STAY ALIVE.

By RocioJoseph

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¿Has añorado con lugares donde el hombre nunca a pisado por solo sentirse el problema de toda su familia? un... More

Prologo
Sinopsis.
Dedicatoria.
Capítulo Ⅰ
Capitulo Ⅱ
Capitulo Ⅲ
Capitulo Ⅳ.
Capitulo Ⅴ.
Capitulo Ⅵ
Capitulo Ⅶ
Capitulo Ⅷ
Capitulo Ⅸ
Capitulo Ⅹ
Capitulo Ⅻ
Capitulo ⅫⅠ
Capitulo ⅪⅤ
Capitulo ⅩⅤ
Capitulo ⅩⅤⅠ
Capitulo ⅩⅦ
Capitulo ⅩⅧ
Capitulo ⅩⅨ
Capitulo ⅩⅩ
Capitulo ⅩⅩⅠ
Capitulo ⅩⅩⅡ
Capitulo XXIII
Capitulo XXIV
Capitulo XXXV
Capitulo XXXVI
Capitulo XXXVII
Capitulo XXXVIII
Capitulo XXXIX.
Capitulo XXXI
Poesía.

Capitulo Ⅺ

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By RocioJoseph

Alessandra Joseph.

Me he cansado de pedir apologías cada que tropiezo en mis propios versos, siendo solo un pedazo de papel que me define y siquiera puedo cerrarlo como tal, tan roto debería de estar, tan insuficiente para ya no saber exactamente que escribir. Me preocupa realmente que mis ideas ya no sean del todo creativas, que mis ganas de vivir estén cubiertas por la alfombra de mi sótano. Ahora rechazó la idea de no tener un sótano donde abandonar mis sentimientos y culpas contra mí en ese lugar tan oscuro y lleno de basura.

Porque mi letra no es persistente como la de tales escritores que han tenido éxito por lo que aman, no es del todo interprete para seguir escribiendo un libro, para no ahogarse por completo en aquel rio de amargura y soledad estando rodeada de gente todo el tiempo. - Siento enojo conmigo misma por tener este tipo de pensamientos al estar tirada en la cama, sobre pensar de más por no ser capaz de hacerlo mejor, de vivir golpeándome a mí misma en mi propia mente para poder terminar con esto.

Aunque intente de tener mi mente en paz, consecutivamente algo en mi me dice que no valgo nada asi que todo lo positivo que he llegado a hacer es por no querer escuchar a nadie y sentirlo simplemente. E elegido comunicarme de esta manera, de poder decir todo en una noche después de tragármelo por años, porque nunca había sentido la necesidad de que era importante hablar de lo que verdaderamente estoy hecha gracias a la perdida de papa y la ausencia de mama. Quisiera sentir que por lo menos una vez, fuera digna de merecer algo, quizás esta parte no las tenías que leer mama, perdon por nunca mencionarte lo que sentía cuando me hacías un correctivo, sabiendo que yo no estaba mal.

Descubrí que el mar es más rabioso al anochecer, mas ruidoso y el amanecer se desvaneció y ahora solo abrazo tu ausencia, para poder sentir algo tuyo cercas de mí,

Pero se que ese algo está vacío, mi alma ya no quiere seguir, pero sigo aferrándome a no olvidar como realmente quiero vivir.

Mamá siempre supo que mi lugar estaba cercas del mar, desde el primer día que me trajo a él, justo a meses de perder a Papá. -El sentirme libre y sentir todo mi cuerpo parte de él, me hacía completamente feliz. Si debo de hablar sobre un lugar en el que ame más en toda mi vida, hablaría del mar. De aquellas maravillas que puedes encontrar en él, su vida, su misterio, su profundidad. - Yo tambien encontré que papá puede estar en ese lugar, de que, en esas gaviotas, ese viento, aquel sonido de las olas que te arrulla el alma.

Allí estaba el, calmando los ruidos que solía hacer mi mente por la agonía que estaba viviendo desde que el se fue. 

- ¿Ya nos vamos? -Mama me cubrió con la manta.

-Adelántate. -Murmure mientras cerraba el libro, se sentó cercas de mí y me miro.

- ¿Por qué haces esto? -Miraba el mar, ella solo me rozaba con sus manos en mis antebrazos llenos de cicatrices. - ¿Por qué tienes que huir siempre? -Relamí mis labios, no sabia exactamente que contestar, esa pregunta me la hacia a diario, la mayoría de gente que alejaba de mi tambien lo preguntaba. -¿Ale? Contesta. -Me miro.

-No lo se. -Mustie. Obviamente lo sabía, siempre lo supe.

-No lo sabes o no me quieres decir. -Pauso. -Tenme la confianza de hablarme, de contarme que pasa. - No quiero decirte que me temo a mi misma, que cuando estoy sola y nadie me ve, ni me escucha, en mi persiste mil veces distintas cosas sumamente distintas, al mismo tiempo lo que realmente no puedo hacer bien, lo que tu me dices que hago mal yo lo sobre pensé, le di vueltas esquive, choque, corrí y finalmente me culpé mil veces mas por no ser como quieres, por terminar siendo como ellos.

