Ascenso, Stranger Things

By livfialas

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A S C E N S O ❝Los muertos pueden hablar.❞ 𝔈nid Webster nació para salvar a su... More

introducción
mixtapes
epígrafes
índice de capítulos
o. la muerte es indulgente
volumen i.
i. la chica rara de la calle cedar
ii. el funeral
iii. las luces me encontrarán
iv. construyéndome un hogar
v. sigue mi voz
vi. la primera mentira
vii. necesita una conexión
ix. los siete sellos
x. días de apagón
xi. lacrimosa
xii. la mártir

viii. pensar en sobrevivir

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By livfialas

CAPÍTULO OCHO — pensar en sobrevivir
( adsum, parte final )














ENID






        Soy una farsa muy bien elaborada.

        Hace menos de dos horas, Eddie y yo decidimos idear un «método de integración efectivo» —sus palabras, no las mías— con el que sus amigos dejaran de considerarme una sospechosa recién llegada y pasarán a verme como más que una aliada. La explicación que me dio antes de eso fue mi primera dosis de educación. Lo básico: quién es Vecna, de dónde viene, cuál es su objetivo y qué relación tiene con este pueblo; lo segundo fue darme un propósito por el que estar aquí, y para eso, la muerte de un tal Brenner me ha servido de coartada, aunque aún no sé por qué. Solo tengo que decir su nombre si alguien habla más de lo debido.

        Tras unos segundos de silencio, Dustin maldice en voz baja y se lleva una mano a la boca, sorprendido, dando pie a la ola de reacciones tardías que confirman mi victoria. Suspiros desalentados, palabrotas y hasta algún que otro paso en falso. Fuera quien fuese ese tal Brenner, acaba de salvarme la vida.

        Sin quererlo, miro a Beth, regocijada en una esquina de la habitación de hospital, junto a Max, sin mirarme de vuelta. Tiene los ojos fijos en sus botines blancos, levemente inclinados hacia adelante. La sangre se ha acumulado en sus mejillas hasta teñirlas de rojo, o puede que solo sea el calor que hace aquí dentro. En cualquier caso, está roja como un tomate, y una fina capa de sudor le cubre la piel. No pasa mucho tiempo hasta que Dustin camina hacia ella y se apoya contra la pared, haciéndola alzar la vista para, acto seguido, mirarme de una vez.

        No lo hace como antes. Por un momento, creo que no hay rastro de la simpatía que siempre ha mostrado, incluso cuando éramos desconocidas, pero son imaginaciones mías. Una pequeña sonrisa triste crece entre sus labios, y creo que es un gesto de alivio. Quizás, porque ella también sospechaba de mí.

        Por supuesto, los amigos de Eddie nunca la considerarían un peligro si es la primera víctima del tal Vecna después de su pequeña hibernación. Creo que podría usar esa misma jugada si las cosas se ponen demasiado feas.

        ❝¿Conoces a Henry?❞ pregunta Will, siendo el primero en hablar. Está de brazos cruzados junto a Mike, quien aún sostiene su walkie-talkie entre las manos.

        ❝Conocí a alguien que era muy cercano a él, y que me mantenía al tanto de todo lo que pasaba, y de todo lo que ha pasado hasta ahora, si eso te sirve. Pero nada de eso tiene que ver con lo que verdaderamente importa. Sé lo de los cuatro sacrificios que causaron el terremoto, y sé que Max no fue el último.❞

        Detrás de mí, Lucas vacila. ❝Eso también lo sabemos nosotros.❞

        Me veo obligada a girar para comprobar que todo vaya bien. Me tienen rodeada. Lucas me vigila las espaldas; Mike y Will están enfrente; Dustin y Beth, a mi derecha, y a la izquierda tengo un espejo. Mi propia respiración me ahoga cuando intento tomar más aire del esperado, y me aparto de mi sitio para poder estirar un poco las piernas.

