Contaría como sucedió todo, pero siempre me gusta ir por la acción. Seré grafico aquí, es igual que el porno, cuando empieza todo es super aburrido e irritante y ni siquiera logras una erección, entonces lo adelantas donde la acción comienza ¿No es más divertido así? ¿No? Okay, de todas formas, y antes de que pienses que yo me estaba follando a ____ (que era lo menos que estaba haciendo, no se preocupen). Yo me encontraba en su cuarto, y no, yo no estaba follando con ella, lamentablemente, mi pene estaba tan triste como mi humor. ¡Oh, bueno! ¿Con que más lo iba a comparar? Al final todo se trata sobre eso, es lo que diría Louis.
____ esta mirándome con enojo, lo sé aun cuando la estoy mirando de reojo, siento como todo su odio malvado (¿Cómo entrara tanto odio en su cuerpo?) no me sorprendería si en cualquier momento me golpeara con algo en la nuca y me matara para luego enterrarme en alguna parte donde jamás me encuentren, ¿quizás me tire al mar? ¿Mañana despertaré en algún bosque? Solo el tiempo lo dirá.
—Iré al baño —me dice. Oh, pero lo que realmente intenta decir es que "buscaré un cuchillo y luego te cortaré la garganta, no tardo"—. No toques nada.
Me siento en la cama y espero los minutos antes de mi muerte. Su habitación es amplia y demasiado estúpida, tiene todos estos libros aburridos y cosas de chicas. Ni siquiera sé porque le dije que había paparazzis siguiéndonos, porque eso fue exactamente lo que hice mientras conducía a su casa, una furgoneta estaba detrás de nosotros y lo vi como una oportunidad ¿Oportunidad para qué? Te estarás peguntando, y yo te voy a contestar: Oportunidad para que me corten el pene.
Oh, quizás lo hice porque me resulto divertido en ese momento fingir que unos camarógrafos nos perseguían, lamentablemente no es tan dramático como suena, de hecho, los paparazzis no están allí a menos que los llamen o alguien les haga saber que estás en algún lugar exacto, así que las posibilidades que realmente unos camarógrafos de verdad nos hubieran estado siguiendo eran bastantes pocas.
Soy un hijo de puta, era la única razón por la que mentí. Pero realmente no me importa mucho cuando ____ vuelve a la habitación con una camisa básica y un pantalón de Los Ositos Cariñositos. ¿Y quien dice que los sueños no se pueden cumplir? Yo siempre deseé verla así y ni siquiera lo sabía.
Me rio de ella porque me gusta molestarla, me di cuenta, se ve bastante bonita cuando se enoja, ella me muestra su dedo corazón y se vuelve a dar la vuelta.
— ¿A dónde vas? —le pregunto, con un poco de pánico. No quiero que alguien entre y me sorprenda aquí, ¿Qué pasa si su papaá es uno de esos locos con escopetas? No gracias.
–Traeré algo de ropa, apestas —me responde saliendo de la habitación y cerrando la puerta silenciosamente.
Huelo mis axilas, y oh, no huelo tan mal. Es olor masculino, ¿sabes? Olor a masturbación y fragancia italiana y todo eso. Si, tan sutil como suena. Aunque a veces más uno que lo otro.
Abro un cajón de su mesita de luz aunque sé que es mal fisgonear cosas que no son mías, pero hay material de oro aquí, podría encontrar desde una daga hasta tampones. Pero todo lo que tiene es revistas y un cuaderno. Cojo el cuaderno y lo observo, no tiene nada especial pero se ve sospechoso.
Quicas escribe sus deseos sexuales conmigo aquí, o tal vez escribe las diferentes formas de asesinarme, podría descubrirlo en cualquier momento. Sorprendentemente, cuando lo abro, encuentro poemas que me hacen sonreír, (no están exactamente dirigidas hacia mí, pero imaginemos que sí), aunque podrían ser canciones, ahora que lo pienso. ¡Quién lo hubiera imaginado! Mi chica resulto ser talentosa.
