Presa del placer.

By Syldae

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"La personalidad de un Alpha varía según su animal interior. Los caninos tienden a ser sociables y leales, a... More

Aviso importante.
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Autora POV.

Sentía cómo sus pulmones estaban a punto de estallar; el calor de la sangre bombeando rápidamente por su cuerpo; el contraste del roce del viento chocando contra su piel... Era tanta la adrenalina que sentía su corazón que no sabía hasta qué punto podría seguir corriendo, o mejor dicho, huyendo.

Todo lo que había sucedido apenas unos minutos había sido tan extraño para el humano que su cerebro no pudo asimilar la cantidad de sentimientos que había sentido en tan poco tiempo hasta que sus piernas comenzaron a ceder ante el cansancio y reduciendo la velocidad, Wei WuXian se apoyó contra una de las paredes de los edificios abandonados escondiéndose en la oscuridad de estos.

Su pecho subía y bajaba rápidamente buscando el más mínimo oxígeno y ahora que había dejado de correr, la temperatura de su cuerpo aumentó a tal punto que le resultaba agonizante, pero si algo le llegaba a doler era sin duda su corazón. Los latidos tan fuertes e irregulares eran punzadas constantes en su interior.

Molesto con aquella sensación, Wei WuXian se encogió sentándose en el suelo a la vez que se llevaba una de sus manos a su pecho, tratando de amenizar el daño. Logró calmarse a medida que pasaron los minutos, pero aquella sensación no desaparecía.

Una sensación que estremecía su cuerpo cada vez que cerraba los ojos y aparecía el rostro de aquel hombre frente a él.

Un rostro tan masculino y perfecto... Su tez pálida siendo reflejada por la luz blanca de las farolas, marcando todavía más sus facciones... Los ojos del felino tan brillantes como peligrosos...

De tan solo recordarlos, un escalofrío recorrió todo el cuerpo del boxeador.

"Dámela"

No podía dejar de sentir su calor corporal rozando contra el suyo debido a la cercanía de ambos cuerpos; como sus ásperos y fríos dedos acariciaron de una forma suave y sutil el largo de su cuello hasta la clavícula... O cómo sus piernas habían cedido ante aquél gruñido tan...

Ahogó un grito al recordar aquél sonido. Grave y áspero; frío y feroz, cubierto por la profunda voz del depredador... Los latidos de su corazón se volvieron erráticos una vez más, pues esa última palabra había hecho que sus sentidos se alertasen de nuevo.

¿Por qué? Pensó el humano, ¿Por qué no desaparecía esa sensación de su cuerpo? La misma que había sentido cuando estaba huyendo de la policía, la misma que sintió cuando su mirada se posó en el destello dorado del interior del coche que esquivó antes de ser atropellado.

La misma sensación de querer correr hacia sus brazos, hacia él.

Su respiración se entrecortó de solo pensarlo.

¿Cuántos años habían pasado desde que se dejó abrazar por alguien después de aquél día?

¿Diez? ¿Menos, más?

Un suspiro escapó de sus labios y con el recuerdo de su madre, todas las emociones de apenas unos segundos que le hicieron sentir "vivo" fueron sepultadas de nuevo.

No, no había tiempo de pensar en el pasado.

Llevó una de sus manos al bolsillo de la sudadera y sacó la cartera que le había robado el caminante; quizás la intensa mirada de aquel hombre le había hecho olvidarse de la realidad por unos minutos, pero el subconsciente del menor tenía las prioridades muy claras.

Inspeccionó la cartera antes de abrirla. Esta era de cuero blanco simple pero de buena calidad y justo en el centro había una especie de logo bordado que parecían varias nubes juntas.

Lo rozó suavemente con los dedos.

— ¿De qué me suena...?