        ❝Estoy intentando ayudaros, así que dejad la hostilidad para otro momento,❞ digo, desviando los ojos al suelo e intentando calmarme. Sigue el plan, sigue el plan. ❝Henry está intentando hacerse un hueco en Hawkins, de nuevo. Desde que Eleven lo encerró en lo que llamáis el Mundo del Revés, ha estado recuperándose y hasta ahora solo ha podido hacerse ver a través de otras criaturas. Está claro, que así no tiene las de ganar, así que necesita a alguien que le sirva de espía y de teléfono entre ambos mundos.❞

        ❝No me lo trago,❞ habla Mike entre carcajadas nerviosas, haciendo que sus amigos lo miren de soslayo. ❝¿Vosotros sí? ¿En serio?❞

        ❝Tiene razón.❞

        Me toma por sorpresa escuchar la voz de Max. Cuando hace el intento de mover la cabeza, Lucas corre en su ayuda y gira la manivela para mover la camilla y ayudarla a incorporarse. El silencio que vuelve a hacerse en la habitación es de lo más fúnebre e incómodo que he presenciado jamás, y al mirarme en el espejo para huir de él creo ver una sombra detrás de mí, que desaparece al momento.

        ❝Max, no tienes que...❞

        ❝Desde que desperté, no he dejado de sentirlo,❞ interrumpe ella a Lucas, quien ahora baja los hombros, rendido, casi decepcionado. ❝Cada vez que pasa, me acuerdo de lo que sintió Will en Halloween, o en el cine de Starcourt. Un escalofrío, un sudor helado en el cuello, como si chorreara, pero no es real. Y entonces, es... Muy raro, porque no puedo ver nada, pero le recuerdo. Recuerdo su cara, y... Las uñas... Y... Es como si aún estuviera aquí. Enid tiene razón.❞

        ❝¿Te habla?❞ pregunta Will.

        ❝Solo a veces. Otras, solo me mira de lejos.❞

        ❝Como tú me mirabas a mí en la visión,❞ digo sin pensarlo.

        Mi intervención hace estallar una caótica reacción en cadena.

        ❝Mike, avisa a El.❞ Dustin se aparta de la pared y por un momento creo que se me va a encarar. ❝Maldicen a Beth,❞ comienza, señalándola, ❝Max y Enid tienen visiones, y Carol Perkins ha muerto. ¡No hemos acabado con él! ¡Hemos sido unos putos niños peleando contra algo que no va a morir! O hacemos algo en serio, o Hawkins se quedará en cenizas.❞

        Se lleva las manos a la cabeza y bufa, y solo entonces me fijo en las lágrimas que se amontonan en sus ojos. Antes de que caigan, sale de la habitación dando un portazo.

        ❝Voy a por él,❞ dice Beth en voz baja.

        Lucas menea la cabeza. ❝Beth...❞

        ❝No,❞ espeta ella. ❝Dustin ha estado a mi lado estos días y no voy a dejar que esté solo. Esto,❞ añade, ❝es lo peor que os ha podido pasar, y lo siento muchísimo. Y yo no tengo ni idea de la mitad de las cosas que han ocurrido, pero él tiene razón. ¿Cuál era el plan? ¿Buscar pistas sobre la muerte de Carol? ¿Ir a su casa? ¿Ver su cadáver? ¿Y luego, qué? Lleváis jugando a ser Dios con alguien que ha sido capaz de controlar el Infierno más tiempo del que deberíais, y estas son las consecuencias. Si esperáis que alguien siga viviendo como si nada hubiera pasado, lo lleváis claro. Volveré en un rato.❞

        Y dicho esto, sale de la habitación, encajándola con sumo cuidado y caminando hasta que el sonido de sus pasos se pierde en el largo pasillo.

        Eddie no se ha equivocado al decir que estos niños están traumatizados. Me vuelvo hacia Max, me llevo una mano al pecho y sin poder evitarlo me quedo callada, mirándola. Mirando sus ojos hinchados y cerrados, la forma en la que su cuerpo entero está cubierto de vendas o cabestrillos. Intento imaginar cómo sería antes de esto y no puedo...

        Meneo la cabeza. Tengo que seguir adelante.

        ❝Max, si quieres, puedo quedarme contigo esta noche.❞ Antes de que Lucas pueda hablar, le digo: ❝Llevas dos días aquí encerrado, sin dormir. Deberías descansar. Y vosotros también,❞ añado hacia Will y Mike. ❝Además, mañana temprano he quedado con vuestro colega, Steve, para que me interrogue, así que...❞

        Mike suelta algo entre dientes y le hace un gesto a Lucas de "nos vemos fuera" antes de arrastrar a Will a la sala de espera, dejándonos solos e ignorando las llamadas de atención de su amigo. No sé si la desconfianza de Mike se debe a algo en específico o es así con toda persona que conoce, pero debería controlarse un poco.

