¿Qué tan miserable puede ser alguien? ¿Qué tan miserable puede sentirse uno?
Siento que te enamoraras de mí, siento no ser suficiente para ti, siento dejarte ir.
Nunca se me ha dado bien querer a la gente, al final todos desaparecen, sin excepción y tú también lo harás, dejándome solo una vez más.
Es por eso que prefiero hacerte daño ahora y dejarte ir.
Recuerdo la primera vez que te vi, estabas nervioso, no sabias como decirme hola, pero la sonrisa te llegaba a los ojos y venía del corazón, tus manos temblaban cuando mis ojos te miraron directamente. Sabía quien eras, tenía muy claro lo que quería de ti, pero el destino es caprichoso y las cosas no salieron como yo esperaba. Te metiste en mi vida sin darme cuenta, te llevaste una gran parte de mi corazón que ahora no sé cómo recuperar, me hiciste débil y no lo puedo permitir.
Recuerdo la primera vez que tocaste la guitarra para mí, tus dedos eran torpes por los nervios, tu voz temblaba, pero la sonrisa seguía llegándote a los ojos y casi sin darme cuenta empecé a sonreír yo también. Me decía a mi mismo que no pasaba nada por disfrutar de tu inocente compañía, que era una forma tranquila de pasar el rato, pero me asuste cuando empecé a querer ver tu sonrisa todos los días, cuando empecé a preocuparme por si comías bien o no, por si estabas a salvo, cuando tus manos rozaron las mías sin querer y se me aceleró el corazón como nunca antes me había pasado. Ahí lo supe, estaba jodido.
Me confesaste tus sentimientos y en un acto impulsivo te correspondí, después me arrepentí, no porque no te quisiera, eso lo hacía, de hecho lo sigo haciendo, te quiero como nunca he querido a nadie, me arrepentí porque sé en el tipo de mundo en el que vivo y no quería eso para ti, aunque quizás debería haberte explicado las cosas, debería haber hablado contigo. No me culpes, ya lo hago yo por los dos, no me guardes rencor, no podría vivir con eso.
Dices estar enamorado de mí, pero ¿realmente me conoces? ¿Sabes quién soy? No sabes cuantas veces he deseado nacer en otra familia, cuántas veces he deseado desaparecer, ser libre, luchar por ti y gritar que te amo.
Ahora miro desde la distancia como intentas avanzar sin mí, veo la rabia en tus ojos y no veo tu sonrisa y lo siento por hacerte eso, pero así soy yo, no sé querer a la gente, no me han enseñado, así que no te enfades conmigo por ser estúpido y perdóname en tu corazón, siempre te querré, Ché.
Eternamente tuyo, Kim.
La carta escrita a mano por el mayor ardió con el fuego de una vela y nunca llegó a su destinatario.
-Moon <3