Una vez finalizado el recorrido del dibujo, abrió la cartera pero tan rápido vio su interior la cerró de golpe a la vez que se llevaba su mano a la boca para contener el grito que se quedó a mitad de su garganta. Con los ojos abiertos debido a la sorpresa y sus labios separados Wei WuXian negó repetidamente con la cabeza

"Una broma." Pensó el menor. "Esto tiene que ser una broma".

Después de unos segundos parpadeando y mirando a la nada, se alentó a abrir de nuevo la cartera y esta vez, no la cerró.

Habían cinco tarjetas de crédito, tres de ellas de un negro mate y las otras dos de color dorado; una tarjeta de empresa que llevaba el mismo logo de la cartera y en el otro lado, estaba el DNI con la imagen del dueño de esta.

Sin embargo, no fue el número de tarjetas que había; la cantidad aproximada de unos 69.000 yuanes en la zona de los billetes o volver a ver su rostro en el DNI lo que había hecho que al boxeador le temblasen los dedos, fue una simple frase que provenía de la tarjeta de empresa.

Han GuangJun.
Director ejecutivo, empresas Gusu Lan.

Un nudo se formó en su garganta. ¿Cómo no lo había notado antes?

El dibujo de las nubes no era ni más ni menos que el logo de la empresa más famosa de China. Su logo estaba colocado por todos lados: revistas, televisiones, anuncios publicitarios...

Sintió un escalofrío por todo su cuerpo.

No se lo había robado a alguien que trabajaba allí, como un simple secretario o administrador; le había robado al director ejecutivo.

Wei WuXian era incapaz de apartar la mirada de aquella palabra.

Director ejecutivo; CEO ; el jefe del jefe de toda la empresa; el maldito jefe de todo.

Aun con las manos temblorosas, guardó la tarjeta de nuevo y deslizó sus dedos hasta el DNI. Dudó, pero la curiosidad fue más fuerte.

Sacó la tarjeta del bolsillo transparente y esta vez la cogió con ambas manos, dejando la cartera en el hueco entre sus rodillas y el abdomen. La miró por encima y no tardó en ver algunas cosas diferentes, pues al fin y al cabo era la primera vez que veía un DNI para cambiantes.

—Lan WangJi.

Susurró en voz baja.

"Treinta y seis años; género masculino; nacionalidad china..."

"Rango social, Alpha; Felidae; clase S ".

Wei WuXian no entendía nada de lo que tuviera que ver con los cambiantes, por lo que ignoró la mayoría de información hasta que su mirada se puso en la fotografía del hombre.

Era guapo, admitió.

Sus facciones estaban bien marcadas; las dimensiones de su rostro eran simplemente perfectas, ni muy exageradas pero tampoco mundanas y de nuevo, lo que hacía que su respiración se entrecortase era su mirada. Tan solo era la pequeña imagen del DNI, pero la profundidad en sus ojos dorados como el oro provocaban una extraña sensación en el cuerpo del humano que era incapaz de describirla.

Quizás porque era la mirada de un depredador, porque realmente era atractivo o porque apenas hacía un par de horas los ojos de la bestia lo habían mirado a escasos centímetros...

No encontró ninguna respuesta. Sin embargo, la verdadera pregunta era qué iba a hacer.

No podía quedarse con la cartera, desde luego que no. Podía quedarse con el dinero en efectivo y alquilar un lugar decente donde dormir, comprar algo más que un poco de pan y chocolate... Hasta podría pagar un cuarto de la deuda de su padre y...

¿Y luego qué?

Descubrirían de quién es el dinero, luego la policía haría todo lo posible para encontrarle y seguramente acabaría en la cárcel. Aunque tratándose de uno de los hombres más ricos de toda China, en vez de contratar a la policía podría simplemente comprar un ejército o un par de sicarios y terminar con el problema en menos de un segundo.

Además, si cogía ese dinero para pagar su actual deuda, después tendría que devolvérselo al cambiante y entraría en el mismo bucle y entonces ya no podría más.

La deuda actual ya era más que suficiente para toda su vida, no podía arriesgarse a aumentar las cifras.

