STAY ALIVE.

By RocioJoseph

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¿Has añorado con lugares donde el hombre nunca a pisado por solo sentirse el problema de toda su familia? un... More

Prologo
Sinopsis.
Dedicatoria.
Capítulo Ⅰ
Capitulo Ⅱ
Capitulo Ⅲ
Capitulo Ⅴ.
Capitulo Ⅵ
Capitulo Ⅶ
Capitulo Ⅷ
Capitulo Ⅸ
Capitulo Ⅹ
Capitulo Ⅺ
Capitulo Ⅻ
Capitulo ⅫⅠ
Capitulo ⅪⅤ
Capitulo ⅩⅤ
Capitulo ⅩⅤⅠ
Capitulo ⅩⅦ
Capitulo ⅩⅧ
Capitulo ⅩⅨ
Capitulo ⅩⅩ
Capitulo ⅩⅩⅠ
Capitulo ⅩⅩⅡ
Capitulo XXIII
Capitulo XXIV
Capitulo XXXV
Capitulo XXXVI
Capitulo XXXVII
Capitulo XXXVIII
Capitulo XXXIX.
Capitulo XXXI
Poesía.

Capitulo Ⅳ.

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By RocioJoseph

Alessandra Joseph.

-Hace días me encontré con tu novio. - Carcajeo. -Más robusto y más feo cada vez más.

Hacía tanto que no escuchaba de él, quizás el primer amor no suele dejarte tan buenas expectativas de lo que realmente se trata, si no te deja sin ganas de no conocer a nadie mas por el resto de tu vida.

Quizás uno de mis primeros efectos mariposa se volvieron durante esa etapa de secundaria, el creyéndose tan inalcanzable que lo terminaban teniendo todas después y durante de tenerme.

Que de amor se volvió convirtiendo en asco, en odio y lo mas despreciable que pudiese existir hacia una persona tan nefasta.

-Basta. - Mama corto las burlas al mirarme disociando en la mesa tan temprano.

- ¿Te acuerdas cuando decía que eras su esposa? -Carcajeo.

-Solo fue su momento humilde. - Rio. -Aparte ahora todas eran sus esposas.

-Solo de recordar me da asco. -Bufé y sorbí él Te helado.

- ¿Por qué terminaron? -Sonrío. -Es una de mis historias favoritas.

-Por qué el necesitaba algo como él. -Le miré y sonreí.

-Estuve casi segura de que te casarías con él. -Carcajeo.

-Que extraña manera de decir que te aburrieron los cinco años de estar con él.

-Dehecho cuando me lo encontré se me quedo bien feo y después se empezó a reír.

-Es un idiota.

-Sigue dando asco. -Sonreí al hablar para mí.

- ¿Perdon?

-Nada.

- ¿Aun lo defiendes?

- ¿La verdad? Es que me da igual, para mi dejo de existir desde que lo saque de mi vida.

-Tienes razón.

-Siempre la tengo. -Me levanté de la mesa, besándole la frente a mama y tan pronto salí de la casa para dirigirme ala cafetería. Aún tenía la conversación de esta mañana, el cómo podían hablar tan normal de una persona tan asquerosa y repugnante, no tendría siquiera Valia la pena ser nombrado en el desayuno.

Ricitos de café estaba sentado mirando un libro pequeño se miraba tan entretenido y a la vez tan sexy. -

Cada día más me interesaba, permanecí estudiando la mayoría del día que a cada rato pasaba y me miraba. Su mirada era tan indescriptible, sus ojos castaños me miraban a mí y sentía un impulso de creer que su mirada me pertenecería. Que fuese como siempre lo leí, que me viera como si fuese esa única estrella.

-Hola. -Sonrío con una tarta de cacao en su mano. - ¿Puedo? -Asentí con la cabeza. - ¿Examen de admisión? -Sonrío.

-Si. -Sonreí.

-Eso pense, no quería interrumpir, pero llevas bastantes horas aquí, no lo se. -Pauso. -Te traje comida. -Sonrío.

-Gracias. -Me quité los lentes y cerré los libros. - ¿Trabajas todo el tiempo aquí? -No sabía que decir, el solo me miraba con sus ojos tan brillantes que justo olvidaba como respirar.

-Si, solo es provisional. -Me miro más detalladamente, o al menos eso leí de su expresión corporal. - ¿Qué hay de ti?

-Solo estudio y vivo de los libros. -Sonreí. Normalmente no hablaba sobre mí, parecía algo tan agridulce con tan solo decir "Yo tengo", "Yo soy" dios parecía tan patética hablar de mí.

-¿Alessandra?.-Me tomo de la mano y sonrío al verme tan perdida.

