddie Munson) está al borde de mi cama, con las manos extendidas hacia mí y una de las sudaderas de Howard que metí en la maleta antes de venirme a Hawkins. Estoy soñando aún. Esa es la única explicación. He visto docenas de periódicos que confirmaban su muerte; ha salido en televisión. He ido a su funeral. No puede estar aquí.

❝Enid,❞ me llama. Escuchar mi nombre saliendo de su boca es como si me estuviese hablando la propia Muerte, y creo que en cierto modo es así, y no me gusta. Se suponía que éramos amigas, no que iba a atormentarme hasta hacerme enloquecer.

❝No eres real,❞ digo por fin, y sueno tan... asustada que ni siquiera me reconozco.

Él hace un gesto para que me relaje. ❝Tenemos que hablar.❞

❝¿Estoy muerta? ¿Es eso? ¿He muerto?❞

❝No exactamente... Es más bien al revés,❞ murmura, y da una única palmada. ❝Yo estoy vivo. ¡Antes de que me preguntes! No, no sé por qué; no, no sé cómo y no, no sé cuándo. Solo sé que estoy vivo, y que por alguna razón, tu sótano está plagado de fotos de mi cara, así que me gustaría preguntarte qué cojones quieres de mí y por qué tuve que salvarte ayer.❞

Me quedo muda, literalmente. Muda. Creo que no estoy asimilando que esté delante de mí cuando se supone que ha muerto, y si soy sincera, no he escuchado nada de lo que ha dicho, más que lo último.

❝Lo de ayer... ¿fue real?❞

Él parece confundido. ❝¿El qué?❞

❝La raíz... Que me atravesó el estómago. Mi... Mi madre...❞

❝No sé de qué estás hablando,❞ admite con una risa nerviosa, ❝pero ayer te encontré en el ático de la antigua casa Creel, donde han pasado cosas muy chungas últimamente, y estabas... ida, por así decirlo. Creo que fue una visión.❞

❝Una visión...❞ repito, en un susurro, y sin darme cuenta me estoy tocando el estómago. ❝¿Y la sangre...?❞

❝No había sangre, Enid. Solo estabas tú, con los ojos entornados. Pensaba que ibas a morir, y entonces despertaste, y te traje a casa.❞

No fue real.

No sé por qué me sorprendo, ni por qué tuve esperanza en primer lugar. Mi madre murió hace veinte años; era imposible que siguiera viva, pero por esa misma razón...

Eddie no aparta la vista de mí. Tiene los rizos enmarañados, y la bandana que le cubre la cabeza está a punto de caérsele. Sus manos aprietan la madera de mi cama y sus nudillos están completamente blancos. No cabe duda. Es él. Está vivo.

❝Me encantaría que me respondieras a lo del sótano,❞ comenta, enarcando una ceja. ❝Al principio pensaba que eras fan de mi grupo, pero luego vi los recortes de periódico y... Los archivos sobre mi padre. ¿Qué buscas?❞

❝A ti.❞

❝¿A mí?❞

❝El gobierno ha intervenido mucho en este pueblo. Encontraron el supuesto cadáver de Will Byers en el río y le hicieron un funeral solo para que lo encontraran vivo unos días después. Tú desapareciste una semana antes del terremoto, la noche de la muerte de Chrissy Cunningham, ¿y moriste el viernes pasado? Lo dudaba.❞

Ahora sueno más segura y me calma darme cuenta de ello. Aparto las sábanas y me cruzo de piernas, mirándolo fijamente.

❝Y tenía razón, porque estás aquí.❞

❝No sé si alegrarme porque ya no estás temblando, o huir porque ya no estás temblando.❞

Sus rizos se mueven a causa del aire que entra por la ventana, y al darse cuenta de que la luz entra por un minúsculo hueco, se hace a un lado. No puedo dejar de mirarlo; creo que una parte de mí sigue soñando, o definitivamente, este pueblo me está haciendo perder la cabeza, pero de igual manera es casi un milagro. No soy de esas cosas, pero, ¿existe una palabra que lo describa mejor?

