The perfect pianist.
Madison.
Día de la audición.
En Londres todos aman la ópera, la música clásica, el violín y el piano.
Eso es algo que juega a nuestro favor y en nuestra contra hoy, Theo camina de acá para allá revisando por quinta vez las partituras mientras termino de ponerme los tacones.
Todos pensarían «Ah, es una audición, será algo sencillo» pero no. Es en el gran teatro Royal opera House y estará lleno de gente que verá cada audición con cautela.
Estará frente a un jurado exigente que será quien decida si se queda o no. Yo estoy segurísima de que él quedara, pero eso no calma sus nervios. Está desde la mañana ensayando la misma sinfonía una y otra vez.
Creo que ya me la sé de memoria.
—Theo, basta.
Digo, cuando da la quinta vuelta a mi alrededor, me terminará mareando.
—Lo siento, los nervios no me dejan razonar. —Se para frente a mí.
Le quito las partituras y arreglo las solapas de su traje. Lleva un hermoso traje negro con corbata, una camisa azul oscura, tiene chaleco y toda la cosa, está hecho a la medida por la misma costurera que diseñó el que usó en nuestro falso compromiso. Yo, por otro lado, llevo un vestido de tirantes rojo que se ciñe perfecto a mi cuerpo y casi se arrastra en el piso por el largo. Mi cabello está completamente lacio y llevo un maquillaje nada cargado.
Peino su cabello arreglando las hebras rebeldes que caen en su frente.
—Calma, si estás nervioso no te concentras, naciste para esto, solo déjalo fluir.
Asiente dando un beso en mi frente.
—Vamos. —Me toma de la mano saliendo y me detengo, ya íbamos a dejar las partituras.
Vuelvo por ellas corriendo y bajamos al estacionamiento, obviamente nos vamos en mi McLaren, es mi favorito.
—Estoy empezando a creer que amas más a este carro que a mí. —Dice tomando las llaves.
—No, es como un hijo para mí, es mi bebé —digo subiéndome—. Pero tú estás un puesto más arriba, tranquilo.
Me mira serio y sonrío ante su cara.
—Mentira mi amor, estás dos puestos más arriba, después de mí estás tú.
—Eso si lo acepto.
Enciende el auto y salimos de Kensington, estamos como a veinte minutos del teatro.
El estacionamiento está atestado de carros, no quiero ni imaginar cómo está el teatro. Hay algunas personas de la prensa que no sé cómo se enteraron de que estaríamos, pero aquí están.
Luego de pasar varios minutos buscando donde aparcarnos, al fin encontramos lugar, apaga el auto y se queda unos segundos viendo a la nada.
Tomo su mano, está helada.
—Estoy orgullosa de ti, el hecho de estar aquí demuestra que estás superando tu pasado y sé que serás uno de los pianistas más grandes no solo de Europa sino del mundo.
Entrelaza nuestros dedos y besa el dorso de mi mano.
—Gracias, gracias por apoyarme en esto.
—Eres mi otra mitad, los logros de uno son los logros del otro —me quito el cinturón y tomo su cara dándole un beso—. Ahora vamos, no puedes llegar tarde.
Asiente y salimos del auto, la parte trasera del teatro está cerrada, así que debemos entrar por la puerta principal.
Toma mi mano cuando la avalancha de periodista se nos viene encima con mil preguntas.
—¿Vienen como invitados o alguno tocara esta noche? —Empiezan las preguntas.
—Sí, yo adicionaré —contesta, seguro, yo prefiero callar, este es su momento, no el mío.
—¿Qué probabilidades crees tener de ganar el puesto?
—Tengo exactamente las mismas que los demás. No los conozco, así que no puedo hablar sobre ellos.
—Madison, se dice que estabas en una relación con Ethan Fernsby y que habían regresado, ¿cuándo volviste con Theo Maxwell?
Callo evadiendo su pregunta, como se puede salimos del tumulto de personas que había rodeándonos. Al fin entramos al teatro que me deja boquiabierta.
Nunca había venido, es enorme, parece un estadio. Tiene una iluminación perfecta, asientos forrados de terciopelo rojo, hay diferentes niveles de asientos y cada uno es hermoso, al ver al techo da la sensación de estar en un lugar antiguo y lujoso.
Está lleno, muy lleno. Siento a Theo tensarse a mi lado.
Una chica se acerca a nosotros.
—¿Eres Theo Maxwell? —Pregunta y él asiente—. Debes acompañarme a los camerinos, ¿entrarás con él? —Me pregunta.
—Si. —Contesto y nos guía por un angosto pasillo que da directo a los distintos camerinos.
—Puedes entrar aquí a cuatro personas, son tus acompañantes, empezaremos en cinco minutos. —Le muestro una foto de Cami y Jacob y dice que irá a buscarlos para traerlos aquí.
Theo se sienta y sé que está nervioso, aunque trate de disimularlo.
