Mi único pecado, fue quererte.

By LunaJasmi

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Dos estudiantes de economía en la universidad de Cardiff, descubren el amor que nació entre ellos de una mane... More

Capítulo 1
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60. FIN

Capítulo 56

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By LunaJasmi

El sábado por la noche, en la mansión de los Mydffai, se esperaba a Jorge para realizar la cena que daría inicio al compromiso con Sofía.

— Señor Iraná, es un placer tenerlo en esta casa. — Sofía lo saluda sonriente en la entrada de la mansión, en conjunto con algunos sirvientes que le acompañaban.

— Gracias señorita Mydffai — Jorge se acerca para saludarla de manera cortés, pero Sofía lo alcanza para darle un beso en los labios, a lo que él, responde inmediatamente.

Llegaron al salón comedor, los padres de Sofía lo estaban esperando ansiosos, a diferencia de hace 4 años, puesto que ahora Federico lo recibía con los brazos abiertos, dándole un abrazo y palmadas en la espalda.

Por su lado, la Madre de Sofía, al verlo, se sorprendió. Ella si lo reconocía, pero no dijo nada.

Durante la cena, charlaban todos como si fueran grandes amigos.

— Este compromiso me alegra, no solo tendré un digno sucesor, sino que también al hijo varón que yo quería y que la vida no me dio. — comenta Federico gustoso.

Nuevamente, Sofía sentía que su padre la seguía despreciando. Sentía tanta rabia, que apretó los puños bajo la mesa y que inmediatamente Jorge le toma la mano, para que sienta su apoyo.

— Claro Federico, espero aprender de sus años de experiencia y estoy feliz que me acepte como un miembro de su familia — Jorge, sonríe, como si no escucharas las ofensas a Sofía.

— Será muy fácil para ti aprender lo que pueda enseñarte. Por fin, Sofía ha tomado una sabía decisión, escogiendo al mejor. No lo crees querida — Se lo dice a su mujer, que miraba sin emoción.

— Si Federico...

Ya Sofía no comía nada de su platillo, nuevamente tenía el impulso de arrojar todo lo que estaba en la mesa y salir de ahí, pero cada vez que lo pensaba, sentía que Jorge le apretaba con más fuerza de su mano y esto la calmaba.

— Por cierto, Jorge, ¿Qué fue de tus padres? No creo que seas huérfano. — Ríe Federico.

— Prácticamente lo soy. Fui criado por mi abuela en el campo.

— Debiste traer entonces a tu abuela a esta cena, para presentarle nuestros respetos y hablar con ella de la boda.

— Ella está muy lejos, para una mujer de su edad es más difícil viajar desde Capilla.

Para el señor Mydffai, algo le viene a la mente y trata de recordar.

— ¿Capilla?... recuerdo haber escuchado ese lugar alguna vez.

La rabia de Sofía, pronto paso a preocupación, pero ve a Jorge que ya no sonreía, incluso miraba de manera desafiante a su padre.

— Por supuesto... Capilla. Sofía pasó algunos veranos por ahí, tenía a alguien que visitaba cuando era universitaria — Comenta Federico con naturalidad.

Jorge no respondió, solo lo miraba amenazante esperando que se diera cuenta, a lo que la señora Mydffai interviene.

— Pero Federico ¿no recuerdas quién es este hombre?

— ¿A qué te refieres? — pregunta sorprendido a su mujer.

— Jorge era el muchacho que fue su novio, y le daba tutorías a Sofía en la universidad.

Federico Mydffai mira nuevamente a Jorge sorprendido, y ante la sorpresa de todos, comienza a reír a carcajadas.

— No lo puedo creer... ¿En realidad eres ese chiquillo flacucho?

— Si Federico, ese era yo. — contesta Jorge con una mirada severa, pero Federico le devolvía una mirada de admiración.

— Es increíble. Tienes palabra, dijiste que te permitiera demostrar a cuanto podías llegar, a pesar de ser pobre. En tan pocos lograste lo que muchos no alcanzan en años

— Así es Federico, pero en esa ocasión no me diste la oportunidad, solo un cheque y una amenaza.

Federico seguía sonriendo sin darle importancia a lo que decía.

— Pero tú entiendes mis motivos de esa vez. Tenía que proteger los intereses de mi familia de posibles oportunistas. Pero ya no se puede deshacer lo que ocurrió hace años.

— Tienes razón, no se puede borrar lo que ocurrió hace 4 años.

