— Yo tenía un hermano mayor... Y, tal vez un mejor amigo... Mis padres eran personas con dinero, y a ellos, no los recuerdo... A nadie, no recuerdo a nadie.
Se dejó caer de espaldas mirando al cielo. Hizo un pequeño berrinche y soltó un grito de frustración.
— ¡¿POR QUÉ NO PUDE MORIR EN PAZ?!
Suspiró cerrando sus ojos y al abrirlos ladeó un poco su cabeza. Levantó sus manos y con una comenzó a hacer un círculo mientras con la otra realizaba un cuadrado. Estuvo realizando la misma acción por un tiempo, pero esto solo lo desesperaba más, dejó caer sus brazos y cerró sus ojos.
— Kiss me once... Then kiss me twice... Then kiss me once again... It's been a Long, Long time.... — canto con pesadez, pero, de golpe abrió sus ojos.
¿De dónde conocía esa canción?
Iba a levantarse para ir en busca de Xiao Zhan, sin embargo, desistió de aquella idea. ¿Qué le contaría? ¿Que recordó una canción? ¿Eso que tenía que ver con su pasado? ¿Que tenía que ver con su hermano? Nada, no tenía absolutamente nada que ver.
Estuvo mucho tiempo acostado en el piso, ya era de noche y se había quedado allí todo el día. Iba a mirar a la gente un rato desde donde se encontraba, hasta que la puerta del lugar se abrió. Vio a un chico, alto, pelinegro, esbelto y debía admitirlo, tenía un muy buen atractivo físico.
Este caminó hacia él, y se apoyó en el muro que impedía que la gente cayera desde el alto lugar.
— ¿Cómo estás?
"Bonita voz" pensó el fantasma al escucharlo.
— ¿Sabes qué día es hoy Kun?
"¿Kun?"
El chico miró al cielo y suspiró.
ShengCai se acercó a él para mirarlo mejor, ya que solo podía ver una parte de su mejilla. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, notó el brillo en los ojos del chico, era el brillo que causaban las lágrimas acumuladas en sus ojos.
"Ya veo... Su alguien especial murió" pensó al verlo sonreír con tristeza.
— Hoy... Cumpliríamos doce años juntos.
"¡¿Doce años?!... Son muchos años"
— Eres el único chico... Que logró cambiar todo en mi vida... Espero que estés bien allá arriba, te extraño y aún te amo.
Eso lo conmovió, acercó su mano posándola sobre la del chico, y aunque sabía que no podía verlo ni escucharlo, quiso darle consuelo.
— Te aseguro que él está muy bien allá, debe de estar feliz sabiendo que has podido salir adelante... Y ten por seguro que él también te ama... No estés triste...
Vio al chico bajar su mirada y dejándola fija en su mano, lentamente su izquierda se posó sobre sus manos.
— ¿E-e-estás aquí?
Asustado, quitó su mano rápidamente alejándose un par de pasos. Vio como el chico se volteaba mirando para todos lados con una sonrisa en su rostro.
— ¡Kun! — volvió a llamar. — Sí-sí estás aquí... Por favor házmelo saber — pidió.
Apretó un poco sus labios dudando en si hacerlo o no.
"¿No me iré al infierno por hacer feliz a alguien verdad?"
Soltando un suspiro, se acercó lentamente al chico, mientras este volteaba su cabeza para mirar hacia todos los lados. Levantó su mano colocándola en la mejilla ajena, y el chico detuvo sus movimientos rápidamente. Nuevamente, el pelinegro sonrió posando su mano también sobre su mejilla.
— Estás aquí — dijo en un hilo de voz.
— Mhn, estoy aquí.
— Kun... Perdóname. E-es-no debí gritarte ese día, esa noche era especial para nosotros y se arruinó... No quería alejarme de ti, no quería que lo nuestro acabara, te quería a mi lado... Perdóname, por favor...
Dijo para luego dejar que sus lágrimas corrieran, no sollozaba, eran simplemente sus lágrimas cayendo gota a gota.
ShengCai sintió empatía por el chico, sonrió débilmente y los dos dedos de su otra mano, los colocó sobre los labios del chico. Este cerró sus ojos y estaba vez lo vio temblar un poco conteniendo sus ganas de llorar.
— De seguro te perdonó hace mucho tiempo — mencionó alejando sus dedos.
El chico abrió sus ojos y curveó sus labios en una pequeña sonrisa.
— Kun...
Está vez, sostuvo el rostro ajeno con sus dos manos, para después, alejarse lentamente.
— Te amo, te sigo amando Kun, cómo nos tienes idea.
Y finalmente se separó. El contrario suspiró asintiendo y quitando la mano de su rostro.
