▬▬ ANGELS LIKE YOU
ੈ capítulo seis —— ❛❛Dig Dug❜❜
❪ by keerymws ❫
AL DÍA SIGUIENTE, MAX Y NIK QUEDARON EN IR AL ARCADE.
Como es costumbre, Billy los llevaría. Pero eso no era tanto problema, a decir verdad. Sólo debían hacerle caso a sus reglas y no habrían quejas.
Al ingresar al lugar público, fueron directamente hacia la única máquina a la cual Max tiene aprecio. La máquina del Dig Dug, le prometió a Nik llegar a los ochocientos mil puntos. Pero fue bastante su sorpresa cuando ésta se encontraba apagada y con un cartel en su pantalla que decía que estaba fuera de servicio.
──Lo siento tanto guerrera.
──¿Qué le pasó? ──pregunta Max.
──Cortocircuito en la tarjeta madre ──respondió Keith──. Una lástima. Pero no te apures. Tengo otra máquina en la oficina.
Nik sonrió, ahora mirando a Max. El día no estaría tan malo después de todo; al menos hay otro juego Dig Dug.
Ya detrás de la oficina, el chico abrió la puerta de "solo empleados" y se apartó, dejando ver quien estaba allí dentro.
──Debe ser una broma.
──Una de muy mal gusto ──le dio la razón su hermana, asintiendo con la cabeza, antes de ingresar a la oficina.
──Más te vale que me consigas esa cita, Sinclair ──lo amenazó Keith.
──Te dije que lo haría ──contestó Lucas.
──Y compórtense como niños aquí, ¿sí? ──Seguido de eso, cerró la puerta. Max se fue directamente hacia Lucas.
──¿Qué demonios es esto, acosador?
──Disculpa. Necesitaba un lugar seguro.
──¿Un lugar seguro para qué, ser repulsivo?
──Es obvio que tienes fetiches raros.
──No tengo fetiches ──dijo hacia Nik, que se alzó de hombros con una mueca──. Y escuchen, les diré toda la verdad sobre lo que pasó el año pasado. Pero si alguien se entera, podría arrestarlos. Tal vez matarlos.
──¿Matarnos? ──preguntaron ambos niños, incrédulos.
──Necesito saber, si corren este riesgo.
──¡Sí, diablos! ¡Esto es tan tonto!
──En serio, Sinclair; Halloween ya pasó y, ¿sigues creyendo que somos payasos? ──habló Nik, cruzándose de brazos.
──¿Corren el riesgo?
Max y Nik se miraron con la misma incredulidad e indiferencia en sus ojos. Avellana con un azul océano se cruzaron, y fue suficiente el ver las olas del mar con los árboles mezclarse con los predilectos pensamientos de ambos para aliarse y tener una misma conclusión.
──Sí. Correremos el riesgo ──Max dejó su patineta a un lado y tomó asiento en una de las dos sillas. Nik la siguió, tomando asiento a su lado. Miró a su hermana de reojo, específicamente la forma en la que estaba sentada; la cual no tardó en imitar.
──Cuéntanos ──dijo ella.
──El año pasado... Will no se perdió en el bosque ──inició, y para Nik, eso fue suficiente intrigante como para llamar su atención. No interfirió pues quería esperar hasta decir: ¿en qué momento eso los metía en peligro?──. Se perdió en otro lugar...
Mediante Lucas avanzaba con aquella historia, Nik no pudo evitar sonreír por la fantásticamente ficticio que sonaba todo. Una niña, exactamente Once, con poderes que había aparecido en medio del bosque cuando el grupo de los hermanitos perdidos buscaban a Will, el laboratorio de Hawkins que experimentaba anteriormente con humanos y que luego eso mismo liberó un portal. Ah, y monstruos como el Demogorgon y el Otro lado, donde finalmente estaba Will. Contó los últimos momentos que pasaron con Once, donde narró que ella había sido la que mató al Demogorgon después de mucho.
──Debe ser... guao.
