Julio, 1978
Un mes sin Jungkook.
Y Taehyung ahora si había perdido la esperanza por completo. Sabía que su amigo con dientes de conejo y ojitos brillosos no iba a volver jamás.
No podía evitar soltar alguna que otra lágrima mientras caminaba del instituto a su hogar, sintiéndose tan pero tan solo.
Pateaba algunas piedras en el camino de forma distraída. Sin darse cuenta de que una van color negro se aproximaba desde atrás.
Taehyung solo podía pensar en que la policía no estaba haciendo nada bien. Si sabían que todos los desaparecidos eran hombres, de la misma edad y que iban a la misma escuela, ¿por qué no ponían patrullas que vigilaran la zona?
Lo único que pudo sacarlo de sus pensamientos, fue sentir como alguien lo sostenía con fuerza por la parte de atrás, levantándolo un poco del suelo.
Un brazo se enredó alrededor de su cuello, apretándolo con la suficiente fuerza para evitar que respirara correctamente.
Taehyung entró en pánico y lo único que pudo hacer en ese momento, fue morder con fuerza el brazo de su captor mientras pataleaba torpemente con sus piernas.
El hombre que lo sostenía aflojó el agarre de su cuello, jadeando con sorpresa al sentir los dientes del castaño encajados en la carne de su brazo.
El chico aprovechó el momento de sorpresa para liberarse del agarre y comenzar a correr mientras gritaba por ayuda.
Lástima para Taehyung que sus larguiruchas piernas no pudieron llevarlo muy lejos antes de que su captor lo jalara por el brazo y le diera un buen golpe en el rostro.
Y antes de que pudiera gritar de nuevo, un trapo color blanco se posicionó en su rostro.
Después de eso, Taehyung solo vio negro y perdió el conocimiento.