"El creer que nosotros somos dueños de nuestro propio destino... Es falso.
No somos dueños de nuestro destino, porque este ya ha sido trazado para nosotros, con una variantes de diferentes desenlaces dependiendo de nuestras elecciones en la vida.
Si crees que hiciste una buena elección, a medida que avances te darás cuenta de que... Tal vez esa no fue la opción correcta"
Ya habían pasado varios días desde que HaoWei no regresaba a la casa de Xiao Zhan después de haber encontrado a su hermano, y esto al pelinegro lo ponía un tanto ansioso.
HaoWei nunca desaparecía tanto tiempo, a lo mucho y un día, pero no más de eso, porque el fantasma sabía que desaparecer por tanto tiempo preocupaba a Zhan.
Sin embargo, está vez pareció no importarle mucho haber encontrado a su hermano, ni tampoco, el tener a Xiao Zhan bastante preocupado por su retorno.
Pero en realidad, es que regresar a casa ni siquiera se le había pasado por la mente.
Luego de haber estado hablando un buen rato con ese chico de la azotea, la lluvia se hizo presente, haciendo que el chico tuviera que irse. Pero eso no quedó allí, puesto que lo acompañó, de nuevo. Lo acompañó hasta su departamento para asegurarse de que llegase bien, incluso se tomó la molestia de entrar y ver cómo vivía, al parecer tenía dinero, el interior de departamento donde vivía el chico, se veía muy bien arreglado, limpio, había mucha tecnología, y todo se veía lujoso.
Cuando terminó su pequeña inspección, se sentó en uno de los sofás, luego, vio al chico tomar ingresar a la sala con algunas latas de cerveza y papas fritas. Encendió la tele y su ceño se frunció al ver que estaban pasando un programa de asesinos seriales, pero no frunció su ceño por el programa, sino, por la risita burlona que soltó el chico.
— ... Luego de haber esquivado a la policía exitosamente sin levantar sospechas, un día simplemente se entregó a voluntad propia...
El chico chistó.
— ¿De qué diablos te sirvió hacer estúpidos a los policías si de todos modos te ibas a entregar años después? — dijo mientras negaba con la cabeza y le daba un sorbo a su cerveza.
HaoWei siguió prestando atención, lo miraba fijamente buscando quien sabe qué, pero buscando algo.
— Parece que el cielo se va a caer.
Lo escuchó murmurar mientras miraba por la ventana. HaoWei igualmente volteó a mirar, había comenzado a llover con fuerza, mientras el cielo se iluminaba gracias a los rayos y relámpagos, y el sonido de las gotas de agua caía sobre distintas superficies acompañado con los fuertes y sonoros los truenos.
Pero en vez de apartar la mirada, seguía allí esperando a ver relámpagos que ilumine el cielo, esperando a escuchar otro fuerte estruendo, mientras sentía como dentro de su pecho comenzaba a sentir angustia, desespero. Era una sensación de déjà vu, ese momento ya lo había vivido, solo faltaba algo...
— You'll never know how many dreams I dream about you...
Or just how empty they all seem without you...
HaoWei volteó lentamente a mirar al chico, este tenía una pequeña sonrisa en su rostro mientras miraba hacia las gran ventana. Esa melodía era familiar.
— It's been a long time — repitió en un suspiro llevando la lata de cerveza a sus labios. Pero en su tono, hubo algo de retintín.
Definitivamente, eso ya lo había vivido, eso ya había pasado y no, no recordó alguna imagen, pero esa sensación de que ya había escuchado los mismo sonidos y experimentados aquellos mismos sentimientos estaba allí, siendo latente y palpitando cómo si estuviera esperando que aparezca algo más, algo tan minúsculo como para dar veracidad a todo lo que estaba experimentando.
Lastimosamente, no hubo nada.
— ¡Uush!... ¿Por qué mi departamento se siente tan frío últimamente?
Habló el mayor acercándose a la sala, dónde se encontraba HaoWei sentado en el sofá mirando atentamente todo lo que hacía el rubio.
El timbre sonó y el rubio se levantó a abrir soltando en un suspiro la palabra, "Por fin"
Lo que pudo ver, fue a una mujer de mediana edad ingresar, y en cuanto lo hizo, su mirada se fijó en HaoWei.
— Que bueno que llegó — la recibió el rubio.
— ¿Cómo está?
— Cada que estoy en la sala sigue estando frío y se me eriza la piel, ni siquiera la calefacción calienta el lugar.
— Es que, aquí hay algo... — dijo la mujer comenzando a acercarse a la sala.
— ¿Es por eso que mi departamento ha estado tan frío?
— Sí... Aquí hay alguien... Puedo decir que es un alma joven... También que es inofensiva... Y está allí — señaló el lugar donde se encontraba HaoWei.
— Genial, ahora hay un fantasma en mi casa — habló el rubio en tono cansado y suspirando.
— Por favor... Vete por dónde viniste, regresa al lugar al que perteneces...
El fantasmita frunció su ceño levantándose de su lugar, lentamente comenzó a caminar para acercarse a la puerta e irse, no quería causar problemas al rubio.
