Como si fuera una canción repetitiva, pero realmente buena, de esas que no te cansas de escuchar, aún si la oíste cien veces en lo que va del día, Jaemin amaba escuchar esa historia.
La abuela decía que cada una de las leyendas que conocen los cambia formas venían de la luna, que la luna las contaba y luego las personas la transmitían. Honestamente él nunca había escuchado a la luna, sabía que había quienes lo habían hecho y desde luego deseó poder hacerlo algún día.
Respecto a la dichosa leyenda, cada lobo la había escuchado alguna vez en su vida, y a pesar de que había uno u otro que prefería tomarlo como un simple cuento para dormir, la mayoría de los lobos creían en ella con fervor.
Jaemin no era la excepción. Le encantaba llegar de pequeño a la manada, y qué la abuela se la contara una y otra vez antes de dormir. Fantaseaba y soñaba en ser uno de aquellos omegas o alfas que la historia decía, serían los salvadores de la manada e incluso de todos los cambiadores que existiesen en ese momento.
Aunque con la edad, si bien no dejó de creer en la leyenda, su lado más fantástico e infantil disminuyó, haciendo que la historia se quedara en algún lugar profundo de sus recuerdos.
Todo hasta el día de hoy.
Tenía tantos años sin siquiera escuchar el término de "Alfa verdadero" y en este punto se asustaba de lo similar que eran los hechos que estaba viviendo a la historia contada en aquellas noches de su infancia.
Incluso se arrepentía de Haber deseado ser parte de ella, considerando que era un omega, y cayendo en cuenta del verdadero papel de estos en ese cuento.
Principalmente por qué ya era sospechoso que aquella bestia se acercara a él en más de una ocasión.
Tan solo faltaban un par de hilos para que Jaemin terminara de tejer esa telaraña de ideas que rondaban por su cabeza.
Aunque por ahora preferiría esperar a que los adultos dieran una conclusión con respecto al tema de Jeno. Cómo ellos mismos habían dicho, preferían dejar de lado leyendas y teorías locas de lado, al menos por el momento.
Jaemin se quedó pensando mientras mantenía la mirada sobre aquel alfa. Jeno al sentir la mirada volteó en su dirección y lo miró levantando una ceja, llamando la atención del menor quién rápidamente cambió su vista a otra dirección.
Específicamente miró a su primo, Haechan. El Omega se encontraba a su lado, abrazado a él, aún débil, recuperándose de los efectos de las terribles feromonas del delta.
Habían muchas cosas que arreglar en la manada.
Ya que el alfa de Neugdae tenía que quedarse para calmar y cuidar a sus lobos en un momento tan vulnerable, los padres de Jaemin fueron por los chicos hasta la manada.
Después del incidente Jeno se volvió a transformar a su forma humana, sin embargo su conciencia tardó un poco en regresar.
Su lobo tomó el control y actuaba por puro instinto, no dejando que nadie, ni siquiera el padre de Haechan se acercara al par de omegas que ahora se encontraban a su cargo.
Todos los omegas habían quedado afectados y básicamente inconscientes, así que las demás personas se encargaron de llevárselos a sus propias casas o un lugar que sintieran seguro, Jeno Hizo lo mismo.
En algún punto cargó al par y los introdujo a la casa de la abuela.
El hecho de haber dormido ahí le decía a su instinto que era el lugar más seguro para ello, pero después de eso no permitió que nadie se acercara, claro, hasta después de un rato que salió del trance, y se disculpó con algunos adultos a los que les había gruñido más de una vez.
La abuela por su parte se mantuvo cerca de ellos todo el tiempo, al parecer la presencia del delta no la había afectado del todo y se encontraba bastante lúcida.
Para entonces ya habían pasado algunas horas, ya era la tarde de aquel día e incluso la abuela les había preparado la comida una vez más. Regresaron a casa después de comer.