-Disculpa, no, bueno yo. -Tome mis cosas y me levante de la mesa, saque un billete sin mirar el valor y Sali corriendo de allí. Mis actitudes al tomar esos temas parecían no llevarse bien, podía hablar de cualquier cosa, pero siempre lo saboteaba de alguna manera u otra, quizás ese era el problema.

Problema que nunca llegue a solucionar si no cada vez más posponerlo para después por que realmente no era relevante o algo por asi llamarse. Permanecí semanas completas sin salir, solo realizar los deberes de casa y estudiar hasta que el sueño me hiciera traicionar todo de mí. Quizás tenía esa sensación de sentirme muerta y siquiera me gustaba. Mama aquel día parecía estar nerviosa, no dejaba de hacer tantas cosas que más me alteraba, ojalá estuvieras aquí.

- ¿Qué sientes mami? -Me tomo de la mano mientras Mario manejaba. - Veras que es solo un examen, tú eres mucho más que un examen. -Sonrío.

-Siento tanto, pero a la vez siento nada. -La mire. -Estoy asustada, no sé cómo hacerlo, no recuerdo casi nada.

-Todo saldrá bien. -Me estrecho entre sus brazos. -Confió en ti.

Después de eso sentí que las horas se me hacían eternas, lo fueron realmente. Cumplí las tres horas en terminar ese examen, sentía que no podía siquiera respirar mientras bajaba las escaleras y exploraba esa escuela grande donde papa alguna vez trabajo.

-¿Cómo te fue?.-Mama esperaba en la salida, su primera impresión solo fue aplaudirme, estaba desconcertada que solo llegue a abrazarla y sentirla.- ¿Estas bien?.-Ismael a su lado mirándome, parecía que quería hablar, que quería juzgarme de nuevo, manipularme quizás pero no pude mirarlo.

-Estuvo bien. -Subí al auto y me quedé mirando por la ventana.

-Sabes que tenemos a los amigos de tu papa. -Asentí con la cabeza para después recostarme en la ventana y solo sentir el aire golpearme la cara.

Al llegar a casa solo me metí a mi habitación y se reproducía la música de papa, mis ojos estaban llorosos, sabía que habría de fallarle a todos hasta de mi misma, que siquiera importaba las tantas veces que me esforzara. Solo iba a fallar.

A mama le costo tanto sacarme de mi pieza durante semanas, había vuelto a caer en no comer mas que gomas de mascar y agua simple. Mis ratos de sueños aparecían durante el día por que de noche mi sueño se esfumaba, llegaban las ganas de llorar constantemente que si quiera podía escapar o planear alguna estrategia para no abrumarme de mi misma tan pronto.

Mantuve mi concentración en mi libro, en leer para no pensar en mi o en lo decepcionante que me hubiese convertido para mi familia.

-Toc toc.-Sonrío al abrirla puerta. Una silueta pequeña se acercó a mí, no me gustaba llorar cuando ella o Betito estaban cercas, me parecía algo muy bajo. -¿Qué haces?

- ¿Qué quieres? -Tape mi rostro con la almohada. -

- ¿Quieres jugar? -Se sentó a mi lado.

-No. -Mi voz estaba rota. -Déjame dormir.

-No estas durmiendo. -Me quito la almohada de la cara. - ¿Por qué lloras?

-No importa. -Me limpié las lágrimas y fingí buscar un libro en la cama.

-No necesitas mentir para no importar. -Me tomo de la mano.

Solo era una niña, ¿Por qué debería saber mejor ella que mi propia familia? -Estare bien.

- ¿Es por la escuela?. -Asentí con la cabeza.- ¿Te cuento un cuento y dejas de llorar?.-La mire, sus ojos brillaban incluso en la oscuridad.

-Solo si prometes no decirle a mama.

-¿Qué eres una chillona?.-Sonrío y yo tire de una almohada con tal de tirarla de la cama.-Bien, había una vez una niña que se llamaba Rocio.-Pauso.-Pero no eres tu eh.-Sonrío.-Es otra Rocio chillona.-Carcajeo mientras intentaba peinarme el cabello.-Era muy inteligente, casi no salía porque según ella le caía mal la gente, una vez hizo un tonto examen en el que se tardo todo un día y al final se quedo en una escuela muy grande.-Sonrío.-Se convirtió en una licenciada y se fue a vivir con su sobrina a un castillo grande y fueron felices.-Finalizo con un beso.-A dormir chillona.

-Eres mensa. -La abrace.

-Te quiero Tía. -Beso mi mejilla. -Mama una vez me dijo que todo tiene solución. -Cerré los ojos y me quedé recostada en su brazo, ella solo miraba mis estrellas fosforescentes que brillaban arriba de la cama. -Solo, no te olvides de mí.
- ¿Olvidarme? -La fulmine con la mirada. -¿A mis ojitos bonitos que solo se la vive de parlanchina?