—Llego el momento. —Digo y sonríe.
Ese brillo en sus ojos me confirma que lo está logrando, está dejando detrás esos miedos para al fin vivir este sueño.
Me siento frente a él y toma mis manos.
—Estoy jodidamente nervioso.
—Lo sé, es normal y también sé que puedes con esto y más —se queda en silencio detallando mi rostro con la mirada, amo y odio que haga eso porque me pone nerviosa.
—Dedícame la victoria. —Susurro haciéndolo sonreír. Se acerca y me besa, en el beso puedo notar su nerviosismo, está ansioso.
Continúo besándolo porque sé que así liberará la tensión y también porque me encanta.
Nos apartamos en busca de aire, escucho como presentan al primer candidato que empieza a tocar «Claro de Luna» de Beethoven. En otros tiempos no tuviera idea de cuál toca, pero con un novio pianista debo saber estas cosas.
—Si gano, es tuya. —Murmura pegado a mis labios.
Somos interrumpidos por la chica que llega con Camila y Jacob.
—Hay siete participantes, tú eres el último. —Le informa antes de salir.
Mi mejor amiga y mi cuñado vienen a nosotros y nos dan un abrazo. Ambos están muy guapos, Camila tiene un vestido de satín color rose gold y Jacob tiene un traje gris oscuro.
Jacob hace algunas bromas aligerando el ambiente mientras pasan los demás participantes. Tardan más de una hora pasando todos, entre presentación, tocar, aplausos y todo lo demás.
El sexto chico se pone de pie al terminar y todo el público aplaude, tocó bastante bien. Theo se levanta tomando las partituras, nuestros amigos nos siguen cuando nos encaminamos al escenario. Nos quedamos en una parte del escenario que casi no es visible para el público, necesitarían que la luz nos apuntara para vernos.
Esperamos que terminen con el otro chico y empiezan a presentar a Theo, tomo su mano dando un apretón reconfortante y me sonríe respirando profundo.
—El siguiente y último participante nos deleitará con la hermosa bagatela para piano solo «Para Elisa» —inicia el presentador—. Damas y caballeros con ustedes, Theo Maxwell.
—Te amo. —Susurro soltando su mano, apenas escucho el te amo que masculla empezando a caminar.
Se sienta frente al piano, organiza las partituras y mira al público por mínimos segundos. Suspira y empieza a tocar tan perfecto como siempre, el público y el jurado escuchan atentos guardando silencio absoluto.
Empiezo a comerme las uñas de los nervios mientras él toca cada nota de la bagatela, en un momento cierra sus ojos tocando sin ver las teclas. Sabe la partitura de memoria, solo se está dejando llevar.
Veo a algunos miembros del jurado escribir mientras él toca y eso aumenta más mis nervios, por mínimos segundos abre los ojos centrándolos en mí.
Mi mejor amiga me abraza sonriendo mientras lo vemos, Jacob graba todo desde que empezó a tocar.
Termina de tocar y el teatro estalla en aplausos, todos se ponen de pie mientras veo ese destello de orgullo en sus ojos. Esto era lo que él tanto quería y me hace feliz ver que al fin lo está logrando.
Se pone de pie y sonríe haciendo una reverencia en mi dirección que me deja helada, me lanza un beso centrando la atención en mí.
¿Recuerdan la luz que mencione? Bueno, ahora esa luz se centra en mí y todos los ojos del público al igual. No me queda más que sonreír y aplaudirle.
Los demás participantes se unen a él y la atención vuelve a ellos. Todos esperamos expectantes la decisión del jurado.
Se toman varios minutos que nos mantienen nerviosos, todos los participantes aguardan en silencio. Hay dos chicas y cinco chicos, incluyendo a Theo.
El hombre que presentó toda la audición lee el sobre que le entregan y sube al escenario. Siento mis latidos acelerados y una comezón en mi estómago.
Si yo estoy así no quiero ni imaginar cómo ha de estar él.
Toma el micrófono y empieza a hablar.
—El día de hoy vimos a siete personas talentosísimas presentarse aquí y dejar todo en este escenario, lastimosamente solo uno puede quedarse en la orquesta.
¡Hablé ya!
—Y ese es Theo Maxwell. —Suelta, dejándome congelada.
Todos aplauden y se ponen de pie mientras Theo corre a mi lado, me abraza alzándome del piso mientras sonríe. Toda la atención se centra en nosotros cuando da una vuelta conmigo en brazos.
—¡Felicidades, mi amor! —Apenas puedo decir cuando me baja, me abraza tan fuerte que dudo que mi sangre siga circulando.
—Te amo, maldita sea. —Dice causando que el público haga un bullicio mientras aplauden.
Recupera la compostura y vuelve con los demás participantes, estrechan su mano saludándose entre todos y felicitándose.