Claro que después del incidente más de uno, aparte de Jaemin había comenzado a creer que de hecho la tan dichosa leyenda del alfa verdadero se estaba reviviendo ahora mismo, incluso los alfas más influyentes de Neugdae.
-¿Puedo pasar?- Jaemin levantó la cabeza rápidamente cuando aquel aroma a alfa inundó sus fosas nasales y el llamado llegó a sus oídos.
Jeno estaba ahí, parado en la puerta de su habitación, usando una pijama y sus lentes de aumento.
Hacía tanto tiempo que no lo veía con esos lentes que por un minuto se quedó viéndolo, recordando aquellos tiempos.
La verdad es que ni siquiera cuando eran chicos se llegaron a llevar bien, se la pasaban discutiendo y uno hacia llorar al otro por cualquier cosa, conforme los años pasaron simplemente no se juntaron, aunque el desagrado mutuo continuó.
No había una razón, nunca la hubo, simplemente nunca congeniaron y tampoco estaban interesados en intentarlo. Si les preguntasen si se veían conviviendo como lo hacían ahora probablemente se hubieran reído hasta llorar.
Jeno gesticuló en busca de una respuesta y Jaemin volvió a la realidad, asintiendo rápidamente y dejándolo pasar.
Jeno entró en la habitación inflando su pecho al sentir el aroma a Omega y mirando todo a su alrededor con curiosidad e incomodidad. La verdad es que si fuera por él, ni siquiera estaría ahí, pero si estaba más tiempo lejos de aquel omega, la cabeza le explotaría de la desesperación.
Se sentó en la silla que estaba pegada al escritorio del menor, aún sin dejar de curiosear por todo el lugar. Era la primera vez que estaba ahí, al menos conscientemente.
Sentía que la manera en la que estaban acomodadas o desacomodadas todas las cosas ahí, eran la perfecta descripción de Jaemin.
-¿Que pasa? -Preguntó el Omega, curioso por la poco común intromisión de Jeno.
-No podía dormir. -Soltó simple, como si eso fuera razón suficiente para estar en el lugar del omega.
Jaemin lo miró extraño, aún si no pudiera dormir, era nada común que ese hombre llegara a su casa y aún más a su cuarto.
-¿Y?
¿Y? Bueno realmente no tenía una respuesta o si la tenía pero le costaba mucho ser honesto, incluso consigo mismo.
-Es que tu aroma me calma. -Dijo, como si sus palabras fueran una explicación razonable.
Jeno definitivamente no conocía el peso de sus palabras. Había escuchado a Jaemin decir más de una vez que le gustaba su olor, que aunque Jaemin estuviese dormido, entonces tampoco lo veía como algo demasiado magnífico.
Sin embargo para Jaemin era todo lo contrario. Para un cambia formas el aroma era todo un lenguaje, era normal tener uno propio, que fuera diferente a todos, así como soltar feromonas lo hacía más potente y poderoso en muchos aspectos.
Además con el aroma podías comunicar tnts cosas.
Pero el hecho de que alguien diga tan abiertamente algo como lo que recién había dicho, era prácticamente como hacer una confesión.
Jaemin se sonrojó inevitablemente y nervioso balbuceó algo que se escuchó como si solo hubiera pronunciado vocales.
Jeno en respuesta lo miró extrañado.
-Jeno, no pue... no puedes ir por ahí diciéndole ese tipo de cosas a la gente. -Dijo como pudo.
-¿Por qué no? Tu me dijiste que te gustaba el mío.
-¡¿Qué?!¡¿Cuándo?!- Preguntó el Omega bastante alterado. Jeno rió, viendo la actitud intranquila de Jaemin.
-En la noche, te metiste entre mi ropa y me olfateaste todo, diciendo lo mucho que te gustaba mi olor. -Respondio con falsa molestia y algo de burla.
Jaemin abrió los ojos tan grandes que Jeno pensó que pronto se saldrían de su órbita.