Recupero la compostura y carraspeo antes de hablar. ❝He soñado que mi madre muerta me suplicaba que la ayudase y tenía raíces en vez de piernas, y que una de ellas me atravesaba el estómago, aparte de que ayer vi a una chica flotar en el aire. Creo que averiguar que el Anticristo del que tanto han hablado aquí está vivo es más una pequeña victoria,❞ Eddie muestra una pequeña sonrisa acompañada de una risita gutural. Juega con los anillos de sus manos, apartando la vista de mí durante un segundo y volviendo a mirarme. ❝Buscaba información sobre ti porque necesitaba tu ayuda, ya fuera directa o no.❞

Sin terminar de asimilar lo que he dicho, se sienta al borde de la cama con una expresión curiosa extendiéndose por su rostro. ❝Soy todo oídos.❞

Tiene que parecerle raro esto de haber vuelto de entre los muertos y que lo primero que te diga la chica a la que has salvado de un trance mortal sea que necesita tu ayuda, pero si a él no le importa, a mí tampoco tiene por qué importarme.

❝Mi madre trabajaba en el hospital de Hawkins hace veinte años y murió allí, pero los doctores escondieron todo lo relacionado con su muerte, al igual que pasó con Will Byers al principio, y al igual que tus amigos lo hicieron contigo, y entonces pensé: ¿qué tienen en común estas tres situaciones? Tres muertes escondidas, un incendio de centro comercial del que nadie supo nada, un terremoto que abre ciudades y cuyo epicentro es la biblioteca pública. Todo en un lapso de tres años. Es imposible que no tengan nada en común, ¿verdad? Entonces, ¿por qué nadie hace nada para encontrar la unión?❞

Eddie me mira desconfiado, los músculos de su cara tensándose a medida que se repite mis palabras en voz baja. Yo me inclino hacia adelante.

❝Mi madre está metida en esta espiral de casos inconclusos, y no voy a mentirte, los otros me dan igual. El tuyo, me daba igual. Solo necesito un motor o una pista para saber qué paso realmente.❞

Necesito algo que me confirme que no fue mi culpa, suena en mi cabeza, y al instante, se alza la voz de anoche, diciéndome que lo es. Intento guardar para mis adentros todo lo que no sea serenidad y me prohíbo reaccionar al recuerdo de la visión, según Eddie. Aún me toco el estómago y siento arder mis ojos por la impotencia. ¿Qué demonios me estaba hablando? ¿Por qué? ¿Por qué hacerse pasar por mi madre?

❝Creo que tengo algunas respuestas para ti,❞ me dice Eddie, después de habérselo pensado. ❝Pero, a cambio, necesito que me ayudes tú a mí.❞

¿Haciendo tratos con un fantasma? Esto sí que no me lo esperaba.

Pero no tengo nada que perder.

❝Acepto.❞

Para mi sorpresa, en este mismo instante llaman a la puerta de casa, y Eddie se reclina hasta apoyar la espalda en la pared.

❝Son mis amigos,❞ me dice, como si nada. ❝Esto es parte del trato. Abrirás la puerta, hablarás con ellos y no les dirás nada sobre mí— Es mejor así. Al menos... De momento. Sería raro que te digan que el amigo al que creías muerto ha resucitado, ¿verdad? Eso es imposible.❞ Su tono se vuelve más y más débil, perdiéndose en el aire. ❝Si quieres que te ayude y te dé las respuestas que buscas, diles que ayer, después de salir de la comisaría, llegaste a casa muerta de sueño y te metiste en la cama sin ni siquiera cambiarte.❞

Yo frunzo el ceño. ❝Se supone que ellos saben sobre esto. ¿Por qué iba a mentirles? Cuanta más ayuda...❞

Parpadeo, y al abrir los ojos ya no está en la habitación. ¿Y si tengo razón y esto es un sueño? No sé qué pensar, y tampoco si debo hacerle caso, pero lo hago igualmente.

Siguen llamando sin cesar, por lo que intuyo que debe ser importante. ¿Cómo ha sabido Eddie que eran sus amigos? Espero que sus respuestas sean satisfactorias, porque ahora mismo dudo hasta de mí, y de lo que sea que pasara anoche, porque cuando sujeto el pomo entre mi mano, mi vista se emborrona y siente que viajo al pasado. Veo una puerta, y tras ella, el ático de esa casa abandonada. Pero no hay nadie. Está vacío.

Meneo la cabeza para alejar el recuerdo y abro la puerta, apoyándome contra el marco, solo para que mi boca se abra por la sorpresa.

