"¿D-De rodillas?" pensaba, confundido. ¿Lo decía en serio?
¿En serio tenía que rogarle de rodillas ser perdonado? Eso era jodidamente humillante, pero pensó que era mejor que tener que gastarse todo su dinero en un perfume caro.
Y de todas maneras, ¿por qué tuvo que encontrarse a Jungkook ahí? Desde luego que no había persona con peor suerte que él. Estaba comenzando a creerse de verdad que su vida era un fanfic cliché de Wattpad.
Había tratado de ignorarlo por todos los medios posibles desde el baile. No sabía de dónde había sacado la confianza para hablar con tanta naturalidad con el chico, probablemente era cosa del alcohol.
Una parte de él pensaba que después de haber hecho aquello en el comedor, el pelinegro no le dirigiría la palabra nunca en su vida (que no le parecía del todo mal), o se cabrería exageradamente con él y le metería una paliza, o algo así. Pero ahí estaba como si nada, era sorprendente para él lo calmado que parecía estar ante su presencia.
Además había entrado sin avisar e interrumpido su sesión de "manualidades". Y encima, al parecer, había roto el perfume de su difunta madre.
¿Cómo era que seguía vivo en ese instante? Al parecer ninguno de los dos estaba en plenas facultades.
Un frío tacto en su espalda, por debajo de su camisa, lo hizo volver al planeta Tierra.
—¿Qué miras? —habló el azabache. Taehyung sintió su cara acalorarse cuando se dio cuenta que estaba con su perdida vista posada en el desnudo torso de Jungkook y apartó su mirada. Este último atrapó con su mano las mejillas del menor y las apretó, acercándolo a su rostro —No te hagas el tímido ahora, te vi entrando con Lucas al baño antes.
—¿...Y qué con eso? —murmuró Taehyung. No sabía si estaba más sorprendido del agarre repentino del chico o del simple hecho de que él sabía que había ido al baño con Lucas. Kook tensó su mandíbula.
—Arrodíllate.
Taehyung dudó por un instante, pero terminó obedeciendo; apartó su cabeza, zafándose del agarre de mala gana y se puso de rodillas. Si pidiendo perdón de rodillas podría salvarlo de esa situación, lo haría sin duda. Los labios de Jungkook formaron una arrogante sonrisa al ver al chico acatando sus órdenes sin rechistar.
—Ya...
—Buen chico. Ahora di —el azabache sostuvo, esta vez con suavidad, el mentón del ruborizado chico. Su dedo pulgar rozaba sus suaves labios.— Perdóname Jungkook por haber hecho este desastre. No se volverá a repetir.
—P-Perdóname por-
—Abre la boca. —Jungkook lo interrumpió. Tae obedeció, con una confusa expresión en su cara. El mayor, quien acariciaba sus labios con el pulgar, introdujo repentinamente este dedo en su cavidad bucal y comenzó a presionar y juguetear con su lengua.
—Este d... desastwe —farfullaba el chico, con dificultad. Kook soltó una risilla al ver como el chico no se rendía y trataba de terminar la frase.
—Hmm... —el mayor pasó su dedo por el relieve de los dientes del chico— Puede que ese subnormal tenga razón.
Jungkook continuó jugando con la mojada lengua de Tae. Este último levantó la vista y se acaloró aún más cuando vio el gran bulto que se marcaba en los pantalones del azabache. La temperatura de su cuerpo subía cada vez más y comenzaba a sentirse bastante mareado.
Taehyung sentía que se iba a morir de la vergüenza, ni él mismo sabía por qué se estaba calentando tanto. Seguro que se veía patético, y el azabache parecía estar disfrutando de eso demasiado.
Minutos después se inclinó hacia adelante, apoyando sus manos en el suelo. El dedo del mayor salió de su boca, un hilito de saliva uniéndolos. Su camisa terminó de desabotonarse al completo debido a su movimiento.
—Mírate. Estás hecho un desastre.
—Ugh... —Tae levantó la cabeza y le dedicó al pelinegro una enfadada, pero a la vez avergonzada mirada. Limpió sus empapados labios con la manga de su camisa.