-¿No lo recuerdas?, Amaneciste conmigo.- Siguió diciendo Jeno, ahora con la intención de molestarle un poco.
Jaemin en consecuencia bajó la mirada con vergüenza y Jeno pudo ver lo rojas que estaban sus orejas. Sin poder evitarlo soltó una risita al ver al siempre confiado Jaemin actuar así.
-Además no entiendo que tiene de malo que yo te diga eso. -Jaemin quiso esconderse bajo su cobertor, por qué si bien no tenía problemas con explicarle, ahora también se comprometió a él mismo, por haber dicho lo que había dicho mientras se escabullia entre las sábanas de su vecino.
-Bueno... verás... simplemente no es algo que debes de andar diciendo, es como algo de respeto entre lobos. Además yo estaba durmiendo cuando te lo dije, así que no cuenta, seguro estaba soñando y pensando en alguien más. -se excusó.
-Mmm... entonces ¿está mal? -Preguntó Jeno y Jaemin asintió mientras Jeno volvía a hablar . -Pero, incluso me llamaste Jeno hyung.
Jaemin de nuevo se ponía todo rojo, y aquello era muy divertido par el joven alfa.
-Esta bien, no lo haré más, pero no mentía, no he podido dormir bien en tanto tiempo, y ayer por primera vez me sentí tan relajado, todo gracias a tu aroma. -Dijo incluso algo apenado, jugueteando con algo en el escritorio, sin mirar a Jaemin, quien aún se mantenía callado.
-Además, lo que pasó hoy no me permite estar tranquilo sabiendo que no estás a mi lado, algo dentro de mi me dice que te proteja, tu aroma también cambia eso. Wow incluso esos tediosos sueños desaparecieron por primera vez en meses. -Dijo con sinceridad, mientras también se ponía algo rojo. Era muy raro hablar con Jaemin así, aún más sincerarse con el, sin embargo sabía que nadie más que él aclararía sus dudas respecto a ser un lobo y esa era la razón de hacerlo.
Jaemin soltó una risita.
-Jajá, le gusto a tu lobo...- intentó burlarse al igual que Jeno lo había hecho unos minutos atrás, pero al momento de captar las últimas palabras de Jeno detuvo lo que iba a decir y se interrumpió a si mismo
-¿Cuáles sueños?- dijo con una enorme sorpresa y con su respiración acelerándose.
Una carga de adrenalina recorrió su cuerpo.
¿A caso era lo que pensaba que era?
Entonces Jeno levantó las cejas en duda y procedió a contarle todo lo que había estado soñando durante varios meses.
Habían sido cientos y cientos de sueños todos iguales, la misma historia, pero siempre variaba un detalle específico.
-Entonces, ¿fuiste un jaguar, un oso, un dragón, un león...?- Jaemin definitivamente había confirmado sus sospechas y se encontraba más que eufórico que nunca.
-Si, y un tigre también, incluso un panda y lo más bizarro fue cuando soñé que era un tiburón.- Habló con fastidio.
Jaemin sabía que en la antigüedad los cambia formas existían en una gran cantidad de especies, pero en algún momento muchos de estos se fueron extinguiendo, y a la fecha la raza de los lobos era la que había podido sobrevivir, e incluso mezclarse con los humanos, cosa que había terminado con una que otra raza en la antigüedad.
-¡No inventes Jeno! Esto necesito contárselo a la manada.- Jaemin se levantó de su cama y salió corriendo mientras llamaba a sus padres.
Jeno se quedó ahí sentado, viendo por dónde Jaemin se había ido, totalmente desconcertado.
Pensó en levantarse y seguirlo, sin embargo Jaemin regresó Con un gesto desanimado.
Jeno sonrió inconscientemente.
-¿Qué pasó?- dijo Jeno.
El Omega lo volteó a ver, y casi suspira cuando vio su bonita sonrisa, con sus ojos curveados, dirigiéndose a el.