        ❝Me parece bien,❞ responde Max, en un hilo de voz cansada. ❝Hablar con alguien que no sea Lucas me hará recobrar la cordura.❞

        Ella no puede verlo, pero Lucas reprime una sonrisa. Se acerca a ella y toma su mano.

        ❝¿Estás segura?❞

        ❝Sí. Enid y yo podremos poner en común nuestras visiones y hablar de lo terrible que es la comida de hospital. Estaremos entretenidas. Mientras no juguemos al veo-veo...❞

        ❝No hagas esas bromas...❞

        Ella suelta una carcajada. ❝¡Disculpe, señor diversión-prohibida! Me haré cargo de sufrir en silencio en vez de tomármelo con humor.❞

        ❝Os dejaré mi Supercom.❞ Lucas señala con la cabeza hacia la cómoda junto a la ventana, sobre la que reposa un walkie-talkie. ❝Si pasa cualquier cosa, avísame, Enid, ¿vale?❞

        ❝Sí, claro...❞

        Pasa por mi lado para coger su chaqueta y una maleta de la que sobresale una bolsa de patatas fritas, y antes de marcharse se me acerca para susurrarme algo al oído.

        ❝Seas quien seas, y sepas lo que sepas, por favor, cuídala. No puedo perderla de nuevo.❞

        Al separarse, me fijo en sus ojos cansados, uno de ellos amoratado e hinchado. Le tiemblan los labios antes de mirarla de soslayo y mostrar una sonrisilla triste.

        ❝Hasta mañana, Max. Descansa.❞

        ❝Como mañana vuelvas para quedarte, le pediré a un enfermero que traiga una camilla extra. Se acabó eso de no dormir, ¿te enteras?❞

        ❝Lo pillo...❞

        No deja de mirarme hasta que abre la puerta de la habitación, y la luz refleja en sus ojos oscuros, suplicantes. Al cerrar, el silencio vuelve a nosotras.

        Pero no dura mucho tiempo.

        La mueca dulce que hasta hace unos segundos decoraba su rostro magullado se desvanece, y sus mejillas sonrosadas pierden todo el color que han estado acumulando con las risas. Solo ahora me doy cuenta de que lo ha hecho a propósito, para no preocupar a Lucas; sé que ella también ha estado fingiendo este rato que han estado los chicos aquí. Desde que he hablado de la visión, lo ha estado pensando, y por eso ha estado tan callada.

        ❝Si vas a matarme, hazlo rápido.❞

        El tono de voz de Max es ahora áspero y tembloroso. Permanece aún erguida, porque la manivela de su camilla sigue alzada, y le da un súbito espasmo en el dedo índice izquierdo antes de hacer el intento de mover la cabeza sin resultados. Yo no respondo, sino que me acerco a la ventana para cerrar las cortinas.

        ❝Sé lo que le hiciste a Carol, Enid. Lo vi. Él me lo enseñó. Me lo ha enseñado todo. Si vas a matarme para que no se lo cuente a nadie más te vale hacerlo bien, porque mis amigos van a ir a por ti.❞

        ❝Yo no maté a Carol Perkins.❞

        La falta de luz me impide verla con claridad. Solo puedo escuchar su respiración agitada.

        ❝Hazlo.❞

        Me acerco a la camilla, y alzo la vista para ver a Eddie al otro lado. Él me hace un gesto para que no hable.

        ❝Enid,❞ susurra Max. ❝Sé quién eres, y lo voy a con...❞

        Su dedo índice izquierdo deja de moverse, y el aire que entra y sale de sus pulmones simplemente se desvanece, entremezclándose con el oxígeno de la habitación.

        ❝El tiempo corre.❞ Al otro lado de la camilla, Eddie deja caer un cable que desconozco haber visto, y frente a mí, Maxine Mayfield vuelve a dormir plácidamente.

        Aunque no para siempre.











