A decir verdad, los resultados mínimos en Jisung estaban comenzando a notarse, en una semana estaba acostumbrado a levantarse para ir a los talleres con otras personas que estaban dentro de aquella casa.
Había aprendido a hacer joyas, velas aromáticas y ahora a tejer o confeccionar, tenía 3 talleres por día, elegía ese ritmo para que su mente se mantuviera más ocupada.
Justo ahora estaba sentado mientras estaba ocupado intentando terminar la primera parte de lo que sería un suéter. Miró a su costado para ver a Minjoon casi terminar con un bonito abrigo de color melon, ella era demasiada hábil.
-Ya vas a terminar- habló Jisung mientras la anciana sonreía sin perder vista de su trabajo.
-Debo hacerlo, este es un regalo muy preciado.
El omega sonrió concentrándose de nuevo en su tejido pero a la vez manteniendo la conversación con aquella mujer. En el poco tiempo, Minjoon había estado siguiéndolo en algunos talleres, se sintió incómodo al inicio pero se dió cuenta que ella no muchas veces andaba acompañada.
Se enteró que Minjoon tenía indicios de Alzheimer y aún estaban en estudios de si tenía algún avance de Parkinson. Ella no era una anciana abandonada ya que le contó a Jisung como recibe visitas y llamadas pero era difícil de creer ya que también dijo que tenía una amiga y solo era producto de su imaginación.
Los ancianos del lugar no la excluían pero ella se excluía sola, sin embargo había encontrado una buena compañía en Jisung.
-La siguiente semana vendrá a visitarme mi bisnieta.
-Oh, me alegro mucho que tu familia te visite.
-Sí, dije que quería conocerla, por eso estoy tejiendo esto para ella, espero que le guste.
Jisung se concentró un instante en los puntos de lo que hacía para luego volver a su conversación.
-¿Tu familia te visita seguido?.
-Asi es, lo hacen 2 veces por mes, yo se los pedí así porque no quiero ser un estorbo.
-Oh, no lo eres, estoy seguro que tu familia estará encantada de visitarte.
Ella alzó su tejido mirando como iba a quedando y sonrió.
-Si lo hacen, pero se que están muy ocupados, aún así recibo llamadas todos los días.
-Eso es genial.
Se quedaron en silencio unos minutos mientras se concentraban en su trabajo hasta que la mujer mayor decidió hablar.
-¿Tú recibes visitas?- preguntó.
Y Jisung solo se quedó mirando la sala que rodeaba sus dedos por unos instantes mientras respiraba hondo.
-No, les pedí que no lo hagan, prefiero hablar por teléfono.
La anciana sonrió otra vez.
-¿Cuando salgas me visitarás?.
-Por supuesto- Jisung le dió palmaditas en el hombro.
-Espero que mi Alzheimer no avance lo suficiente para olvidarte.
Las palabras hicieron que Jisung deje su trabajo para abrazar a la mujer.
-Te haré una pulsera en mi taller de joyería para que siempre me recuerdes ¿sí?.
La anciana asintió para que ambos volvieran a sus labores.
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Minho estaba pasando una tarde agradable con Yuna, la niña había pasado el mes de nacida pero aún sin cambios muy notorios, dormía y comía, era algo natural, solo permanecía unos minutos despierta y eso era aprovechado siempre por el padre de Minho.
-Ahhh es demasiado bonita- dijo el señor cargandola en brazos mientras sostenía su pequeña mano -Tiene unos ojos hermosos.
El castaño sonrió desde la cocina mientras miraba a su padre y a la vez preparaba un biberón.
-Jisu preguntó por ti hoy, fue junto con su padre al trabajo, muy lista la muchacha.
El nombre ya se había hecho costumbre en la vida de Minho en todos estos días, tanto su madre como su padre se lo decían cuando podían y a decir verdad, había estado encontrándose con ella un par de veces de casualidad, o eso pensaba él.
-Irá a festival de la empresa, ¿no te parece genial?.
-¿La invitaste?- Minho se acercó con el biberón en las manos.
-Por supuesto, es hija del socio y veo que tú y ella se están entendiendo- el hombre mayor arrebató el biberón de Minho y se lo dió a la niña -Creo que se muere de ganas de conocer a esta niña hermosa.
