Dedicado a LisbethAlvarez666
POV'S LILITH.
-¿Entonces te besó? –Preguntó Lavender mientras le daba una mordida a su hamburguesa.
-Sí.
-¿Y qué sentiste? –Siguió Moony.
-La verdad no tengo ni idea, es decir, se sintió extraño.
-Jamás nos contaste porque terminaron.
-Bueno, fue complicado, digamos que comencé a depender mucho de él y hasta cierto punto él sacaba provecho de eso, además creo que él estaba empezando a interesarse por otra persona y aunque al principio lo tomó mal, al final estuvo de acuerdo.
-¿No regresarías con él? –Preguntó Lavender.
-No lo sé, es que todo esto es tan confuso –Hice un puchero y me dejé caer en la mesa.
La verdad ya me hacían falta mis amigas, y aunque Emily no pudo estar con nosotras lo cierto es que de verdad ya la extrañábamos.
Terminamos de comer y regresamos juntas al castillo entre risas y juegos bobos.
Al día siguiente, desde la mañana el espíritu Argentino se sentía ya que para su día habían organizado un pequeño torneo de futbol y el mate estaba por todos lados.
-¿Me vas a apoyar Chula? –Me preguntó Manolo cuando llegué a la cancha.
-Solo si me dedicas los goles.
-Ya estás conejo blas.
Me dio un beso en la mejilla y fue con equipo.
-Toma –Roció me extendió una empanada y la tomé.
-Gracias.
-¿No piensas jugar?
-No, debo cuidar mis piernas por las porristas.
-Ya veo, por cierto y...
-No sé nada sobre mi hermano.
-Está bien, debo seguir ayudando.
Asentí y ella se fue, honestamente no tenía muchos ánimos, probablemente eran las hormonas.
-¿Ahora si me prestarás el broche?
-Carajo, Malfoy, me vas a matar de un susto si sigues apareciéndote así.
-Si tú lo dices.
-¿Para qué quieres mi broche?
-Es el de la suerte.
-Si claro.
-¿O acaso se lo darás a tu novio?
-Manolo no es mi novio, el beso de ayer no sé qué fue.
-Claro, ¿Entonces?
-Hoy no tengo ánimos de pelear, así que... -Tomé el broche y se lo di –Solo cuídalo ¿Sí?
-Me gusta más cuando peleamos.
-No me hagas arrepentirme.
-Está bien, pero ya que me lo diste de tan buena manera, déjame pagarte.
-¿Cómo?
-Sé que estás en "marea roja", así que probablemente tengas antojos, dime ¿Qué se te antoja?
-Fresas con chocolate.
-¿Lo que me mata?
-Eso es aún mejor.
-Jodete Shelby.
-Igualmente Malfoy –Le di una sonrisa sarcástica y el negó mientras reía.
Lo seguí con la mirada y antes de entrar al campo vi que se acercó a un chico, luego se acomodó el broché en la playera y se unió a su equipo.
Realmente los partidos eran cortos, sin embargo, algunos eran divertidos.
-¿Cómo estás hermanita? ¿Ya mejor?
-Sí, Tom, ya mejor.
-Me alegra verte fuera de la sala común.
-Ya sabes cómo es esto, las hormonas deciden por mí.
-Ya lo creo.
En uno de los medios tiempos una canción comenzó a sonar.
-¿Qué mierda es eso? –Preguntó mi hermano.
-La canción que bailaremos juntos.
-No, no pienso hacerlo Lilith.
-Claro que lo harás.
Deje mi comida a un lado y me levanté pidiendo las manos de Tom.
-No.
-Tom –Hice un puchero y él rodó los ojos pero se levantó.
-Dios, esto ni siquiera se puede bailar.
-Claro que sí.
-Que no.
-Solo sígueme.
-Esto es humillante.
La música siguió y cuando el equipo latino salió a la cancha las chicas comenzaron con la porra que me hicieron aprenderme, así que canté con ellos.
Paulo Londra se apoderó del altavoces y me desconocí.
-Jamás creí verte cantando así de rápido –Se burló Mattheo al acercarse.
-Es que es mi marido al que estás escuchando, AMO A PUALO LONDRA.