──Una locura ──concordó Lucas──. Lo sé.
──Suena loco, pero... de verdad me gustó.
──¿Te gustó? ──preguntó Lucas, confundido.
──¿A quién no le gustaría una historia sacada de mucha ficción, eh? Podría incluso hacerle competencia a Matanza en Texas ──ahora fue el turno de Nik opinar acerca de la ficticia anécdota.
──No trates de compararlo pero sí. Es decir, yo tuve algunos dudas ──dijo Max──. Siento que algunas partes no son originales...
──Sí. Clichés ──le siguió su hermanito, dándole la razón.
──¿De qué están hablando? ──inquirió Lucas.
──Solo quisiera que fuera un poco más original. Es todo.
──Tal vez si hubieran añadido a los Aliens... ──Max miró a su hermano, sonriente y asintiendo frenéticamente.
──¿No me creen?
──Lucas, vamos, ¿de verdad? ¿Crees que somos tan ingenuos? Sobre todo, ¿a Nik? ──Nik rodó sus ojos ante el claro tono de sarcasmo que empleó su hermana.
──¿Por qué lo inventaría?
──No lo sé. ¿Para impresionarme, tal vez?
──O solo porque estás loco ──terminó la frase Nik.
──Les cuento todo esto, esto ──enfatizó, y los mellizos no evitaron hacer muecas idénticas──, que es algo secreto, arriesgo mi vida, ¿y reaccionan así?
──¿Arriesgas tu vida? ──preguntó Max, entre risas.
──¿Para quién trabajan entonces? ──preguntó Nik, inclinándose hacia Max, que se encargó de formular un "oh" largo y lleno de suspenso, lo cual los hizo reír.
──¿Piensan que esto es gracioso?
──Sí... claro.
──Mucho.
──Tonto, pero gracioso.
Nik se levantó y le pasó la patineta a Max, dispuestos a volver a la máquina.
──¿A dónde van?
──Ya se acabó el cuento, ¿o no?
No volvieron a discutir, no hasta que Lucas los volvió a llamar.
──¿Qué te pasa? Les di todo lo que querían ──dijo el chico. Nunca se rendía.
──Queríamos ser parte del grupo, Lucas. No de una broma ──contestó Nik.
──No es una broma.
──Lo hiciste bien, ¿sí? Puedes ir a decirles que nos tragamos sus mentiras si eso te da puntos de experiencia ──Los mellizos regresaron a la máquina, pero Lucas "Incapaz de rendirse" Sinclair, los detuvo, esta vez, tomando a Max del brazo. Nik frunció levemente el ceño, de repente algo mareado ante los recuerdos que le venían a la mente.
──Tenemos muchas reglas en nuestro grupo ──explicó Sinclair──, pero la más importante es: Los amigos no miente. Nunca jamás. Sin importar qué pase.
──¿Y cómo me explicas esto? ──interrogó Max, retirando el papel de "fuera de servicio" el cual solo era una hoja de cuaderno escrita a mano alzada, que tapaba la pantalla del Dig Dug.
──Tenía que hacerlo, para protegerlos.
──¿Protegernos?
──¿De quién exactamente? ──inquirió la pelirroja, en voz alta──. ¿Los malotes del gobierno del laboratorio de Hawkins?
──Baja la voz ──le pidió Lucas.
──¿O es para protegernos del Demogorgon de otra dimensión?
──Max, en serio, cállate.
──¡Oh, no, no! ¿Sabes qué? De Once, la niña que...
Y todo fue demasiado rápido que a Nik le tomó tiempo reaccionar a lo engañoso que puede ser el tiempo con él. La relatividad de las cosas, todo eso implicaba dejarlo fuera del plano de las personas; aislado. Fue como si su cabeza supiera lo que se venía y decidió reaccionar más rápido que él, de una forma en la que ni su subconsciente lo esperaba.