Jeno pudo sentir como el aroma de Jaemin aumentaba.
-Aaammm... me... me dijeron que... que mañana puedo llamar a la manada.- Tartamudeo esquivando la mirada de Jeno.
Jaemin intentó calmar sus feromonas, sentía vergüenza de haber liberado tantas, tan solo por ver la sonrisa de ese alfa.
Se sonrojó con aún más vergüenza al pensar que inclusos sus padres debieron de sentir la cantidad de feromonas que soltó.
-¿Para que?- pregunto curioso el mayor, Jaemin aún no le había aclarado nada.
-oh, bueno, ¿recuerdas lo que dijeron en la mañana sobre una leyenda?- Jeno lo pensó.
-Mmm... ¿algo de un alfa de verdad?.- Jaemin sonrió asintiendo.
-Un alfa Verdadero.- Corrigió. - Bueno, resulta que hay una leyenda alrededor de esto. Muchas personas en Neugdae creen que tú eres el alfa que protagoniza esa leyenda.- Jeno realizó un gesto chistoso de confusión y desagrado.
-¿Una leyenda?- Era un poco increíble para Jeno, aunque lo que le estaba pasando ya era bastante poco creíble.
Jaemin asintió cerrando sus ojos.
-Bueno está leyenda cuenta como un humano se vuelve un alfa de cambia formas. la leyenda dice que su espíritu reencarna cada tanto tiempo, siglos específicamente, y bueno, está destinado a enfrentar a un delta, esto con ayuda de dos alfas más. y tiene que proteger a un omega el cual se supone que es su pareja, y también es a quien el delta busca para reproducirse.- explicó Jaemin.
Jeno se quedó procesando la información y el menor lo observó unos segundos.
-¿Qué tienen que ver los sueños?- preguntó confundido.
-Bueno, básicamente no son sueños, viste tus vidas pasadas.
A Jeno le dio vueltas la cabeza con todo lo dicho por Jaemin.
No solo había tenido que soportar lo que ya había pasado si no que también tendría que hacerlo con lo que Jaemin decía.
-No quiero hacer esto.- dijo con frustración.
Jaemin entendió, pero lo único que supo hacer fue mirarlo con lástima.
-¿Que pasaría si el alfa verdadero no vence al delta?-
- Bueno, si el delta se reproduce sus crías serán deltas también, y estos solo dan descendencia de su misma jerarquía, una vez que haya más de uno, será muy difícil deshacerse de ellos y significará que buscaran comida, ellos destruyen todo lo que está a su paso y pueden dañar a todo el mundo.- Explicó el Omega.
Jeno ya estaba fastidiado de todo eso de los alfas, omegas y deltas, o como sea, el realmente no quería seguí con eso.
-¿No hay más deltas? - Jaemin negó con la cabeza.
-Las condiciones para que exista uno son muy pero muy raras, pero si existen registros de ellos, aunque no todos son como este. Digamos que este tiene un propósito, bueno es un delta que se presenta cada tanto tiempo, puede que por accidente halla alguien que se convierta en uno, pero lo más seguro, y si la leyenda del alfa verdadero es correcta, es que este halla nacido como uno, así como nosotros nacemos como cambia formas y cuando llegamos a cierta edad nos presentamos.-
-Se escucha tedioso- dijo Jeno recostándose en el escritorio de Jaemin.
-Digo, no le veo mucha razón a esa leyenda del alfa, simplemente hay que enfrentar al delta y ya, sin razón, sin un propósito.- siguió hablando.
Jaemin levantó una ceja y volvió a hablar.
-No es como piensas, no se trata solo de derrotar a un monstruo y ya, es algo más espiritual, hay más razones que eso. Es como un reinicio para la existencia de los cambia formas. La existencia de un delta por si sola ya es una señal de algo. Después del evento hay un montón de cambios en la existencia misma, como dije es algo espiritual, lo verás más adelante, y conforme convivas con la manada te darás cuenta que es algo más místico de lo que parece.- dijo Jaemin seriamente, casi como un regaño.