        Hay una sala de espera muy pequeña junto al ala de pediatría decorada con dibujos de algunos pacientes, donde Beth Ulrich consuela a Dustin Henderson mientras él se traga todo lo que siente, sin importar el daño que eso pueda hacerle a la larga. No sabe cuántas veces ha acariciado su espalda y sentido la extraña textura de su sudadera, pero al apartar la mano, algunas bolitas de algodón se le han quedado pegadas entre los dedos. Beth se sacude las manos y las deja reposar sobre su regazo.

        No puede obligarlo a soltarlo todo. Tal vez, tiene sus propios métodos para desahogarse, y eso no lo puede juzgar. Igualmente, esto es mejor que nada. No han hablado, ni siquiera lo ha saludado al entrar, pero en la paz del silencio no ha hecho falta decir nada para que se entendiera su mensaje. Beth se ha sentado a su lado, primero ha apoyado su mano en el hombro de Dustin para asegurarse de que él estaba cómodo y entonces ha pasado a darle golpecitos en la espalda hasta que se ha visto con más fuerza.

        Una de las luces parpadea cada pocos segundos, oscureciendo una pequeña porción de la sala de espera y trayendo consigo un ruidito estridente que podría acabar con la paciencia de cualquier persona, menos con la suya.

        ❝Gracias,❞ habla Dustin de forma inesperada.

        Aún mira hacia abajo, perdido en el hilo de pensamientos que deben estar atormentándolo, pero escuchar su voz es más que un alivio. Beth se aparta de él, guardando las distancias para no agobiarlo, y junta sus manos dando una suavísima palmada.

        ❝No tienes que agradecerme nada. Esto es lo menos que puedo hacer por ti.❞

        Es esta frase la que hace que él la mire de soslayo, con los labios fruncidos hacia abajo y levemente apretados, acumulando tensión. Beth siente la necesidad de acercarse a él y separárselos con las manos mientras le dice que eso es malo, pero debe abstenerse. En su lugar se echa hacia atrás para apoyar la espalda contra la silla y dejar ir el peso de sus hombros.

        ❝Es solo que...,❞ comienza Dustin, retomando el tema. ❝Tú... ¿Le conocías bien? ¿A Eddie?❞

        ❝Todo lo bien que puedes conocer a alguien en un campamento de metal, siendo cristiana.❞

        Bueno, había hablado con él por teléfono unas pocas veces después del campamento, para contarse sus vidas. Él hablaba de Hellfire mientras Beth escuchaba y luego ella le contaba lo último en noticias sobre su iglesia. Aquella vez en la que le contó que el Pastor Davis había repartido caramelos de miel a los niños que iban a misa fue la llamada más divertida que tuvieron. Ella tuvo que tomar un taburete para sentarse junto al teléfono, de tanto tiempo que estuvieron hablando, y fue la última vez que pasó.

        ❝Le echo de menos.❞

        ❝Seguro que está en un buen lugar, haciendo lo que más le gusta. Jolín, puede que hasta haya conocido a alguno de sus ídolos.❞

        La mueca de Dustin se vuelve tosca.

        ❝¿Cómo puedes creer en algo que no está probado?❞

        Beth se encoge de hombros.

        ❝¿Cómo puedes creer tú que después de la muerte, todo se acaba? ¿Alguna vez has pensado qué pasaría?❞

        ❝Honestamente, siempre que he pensado en qué pasaría si no sobreviviera, me he imaginado una pantallita de «GAME OVER», y luego, un vacío.❞

        Ambos comparten una mirada de complicidad antes de soltar una risita. La luz sigue parpadeando y llevándose consigo la porción de sala que se oscurece cuando la bombilla se apaga, hasta que finalmente se funde y la estática deja de sonar.

        ❝Me gusta más mi versión,❞ admite Beth en voz baja. ❝Es más... esperanzadora, por muy tentador que suene eso de poder vivir en primera persona una muerte como la de Dirk el Intrépido. Qué mal lo he pasado jugando a Dragon's Lair...❞

        Sin darse cuenta, ha estado todo el rato hablándole a la nada, y al alzar la cabeza, esperando encontrarse con una expresión de fastidio en el rostro de Dustin, le sorprende ver que parece más confundido que otra cosa. Una clase de confusión que va más allá de no entender la referencia.