Mis hermanos se miraron entre ellos y una extraña sonrisa se apoderó de ellos, como si verme bien, lo aliviara.
-Zabini –Bajé de las gradas al verlo.
-¿Qué sucede pequeña Shelby?
-¿Podrías cantar una canción conmigo? Es que es mi sueño cantarla contigo.
-Por supuesto.
¿De dónde se había disparado la dopamina en mí? No tengo ni idea, pero no quería que se terminara.
Ambos caminamos hasta la cabina y pedimos unos micrófonos, la letra para el moreno y pronto la canción comenzó.
-Blaise, ¿Qué significa esto? –Se escuchó la voz de Theodore.
-Theo, hermano, puedo explicarlo.
-Me estas engañando.
-Ya van a empezar –La voz de Malfoy también se hizo presente.
¿A qué hora llegó?
-¿Qué sucede? –Le pregunté al rubio.
-Blaise y Theo siempre cantan juntos en los karaokes, y dicen que "se engañan" cuando lo hacen con alguien más, es una estupidez.
Ante el contexto de la situación no pude evitar reír y me acerqué a ellos.
-Theo...
-Lilith creí que éramos amigos, ¿Cómo pudiste hacerme esto?
-En mi defensa. Blaise jamás se quejó.
-Este es el peor engaño en mi vida, pero estás consiente de que tú eres la otra ¿Verdad?
-¿Qué te parece si nos hacemos socios?
-¿Qué planeas pequeña Shelby? –Preguntó Blaise.
-Theo, para tu suerte, Paulo Londra tiene una canción perfecta para los tres, ¿Qué dices?
-Digo que te estabas tardando.
Volví a la cabina, tomé otro micrófono y puse la canción adecuada.
Toda la tarde nos la pasamos bien y realmente me gustaba esto.
Un rato después todos nos fuimos a cambiar ya que los argentinos también habían organizado una cena con buffet de asado y noche de tango.
Terminé de bañarme y antes de sacarme le di una mirada a mi cuerpo en el espejo de cuerpo entero, me sentía extraña, pero ya no me sentía tan mal.
Salí envuelta en mi toalla y a un lado de mi vestido había una caja.
-¿Y esto? –Le pregunté a Bella.
-Una chica de servicio la trajo –Respondió mientras terminaba de maquillarse.
Me acerqué a la caja y sobre ella había una nota, así que la abrí y leí,
"Goutte de sang.
Ahora tienes un apodo más, ya que eres capaz de comer mi veneno.
-D.M."
Con el ceño fruncido abrí la caja y en ella había fresas con chocolate.
-Claro, D.M. –Susurré para mí con una pequeña sonrisa.
Tomé una y le di una mordida, deleitándome con lo dulce que estaba la fresa.
Antes de cerrar la caja me percaté de una pequeña bolsa negra en la esquina, la tomé y de ella saqué lo que parecía un collar.
-Uy, esos ligueros están muy de moda –Comentó Bella mientras se acercaba.
-¿Liguero?
-Sí, va en la pierna.
-Vaya.
-¿Lista señorita Grindelwald? –Preguntó la chica que me asistiría.
-Claro.
Me deshice de la bata y me pasó el vestido negro que quería usar, luego me senté en el tocador y la chica de servicio comenzó a peinarme y maquillarme.
Me hizo media coleta, me ondulo el cabello, el maquillaje me lo hizo un tanto sutil y cuando terminó me hizo una reverencia y salió.
-¿No te lo vas a poner? –Preguntó Bella señalando el ligero.
-¿Crees que se vería bien?
-Por supuesto, además son difícil de conseguir, seguro te robarás la atención.
-Está bien.
Caminé hasta ella y me la puse en la pierna que quedaba al descubierto y vaya que se veía linda, era de mariposas.
Me puse unos guantes de tul, una gargantilla, artes y un broche discreto en mi cabello para por fin bajar.
-Vámonos –Dijo Bella cuando agarramos nuestros abrigos.
-Si quieres adelántate, antes quiero retocar un poco mi maquillaje.
-Como quieras.
Salió de la habitación y yo caminé hasta la jarra de agua que teníamos, me serví un vaso y de mi cajón tomé la pastilla que tanto me rehusaba a tomar pero que luego de haberlo hecho hoy, me hizo sentir bien.