Su plan de ir a la casa de Xiao Zhan, no se concretó, en su lugar, se quedó con el chico, hasta que se fuera, incluso, lo siguió a su casa. Sabía que no tenía el poder de actuar si algo llegase a pasarle, pero de alguna manera, acompañarlo hasta su casa para que llegue sano y salvo le daba esa tranquilidad de estar haciendo algo bien.
Al día siguiente, Wang Yibo despertaba de su no tan tranquilo sueño. Sentía como si lo hubieran golpeado entre diez personas, lastimosamente pasa su suerte, era viernes, lo que significaba, más trabajo de lo habitual, y sobre todo ahora que había firmado para una colaboración con otra empresa.
Cómo de costumbre, se levantó de su cama, se metió al baño a darse una ducha, se cambio de ropa y salió de su habitación. Y ahí estaba, sirviendo el desayuno, su secretario.
— Xiao Zhan... — llamó.
— Buenos días, venga a desayunar — dijo poniendo un plato sobre el mesón de la cocina.
— Am... Pensé que te habías ido luego de dejarme aquí. ¿No fuiste a casa? — preguntó con un poco de preocupación en su tono. De nuevo estaba haciendo trabajar demás a su secretario.
— ¿Qué? No, claro que no. Fui a casa, y solo me levanté temprano para venir... Es tan necio que dudo de usted mismo.
El rostro del mayor se arrugó en un expresión de confusión.
— ¿Ah?
Zhan rió bajo. Se quitó el delantal de cocina y se sentó junto al castaño.
— No le gusta desayunar, y eso es un mal hábito, el desayuno es la comida más importante del día.
— No hay datos científicos que lo prueben — se defendió el mayor frunciendo levemente su ceño. Y Xiao Zhan ladeó su cabeza con una mirada de desaprobación.
— Haya o no haya, su cuerpo necesita energía. No le gusta desayunar y debe tomar medicamentos, si no hace ninguna de las dos cosas. ¿Cómo piensa mejorar?
— Eres la segunda y única persona que me obliga a desayunar ¿Sabías? — comentó para comenzar a comer.
Pero las cejas del menor se juntaron.
— ¿Cómo... Cómo es que sí soy la segunda persona, soy la única?
Yibo metió algunas verduras en su boca e inclino poco su cabeza haciendo un pequeño "Ja" con su boca.
— La primera personas que me obligaba a desayunar... Está muerta... Aparte de ti y esa persona, nadie nunca me había obligado a desayunar. Ahora que esa persona murió, solo tú lo haces.
Zhan presionó un poco sus labios. ¿Debía meterse en la vida privada de su jefe?
— Si... Si está bien que pregunte, ¿Sus padres nunca lo obligaron?
Hubo un momento de silencio, y Zhan entendió que su pregunta fue de más, por lo que simplemente se dedicó a comer también en silencio.
— Hoy vamos a ir a un lugar, así que, por favor despeja mi agenda en la tarde.
— De acuerdo.
Y así pasó toda su mañana, comunicándose con su jefe con los monosílabos Sí y No, y algunas oraciones corta y otras un poco más largas. Y todo fue gracias, a la pregunta que hizo en el desayuno.
Pero le frustraba un poco no conocer datos sobre la vida de su jefe, no sabía nada, ni siquiera en internet encontraba algo, y eso que al principio se había tomado la molestia de investigarlo, no encontró nada más que un párrafo de tres líneas de su vida y todo lo demás eran noticias sobre él, la empresa, sus proyecto. Por el lado laboral, podía hacer libros, pero de su vida privada, un pos it era suficiente, y no conocer nada de él, lo hacía desconocer si sus comentarios o preguntas lo incomodaba.
Ahora mismo, se encontraba haciendo una muestra de respeto a las tumbas de los padres de su jefe. Ese había sido el lugar que el mayor al que irían. Ambos tomaron asiento y, el silencio se hizo presente, nadie decía nada, solo se escuchaba sus respiraciones.
— Pensé mucho... Sobre si contarte esto o no.
El mayor rompió el silencio.
— ¿Qué dice?
Yibo volteó su rostro para mirarlo y le mostró una diminuta sonrisa.
— Hoy, puedes dejar las formalidades y tutearme. Me siento más cómodo así.
— Oh, sí. Lo haré.
— Sobre tu pregunta de esta mañana. Pensé mucho en si responder o no, en si contarte lo que nadie sabe. No es que haya querido ser grosero, solo no sabía cómo decirlo... — hizo una pausa y tomó una lenta y profunda respiración antes de continuar.
— Mis padres trabajaban mucho, siempre viajaban y me dejaban en casa con mi hermano menor. Tenía un hermano menor — dijo soltado una sonrisa baja.
— ¿Dónde... Y su-tu hermano?