Cansado de pensar, suspiró agotado y apoyó su cabeza contra la pared, observando las estrellas del cielo.

—Mamá... ¿Qué hago?

Su voz tembló ante un pequeño recuerdo.

"Si tan solo estuvieras aquí..."

   

Wei WuXian no había dormido nada. Se mantuvo toda la noche pensando qué debía de hacer con la maldita cartera.

"Maldita" porque desde luego que toda esta situación había sido el destino riéndose de él, otra vez.

No podía haberle robado un simple trabajador, qué va, él tenía que ir y robarle a la persona menos indicada de toda China.

Estaba enfadado, sabía que no tenía el derecho a estarlo ya que él mismo se había metido en todo ese lío, pero el cansancio acumulado y toda la tensión de las últimas semanas lo estaban llevando a su límite.

Había pasado toda la noche caminando de un callejón a otro, colándose por edificios abandonados observando el cielo y sus colores. Podía haber vuelto a su "departamento", haber pagado al casero la cantidad necesaria para que no le molestara más y haber descansado lo suficiente sin la preocupación de qué comería durante los próximos días.

Podría haberlo hecho.

Debería haberlo hecho.

Y en cambio, la cartera del cambiante estaba intacta en su bolsillo. Aunque... No iba a negar que quizás había cogido 15 yuanes para comprarse una barrita de chocolate pero nada más.

Además, ¿Quién iba notar que faltarían tan solo 15 yuanes entre tantos billetes?

Obviamente nadie, intentó convencerse. Si nadie lo notaba no tenía por qué estar tan nervioso y sin embargo lo estaba. Quizás por el dinero que había cogido "prestado" o quizás, porque estaba justo en frente de las puertas de un rascacielos con un letrero enorme que ponía claramente Gusu Lan. Así es, había caminado durante toda la noche hasta dar con uno de los edificios de la empresa.

Su plan era sencillo, apenas debían de ser las ocho de la mañana, por lo que el menor se convenció aún más de que todo saldrá bien. Entraría, hablaría con la secretaria, le daría la cartera y saldría corriendo de ahí.

Además, habiendo tantos edificios de la misma empresa en cada ciudad, era imposible que se volviera encontrar con esa persona. Wei WuXian asintió a sus propios pensamientos y una vez las puertas automáticas abrieron frente a él no hubo marcha atrás.

La entrada principal era enorme, la decoración minimalista pero bien situada; las paredes blancas y el suelo de mármol brillante hacían ver el recinto más limpio de lo que ya estaba; a un lado habían unas puertas metálicas, parecidas a las del metro donde escaneas el ticket para poder pasar, custodiadas por unos agentes y justo al final se encontraban los ascensores.

Sin embargo, las miradas que le echaron los trabajadores de la empresa le recordaron cuál era su lugar e ignorándolos caminó hacia el lado contrario de esas puertas metálicas, dirigiéndose directamente hacia la secretaria.

–Bienvenido a Gusu Lan. —la voz de la mujer fue dulce.— ¿En qué puedo ayudarte?

La joven llevaba una chapa de metal donde ponía su nombre, Luo QingYang.

—Uhm...

¿Qué debía decir?

"Hola, mira ayer asalté a tu jefe. No al jefe de tu jefe, sino al jefe de todos. Al CEO para ser exactos, pero no quiero más líos y mucho menos acabar en la cárcel, así que te devuelvo su cartera y..."

"Wei WuXian, de vuelta a la realidad ya." —se dijo mentalmente.

—Encontré esta cartera en la calle... —la sacó del bolsillo y se la entregó.— Por el logo deduje que debe de ser de alguien que trabaje para esta empresa.

Sigue actuando.

—No he tocado nada. —Mentiroso.— Seguramente tú puedas hacer más que yo...

Cuando la joven inspección el interior no fue una sorpresa la expresión que se formó en su rostro.