-E visto peliculas donde entras a esa escuela grande y ya no vuelves a casa.

- ¿Sabes? -Me levante y la tome de la manita. -Yo no me e ido de aquí solo por ti y por el niño.-Mis ojos se cristalizaron.-Ustedes a pesar de que no les di la vida simplemente me llenaron la mía.-Mi dedo menique entrelazo con el de ella.-Te prometo jamas irme sin ti, yo te sacare de aquí-Se limito a abrazarme y llenarme toda la mejilla de besos.

Quizás en unos años ella lo olvidaría, seria su enemiga solo por no entenderla en su adolescencia, pero igual seguiría allí, tratándola como si fuera una hija mía.

-¿Bajamos a comer?.-Sonrío.

-¿Quieres hoy cakes?.-Asintió con la cabeza y se levanto tan pronto de la cama para ponerse los zapatos.-¿Y chocolate caliente?.

-Oye, pides mucho. -Sonreí. -¿Con fresas?.- Ella se bajo corriendo por la escaleras emocionada, se puso su mandil y empezó a sacar los ingredientes para los hot cakes.-¿Puedo ayudarte?.

-Solo si prometes no estar de parlanchina. -Sonreí mientras me lavaba las manos, no sabía cómo había hecho eso, el sacarme de mi pieza y que dejara de llorar.

-¿Te sientes bien?.-Me tomo de la mano.-¿Quieres una?.-Me ofreció fresas de su otra manita.- Estan ricas.-Las saboreo mientras se metía todas a la boca.

-Que asco. -Carcajee.

-Deliciosas. -Se chupo los dedos y sonrío. Mama entro después a casa, parecía estar ocupada como casi siempre en el móvil, la niña corrió hacia ella, mama dejo el móvil y la beso.

- ¿Qué preparas mami? -Se dio cuenta que estaba mi presencia allí.-¿Hot cakes? Yo traeré la leche. -Sonrío.

-No es necesario.

-Mi tía hizo chocolate caliente. -La niña orgullosa presumió su taza de chocolate.

- ¿No fuiste con Alicia y los demás?

-No.- Había dias en los que mis compañeros de preparatoria me invitaban constantemente a salir, beber, jugar y mas beber. -No es para mi.

-Entiendo, pero deberías considerar salir más seguido.

-Quizás luego.

-Pareces una viejita invernando. -Sonrío.

-Solo no quiero salir a beber alcohol. -Servi los hot cakes en la mesa. -Quiero ir a museos, cafeterías, lugares lindos y sin necesidad de embriagarme.

-Me gusta que pienses de esa manera. -Beso mi frente. -Estoy orgullosa de tenerte como mi hija.-Permanecí en silencio. Ojalá esas palabras fueran de verdad y no solo para no sentirme mal por querer estar encerrada. -Gracias por salir de la pieza, me haces falta.

-Está bien. -Me aparte de ella y solo me quede mirando el hot cakes que estaba en la lumbre, era tan preciso, hasta una mezcla podía saber sonde correspondía y que forma tomar al estar en el fuego lento.

-¿Nunca has pensado en ejercer un negocio?.-Mama hablaba con la niña mientras saboreaban los hot cakes.- Deberías considerarlo.

-Lo hare, gracias. -Realmente mi manera de reprimir mis emociones era haciendo cualquier postre o alimento tedioso dentro de la cocina.

Para Ross sonaría perfecto que reprimiera mis emociones mas seguido con tal de comer postres.

- ¿Cuándo te dan tus resultados?

-Justo en Julio.

-Casi un mes. -Sorbió el chocolate de la niña.-Mi Abogada. -Beso mi mejilla. -Tu papa estaría feliz por verte asi. -Papa es la última persona que querría que me mire asi, justo en lo poco que soy. -¿Pasa algo?.

-Saldré con tu nieta, te avisare cuando llegue. -Tome la sudadera y Sali. Mama se quedo sin palabras, cada que tocaba el tema lo evadía completamente, era algo que ya había practicado desde los ocho años.

Pasamos jugando en el columpio, hablábamos de teorías sobre Twenty One Pilots. -Traeré al niño. -Miro su móvil y frustrado camino hacia casa.

-Es tarde.

-Lo sé, pero mama quiere ir no se adónde.

-Debería llevarlo con ella.

-Ella solo quiere hijos para que se hagan cargo los demás.

-Tienes razón, pero no siempre vas a estar yendo a solucionarlo.

-No lo entendería.

-Tampoco a ti te entiende.

-Si.-Sus ojos se cristalizaron.