— ¡No toques nada! —chilla ____ al entrar. Cierro el cuaderno, ella se ve graciosa con los ojos agrandados y la boca encorvada. Me recuerda a un sapo enojado ¿Has visto a un sapo enojado? Yo no, pero he visto a Liam en un estado igual, así que cuenta como algo.
— ¿Escribes música? —le pregunto directamente, para no sentirme tan culpable por haber sido pillado. Ella se sonroja respondiendo a mi pregunta. Ella lo hace.
—No —me dice, cortante. Me lanza algunas prendas al regazo—. Báñate, ahora —me ordena. Woah, me está ordenando. Es una chica mala.
Me levanto de la cama y me dirijo a la puerta del baño. Sonrío porque lo primero que observo es un sostén colgado. Lo tomo y lo aprieto ¡Oh! ¡Es esponjado! Lo siento contra mi mejilla... también es suave.
—Interesante —canturreo en voz alta.
— ¿Qué? —dice ella.
Asomo mi cabeza, sonriendo inocentemente. Alzo el sostén en el aire, su rostro se vuelve el arcoíris completo, sus ojos se agrandan como esos muñequitos en donde tienes que apretarle el estomago para que sus cuencas salten alocadas.
—Dámelo —exclama en un rugido. Me alzo de hombros y se lo lanzo, termina en su rostro—, Imbécil —escupe y sus palabras casi son amortiguadas por la puerta cuando la estoy cerrando.
Treinta minutos después, estoy oliendo a flores y hadas mágicas. ¡Solo me falta la corona de flores y seré la princesa de toda California! Ni saquera sé de quién son los bóxers e igual me los pongo. Increíble. ____ está en la cama, con las piernas pegadas contra su pecho, me observa un segundo, se ve medio dormitada y sus ojos parecen húmedos, luce como una niña, ahora que lo pienso. De alguna forma me hace querer protegerla y abrazarla.
Ella bosteza, observando el reloj en su mesita de noche.
—Bueno, Niall —exclama, como lo hacia mi madre cada vez que me hacía saber que la fiesta había terminado. Se acerca a su armario, y quita dos mantas. Me lanza una, la atrapo con torpeza—. Tu dormirás allí —dice, feliz, señalando el suelo. Uh.
—Sí, sobre eso —vacilo un segundo antes de seguir hablando, ¿vale la pena intentarlo? No. Pero igual lo digo—. ¿Qué tal si hacemos un trato? Por hoy tú duermes en el piso y yo en tu cama ¿Qué dices?
—Digo que estás loco si piensas que te daré mi cama —me guardo un suspiro largo. Claro que ella diría algo así—. Duermes en el piso —demanda.
—Guau —digo, imitando un sonido de perro.
Ella me da una almohada y lo lanzo de mala gana al suelo, me arrodillo y luego me acomodo como puedo, el suelo es de madera y me hago un ovillo, tapándome con la manta hasta la barbilla. Me siento frustrado y no pasan ni siquiera quince minutos y mi espalda ya se está quejando del dolor, es como un ardor en la parte baja, cierro los ojos y trato de contar ovejas, o cualquier cosa que se me venga a la mente. Los gatos gordos siempre son una buena opción.
Un gato gordo, dos gatos gordos...
Ochenta gatos gordos...
Quicas me quedo dormido entre el gato gordo ciento siete que no podía a travesar la cerca y el otro gato que lo intentaba empujar, pero cuando despierto, toda mi espalda se esta quejando de dolor al igual que mi cuello. Me siento y observo alrededor, por un momento me siento desorientado entre mis sueños y la vida real. Hay un aroma a perfume de mujer y plumas ¿Acaso las plumas tienen aroma? Como sea, decido que no puedo estar aquí por más tiempo, así que me inclino hacia ____ para asegurarme que esté completamente dormida.
—Hey, ____, ¿estás dormida? —susurro. Oh, que inteligente de mi parte. Ella no responde—. ¿Oye? ¿____? Soy una oveja de color verde que te va a dar un abrazo, ¿me escuchas?
Sigue sin responder, entonces tomo la almohada y la manta y me recuesto junto a ella sigilosamente, uh, la mujer ocupa casi toda la cama. Me hago un espacio como puedo, la cama es mil veces mejor, vuelvo a acurrucarme entre las sabanas y sumergirme entre la almohada para contar más gatos gordos.