—Bueno, esto duele como la mierda. —alzó la voz Jungkook, comenzando a desabrocharse el cinturón— No serviste ni para decir una frase de mierda, Kim.
Los ojos de Tae se abrieron como platos al observar cómo desabotonaba tu pantalón y su gran erección palpitaba contra su ropa interior. Era jodidamente enorme.
—Verás, hoy me dijeron algo muy interesante —volvió a tomar el rostro del chico con su mano y lo hizo mirar hacia arriba, cruzando sus mirandas.—"Las bocas de los hombres son más grandes que las de las mujeres"—dijo, tratando de imitar la voz de Lucas, con una mueca burlona en su rostro.—Lo comprobaré contigo.
Tae no sabía que demonios estaba pasando. Su cabeza daba vueltas y no podía pensar con claridad. Bueno, lo único que sabía era que estaba caliente.
No era la primera vez que se sentía así y todo era debido a Jungkook: el idiota que lo había humillado a principio del curso y del que quería vengarse por ello.
Pero el enorme odio y la lujuria que sentía por él eran casi equivalentes.
Jungkook se quitó su camisa. Tae tragó saliva al ver cómo sus abdominales y bíceps se marcaban con sus movimientos. La mano del azabache agarró la tira de su ropa interior y la bajó. Su duro miembro salió con fuerza, como si de un resorte se tratara.
Un jadeo salió por los labios del mayor al haberse liberado de la molesta prenda de vestir. Posó su mano en los cabellos rosados del chico y lo acercó hacia él. Notaba su cálida respiración contra su piel y estaba comenzando a molestarse.
—Ya sabes lo que tienes que hacer. —tomó su miembro con la otra mano y comenzó a masturbarlo lentamente. Lo acercó a sus labios— Lámelo.
Taehyung lo miró a la cara sin expresión alguna. Odiaba cómo sus ojos y su sonrisa soberbia expresaban lo expectante que estaba y también
odiaba admitir que eso le excitaba.
Lo odiaba tanto. Pero en ese momento la balanza se había inclinado hacia el deseo.
Y antes de que se diera cuenta, ya había sacado su lengua y comenzado a lamer el gran miembro del azabache.
Lamía de arriba abajo, pasaba su suave lengua sobre las marcadas venas, lentamente.
Escuchó un gruñido del mayor, quien había estado extrañamente callado desde que empezó. Continuó succionando y lamiendo, algo torpe.
—Oye —habló al fin, con un tono juguetón—Apestas en esto.
Taehyung frunció sus cejas ante su comentario. Detuvo los movimientos de su lengua y abrió su boca. Introdujo el miembro del mayor en su cavidad bucal, con dificultad. No podía con toda su extendión.
Lo sacó y volvió a repetir, esta vez cubriendo con su mano la parte que no llegaba y masturbándolo a la vez.
—Tú... cuidado con los dientes. —habló Kook, pasando la mano por su rosado cabello y colocando un mechón tras su oreja. Estaba algo sorprendido.
—¡Tae! ¿Estás acá? —se escuchó una lejana voz, en la misma planta en donde se encontraban. Taehyung abrió sus ojos y alzó sus cejas con fuerza cuando lo reconoció; era Lucas. Se puso muy nervioso, desde luego que no quería que lo pillara con el azabache ahí, mucho menos en esa situación.
Comenzó a alejar su cabeza, sacando el miembro del azabache de su boca, pero se sobresaltó al sentir el agarre de éste en su cabello, volviendo a atraerlo y metiéndolo de nuevo, esta vez hasta el fondo.
—No te vas a ir de aquí hasta que termine —le susurró, con una mirada amenazante. Tae asintió.
—N-Ngh —Taehyung jadeó cuando sintió la punta del miembro del azabache rozar repentinamente su garganta, causando que sus ojos comenzaran a cristalizarse. El mayor comenzó a mover su pelvis y a sacar y meter su miembro, follando su boca cada vez más rápido. El chico se aferró a los muslos de Jungkook y tan solo se dejó llevar por sus embestidas.