Mientras se alejaba, veía como la mujer extendía la mano hacia su dirección, retrocedió un poco y terminó por salir del departamento de una vez por todas.
— Mejor me voy de aquí — susurró caminando por el pasillo del edificio.
Se sentía extraño, últimamente se había comenzado a sentir extraño, era ese sentimiento de estar olvidando, pero por más que intente no sabía qué era.
Por otro lado, Yibo y Zhan se encontraban sumidos en su mundo profesional. Tan solo el día anterior a penas habían dado un pequeño paso, aún les tocaba un largo camino por recorrer, y sí, 'les tocaba' pues Zhan también se había unido a la búsqueda de la verdad. Desde el momento en el que descubrió que Yibo era el hermano mayor del pequeño fantasma que le había pedido ayuda, la duda sobre que era lo que le había sucedido como para morir y no recordar nada, estaba allí latente.
— Zhan, necesito una copia de lo que se habló en esta reunión, llévalo a mi oficina. ¿Reservaste habitaciones en un buen hotel para el viaje que haremos pasado mañana?
— Sí, llamé esta mañana para confirmar y está todo listo para cuando vayamos.
— Perfecto, avísame cuando empiece la siguiente reunión.
Zhan asintió y Yibo abrió la puerta de su oficina, pero se detuvo un momento para mirar de nuevo a su secretario.
— Xiao Zhan...
— ¿Sí?
— Sobre lo de tu abuelo y la mudanza... Yo me encargaré de ello.
— ¿Qué? n-no está bie-
— Déjame hacerlo. Él me ayudó con lo de HaoWei y, quiero devolverle el favor. Y no acepto un No por respuesta.
Fue lo que dijo antes de entrar a su oficina cerrando la puerta rápidamente. Esto hizo que Zhan sonriera de sobremanera y negara con la cabeza.
Sin quererlo, y también in darse cuenta, ambos comenzaban a acercarse de apoco, y no solo como jefe a empleado, iba un poco más allá.
Xiao Zhan conducía de regreso a su casa, disfrutando de las canciones que sonaban en la radio y tarareando una que otra. Al llegar a su domicilio, abrió la puerta principal dejando su maletín en la silla cercana a la entrada y cerrándola de paso, se quitó su saco, y al darse la vuelta, ahogó un fuerte grito obligándose a retroceder y chocar contra la pared.
— ¡Xiao You! ¡¿Qué acaso no puedes aparecer con un fantasma normal?!
Reclamó mientras ponía una mano en su pecho y aflojaba su corbata.
— Xiao Zhan-Gege. ¿De casualidad sabes donde está ShengCai?
— Hola, buenas noches. ¿Cómo estás? Yo muy bien, gracias por preguntar — habló sarcásticamente haciendo que la fantasma rodara sus ojos. — No, no he visto a ShengCai en un par de días, ¿por qué?
Xiao You se dejó caer en el sofá de la sala soltando un pesado y cansado suspiro.
— Hace unos días fue a hablar conmigo a decirme que había encontrado a su hermano mayor. Pero estaba enojado y se terminó enojando aún más conmigo, luego se fue y ya no volvía saber más de él, le pregunté a cada fantasma que lo conocía, y solo uno me dijo que lo había visto en su edificio favorito, fui allí y lo esperé todo el día pero nunca se apareció.
— ¿Nadie lo ha visto?
— Por eso vine. ¿Sabes algo de él?
Zhan negó.
— El día que conoció a su hermano, noté que se enfundó, no sé porqué y solo me pidió que lo dejara ir que no quería estar allí. Pensé que estaría contigo ya que aquí no ha venido.
Ambos suspiraron mirándose con algo de preocupación.
¿A dónde se había ido HaoWei?
Nuevamente, se encontraba caminando a paso lento por el borde de aquel alto edificio, con sus manos en sus bolsillos y suspirando débilmente, se dio media vuelta y saltó al lugar donde las personas consideraban seguro. Se sentó en el suelo y dejó caer su espalda para mirar al cielo.
《— Dan...
— Mande.
El lento compas que llevaban junto con la música, se detuvo.
— Dijiste que soy especial. ¿Verdad?
Escuchó su risa, más su rostro, era borroso.
— Claro que sí, eres demasiado especial para mí y te amo como no tienes idea.
— Entonces... ¿Si dices que soy especial y que me amas... Por qué me engañaste con él?
Hubo silencio, un silencio tortuoso.
Las manos del contrario comenzaron a alejarse de su cintura, y dio un paso atrás
— Amor-
— Ahórrate tus estúpidas excusas. Te vi, los vi con mis propios ojos. Y ni siquiera lo malinterpreté... 'Tranquilo, terminaré con ese niño para que podamos estar juntos' ¿Te suenan esas palabras?
— Ha-HaoWei.
— Vete al infierno. 》
Se levantó de golpe del suelo con sus ojos abiertos como platos. ¿Ese había sido un recuerdo? ¿Ese recuerdo había sido suyo?