──Okey... solo... necesito que dejes de hablar ──dijo Lucas, nervioso ante el apretón en su muñeca. Max se quedó callada; aquel reflejo fue demasiado repentino. Miró a su hermano, y le dio una señal con la cabeza; Nik soltó la muñeca del Sinclair──. Harás que nos maten, ¿entiendes?
──¿En serio? ──preguntó la niña.
──Desearía que no lo fuera.
──Pruébalo.
──No puedo.
──¿Y esperas que sin pruebas confiemos libremente en ti? ──interrogó Nikolas.
──Sí.
Desde el interior del Arcade se lograron escuchar los estruendos del motor y la fuerza de los neumáticos del auto de Hargrove. Nik le dio una última mirada a Lucas antes de encaminarse hacia la entrada, ahí ya se encontraba Billy.
──Mierda, debemos irnos ──dijo Max──. No nos sigas, ¿sí?
Ambos pelirrojos se subieron al auto azul, luego de hacer de cuentas que Lucas no les habló al salir del Arcade.
──Max, ¿qué demonios te dije?
──No me tardé ──respondió Max, haciendo referencia a la advertencia de su hermanastro sobre estar afuera al cumplirse la hora. Billy odiaba esperar, sobre todo si de sus mellizos basuras se trataba.
──Sabes de qué estoy hablando ──contestó.
Oh.
Eso.
──Ah, ¿Lucas? ──dijo Max, despreocupada.
──Así que ahora tiene nombre, ¿eh?
──Es un pueblo pequeño, Billy ──intervino Nik.
──Sí, y no estábamos juntos ──le siguió Max.
──Ya sabes qué pasa cuando mientes.
──No estoy mintiendo.
──Ah, ni yo ──dijo Nik. Billy los volteó a ver a ambos, y sin decir nada, arrancó el auto.
Nik suspiró, aliviado de no ocasionar más problemas.
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Esa misma noche, Nik se quedó leyendo algunos cómics en su habitación. Su walkman reproducía sus cassettes favoritos, adquiría un dulce ambiente. Uno dulce y muy cálido. Cómo no, está leyendo uno de los números más populares y casi limitados de The Flash, su superhéroe favorito.
El estar metido tan profundamente en la historia entre aquellas páginas repletas de dibujos y diálogos además de muchos lirios creativos de explosiones, le quitó mucha noción del tiempo al pequeño, y terminó durmiendo profundamente momentos más tardes.
Max, que había entrado a su habitación dispuesta a pedirle su cassette de Kate Bush que le había prestado días antes, se quedó quieta en la puerta al divisar al chico durmiendo plácidamente.
Movió su cabeza y ahora localizó el cassette en el escritorio del muchacho, sonrió y fue hasta allá──. Vuelve a mamá, diosa Kate Bush...
La niña saltó en su sitio cuando escuchó un leve ronquido. Se volteó y miró con molestia a Nikolas, que se había movido.
──Espero no recibir patadas ──murmuró ella, avanzando hacia la cama del muchacho. Dejó con cuidado el cassette de Kate Bush en su mesa de noche, y se fue hacia Nik──. Oh ──Fue apenas lo que logró decir cuando lo miró de cerca. Sus audífonos estaban en lugares no indicados para estar en su cara, el walkman estaba enrollado en la sábana y habían como seis cassettes regados por su cama. Max se tomó el tiempo para acomodar todo, para así después tirarse a su lado.
Apenas lo hizo, cayó completamente dormida a los brazos del dios del sueño, y también en los de su hermano, que en ese momento la había abrazado inconscientemente.
Un ambiente tan pacífico. Silencioso. Calmado. Digan lo que digan, definan lo que definan sobre aquel momento en su habitación, no se compara, con lo que ocurría en la mente de uno de los mellizos.
Estaba atrapado en sus más rencorosos recuerdos. Pero no podía hacer nada. No podía detenerlo. Tocaba esperar hasta el día siguiente.
Pero no había problema, ¿verdad? Las pesadillas solo ayudan a que la gente a superar sus miedos. Aunque... ¿eso se veía como una pesadilla o era la vida real?