Como los que tu llamabas mediocres, arrogantes, insensibles, hipócritas, patéticos, miserables, cobardes.-  Probablemente si algún día me decido a hablarte de mí, de esto todo menos algo lindo de parte de una Madre. 

-Solo quiero volverme un atardecer asi de bonito, lleno de colores y que tu te tomes el suficiente tiempo para verme. -Mis ojos se cristalizaron, mama nunca tendría tiempo para eso, lo tenía bastante claro, aunque siempre decía que su prioridad era yo, pero desde que las niñas empezaron a crecer.

-Yo quiero verte viajando por todo el mundo, no siendo parte de, el. -Murmuro.

- No estoy segura de que sea parte de aquí. -Seguí mirando el cielo. -¿Por qué tengo que sentirme un bicho raro solo por ser yo?

- La gente no esta acostumbrada a ver algo diferente.

-¿Qué tengo de diferente?

-La perspectiva que tienes de todo, de como puedes crear arte aun no teniendo ganas de vivirlo.-Me estrujo entre sus brazos.- Estoy orgullosa de ti, ahora ya eres una mujer, tu papa estaría feliz por verte asi, por ver a su pequeña oruga convertida en una hermosa mariposa sobrepasando tantos obstáculos solo para llegar a sus sueños.-Pauso.-Como el lo hizo tantas veces.

-Mejor cuéntame ¿De qué trataría tu libro? – Centro su atención.

-Trata de papa. - Quizás era la única forma de mantenerlo vivo conmigo. - Y de ti.

-Deberías mostrarme en cuanto regresemos a casa.

- ¿De verdad lo leerías? - Asintió con la cabeza.

-Es hora de irnos. -Me beso la frente y empezó a recoger sus cosas que permanecían en la arena. - ¿Qué prefieres comer?

-¿Puedo escoger?.-Me levante de golpe e intente disimular que me mareé.-¿Pero regresamos al atardecer denuevo aquí si?.-Me vestí de prisa.-Por favor.-Asintió con la cabeza y caminamos hacia la habitación.

No había lugar mas seguro que el mar en tiempos de tormenta dentro de mí. Mama se veía feliz debajo de esas mejillas rojas por el calor que estaba haciendo dentro de los lugares a la que la hacía entrar.

Algunas personas se tomaban la molestia de mirar mis brazos y mis muslos, haciéndole gestos de asco, otros por morbo. Pero aun asi seguía siendo incomodo mostrar mi cuerpo y que la gente se alejara por ello.

A mi tambien me da asco. -Murmure mientras una señora señales de la cruz al pasar a mi lado. No esperaba su respuesta, solo me juzgaba con la mirada.

-Ale. -Mama solo se rio. -¿Qué paso?

-No tolero a la gente. -Empecé a caminar mientras me cruzaba de brazos.

-Esta noche nos iremos a casa. -Me abrazo.

- ¿Qué hay del atardecer?

-Puedes ir a verlo, te alcanzaré allí. -Beso mi mejilla.

-No te pierdas. - Grite mientras me alejaba de la gente y de ella.

Los atardeceres eran la única mejor parte de mi fase de vida, el mar tan calmado y sin gente, el cielo lleno de colores rosas, azules, destellos blancos.

Me quede sentada viendo el atardecer, el sol bajando al mar. El aire estaba golpeando mi cabello. - papa estaba allí.- Me percaté que no había mejor terapia que perderme en el mar junto con los atardeceres y aun asi seguía manteniéndome en control. Al menos ellos me mostraban que eran la prueba de los finales mashermosos

-Te encontré. -Mama caminaba descalza por la arena. -Te traje algo. -Sonrío.

-El mar es increíble. -Me recosté en su hombro. – Daria lo que fuera por perderme y encontrarme aquí.

-Hablas bonito. -Mama sonrío mientras miraba los detalles del mar.- ¿De verdad te gusta derecho? -sonrió denuevo. -Debiste luchar por tus sueños.

Tambien lo creo.

-Me gusta derecho. -Mire hacia otro lado, había pasado tiempo y la carrera fluía, simplemente crecía como el agua.

-Me gusta verte tan enfocada, desde que eras una niña y perdiéramos a papa. -Pauso. -Nunca me has dado problemas, siquiera tuve que decirte para hacer tus obligaciones. -Beso mi mejilla. Nunca le e causado el mínimo ruido a mamá, pero si supiera lo ruidoso que es estar dentro de mí, por que simplemente sentí que era casa, pero creo que solo fui un mueble.

-Gracias. -Mis ojos se cristalizaron por completo, el sol ya se había ocultado.

-Debemos irnos a casa. - Asentí con la cabeza, me tomo minutos para levantarme y correr hacia el mar, caer de rodillas y empezar a reír. Mama solo me miraba desde la orilla del mar, era una simple niña en la que toda la vida a estado enamorada del mar, de aquellas estrellas que miraba lejos y les hablaba toda la noche.

Mama en el auto permanecía dormida durante el camino, mi mente estaba en otro lugar menos en la carretera, no había ruido, solo podía escuchar mi respiración, los quejidos que hacia mama por no estar cómoda durmiendo en el sillón del auto.

Necesitaba tranquilidad y cuando la tenia me daba miedo quedarme por completo sola conmigo misma, con los pensamientos más ruidosos.






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