— Él murió hace muchos años atrás. Él era la primera persona que me obligaba a desayunar — dijo comenzado a recordar las pequeñas y graciosas discusiones mañanereas con su hermano. — Al mis padres siempre estar viajando por sus trabajos, solo éramos él y yo... Ellos no se preocupaban tanto por nosotros porque siempre fuimos muy independientes, entonces ellos podían estar tranquilos... Cuando mi hermano murió... Mi madre se hecho la culpa y cayó en depresión, yo me había mudado a Australia por el tema de la universidad, y para nuestra suerte, todo fue tan justo en cuestiones de tiempo. Yo me fui un par de días, y se suponía que mi papá llegaría un veintidós de diciembre en la noche para pasar las festividades con mi hermano, pero su viaje se tuvo que aplazar por reuniones a último momento, entonces mamá era quien iba a llegar un veintitrés, pero tuvo que cancelar su vuelo por problemas en su empresa. Ella me llamó el veinticuatro en la mañana pidiéndome que venga a China y este con él, pero no habían vuelos...
" Entonces la historia que contó de su hermano, esto es lo que pasó y por eso... Dijo que quería llegar a verlo pero no en la morgue "
— Ese día en la noche, mi hermano me llamó, me dijo que me quería y que vuelva a casa pronto. Al siguiente día, parecía loco en el aeropuerto intentando tomar un vuelo, me habían llamado contándome que mi hermano, había muerto... Mi madre cuando se enteró de todo, se hecho la culpa por no haber estado con mi hermano menor ese día y todo por quedarse a trabajar, ella entró en depresión, dejó de trabajar, y se encerró en casa. A raíz de eso surgieron muchas peleas entre mis padres, mi papá ya no quería que mi mamá esté triste...
Yibo soltó un suspiro y bajó la mirada juntando sus manos.
— Tres años después, mi papá logró hacer que mi mamá aceptará salir a pasear y distraerse un poco. Pero ese mismo día, cuando volvían, iban a pasar una intersección, cuando un vehículo de carga pesada los golpeó, ambos murieron en ese accidente... Nunca le he contado esto a nadie, eres la primera persona a la que que le cuento lo que sucedió con mi familia... Y el hecho de que nadie nunca supiera que tenía un hermano menor, era gracias mis papás... HaoWei, así se llamaba, él no es mi hermano de sangre, mis papás lo adoptaron cuando tenía un año, y decidieron protegerlo escondiéndolo del mundo en el que vivimos. Aún así, ellos siempre fueron los mejores padres, y aún así, lograron hacerles daño...
— ¿Lo-lograron? — preguntó y Yibo asintió.
— Los que se encargaron del caso, le dijeron a mis padres que se había suicidado porque tenía depresión, es por eso que mi madre se culpaba, creía que el hecho que se haya suicidado era porque no había cumplido su deber como madre de estar con sus hijos... Pero no es así, yo conocía a mi hermano, a él lo asesinaron. Pero la policía cerró el caso de mi hermano, y... El de mis padres, atraparon a quien provocó el accidente años después...
— Wao... Yo... N-no sé qué decir.
— Te estoy contando todo esto por dos razones... Quiero que me ayudes... Y, necesitaba hablarlo, ya no puedo seguir ahogándome en alcohol cada vez que quiera desahogarme. Aparte, eres la única persona en quien confío plenamente, no existe nadie más que tú, Xiao Zhan...
El pelinegro se removió un poco en su lugar y fijó su mirada en Yibo, quien también lo miraba.
— ¿En qué... En qué necesita ayuda?
Yibo soltó un suspiro sonriendo levemente, esa era la respuesta que necesitaba.
— Me enteré... Que hay un anciano que puede, ya sabes, contactar al más allá.
— ¿U-un anciano?
— Mhn, dicen que tiene un ojo blanco.
— ¡¿U-un ojo blanco?!
— Sí. También que, es muy difícil de contactar... Quiero que lo encuentres por mi.
— ¡¿AH?! — gritó haciendo sobresaltara al mayor.
— Lo-lo siento es solo que... ¿Po-por que necesita de-de un chamán?
— Haaa, la gente viva se compra con dinero... La gente muerta, no se puede comprar tan fácilmente. Por esa razón, quiero que alguien experto en la materia me ayude.
— Entiendo...
"¡¿PERO POR QUÉ A MI ABUELO?!"
— ¿Crees poder encontrarlo?
— Aaah, yo...
"No me mires así Wang Yibo... ¿Cómo le explicaría a mi abuelo está situacion?"
De acuerdo, la mirada del castaño no ayudaba para nada.
— Creo poder hacerlo.
Y escuchó es suspiro de alivio.
— Gracias Xiao Zhan.
— No se preocupe. Lo ayudaré.
Con una sonrisa tan falsa dijo aquellas palabras, pero es que simplemente no pudo decirle que no.