***
Me despierto otra vez por el dolor bajo el estomago, es un dolor fuerte y seco. Frunzo el ceño y vuelvo a intentar dormir. Abrazo más fuerte la almohada, pero ésta suelta un chillido. ¿Desde cuándo las almohadas hablan? Deberían callarse, dejar a las personas descansar.
—Levántate, me estás aplastando —exclama. ¡Wow! Que almohada más gruñona. Yo quiero una almohada más bonita y tranquila. No me gustan las almohadas gruñonas.
—Cinco minutos más, mamá —no se porque lo digo, quizás mi mama me está llamando, quizás no. Yo solo quiero seguir durmiendo.
— ¡Niall! —la almohada grita. Abro los ojos de pronto, saltando hacia atrás. Ugh. ____ me está mirando, se ve enojada, nada nuevo —. ¿Qué diablos estás haciendo?
Pues tratando de dormir, Dios mío, qué mujer más insistente. Dios ayude al pobre del quien sea su esposo algún día.
—Buenos días a ti también —digo, estirando y escuchando a mis huesos crujir.
— ¿Qué haces en mi cama? —pregunta. Trago saliva.
Mierda. ¿Qué le voy a decir? Enarca una ceja esperando mi respuesta. Balbuceo algo mientras intento pensar una buena respuesta.
—Es porque... eh, soy sonámbulo.
Ella enarca una ceja, su expresión lo dice todo: no me cree ni una mierda.
—Así que... anoche mientras estabas sonámbulo ¿Te derrumbaste sobre mí?
—Si lo pones de esa forma suena mal —Demonios, no soy un acosador sexual.
— ¿Entonces, por qué te sonrojas? —pregunta soltando una pequeña risa. Frunzo el ceño, siento la sangre en todo mi rostro. Eso es imposible, porque yo no me sonrojo, eso sería estúpido ¿Por qué en el mundo me sonrojaría de todas formas?
—No estoy sonrojado —exclamo. Diablos, quizás solo estoy caliente.
—Claro, ahora estás a la defensiva.
—No estoy a la defensiva.
—Ya vete, Niall —termina diciendo, tratando de no reír. Que chica tan... tonta... y adorable—. Mis padres llegaran en cualquier momento.
Me bajo de la cama, inhalando con fuerzas. Le apunto con un dedo, como una advertencia.
—Solo para aclarar... yo no me sonrojo, jamás ¿entiendes?
____ mueve la cabeza como una afirmación. Ruedo los ojos, entro en el baño y cojo mi ropa que se encuentra sobre el lavabo, me cambio rápidamente otra vez para luego salir. ____ está sentada en la cama, mirándome con los brazos cruzados sobre su pecho.
—No creo que sea buena idea que vayas por las escaleras. Mis padres podrían verte y pensar que eres un acosador o algo.
— ¿Y por dónde demonios quieres que salga? —exclamo, mirándola con frustración. Nota para mi mismo: no dejarme llevar por ideas estúpidas y chicas lindas.
Ella señala la ventana. Me quedo un rato mirándola, a la ventana y luego a ella, como diciendo "no puedes estar hablando en serio", ____ me sonríe, porque, ja, sí, ella está hablando en serio.
—Te odio —le digo, acercándome a la ventana para revisar cuantas probabilidades tengo de romperme el cuello. Ella se ríe.
—Qué bueno que lo digas, el sentimiento es mutuo.
Cuando me doy la vuelta para mirarla por última vez antes de colocar mi pie sobre el árbol junto a la ventana, ella me sonríe y creo que siento más amor que odio, en realidad, es una extraña y graciosa mezcla de ambos. Y de alguna manera, si te soy sincero, es el mejor sentimiento que puedes experimentar.
N/A: tengo... tengo la camisa negra porque negra tengo el alma yo por ti perdí la calma y casi pierdo hasta mi cama cmon cmon cmon baby yo le digo con disimulo na naakhSdNVZb cb Z, estoy algo borracha así que si algo en el capítulo está mal me dicen, besos! x