        ❝No mereces estar así,❞ dice, ❝pensando constantemente que debes cumplir unas expectativas para descansar después de la muerte.❞

        Y ahora es ella la que aprieta los labios antes de contestar: ❝Tú no deberías pensar en sobrevivir.❞

        ❝¡Tíos!❞

        Apoyado contra el marco de la puerta, Mike alza su walkie en dirección adonde ellos se encuentran, haciéndoles una señal para que se levanten y salgan de la sala de espera. Ellos se toman su tiempo, y Beth espera a que Dustin se levante y mueva un poco la pierna herida antes de ayudarlo y pedirle que se agarre a ella.

        Afuera, también esperan Will y Lucas, este último con los ojos fijos en el pasillo de escaleras que da a la segunda planta, donde Max está ingresada. Con una llamada de atención, vuelve la cabeza hacia ellos y empieza a caminar dando pasos lentos y pesados.

        Muy a su pesar, Lucas les cuenta que Enid se quedará con Max esta noche, y casi parece que quiera volver corriendo a la habitación por la forma en la que habla.

        ❝Mañana a primera hora, estaré aquí.❞

        ❝Eso. Pasa todo el tiempo que necesites con ella, porque mañana por la tarde vamos a ir a casa de Carol,❞ añade Mike, dando grandes zancadas y mirándolos por encima del hombro. ❝Si ha sido Vecna, podría haber otro portal, uno más pequeño, y terminaremos de confirmar nuestras sospechas.❞

        ❝Y de alejar a Enid de todo este embrollo,❞ murmura Will, con los ojos castaños fijos en la carretera nocturna. ❝Bueno, tíos, yo debería volver a casa. Murray ya nos habrá instalado la electricidad.❞

        A casa. A la cabaña en el bosque.

        ❝Voy contigo,❞ dice Beth; a su lado, Dustin parece extrañado. ❝Estaré bien. Quiero hablar con El sobre todo esto. Puede que sea bueno estar con ella si ocurre algo malo.❞

        ❝Genial.❞ Mike se separa de ellos y mira su reloj. ❝Recordad. Mañana, a las cuatro, en la calle Maple. No lleguéis tarde, y te estoy mirando a ti, pata de palo.❞

        Henderson le enseña el dedo corazón a modo de respuesta, y el grupo se disuelve.

        Por suerte, Jonathan los espera en el coche a unos metros de donde están, y Beth agradece no pasar ni un segundo más al aire libre. Las temperaturas han bajado notablemente de ayer a hoy, puede que por una racha de frío que se acerca, o por el hecho de que el cielo está cubierto de nubes negras que indican que se aproxima una tormenta.

        El mayor de los Byers arranca y enciende la radio, dedicándoles una sonrisilla a través del espejo retrovisor.

        ❝¿Todo bien?❞ pregunta, y su hermano pequeño asiente a modo de respuesta. ❝¿Cómo está Max?❞

        ❝Bien,❞ responde Will. ❝Ha estado haciendo bromas. Casi parece que no haya pasado nada.❞

            I was sick and tired of everything
           When I called you last night from Glasgow. . .

        ❝A ti te gusta Abba, ¿no, Beth?❞ vuelve a preguntar Jonathan. ❝Lo digo, por si vas a reaccionar igual que Enid y vas a saltar del coche en marcha.❞

        ❝Jonathan, ¿vas colocado?❞

        Él frunce el ceño. ❝¡Solo he hecho una broma! No voy colocado, Will.❞

        ❝Soy más de Fleetwood Mac, pero sí, me gustan,❞ responde ella, ignorando la discusión y el comentario.

        ❝Guay, es que encontré esta cinta el otro día y no puedo parar de escucharla. Había olvidado lo buenos que son...❞

        El trayecto es tranquilo, pero Beth no puede evitar mirar de vez en cuando a Will, en manga corta a estas temperaturas. Intenta aguantarse las ganas de preguntarle si quiere su chaqueta, pero es imposible, y termina haciéndolo, mientras, de fondo, Jonathan canta a todo volumen como si estuviese solo en el coche.

        Will la rechaza. ❝Estoy bien. Me gusta el frío.❞

        Y podría haber sido una respuesta como cualquier otra si acto seguido no se hubiese llevado una mano a la nuca.












