Welcome.
Madison.
El día se me amarga con la mujer qué pasa la puerta acompañada de la profesora de estadística empresarial, Sarah.
La miro pasando mis ojos al hombre que está sentado a una persona de mí, no sube la cabeza, se mantiene escribiendo sin prestar atención a lo que dice Sarah presentándose.
—Madison, ¿podrías darle el tour a la chica? —¿Ahora soy guía turística? La verdad no me molestaría, se lo di a Isa.
Pero hay ex de tus... de tus compañeros que te caen bien porque notas que son personas buenas, luego están los que son como Sarah, que te juzgan y critican sin conocerte por estar con la persona que anteriormente estuvo con ellos.
En esa cena me demostró que entre nosotras sería muy difícil que haya amistad, tocar el tema de mi padre para compararnos o el tratar de hacer lucir a Theo como un promiscuo para crear problemas entre nosotros me lo demostró.
—Lo siento, estoy un poco mareada para caminar tanto. Si no, con gusto. —Miento, estoy perfectamente.
—Oh, no se preocupe —Sarah sonríe girando a ver a Theo—, conozco muy a Theo Maxwell, él puede darme el Tour.
Mi falso prometido levanta la cabeza y yo prefiero seguir escribiendo, tal vez si acepte, es su amiga, ex o lo que sea que sean.
—Yo tengo resaca, tomé mucho ayer aprovechando que era domingo. Lo siento. —Miente, ayer estaba conmigo en el Támesis.
Sarah me dedica una mala mirada y uno de mis compañeros se ofrece a darle el tour. Salen y los que quedamos seguimos con la clase normalmente.
Toda la mañana transcurre aburrida, no hay ensayos de porrista hasta que se anuncie la fecha de la final, así que no tengo excusas para escaparme de clase.
Cami y Jacob lucen como dos tortolitos enamorados, él es lindo y atento sin ser molesto o excesivo. Aún no hemos hablado, pero tiene que contarme todo, ambas tenemos mucho que contar.
Me alegra que esté así, es como ese sentimiento de paz al saber que alguien a quien amas está siendo feliz.
Theo se une a la mesa con un sándwich y una malteada de chocolate que se ve deliciosa, aunque no habla mucho, lleva todo el día pegado al celular, incluso lo llamaron a la atención dos veces por usarlo e interferir con la clase.
Lo llamaron varias veces entre clases de distintos números, tengo buena vista, no es que estaba pendiente.
—¿Quieres? —Me ofrece de su comida dejando de lado el celular.
—No, gracias. —Contesto con una sonrisa de boca cerrada—. Es hora de almuerzo y Cami fue con Jacob a buscar comida para los cuatro, ¿no te quedas?
Le pregunto al ver que fue por comida rápida.
—No, saldré antes de la universidad. Tengo cosas que hacer
—Umm. —Es todo lo que me limito a decir, raro que justo el día que Sarah entre a la universidad no se despegue del celular y se vaya antes.
Sí, sé que parezco novia celosa, pero no son celos, él no me importa. Es dignidad, si me ponen los cuernos otra vez sería una vergüenza pública
Se va antes de que lleguen Cami y Jacob que tardan más de lo estipulado. Sarah se une a la mesa sin invitación de nadie
—¿Qué planeas? —Pregunta entrelazando sus dedos y apoyando sus codos en la mesa, eso demuestra seguridad y es lo que quiere demostrar.
Adopto la misma posición sin apartarle la mira ni un segundo.
—¿Qué planeo con qué?
—Con Theo, ¿cuál es tu plan con él? ¿Joderle la vida tal como se lo hizo tu padre al suyo? —Esta tipa me está cayendo bastante mal—. Mira, bonita, Theo no actúa como lo está
haciendo ahora, parece que, si está interesado, pero no creas que durará. Mi presencia aquí es un rotundo fracaso para ti, fui su primer amor y su primera novia, quitártelo será fácil.
Me saca una risa.