Deje el vaso vació en mi mesa de noche, me di una mirada más en el espejo y sonreí.
-Te vez preciosa –Dijo Mattheo cuando bajé.
-Tú también te vez muy guapo.
-Yo siempre.
-Maldito egocéntrico.
-Es de familia y lo sabes.
-¿Nos vamos? –Preguntó Tom y los dos asentimos.
Antes de entrar al salón donde sería el evento, ambos me ofrecieron su brazo por lo que entramos juntos.
Yo en medio, Mattheo a mi izquierda y Tom a mi derecha.
La velada transcurría bien, sin embargo, no me sentía cómoda como para bailar así que no me paraba de mi mesa.
-Admito que te luce mi regalo Goutte de sang –Comentó Malfoy mientras me extendía una copa de vino y se sentaba a mi lado –Dime, ¿sigues de buen humor?
-Sí, pero tengo una duda.
-¿Qué sucede?
-¿Qué significa goutte de sang?
-Gota de sangre.
-¿Por qué me dirás así?
-Creí que el ligero te daría una pista.
-Pues no.
-Hay una especie de mariposa venenosa llamada así.
-No lo sabía, y supongo que me dirás así porque al decir que como "tu veneno" te refieres a las fresas ¿Cierto?
-Estoy comenzando a dudar de tu inteligencia.
-Idiota.
-¿Y ahora porque no estás bailando?
-Si te soy honesta no tengo ni idea.
-Vamos, bailemos –Se levantó y me ofreció su mano.
-¿Estás ebrio?
-Quizá un poco –Se encogió de hombros.
-Malfoy, no estoy segura.
-Me lo debes y lo sabes.
Un tanto temerosa tomé su mano y me impresioné cuando no me sentí incomoda.
¿No fue un sueño?
Me levanté y caminamos juntos hasta la pista de baile.
-Solo una –Le advertí.
-Lo prometo.
Bailar con él siempre era una experiencia, parecía que siempre íbamos al mismo ritmo.
-Soy un hombre de palabra –Comentó mientras se alejaba.
Sin embargo, en ese momento sonó una canción que me gustaba mucho.
-Espera –Dije mientras tomaba su mano –Quizá una más y ya.
El negó sonriente y se acercó a mí una vez más.
-Sabes, es un poco gracioso que no puedas poner tu mano completa en mi espalda por lo pequeña que eres.
-Cierra la boca Malfoy.
Cuando terminó la canción quisimos descansar un poco y justo iba a ir por una bebida cuando una mano se aferró a mi brazo.
-¿Qué demonios?
-Tú y yo tenemos que hablar –Bufó Manolo sobre mi rostro.
Me sacó del salón y rastras y cuando llegamos a un pasillo solitario me soltó.
-¿Qué te pasa?
-Eso debería preguntar yo, ¿Quién te crees para estar vestida así?
-¿A ti que más te da como me visto?
-Eres mi mujer y no me gusta que estés ensañando tus piernas tan descaradamente.
-¿Tú mujer? ¿Quién te engañó?
-Creí que el beso...
-No me interesa lo que creas Manolo, tú y yo terminamos hace tiempo y no tengo intenciones de regresar contigo.
-¿Entonces por qué me besaste?
-Tú fuiste el que me besó.
-¿Y por qué no te resististe?
-Porque...porque....-En realidad ni yo sabía porque.
-Por qué me necesitas.
-Eso no es cierto.
-¿A caso ya se te olvidó como me rogabas?
-Cállate.
-Manolo, no me dejes, Manolo, te necesito,
-CÁLLATE -Oficialmente había llegado a mi limite así que me quité el broche y corté su mejilla –Estoy harta de ti, como amigo eres lo mejor, pero como pareja eres una porquería.
-¿De cuándo acá te volviste tan agresiva?
-Escúchame bien Manolo, te aprecio, eso es cierto; pero no te voy a pasar una más, crees que no se defenderme pero ya no me va a temblar la mano cuando se traté de ti.
Me di la media vuelta y supe que lo dejé pasmado porque no escuché sus pasos detrás de mí.