ENID






        ❝¿Fuiste tú?❞

        La pregunta me pilla por sorpresa, no porque no la esperase, sino porque no es momento para hablar. Eddie y yo acabamos de bajar al sótano del hospital y avanzamos, con cuidado de no tocar o romper nada, hacia el Archivo. No sé cómo no nos han visto y tampoco quiero que lo hagan, así que en vez de responderle sigo andando, como él debería hacer, e ignoro cualquier otra variante de la misma cuestión. ¿Fuiste tú quien mató a Carol Perkins?

        Este pasillo se estrecha más y más a medida que avanzamos, y hemos pasado de ir uno al lado del otro a que Eddie me guíe, porque ha aprovechado el tiempo que he estado hablando con los chicos para asegurarse de que vamos por el sitio correcto. No en cuanto a contenido, por supuesto, pero saber que lo que busco podría estar aquí me hace temblar.

        Mi madre trabajaba en este hospital. La doctora Webster, la más joven que ha conocido Hawkins. Conoció a Howard cuando a él lo operaron de apendicitis y se hicieron amigos hasta que ella enfermó. Los médicos dijeron que era por mí; que yo la estaba matando, y que la única solución era que yo naciera a la fuerza, dos meses antes de mi fecha.

        No salió bien.

        Pero sé que hay algo más que Howard no me ha contado, y los sucesos que atormentan el pueblo de Hawkins desde el 83 no hacen más que darme esperanzas. Puede que las voces no fueran reales y que todo lo que he vivido en este pueblo hasta día de hoy esté borroso en mi mente, pero voy a conseguir averiguar qué ocurrió realmente. Podría descubrirlo hoy mismo, si Eddie dejara de andar como si estuviese pisando uvas.

        ❝¿Puedes aligerar? Van a pillarnos.❞

        ❝A mí ya me tienen hecha la cruz, así que... Creo que sería más problema tuyo que mío.❞

        Una luz se enciende al fondo del pasillo, automática, de un color blanco tan brillante que tengo que cerrar los ojos por un segundo para adaptarme. Bajo el foco hay un cartel que dice «ARCHIVO». Es antiguo, tan antiguo que la placa está oxidada por las esquinas inferiores y hay marcas por todo el panel. Eddie no lo piensa dos veces antes de abrir la puerta como si fuese su casa y sacar una linterna de su bolsillo trasero, con la que apunta a una estantería llena de archivadores.

        ❝Esto es todo lo que hay por la letra W. Wagner, Walker, Wallace, Watson y Wood. Nada de Webster.❞

        ❝Entonces, ¿para qué hemos...?❞

        ❝Sin embargo, he encontrado esto.

        Sin mirar lo que hace, Eddie saca una pequeña carpeta beis de la estantería que tiene detrás y estira el brazo para dármela, aunque no sé si aceptarla.

        ❝¿Qué es esto?❞ pregunto, y puedo escuchar una voz dentro de mi cabeza suplicando que sean buenas noticias. No quiero haber llegado aquí para nada. No quiero haber vivido esa maldita noche en la casa Creel para volver a casa de Howard con las manos vacías y manchadas de sangre. No quiero, no quiero, no quiero.

        ❝Estamos buscando en el lugar equivocado.❞

        Ni siquiera sé en qué momento tomo la carpeta y miro el nombre de la etiqueta, pero lo hago, y siento que el corazón me sube a la garganta. Linda Webster, dice. Es su nombre, pero en comparación con las otras, es finísima; de hecho, creo que solo hay una hoja aquí metida. La saco y le hago una señal a Eddie para que me alumbre.

        La esperanza que tenía se desvanece como la vida en los ojos de alguien que está muriendo, poco a poco, hasta no quedar rastro, porque no son papeles de trabajo, sino documentación médica.

        Un traslado al Laboratorio de Hawkins firmado por Martin Brenner.



▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃


A/N.

holi :)

feliz día de stranger things !!! (otra vez, y ahora atrasado). quería subir este capítulo ayer para terminar el día con el capítulo dos cerrado al completo, pero no me dio la vida, así que aquí está: la peor decisión que he tomado en mi vida

aviso que a partir de aquí todo va cuesta abajo

besitos !!!

palabras: 3800
publicado: 8 de noviembre 2022

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

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