❝Beth.❞

Ella no duda en abrazarme, y al principio me coge por sorpresa. Me aprieta contra sí misma, tanto que me corta la respiración y tengo que darle palmaditas en la espalda para que me suelte. Cuando lo hace, me fijo en sus acompañantes: Dustin Henderson, el chico que dio el discurso en el funeral de Eddie; Steve Harrington, su... amigo, supongo, y Nancy Wheeler, hermana mayor de Mike, el chico que estaba con Will en la comisaría. Reconozco haberla visto en algunas imágenes del Heraldo de Hawkins. Trabaja en el periódico del instituto, y se toma en serio su trabajo.

La coincidencia me hace estar alerta.

Sin apartar la vista de ellos, le digo a Beth: ❝¿Qué haces aquí?❞

❝Escuché que fuiste a la comisaría a ver cómo estaba, pero entre tanto papeleo salimos muy tarde y tú ya te habías marchado,❞ responde. Por fin, la miro, y su sonrisa es tan sincera que me da pena verla.

Unas bolsas oscuras adornan sus ojos claros y cansados, cubiertos de un reflejo vidrioso que me dice que no ha dormido nada, pero ¿quién puede culparla? Se me encoge el corazón al verla sorber la nariz para alejar las lágrimas y extiendo el brazo para rozar su frente y sus mejillas.

❝¿Cómo estás?❞

❝Estoy muy bien. Estoy viva,❞ que es algo muy importante, añado para mis adentros. ❝Los chicos me han ayudado mucho y... Me preguntaba si podíamos hablar contigo.❞

❝Es un poco violento que hayas traído a tanta gente para hablar,❞ admito en un muy fallido intento por hacer una broma.

Steve da un paso hacia adelante, tintineando las llaves de su coche entre las manos. ❝Solo serán unos minutos. Queremos asegurarnos de que estás bien.❞

❝Lo estoy,❞ respondo apresuradamente. Vale, Eddie ha desaparecido, pero igual que ha desaparecido puede volver a aparecer, y le he prometido que no les diría nada. Necesito las respuestas por encima de cualquier cosa. ❝Mirad, ayer llegué mentalmente drenada de la comisaría, me quedé frita y me acabo de levantar. Además, tengo la casa hecha una pocilga. ¿Os importa que nos veamos mañana?❞

Beth asiente. ❝¡Claro! ¡Sin problemas! Nos veremos cuando puedas. No tenemos prisa, y lo importante es que tú estés bien y descanses lo que mereces. Ayer fue un día muy duro para ti también.❞

Juega con sus manos y da pequeños botes en el suelo por los nervios, y sus ojos viajan de un lado a otro de la puerta, e incluso intenta mirar por los laterales hacia el interior.

Yo bajo los hombros.

❝Lo mismo te digo, Beth. Me alegra que estés bien, en serio. Estaba preocupada.❞

Ella vuelve a abrazarme, ahora sin apretar tanto. Le devuelvo el abrazo y me separo al instante para mirar a los demás. Dustin y Nancy están callados, de vez en cuando intercambiando miradas indescifrables, y Steve no se molesta en ocultar su descontento. Genial. Creo que mi plan de pasar desapercibida acaba de ser sustituido por uno mucho más complejo.

❝Vendré a recogerte mañana,❞ me dice Steve. ❝A las diez. Ponte un despertador.❞

Le sujeto la mirada. ❝No me hará falta. Gracias por venir a verme y por preocuparos por mí.❞

Ni siquiera espero a que se vayan para cerrar la puerta, y cuando giro, ver a Eddie sentado en el sofá me hace dar un respingo.

❝¿Estás contento?❞

❝No mucho, pero es lo que hay, así que toma asiento, Enid Webster,❞ me dice, señalando el sillón junto al sofá, ❝porque esto va para largo.❞


▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃


A/N.

HE'S BACK !!!! EDDIE'S BACK !!!!

estos dos son literalmente el dúo sacapuntas. tienen el cerebro del tamaño de un pistacho pero les quiero igualmente

not steve being like yeah enid did it 💀 bro ni siquiera la conoces chillax.... tómate una tila

bueno y not carol muriendo lmao mente galaxia la mía

espero que estéis bien y que os haya gustado el capítulo !!!! cuidaos mucho <3

besotes :)

palabras: 4100
publicado: 3 de octubre 2022

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

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