—Mira, Bonita —la imito—, si Theo está conmigo por algo ha de ser, pero según tengo entendido él te dejo a ti. —Me encojo hombros—. Aprende a aceptar que tú era ya paso y que ahora está comprometido conmigo, ser la otra mujer es algo muy difícil para cualquiera y créeme que lo será para ti si te pones en ese plan. Te diré algo y quiero que lo entiendas claramente. —Me levanto de la silla tomando mi bolsa—. No te recomiendo ponerte en contra de un Blake, nosotros JAMÁS nos rebajamos a pelear y yo no lo haré por un hombre, es su decisión si quiere terminar y estar contigo, deberías darte el mismo valor y aceptar tu estatus actual, el de ex.
Me voy de la mesa sin darle oportunidad de hablar, en la salida me encuentro con Cami y Jacob.
—¿Qué pasa? —Pregunta mi mejor amiga con el plato de comida en la mano.
—Nada, vámonos. —ayudo a Jacob que trae tres platos, no sé ni cómo, pero los trae.
Me quedo con ellos hasta que las horas libres terminan y debo subir a tomar el resto de clases que tenía.
Toda la tarde es aburrida, no tengo ni una clase en común con Camila o Jacob y aunque me lleve bien con mis compañeros, no es lo mismo. Por suerte me encuentro con Isabella y me quedo un rato platicando con ella.
Por lo que me dice todo va bien con su novio, se llama Evans y estudia Psicología. Hablamos sobre algunas cosas que tenemos en común por un buen rato.
Recibo una llamada de mi mejor amiga donde me avisa que salió dos horas antes junto a Jacob y no podrán irse conmigo, genial.
Hoy todo el mundo decidió hacer sus planes sin mí.
Termino por fin la última clase y decido ir a casa por mi ropa, mis padres no están allá y supongo que deben estar en la oficina. Lleno dos maletas y todavía queda bastante ropa en el closet, ¿cómo es posible que tengo tanta ropa y nunca encuentre que ponerme?
Una de las chicas que se encarga de la comida me ayuda a subir todo al auto, le pido que le avise a mi madre y salgo de Red Valley.
Hay al menos una hora de distancia entre la mansión y mi departamento, al fin llego y es todo un conflicto caminar con dos maletas que pesan más que el carajo.
Pero lo logro, veo que el carro de Theo ya está aquí y al parecer Jacob también está.
Marco mi número de piso en el ascensor y sigo ingeniándomelas para caminar, sí, tienen ruedas, pero pesan como una mierda cada una.
Al fin llego a mi puerta y la perilla cedé sin usar la llave, raro. Abro y no creo lo que veo.
Debo pellizcarme para saber que es real. Mi prometido, Tanya, mi mamá, Thiago, mi mejor amiga y mi nuevo cuñado. Todos en mi sala gritando sorpresa con el gran letrero que está detrás.
Welcome to the ice championship in Paris.
Debe ser una broma, debe ser una puta broma. Mis ojos se empañan y mi única reacción es correr a los brazos de Theo que me envuelve dando pequeños besos en mi cabeza.
—¿Por eso te fuiste antes? —Pregunto y asiente—. Pero si apenas te lo dije ayer.
—Tuve que cobrar algunos favores, pero estás dentro. En dos semanas estarás compitiendo en Paris y representando a Reino Unido —dice con una sonrisa—, envíe un corto video que hice el día que te lleve a la pista, lo vieron y te aceptaron de inmediato.
Me debe estar jodiendo, no puedo creerlo.
Corro a los brazos de mi madre que me felicita por haber entrado, seguido de ella saludo a la madre de Theo que esta reluciente, Jacob y Cami me abrazan a la vez, Thiago se acerca a darme un abrazo.
Él es todo lo contrario a Theo, mientras que su hermano es silencioso, reservado, egocéntrico y ardiente. Thiago es tierno, alegre, sociable y gracioso.
Parece más hermano de Jacob.