Federico se acerca más a la mesa y le habla de manera seria.

— Ey Jorge... no hay resentimientos ¿Verdad?

Jorge le da una sonrisa calmada.

— Claro que no Federico...

El señor Mydffai da un manotazo a la mesa en forma de victoria

— ¡ESE ES MI MUCHACHO!. Si hubiera sabido en lo que te transformarías, créeme que habrías trabajado conmigo desde el primer día, eso nos ahorraría el tratar de competir con otras empresas por tus asesorías, además de ahorrarnos dinero. — reía a carcajadas Federico, bajo el silencio de los presentes.

— Bueno, ya que esto está aclarado, ¿piensan casarse o salir un poco más? — pregunta Martina, manteniendo aquella mirada altiva.

— Claro que se van a casar y cuanto antes mejor. Que Jorge venga a reencontrarse con Sofía después de tantos años, demuestra que es un hombre, al menos ya sabemos que no se divorciarían el primer año de matrimonio. — volvía a reír Federico.

— Creo que aún debemos pensarlo, ese es un tema que debemos hablar en privado con Sofía. — contesta Jorge.

— A si... por supuesto, tomate tu tiempo.

La velada continuaba de manera tranquila, pero Sofía y Jorge pensaban lo mismo. ¿cómo el hombre en frente de ellos les podía hablar de manera tan calmada después de todo el daño que les causó? Por sus propios intereses, destruyó su noviazgo y ahora entrega a su hija como una forma de compensación. Aquello era detestable y completamente reprochable, pero ninguno de los dos lo mencionó.

Mientras Jorge manejaba para ir a casa con Sofía, el ambiente era tenso, gracias al mal sabor de boca que les dejo el encuentro con Federico. Jorge reflexionaba, en que no podrían irse a dormir con ese malhumor, así que da la vuelta y se dirigen a la plaza central de la ciudad, la cual siempre era festiva, con muchos puestos y un pequeño parque de diversiones.

Al estacionar, Jorge baja del automóvil e invita a Sofía a que haga lo mismo.

— Vamos Sofía, demos, una caminata.

— ¿Por qué estamos aquí?

— Porque quiero disfrutar de mi novia. Ahora que ya no tengo que ocultarme por ser "el otro" en tu relación anterior.

Caminan tomados de la mano y Jorge la podía abrazar en público. Volvían a ser novios después de tantos años, como cuando estaban en la universidad. Compran algunas cosas en los carritos, y reían nuevamente con sus conversaciones que no tenían sentido.

— Jorge, ¿ahora estás más calmado?, quiero decir, ya conseguiste tu plan. — pregunta Sofía.

— Quería ser tu prometido, aceptado por tus padres para ya no ocultarme de nadie, pero este no era mi plan, solo fue un extra.

— Pero ya tenemos todo. Somos novios, la empresa quedará en tus manos, tenemos dinero y nos amamos, ¿qué más quieres?

— Soy muy orgulloso. A mí nadie me pisotea y humilla, no como lo hizo tu padre aquella vez. — responde Jorge, cambiando su expresión a enfado, mostrando un resentimiento muy arraigado en su ser.

Sofía suspira, sabía que eso no se lo podría quitar de la cabeza, así que prefiere bromear para liberar tensiones.

— Pero yo te pisoteo y muchas veces — sonríe de manera coqueta.

— Pero tú no cuentas. De hecho, me gusta que lo hagas, sabes que soy tu subordinado — ríe Jorge, a lo que ella lo abraza por el cuello.

— Entonces seguiré siendo mandona — Sofía lo besa. Estaba de muy buen humor y ya había olvidado el mal momento de esa noche. — Deberíamos regresar a casa.

— ¿Estás cansada?

— No. Es solo que me gustaría aprovecharme de mi poder sobre mi subordinado.

— Pero si mi señora quiere demostrar su poder, no debería esperar hasta llegar a casa — Jorge sonreía y la toma de la mano.

Cruzan la calle, en donde estaba el Hotel central, que era muy famoso, y Jorge pide un cuarto.

— No bobo, ¿qué haces? — pregunta riendo Sofía en el mostrador de la recepción.

— Mi señora no puede esperar, y yo debo cumplir sus órdenes. Además, que esto siempre lo hacíamos en la universidad, contratar habitaciones de hoteles — sonreía Jorge.

— Si, y gracias a eso mi madre nos descubrió.

