Alessandra Joseph.
-El cielo es bonito.-La niña jugaba con las nubes de aquel cielo azul, encontrando alguna forma alguna,
-¿Sabes por que lo es?.-Sujete su mano mirándole sus pequeños ojos brillosos.-Allí está alguien.
-¿Quien?.-Hacía pequeños sus ojitos para poder ver que era.
-Papá.-Sonreí.- Papa esta en esos cielos coloridos.
-¿Por que esta allí y no aquí con su familia?
-¿Recuerdas la historia de el papa que fue a esa misión a la luna?.-Lamí mis labios.-El puede programar aquellos colores para darles señales de vida a su esposa, de que siempre esta allí para sus hijos.-Asintió con su cabeza sonriendo hacia el cielo, era demasiado pequeña para entender por que alguien que amas va a la luna solo.
En casa seguían las discusiones, estaba fastidiada de escucharlos, mama me hacia meterme, me llamaba cada que empezaban a alzarle la voz, no me metía, no tenia mente para meterme a pelear con gente como esa. No les importaba ni la hora en la cual empezaban a pelear. Cada vez mas quería ayudar a los niños a no escucharlos, a que no crecieran escuchando sus dichas estupideces de victimas. Al finalizar el día estuve meditando como hablarle a mama, como tratar de decirle lo que paso, no para que pelearan denuevo al siguiente día sino por que debía darle una explicación sobre el motivo de mis desapariciones.
-Mapa..-Llame a la puerta en pijama, tenía la almohada en mis manos para poder dormir con ella.
-Estoy escribiendo con tu hermana.-Apago el móvil dejándolo en el mueble para poder abrazarme. No respondí nada, siempre que iba a sus brazos estaba ocupada en el móvil hasta que interrumpí nuevamente.
-¿Mapa?.-Le mire su rostro, brillaba a la luz del móvil.- ¿Podemos hablar?
-Si quieres salir estaré bien, empiezo a acostumbrarme a que ya no quieras estar con tu madre.
-No quiero salir, solo quiero contarte algo.
-¿Tienes novio?
-Si, pero no viene al caso.- Me talle la cara, era increíble que fuera tan difícil hablar.- Vamos quiero contarte lo que paso ese día que desaparecí. Tu hijo antes de irnos ala escuela.. ham me dijo que era una mediocre solo por no terminar mi libro que recién me compre, que te iba a seguir decepcionando a ti y a el como siempre...
-¿Eso te dijo?
-¿De verdad te decepcione?.-Baje la mirada intentando no llorar.
-No eres nada de eso, tu sabes por que ese libro no lo habías terminado, eran muchas tareas del colegio, era estudiar para el examen, era trabajar y todavía ocuparte de el libro. Mientras tanto el no a echo nada de su vida, ocho años en depresión como si el hubiese sido la esposa a cargo de siete hijos. Tu eres muy inteligente, nadie habría sacado becas en los colegios, nadie habría que levantarse temprano e irse al colegio, nadie va al colegio y trabaja ala vez para pagarse sus libros o aquellas escapadas de casi un mes.-Beso mi frente acomodando mi cabello.- Que nadie nunca te haga dudar lo que eres, tu sabes que no lo eres, no eres si quiera un pelo igual a ellos a pesar de que son de la misma sangre.
-Talvez no soy suficiente para ti, ni para nadie por eso lo soy.
-No hables bobadas Alessandra, el único insuficiente es su cerebro por no tener suficiente oxígeno para pensar bien y no hablar estupideces a mi futura licenciada.-Beso nuevamente mi frente para poderme abrazar.
-Buenas noches mapa.-Me recosté en su pecho y perdí la noción de mi.
Al despertar por el ruido que estaban haciendo me había percatado que era tardísimo para salir al colegio, no me daba tiempo ni meterme ala ducha, mierda. Salí tan pronto de casa para ir al colegio en la skate, iba tan rápido que el idiota de Luis aquel chico delgado con una estatura grande color fantasma, siempre sonriendo, siempre saliendo de noche a las discotecas, no se movió del camino para hacerme tropezar en su camino.
-No tan deprisa.-Sonrío levantando mi desayuno.
-El abuelo quiere que le ayude a cruzar la calle, seguro.-Murmure arrebatándole el desayuno de sus manos.
-¿Por que no me has escrito?.-Se cruzo de brazos enfrente de mi.
-Por que no tengo tiempo Luis.-Lo esquive y subí nuevamente en la skate, esta vez poniéndome los cascos en los oídos.
- Casi no te veo y cuando lo hago me evades como si no me quisieras.
- Voy retrasada, no llegue al colegio, no será una segunda ves en el día en la hora del trabajo.-Sujeto mi mano y sonrío detenido la skate.
-¿Desayunaste?
-Si, por eso le doy un paseo a la bolsa.
-Se pone brava.-Carcajeo caminando a mi lado.
-Cállate.
-Deberíamos pensar en que hacer para nuestro próximo cumpleaños ¿No cree?
-No lo e pensado, apenas faltan algunos meses para el siguiente.