—¿Tae? —se volvió a escuchar a Lucas, esta vez más cerca. Probablemente estaba fuera del baño.
—No está por aquí. —Jungkook alzó la voz, su tono era firme, algo molesto. Tae lo miró, asustado. El azabache lo miró de vuelta y tan solo sonrió. Su expresión se oscureció poco después y sus caderas ralentizaron el ritmo.
—¿Kook? ¿Estás en el baño? ¿Qué, tienes estreñimiento?
—Chistoso tú.
—Hace un momento estaba con Tae. Me dijo que iba al baño pero desapareció. ¿Lo has visto?
—¿Mmh? ¿A Kim? —el azabache detuvo sus movimientos por un instante y agarró con ambas manos el sonrojado rostro de Taehyung, este último clavó sus oscuros ojos en los suyos. Jungkook observó con una mueca enojada cómo su rosada lengua jugaba con la punta de su polla, haciendo círculos. Sus labios estaban enrojecidos y levemente hinchados y su cabello despeinado por su agarre. No pudo evitar maldecir por lo bajo y apartó su vista rápidamente—No. No lo he visto por aquí.
—Bueno. Pensé que estaría por acá.
—¿Ah, sí? —rio amargamente— Puede qu-
Kook aguantó un jadeo de sorpresa cuando sintió cómo el chico volvía a insertar su miembro en la boca y lo humedecía, para luego sacarlo y repetir. Las manos de Tae se escabulleron por debajo de sus propios pantalones y comenzó a masturbarse él mismo. Jungkook tan solo lo observaba, atónito.
¿Qué demonios pasaba ahora con él?
Poco después comenzó a sentir cosquillas en la parte baja de su estómago y sus piernas flaquearon. Estaba a punto de venirse.
—¿Eh? ¿Seguro que no lo has visto? —Lucas volvió a hablar.
—N-No.
Kook inclinó su cabeza hacia atrás, sus azabaches cabellos cayeron hacia atrás como una cascada. Exhaló profundamente, con sus cejas fruncidas y sus ojos cerrados. Ambas manos seguían aferradas al cabello rosado del chico, que continuaba chupando como si la vida le dependiera de aquello.
—Qué extraño... Bueno, nos vemos.—escucharon los pasos de Lucas alejarse.
— ...Mierda—Jungkook sacó su pene de la boca del chico. Soltó un gemido ronco mientras el líquido blanco salía, parte de él cayendo sobre Tae. Él tan solo cerró un poco los ojos, mientras caía semen en su cara.
Jungkook se apoyó en la pared y deslizó su espalda hasta sentarse, agotado. Tae se desplomó también, apoyando sus dos manos en el suelo, estaba entre las piernas del azabache y su mirada baja. Sus respiraciones estaban entrecortadas, ambos sudorosos.
Taehyung pasó su dedo por el líquido de su cara y lamió su dedo con curiosidad. Se quejó al sentir su adolorida mandíbula, pasando su mano por esta.
El azabache lo observaba en silencio. ¿Ese chico era verdaderamente aquel torpe nerd de primero?
Los ojos opacos y adormilados del menor se posaron en los suyos y se acercó a su rostro. Estaban peligrosamente cerca, al punto de que sus agitadas respiraciones se chocaban. Jungkook no se inmutó ante su cercanía esta vez, tan solo lo miraba, con sus cejas fruncidas.
Cuando sus labios se encontraban a un par de centímetros de distancia, el menor se desmayó, apoyando su cabeza sobre el regazo del azabache y cerró sus ojos en seguida. Se había quedado dormido.
Jungkook suspiró profundamente.
Su objetivo desde el principio habia sido destrozar a aquel chico, pero al parecer el único hecho un desastre había resultado ser él.
Habían cruzado la raya. Y tenía el presentimiento de que a partir de ese día nada volvería a ser lo mismo. ¿De verdad acababa de dejar que un pibe se la chupara y no le había dado asco del todo?
¿Qué mierda?
La broma ya había ido demasiado lejos. Ese estúpido hurón estaba poniendo su vida patas arriba y probablemente ni era consciente de ello.