Continuaron bromeando y recordando el pasado, hasta llegar a la habitación. Continuaron riendo de manera traviesa, mientras cada uno ayudaba a desvestir al otro.

— Jorge, ¿si nunca nos hubiéramos separado, como seríamos ahora? — preguntaba Sofía saltando a la cama, mientras Jorge terminaba de quitarse sus últimas prendas.

— Habríamos viajado mucho, iríamos a bares durante la noche después del trabajo, nos habríamos casado, quizás estaríamos planificando la llegada de nuestro hijo.

— Eso habría sido tan hermoso.

— Ahora sigue siendo hermoso, solo que todo se ha retrasado por 4 años, pero ya responderemos el tiempo perdido, como ahora.

Jorge se recuesta encima de ella para besarla y tener una gratificante noche romántica.

Durante el último periodo, Federico invitaba a Jorge con frecuencia a pescar en yate o a beber una copa, ya que el padre de Sofía lo sentía como a un hijo y comenzó a darle mayores atribuciones y confianzas.

En la oficina, Sofía estaba preparando una taza de leche chocolatada en la zona del descanso, mientras hablaba con su novio.

— Estoy celosa, siento que estás saliendo más con mi padre que conmigo

— No seas tonta... él no es mi tipo. — ríe Jorge.

— Aunque te molestes y te pongas celoso, extraño reunirme con Carlos. Últimamente no lo he visto, porque realiza las inspecciones de mercadeo en los supermercados, además tiene que hablar con los chefs, para recetas de cocina en nuestra página web.

— Podríamos salir una noche todos juntos, como amigos, ir a un bar, a comer algo, seríamos tú, yo, Carlos y Marco... ¿Qué opinas?

— ¿Marco? — Sofía lo mira enfurecida.

Jorge habló sin pensarlo, y de la impresión se atraganta con el Café que estaba bebiendo.

— No... digo... es porque es tu amigo también, ¿no?

— ¿Desde cuándo sabes lo de Carlos y Marco? ¿Ellos te lo dijeron?

— Hem no... claro que no — Trata de aparentar normalidad, pero no pudo decir mucho antes de ver como Sofía se volvía roja de cólera, sin poder detenerla cuando salió apresuradamente en dirección al despacho de Carlos, así que sale tras ella para culparse de todo.

— Ah Sofí, qué sorpresa. Te tengo buenas noticias con respecto a ventas... — Carlos se levanta para saludarla cuando ve a su amiga entrar, pero Sofía lo empuja nuevamente a la silla.

— ¿Por qué LE CONTASTE A JORGE SOBRE NUESTRO SECRETO?

Carlos mira como Jorge ingresaba por la puerta y ponía las manos en súplica ante él.

— Oh... PERO QUE TARADO... Tú SI ERES BUENO PARA GUARDAR SECRETOS ¿NO? — Grita Carlos enfurecido.

— Lo siento, se me escapo.

— Se suponía que guardaría el secreto para yo contárselo — le volvía a encarar Sofía.

— Es que Sofía, no es mi culpa que ingresara a la oficina sin tocar... me vio con Marco. — trataba de justificarse Carlos.

— Y ustedes, ¿por qué hacen sus guarrerías en la oficina?

— Ay princesa... tú no entiendes el alivio que fue cuando Jorge se enteró. Realmente temía por mi integridad física, no sabes los puñales que lanzaba con la mirada... no me gusta tener enemigos.

— Sofía es verdad — intervenía Jorge. — Algún día si seguías poniéndome celoso con él, le daría unos buenos golpes, así que podríamos decir que la única culpable eres tú.

— Eso, eres una mala amiga, todo es tu culpa. — Responde molesto Carlos.

— Esperen, ¿desde cuándo cambiaron el tema para que ahora yo sea la mala? — Sofía suspira y vuelva a morar a su amigo — Okay, si quieren mi perdón, entonces quiero tarde de Micheladas, con Karaoke y hamburguesas... en la casa de Jorge.

Esa tarde se reunieron los cuatro para una fiesta entre amigos. Ahora el club de Sofía se les unía Jorge como nuevo integrante. Bebieron, comieron y cantaron. Sus amigos reprodujeron la canción Uptown Girl para cantarla y colocar nerviosa a Sofía y Jorge, pero este último se animó, y fue a cantarla también y a realizar el mismo baile ridículo que ellos. En definitiva, esa tarde fue muy agradable, y pronto Jorge también tenía una buena relación de amistad con Carlos y Marco, que decidieron repetir esas reuniones los días venideros.   

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