-Papá, estoy captando tus intenciones y me gustaría que me dejarás elegir.
-Por supuesto hijo, se que eligiera sabiamente. Jisu es una chica adorable, bonita, amable, te conoce y no le importa que seas un padre soltero.
Minho suspiró sentándose en el sillón mientras veía a su padre. A decir verdad aquella mujer se le hacía muy bonita y amable, estaban manteniendo un contacto cercano cuanto podían pero aún así no lo suficiente para ponerla en su vida.
-Yo sabré en qué momento quisiera darme una oportunidad, no quiero escoger a alguien por quien no sienta nada.
-Bien- el señor se sentó observando aún a su nieta -Solo quiero lo mejor para ti y Yuna. Ella necesita crecer con una figura materna, sería genial que lo haga antes de que tenga uso de razón ¿No crees que sería triste cuando pregunté por eso?.
El alfa menor se llevó ambas manos al rostro frotándose la piel por unos instantes mientras pensaba.
-Te recuerdo que ella no fue abandonada, Karina me engañó y Jisung...- hizo una pausa larga antes de suspirar -Él tenía claro su trabajo, fui yo quien se hizo ilusiones.
Con una mano desocupada, el mayor solo le dio golpecitos en el hombro de su hijo intentando entenderlo y dándole ánimos.
-Es cosa del pasado hijo, la vida nunca es color de rosa. Nada está perdido, puedes hacer tu vida de nuevo, con alguien que realmente te quiera.
-Y que yo también.
-No lo vas a saber si no lo intentas, así que... espero verte en el festival- El anciano se levantó del sillón para llevar a la niña -Ah... recuerda que pasado mañana debes ir donde la abuela.
-Sí, ya programé la cita.
Y luego Minho solo vio como su padre se alejaba en las escaleras de la casa mientras tarareaba una canción para Yuna quien segura estaba a sola una onza más de dormir.
Los días habían pasado tan rápidos para Minho quien se sentía demasiado ocupado cumpliendo con demasiado trabajo, tanto como padre como el dueño de un hotel y restaurante. Se sentía sumamente agotado en algunos días pero estaba agradecido que su madre decidiera cuidar a Yuna y más agradecido aún que la niña era muy tranquila y no apegada a él.
Ese día dejó todo organizado y a cargo de su persona de confianza para tomarse un poco del día para alistar a la niña. Le había elegido la mejor ropa, un pequeño vestido de algodón de color rojo, muy casual pero elegante a la vez.
Aprovechó que ella dormía para alistar el resto de cosas en el bolso y otras cosas importantes en el auto.
Recordó la lista que su madre y padre le dejaron en la refrigeradora para llevar algunos regalos.
Miro la hora dándose más prisa y saliendo para intentar meter a Yuna en el carrito de bebés mientras terminaba de organizar la maleta de bebé metiendo y la bolsa con algunas cosas. Tenía que estar unos minutos antes en aquel lugar para realizar todo el papeleo y dejar los obsequios en revisión.
Ha pasado bastante desde que regresó a aquel lugar y le emocionaba un poco ir esta vez acompañado de alguien especial como su hija.
Apenas llegó al lugar, la reja grande y principal debía ser abierta por dos encargados quienes solo autorizaban a las personas que habían sacado un pase con anticipación. Minho tenía el suyo así que ahora estaba buscando donde estacionarse para después bajar y retirar a Yuna de la silla para bebés.
El clima era muy agradable, no hacía tanto frío pero tampoco demasiado calor, además que el lugar tenía muchos árboles lo cual daba una sensación de frescura.
Envolvió a su hija con solo una tela de algodón y caminó hasta la casa para poder hacerse presente y comenzar su cita.
-Buenos días- dijo un encargado de recepción que se levantó apenas lo vio.
-Buenos días, vengo por visita.
-Sí, su pase por favor y déjeme aquí la bolsita de regalos.
Minho obedeció, hizo todo el trámite de visita mientras sostenía a la niña, estaba acostumbrado y también reconocía al personal que pasaba y con una sonrisa siempre estaban ayudándolo.
-Por aquí- está vez una señorita lo guío - Minjoon debe estar emocionada.