Yo corro con mis amigos y nos abrazamos entre los tres celebrando su victoria. En los ojos y la sonrisa de Jacob puedo ver la felicidad que siente al ver a su mejor amigo triunfar en lo que tanto anhelaba.
Theo baja del escenario y saluda al jurado que le dice cosas que no puedo escuchar, los demás chicos bajan del escenario y le dan un momento a él.
Toma el micrófono y habla.
—Bueno, no soy bueno para hablar, no se me da —inicia—, solo quiero decir que gracias por la oportunidad, el arte del piano es una que aprendí por mi propia cuenta desde que era un niño y que me costó muchas lágrimas y sufrimiento, pero hoy puedo decir que valió la pena —todos escuchan atentos—. También mi novia y mejores amigos fueron fundamentales en esto, pero en especial mi novia y esta noche quiero dedicarle mi logro a ella —vuelve a señalarme—. Muchas gracias.
No lo creo, ¿de verdad me decido la victoria a mí? Lo dije bromeando...
Mis manos están heladas de la emoción que siento, es que Theo Maxwell es demasiado perfecto para ser real.
Termina y todos aplauden, el teatro empieza a vaciarse y al fin nos dan autorización de ir con él al escenario. Abraza primero a Jacob que lo delicita de mil maneras, luego sigue con Cami, ellos tienen un vínculo muy bonito de complicidad humorística y me encanta que así sea.
Viene a mi lado, no pierde tiempo y estampa sus labios en los míos, tomando mi cara entre sus manos. Es de esos besos donde puedes sentir la felicidad de la otra persona, esa alegría que está viviendo al momento.
Se aparta y me envuelve en sus brazos. Por encima de su hombro puedo ver a las personas que se acercan y ruego mentalmente que sea de buena manera.
Mis suegros y cuñado.
—Theo —hablo apartándome dejando que los vea, guarda silencio sin saber qué hacer y todos nos vemos por segundos en silencio hasta que mi suegra habla.
—Felicidades, corazón —dice con una sonrisa, viene con su hijo y lo abraza. Él corresponde envolviéndola entre sus brazos.
Todos lucen hermosos, los hombres vienen de traje mientras mi suegra usa un vestido blanco ceñido al cuerpo que resalta el rojo en su cabello.
Se apartan dando paso a Timothée que no lo abraza, sino que lo aparta del resto y espero no le arruine el día.
Mi cuñado que es como el hermanito menor que nunca tuve viene a mi lado a abrazarme, cada día está más grande, puedo jurar que está a nada de pasarme en altura y eso que mido uno setenta.
—Qué guapa estás, cuñada —dice dándome una vuelta para ver mi vestido—. Si mi hermano se descuida, le robo la novia.
Le pego en el hombro y se echa a reír.
—Que no te escuche porque no nos deja juntarnos jamás. —Digo cómplice.
Thiago va a saludar a Cami y Jacob, mi suegra es la siguiente en venir a abrazarme.
—Dios mío, cada vez que te veo luces más hermosa. —Dice cuando nos separamos.
—Tú no te quedas atrás, ese vestido te queda divino —le digo y sonríe. Jacob se une saludándola.
De reojo observo a Theo y Timothée hablando, por la cara de Theo puedo deducir que no están discutiendo.
De un momento a otro veo a mi suegro abrir sus brazos y a él correspondiendo el abrazo que nos deja a todos en silencio.
Tanya sonríe feliz al ver a su hijo con su padre conviviendo sin discutir. Se unen a nosotros, mi suegro me saluda estrechando su mano con la mía, todavía tenemos uno que otro asunto pendiente sobre la empresa, pero aún no queremos matarnos mutuamente.
—Yo propongo irnos a festejar. —Sugiere Jacob.
—Yo estoy de acuerdo. —Habla Timothée. Creo que le deben de haber operado el cerebro o algo, no parece él.
La cara de mi novio no tiene comparación, parece no creer que es su padre. Timothée abraza a Tanya y Thiago viene con nosotros, es como el hijo de nuestra relación.
Río mentalmente con mi comparación, ahora resulta que es nuestro hijo. ¿Maddie, todo bien en casa?
—Bueno, vamos —propongo de acuerdo—. Podemos ir al club donde celebramos mi cumpleaños.
—Sí, yo me encargo de que nos aparten la zona VIP —mi mejor amiga toma su celular y llama a no sé quién.
—Vale, yo les envío la ubicación, nos reunimos allá —Jacob se despide siguiendo a Cami al estacionamiento.
—Nos vemos allá. —Me despido de mis suegros. Thiago sugiere venir con nosotros y aceptamos sin problema.
En definitiva, sé que este será uno de los días más felices de Theo y me alegra que así sea.
¡Hola! ¿Les gustaría un extra de este capítulo desde la perspectiva de Theo?
No se como agradecerles que ya estamos a nada de las 30k leídas, hace apenas unos días eran 10k😭
Los amodoro❤️