-Solo espero que a el tampoco lo apague mi hermana. -Entramos a casa, el niño estaba en el suelo con su pañal su sucio.

-Ale. -Magos bajo por las escaleras con ropa demasiado ajustada. -Te encargo al niño Maggie. -Ella asintió con la cabeza mientras cambiaba al niño.

-Ya no quiero estar aquí, pero por ella y por el niño no me voy. -Sus ojos se cristalizaban, nunca la había mirado tan detalladamente, parecía cansada. - ¿Alguna vez te a pasado algo con alguien y nunca se los has dicho? -

- ¿Perdon? -Mi cabeza estaba procesando cada detalle de si misma, de todos esos recuerdos junto con travesuras, aquellas pijamadas, comidas divertidas que teníamos y ahora solo darnos cuenta que ambas tenemos ojeras y esas mismas ganas de escapar.- Tengo uno que otro, pero realmente creo que a ellos jamás les importarían.

-¿Puedo contarte algo?.

-Sabes que puedes.

-¿Recuerdas que había temporadas en las que salíamos por semanas?.-Me miro y asentí.-Uno de los..-Pauso.

-¿Te hicieron algo?.-Ella asintió con la cabeza y empezó a temblar completamente.-Me tocaba.-Su mirada se pedía.-Incluso.-Pauso, solo sentí el impulso de tomarle de la mano ella solo me abrazo.-Desde ese día, solo sobrevivo.

-Nose que decir, realmente me paso algo parecido, pero entre una relación. -Baje la mirada. -Esos cinco años fueron del asco y al completar el quinto año me di cuenta que tenia un monstruo como novio. -Suspire. -Nadie lo sabe por qué creí que era amor.

-Sabia por que no me caía bien.

-Hubo una temporada en la que mama y yo solo peleábamos, era mas constante el quererme hacerme autolesiones tan graves que algunas veces perdía la noción y despertaba en un hospital. -Relamí mis labios. -Un día me escape de la escuela, le dije que iría lejos, asi que el ofreció llevarme a su casa porque sus padres querían conocerme. De estúpida fui, convivimos y todo. -Me cubrí la cara. -Mas tarde fuimos solos al departamento de su mama, prendimos la tv, me empecé a sentir incomoda, el solo se levanto y me sujeto fuerte. -Mis ojos se cristalizaron.

-Dime que no lo hizo.

-Rompió mis bragas, paso tan repentino todo. -Pause.-Y paso.-Lamí mis labios y empecé a llorar.-No sabes el asco que me da mi cuerpo desde aquel día, aquella noche que regrese a casa me dijo que no dijera nada, que era parte del amor.

-Dios.

-No es posible que tenga que vivir con este asco hacia mi cuerpo y con el otro lado de quererlo, de decirle que no fue amor. -Pause.

-¿Por eso el asco de que te abracen?

-Por eso el asco de que hagan lo mínimo de contacto.

-Perdon por insistir tanto en abrazarte.

-Mama no lo sabe, no sabe por que de un día a otro en secundaria le deje de contar sobre el, de salir y hacerme a su manera.

-Mama debería.-Pauso.

-No debería. -La mire. -Han pasado años que paso que realmente ya no me interesa tener que lidiar con eso, aun cuando cierro los ojos revivió el momento y me cuesta tanto trabajo sentir que estoy a salvo, que nada de lo que pasa es amor.

-¿El que dijo al respecto?

-Nunca le dije nada, solo empecé a ignorarlo, no hacíamos nada ya por que inventaba que no tenía móvil o cualquier tontería.

-¿Y funciono?

-Me hizo pedazos cuando se fue, toda su familia se metió, mama solo me dijo que dejara de tener el mínimo contacto con el. - Pause. - No le bastaba buscarme en otras redes sociales, con nombres diferentes, incluso rondaba por la casa y tenía la desfachatez de entrar con sus nuevas conquistas.

-Mal nacido.

-Me da igual, perdí lo único que quería. -Pause. -Perdí mi oportunidad de ir a una preparatoria privilegiada pero ahora conocí a Axl, Alicia, Donovan, Iván, Sebastián.

-De los hombres querían mínimo cuatro contigo ¿No?.-Carcajeo.

-Olvídalo, sabes que amaban mi misterio y esa manera de odiarlos con la mirada. -Sonreí. -En fin, nadie me quitara ese odio que tengo contra ellos.

-La verdad. -Sonrío.

-Me dan asco y más si son géminis. -Sonreí.

-¿Es un alagó?.-Ambas carcajeamos.

-Solo espero no volverme como ellos.

-¿Sin sentimientos?

-Escuche que te conviertes en lo que mas odias.

-Tu miedo número uno supongo-

-Cállate. -Carcajee mientras le aventaba una migaja de fritura.

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