-lo siento, respeto tus creencias y tú cultura, pero realmente lo veo como un fastidio, estoy harto de sentir cosas que no entiendo, de hacer cosas que no controlo y sobre todo me duele la cabeza de tener que procesar tanta información, yo no pedí esto y no lo quiero.- Jeno se notaba muy afligido, era obvio que todo eso le resultase tan fastidioso y deprimente.
Honestamente, sí a Jaemin le preguntasen si quisiera vivir lo que Hemos había vivido el seguramente diría que no, porque era un contexto totalmente diferente, el había nacido como un cambia formas, y desde pequeño aprendió a convivir con sus dos mundos, en cambio Jeno había nacido y crecido como humano y no tenía la mínima idea de en qué le habían metido.
Jeno pareció estar a punto de llorar por la frustración, y Jaemin no supo bien que hacer.
Rápidamente se acercó a él, y un poco indeciso pasó su mano por la espalda ajena, sintiendo como el alfa se tensaba con el repentino toque, pero después de que Jaemin lo acariciara buscando tranquilizarlo, se relajó un poco.
Estuvo a punto de darle un abrazo, pero no se sintió con la suficiente confianza, ni siquiera eran cercanos, lo que estaba haciendo ya era mucho con el contexto de su relación.
-¿Piensas dormir aquí?- preguntó Jaemin curioso.
Jeno se sintió algo incómodo con la pregunta, más que nada por qué lo sintió como una indirecta.
-Lo siento, ya me voy.- Dijo con vergüenza y hasta un poco ofendido, mientras se paraba de la silla donde estaba.
-¡No! Digo... no me refería a eso, realmente te estaba preguntando, por qué si es así deberíamos dormir ya.- Jaemin lo interrumpió rápidamente, para luego checar su teléfono y ver la hora.
Ya era media noche, y al menos Jaemin no acostumbraba a desvelarse mucho, además quería despertarse temprano para informarle a la manada.
-Oh, bueno, ¿Está bien que me quedé?- pregunto mientras sonreía nervioso y sus mejillas se pintaban de tonos rosas.
El ambiente deprimente comenzaba a cambiar por fin.
Jaemin también sonrió.
-Bueno, dijiste que mi aroma te hacía sentir mejor, y no te sientes bien ahora, ¿Verdad?- dijo el Omega con más confianza.
Una semana atrás ni siquiera le hubiera dirigido la palabra pero ahora ahí estaban los dos en su habitación, listos para irse a dormir juntos, mientras se sonreían mutuamente.
-Entonces, sí tú estás de acuerdo supongo que está bien.- Dijo Jeno con un notorio mejor humor.
-Puedes dormir en la cama si quieres.- ofreció Jaemin mientras señalaba su cama
-¿Y tu dónde?- preguntó haciendo un leve puchero curioso.
Jaemin volvió a señalar su cama.
Ya habían dormido juntos una vez, así que no veía el problema, además consideraba que Jeno necesitaría la cercanía y su esencia para relajarse y olvidar un poco sus malos pensamientos.
Entonces con poca idea de que hacer Jeno se acercó a la cama. Ya estaban ambos en pijamas, listos para irse a dormir.
Jeno solo había ido ahí por que estaba incómodo sin la presencia del Omega, pero ahora Jaemin se comportaba amable y le ofrecía dormir juntos. Definitivamente estaba confundido, más que nada por sus propios sentimientos.
Así que ya solo quedaba acostarse para dormir.
Jaemin levantó el edredón y se sentó, Jeno simplemente lo imitó algo sonrojado.
-Bueno, ya hay que dormir.- Dijo Jaemin y apagó las luces, para luego ponerse cómodo.
Jeno ya no dijo nada, los dos quedaron boca arriba y finalmente se durmieron después de unos minutos.