-La vida pasa rápido, mas que tu en skate.-Bromeo
-Bobo.-Empuje su cuerpo delgado hacia alado para hacer que se golpease.
- Háblame de mi socio.-Sonrío.
- No es ficticio.-Sonreí.-Es un chico mucho más apuesto que tu.
-¿Mas apuesto que yo? No lo creo. - Bromeo, mientras me estrechaba en sus brazos.-Vamos a tu trabajo, sirve que me muestras a ese alguien mucho mejor que yo.
-Camina rapido entonces.
-De acuerdo. Cuéntame de ti, no e sabido nada de ti desde que estuvimos en las gradas jugando en la skate con todos tus amigos.
-Bien, apenas regrese.
-¿Sigues con tus desapariciones?
-¿ Sigues siendo un llorón anciano?
-Graciosa.-Trago grueso.-Solo un poco.
Después de parloteos y risas llegamos al trabajo, hacía tanto que no reía como aquella tarde con Luis. Solíamos salir siempre juntos, hablar de todo, casi siameses, no habría cosa que no hiciéramos algo juntos, tanto como viajar, como jugar videojuegos hasta amanecer, salíamos de picnic para solo burlarnos del uno al otro pero terminó tan pronto cuando empezó a salir con una chica mayor que el, mucho más mayor que yo.
-¿Todo bien?.-Interrumpió deteniéndose en la mitad del callejón.-¿Asustada porque conozca a aquel mejor que yo?.-Siguió burlándose mientras me cogía de la mano para seguir caminando en aquel callejón donde todas mis vacaciones estuve allí.
-No, solo, tuve un deja vu.-Era una lista de memorias por cada persona que había permanecido en mi vida y simplemente abandone.
-Nunca te olvido, lo sabes muy bien, solo que no me e sentido bien asi como tu acostumbras a desaparecer yo solo, me concentro más en lo que hago diariamente para no perder el control.
-¿Perder el control?
-Si, justo cuando te sientes muy abrumado de ti mismo que sientes que te volverás loco, justo asi.
-De acuerdo, si lo se pero no lo sabia de ti, abuelo.
-Solo soy un año mayor que tú ¿Por qué abuelo?
-No puedes ni con tu vida, Abuelo.
-Ya, soy un bebe.
-Ya lo creo.
-Empieza a creerlo, así como el que conoceré al socio.
-Si.-Sonreí.-¿Sabias que me enamore?
-Seguramente está oculto en alguno de tus libros.-Se quedo pasmado al ver mi mirada de fastidio.-¿Si es de verdad?.
-Trabaja en esa cafetería.-Ambos husmeo un poco el lugar.
-Bien, voy a tomar un café.-Prepare la cafetera y espere a que hablara denuvo.
-Salúdalo de mi parte.-Sonrío.-¿No ibas a ir a la cafetería de enfrente?.-Negue con la cabeza y me rei. -De acuerdo, le diré que eres una sucia besando su foto que le tomaste acosadora.
-Mentiroso.-Sacándole el dedo de en medio y sonriendo de oreja a oreja.-Solo, no quiero verlo ahora.-Comencé preparando el café y viéndolo, parecía un niño en medio de tantos libros gigantes.
-Debo irme Rocio.-Tomo mi café y salio de la biblioteca.-Cuidate y no te enamores mas de los ficticios sino de mi.-Sonrio. Me quede por fin sola, la biblioteca estaba vacía, empecé a ordenar los pocos libros que estaban fuera de su lugar mientras se reproducía The Weekend.
-Disculpe, busco a Alessandra Joseph.-Pegue un salto por no haberlo escuchado.
-¿Que desea?.-Sonreí y deje de hacer lo que hacia.-¿Puedo ayudarlo?
-Un placer en conocerla, e recibido tu carta sobre querer empezar a ejercer un negocio sobre una librería y tipo cafetería ¿No?.-Me quede balbuceando intentando recordar a que hora había echo aquello. Era un sueño que jamás hable más que con Axel en una noche sincera.
-¿Disculpe Señorita Joseph?.
-Disculpe.-Le ofrecí sentarse fuera de la biblioteca con vista a aquel inmenso pasadizo de árboles y rosas para llegar a la cafetería de Joss, estaba pensando en todo menos en aquel sueño que estaba siendo una realidad.
-¿En qué lugar le gustaría que trabajemos?, este es un buen ambiente para dicho proyecto, debería tomarlo en cuenta ya que supongo lleva años trabajando aquí.
-Realmente llevo aquí desde los quince.
-Me interesa aquel libro que has trabajado tanto ¿Podrías hablarme de el?
-Aún no lo tengo preparado exactamente, solo son bocetos...Memorias.-Murmuraba sin razón.
-Tienes la mirada como si fueses una increíble escritora, solo falta que confíes en que lo eres.- Se levantó para tenderme una tarjeta, su nombre era Gabriel Márquez. Haciéndome recordar a mi escritor favorito que me hizo amar la literatura.. me hizo imaginar una escritora en mi.