—¡Oh, mi...! —empezó a marcar un número de teléfono.— ¡Muchísimas gracias! Espera unos segundos, por favor.

—¡No, no! No es necesario, debo irme.

—Sí, señor. Sí, en el hall principal...

Ante la insistencia de la secretaria, Wei WuXian comenzó a caminar hacia atrás y ansioso por querer salir de ahí sus pasos comenzaron a ser más rápidos. De reojo miró la puerta de la salida pero sus ojos se posaron de nuevo en la secretaria que hacía todo lo posible para que se quedase y cuando por fin alcanzó la distancia para poder correr hacia su escapatoria, sintió como su espalda chocaba contra algo muy duro y firme.

—¡Ay! — Ante el impacto, su cuerpo se tambaleó hacia delante.— Lo sien...

El oxígeno dejó de llegarle a los pulmones y su corazón se detuvo al instante.

No puede ser.

Justo detrás de él estaba la persona que no podía sacarse de sus pensamientos ni por un segundo; el hombre con el que no había querido encontrarse nunca más.

—Han GuangJun. —la secretaria hizo una reverencia.

Sin embargo, el cambiante no apartó su mirada del humano y cuando notó que el menor daba un paso atrás para mantener la distancia, su pantera gruñó silenciosamente. En un acto de desesperación y posesividad agarró la muñeca del pequeño, que gimió de la sorpresa y quizás del dolor por la fuerza que había ejercido en ella.

Pero si algo había sobresaltado a Wei WuXian, era sin duda que el oro fundido de sus ojos habían tomado la forma del felino.

Nadie dijo nada, ni ellos dos ni las personas que se habían detenido para ver la escena y al notar los murmullos de los trabajadores, los nervios del humano aumentaron.

—Suéltame. —fue cortante.

Su mirada se había vuelto un completo desafío que erizó la piel de la pantera, pero esa "orden" fue completamente denegada tanto por la parte humana como por la parte animal. En respuesta, Lan WangJi apretó suavemente su muñeca y tiro de ella juntando levemente sus cuerpos.

—¡¿Estás sordo o qué te pasa?!

Wei WuXian se estaba impacientando y las personas a su alrededor no tranquilizaban la situación, sobre todo cuando sin querer le gritó esas palabras al cambiante.

Parecía que el tiempo se había detenido ya que todos se habían quedado congelados.

Por un lado, Wei WuXian entendía lo que había hecho, pero por el otro ya no le importaba nada y cuando vio que el hombre alzaba la otra mano hacia su rostro, cerró fuertemente los ojos.

"Está bien" —se dijo.— "Si me quiere golpear que lo haga, terminemos con esto".

No sería nada, otro moratón que añadir a su colección. Quizá su mejilla sangraría un poco dependiendo de la fuerza que usara y listo... Pero ese momento jamás llegó.

Lan WangJi acunó su mano en la pequeña y cálida mejilla del humano, acarició con el pulgar la ojera oscura que se había formado debajo de sus ojos y observó como después de unos segundos, los párpados del humano se abrían poco a poco para conectar sus miradas de nuevo.

Entonces, por primera vez, le habló con un tono suave.

—Ven conmigo.

Desconcertado, Wei WuXian no supo qué decir o cómo reaccionar, por lo que cuando el cambiante tiró de su muñeca y comenzó a caminar hacia los ascensores, tan solo se dejó guiar.

~~~~~~~~~~~~~~~~~

Echaba de menos escribir escenas de la novela en mis fanfics ªªªª
¿Supieron cuales fueron?

¡iiiiiii ya van a interactuar muchísimo más! ¡Que ganitas ªªªª!
Siento que los primeros caps se hagan un poco pesados, pero me gusta tomarme mi tiempo para que se conozcan etc...

Espero que os haya gustado y disculpad si me quedo algo oxidada a la hora de escribir, cualquier cosita me decís

~¡Nos leemos!~

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