El alfa sonrió en lo que daba una mirada a Yuna que parecía seguir disfrutando de su sueño. Pasó hasta la pequeña área verde trasera donde podía encontrar mesitas y más árboles. Justamente en el mismo lugar de siempre, estaba la anciana en silla de ruedas con algo encima de sus piernas y bebiendo un poco de agua.
-Los dejaré.
Por fin Minho camino alegre hasta la mesa y siendo muy discreto intento no llegar a ella de manera directa y colocarse atrás de ella para sorprenderla.
Minjoon solo sintió como algo tocaba su hombro y miró hacia atrás para ver por fin a la persona que esperaba.
-Minho...- ella sonrió ampliamente queriendole tocar el rostro y lograndolo para después mirar a la bebé que se movía un poco por un cambio de posición -Ohhhh es ella.
El castaño asintió tomando una silla para estar más cerca.
-Sí, mira te la presento, se llama Yuna.
-Es tan bonita- Ella quedo maravillada de solo verla y con el corazón emocionado de ver como su familia crecía -Hola Yuna... oh, anotare su nombre para no olvidarme, ya sabes como es mi memoria.
-Lo sé ¿quieres cargarla?.
-No, no ¿Y si se me cae? Ya estoy muy vieja.
-Nada, yo te ayudo- y así fue que Minho la colocó levemente sobre los brazos de ella y la anciana pudo sentir el peso y ver más de cerca a su bisnieta.
Parte de su generación familiar estaba en esa niña y aún se sorprendía como los años estaban pasando demasiado rápido.
-No puedo creer que ya tengas una hija mi niño, si yo te deje cuando eras solo un joven universitario.
-Los años han pasado muy rapido- dijo él volviendo a tomar a su hija para sentarse otra vez -¿Eso es para mí?- preguntó.
Minjoon negó colocando el paquete sobre la mesa para sacar el contenido.
-Hice una ropita para Yuna en mi taller de tejido, mira- emocionada mostro un vestido tejido muy bonito y parecía que no era muy abrigador. Además de un saquito del mismo color -¿Crees que le quede bien?.
-Eso ni lo dudes, apenas llegue se lo pondré y te enviaré unas fotos y videos.
-Sabía que escogí bien- mencionó aplaudiendo -El color lo eligió un amigo mío.
-¿Ya tienes amigos?- pregunto Minho emocionado.
-Sí, un chico nuevo ingresó hace solo unas semanas y se ha mantenido conmigo.
Minho se río -¿Por que te gusta juntarte con gente joven abuela?.
-Ay, es que los de mi edad me envejecen más- se río mientras miraba a los alrededores -Pero es muy buena persona, lo voy a extrañar mucho cuando se vaya.
-Y eso me preocupa, por eso te insistí en que puedas conectar con los demás ancianos aquí.
-¡Lo intente!- exclamo pero a la vez guardo algo de silencio al ver como la niña se movía un poco -Ups.
-No es nada- Minho colocó más de cerca a Yuna tapandola un poco con la tela de algodón -Me alegra que estés acompañada, quizás puedes compartir tus dulces.
-Sí, él debe estar por aquí, porque suelo traerlo a este espacio, nos gusta mirar a los patios.
-Lo importante es que tienes quien te acompañé porque me da pena que estés sola aqui.
-Nunca estoy sola, me llevó bien con el personal- ella siguió mirando por los demás lados buscando a la persona correcta.
Sus ojos se posaron en una figura que acaba de ingresar al jardín trasero con una algo entre sus manos. Minjoon feliz levanto los brazos.
-Mira, ha venido verme, creo que olvidé decirle mi hora de visita. ¡Jisung!.
El muchacho rubio giró la cabeza para sonreír pero tan pronto observó la mesa que estaba a unos metros lejos de él pero lo suficiente para distinguir personas. Sus ojos se encontraron directos con el acompañante joven que estaba en esa mesa.
El corazón de Minho se aceleró apretando más a la niña contra su cuerpo y colocando una expresión de seriedad mientras lo observaba. Pareciera como si su corazón se volvía a reparar y quebrar al mismo tiempo. Había pasado más de un mes intentando superar muchas cosas en su vida pero aquí, estaba sentado en lo que observa al omega en un traje de 1 pieza de color celeste pastel, pero así como fácil llegó, vio al hombre rubio salir del lugar lo más pronto que pudo.