Thiago y la mamá de Theo se apartan a conversar mientras mi mamá se pone al día con Camila y Jacob.
Aprovecho para acercarme a Theo.
—Entonces, ¿cumplirás mi petición? —Le pregunto con una sonrisa inocente
—¿Cuál? —Toma un trago de una lata de soda.
—La de tocar la sinfonía de mi primera presentación. —Sus ojos se oscurecen cuando los baja hasta mis labios
—Sabes que no puedo tocar en público. Sería meterme en un problema con mi padre.
—Exacto, por eso estamos juntos, ¿no? —envuelvo su cintura con mis brazos apoyando mi barbilla en su pecho y debe agachar la cabeza para verme, ese azul que tanto me atrae es cubierto por las pupilas dilatadas—. No me presentaré si no estás ahí, será nuestro debut. El tuyo en la música y el mío en el patinaje artístico.
Insisto, pero no contesta.
—Lo pensaré. —Es lo único que dice.
Él es difícil de leer ya que oculta muy bien sus emociones, pero esta vez puedo ver cierta tristeza en sus ojos al hablar sobre tocar el piano en público.
Nos quedamos celebrando hasta que anochece, más o menos a las siete todos se van a excepción de Theo, me ayuda a subir las maletas a mi habitación y las dejo así mismo, Cami vendrá mañana a ayudarme.
Mi mamá aprovechó la fiesta para convivir con Theo, por lo que veo, se cayeron bien, aunque él no habló mucho. No sé por qué casi no habla con las demás personas.
Se sienta en el sofá de mi gran sala.
—Oye, ¿vemos una película? —Propongo dejándome caer a su lado.
—¿Cuál?
—No sé, una de romance o de acción —busco ideas y encuentro a mi lado fan infantil y adolescente—, hay que ver a los vengadores. —Digo y se ríe.
—¿Todavía con ese fanatismo? —Hay una leve nostalgia en su tono.
—Los vengadores nunca pasan de moda —me levanto a buscar palomitas mientras elige una, vuelvo y veo que eligió Endgame—. ¡No! ¿Por qué esa? Voy a llorar —le paso el envase con las palomitas y pongo las sodas en la mesa de cristal.
—¿Por qué? —Pregunta. Si supiera que mueren la mitad de los seis originales en esta.
—Por nada.
Le da Play y apenas vamos por la escena del viaje en el tiempo ya estoy llorando. No es justo. Había miles de formas de viajar sin que Nat o Clint mueran.
Solo debían ir a donde estaban los guardianes, Tony, Strange y Peter peleando con Thanos y robarle esas gemas, así ya obtenían la del alma sin su muerte
Me abraza acariciando mi cabello y acomodo mi cabeza en su hombro. En la muerte de Tony lloro como niña pequeña mientras él me mira y se ríe. Desgraciado.
—¿De qué te ríes? —Sollozo—. Te dije que esa no.
—Maddie, es solo una película. —Dice tomando un puñado de palomitas.
—¡Cállate! —Me aparto de su hombro para secar mis lágrimas, nunca superaré la muerte de Tony.
La película termina y vemos los post créditos.
—No entendí nada, ¿por qué no tiro al tipo del cráneo rojo en vez de tirarse ella?
—Porque debe morir alguien a quien ames, es un alma que amas por la gema del alma.
—Ah, ya la entiendo —vuelve a abrazarme, se queda unos segundos en silencio observando la lata de soda vacía—. Yo te lanzaría.
Dice haciéndome reír.
—Wow, el prometido del año —ambos reímos—. Yo también te lanzaría, no voy a morir para que después sigas tu vida con Sarah —bromeo.
—¿Celos a la vista? —Insinúa, divertido—. Hasta pareces enamorada de verdad.
—Jamás.
—No es cierto.
—Jamás.
—Mentirosa.
—Yo no miento
—Mentirosa.
—¡Que no miento!
—¡Mientes!
—Cállate. —Le lanzo palomitas a la cara haciéndolo reír.