«Nos toca creer en la vida y en sus tiempos.»
— Gun, ¿Crees en las relaciones?
— ¿En qué sentido P'?
— Bueno, las relaciones suelen ser complicadas, más aún cuando una persona es demasiado insegura de sí.
— Oh, vale. — Pensó. — Si lo son, pero sí ambas partes se aman, pueden ir contra viento y marea.
— Yo creo que no es así en todas, siempre alguno de los dos se queda en la orilla y le cuesta avanzar, a pesar de que la marea sea suave.
— Tienes razón. — Tomó la mano contraria que colgaba y se agarró de ella para cruzar la pista de la calle donde pasaban algunos autos. — Mi P' es así, a veces me da miedo de que vaya a tener un bajón muy fuerte y termine con su novio.
— Eso sería triste, si fuera así, tu P' se sentiría culpable siempre y lloraría mucho.
— Así es. — Asintió suave. — Eso me preocupa, a pesar de que él se muestre como alguien seguro siempre, suele ocultar mucho sus sentimientos y al momento de dejarlos salir, se descontrolan.
— Me imagino como se debe estar sintiendo, espero que pronto mejore. — Murmuró esbozando una pequeña sonrisa, acariciando con sus dedos los nudillos delicados y rosas que el menor tenía, el tacto era suave, la paz que Gun contagiaba a Khai era tremenda, ahora ya no querían separarse. — Ya que te estoy acompañando a casa, creo que es buen momento para conocer a tu famoso P'.
— ¡Tienes razón! Tal vez ya me está esperando, me costó mucho hacer que me diera permiso para volver caminando, tiene miedo de que me vaya a pasar algo.
— Él te cuida mucho, ¿No es así? — Caminaron ahora por los callejones solitarios, donde solo pasaban algunas personas y un par de autos, todo tranquilo.
— Sí, me gusta eso, mis papás casi no me prestaban mucha atención. — Suspiró, apretando suavemente la mano más grande. — No sé que hubiera sido de mí sin él.
— No nos hubiéramos conocido, mh, estoy agradecido con tu P' ahora. — Soltaron pequeñas risas, balanceando el agarre que tenían entre sus palmas, cual parejita enamorada.
Khai se sentía cada vez más cómodo al lado de Gun, la compañía al principio era insegura, pero con el paso de pocos días ya no le preocupó aferrarse a aquella amistad, si en algún momento tendrían que separarse lo aceptaría, duela lo que duela, la vida es para sufrir y reír, él ya había experimentado esos sentimientos lo suficiente y quería creer que uno más o uno menos no haría la diferencia, se estaba haciendo el fuerte, cuando en realidad más a fondo de su corazón, reconocía que se encontraba más débil de lo que hace tiempo ya estaba.
Se pararon frente la puerta de madera que daba entrada a la casita de Gun, en la parte superior colgaba una pequeña campanita de adorno y en un costado el botón del timbre que no tardó en ser presionado, segundos después la puerta se abrió dejando ver a un Alfa despeinado y adormilado, la ropa mal puesta que dejaba en evidencia la buena mañana que se habían dado, era un desastre total.
— Pasa Gun, Winnie está durmiendo. — Balbuceó soltando un largo bostezo y sin tomar importancia al acompañante del más pequeño, se dio media vuelta y caminó de regreso por donde había salido, con flojera.
Gun puchereó, mirando a su amigo quién se encontraba tecleando en el teléfono y sin darse cuenta de lo que sucedía en su entorno, era un caso perdido, siempre distraído. — Nos vemos mañana Khai, tal vez otro día te presente a P'Win.
— Oh, está bien Gun, no hay problema, cuídate, ¿Si? Recuerda pasarme la tarea. — Bromeó.
— ¡Bobo! — Reclamó con diversión, agitando su manito en manera de despedida mientras ingresaba de un saltito a su hogar, cerró la puerta no sin antes sonreír para su amigo, mismo que se fue con una sonrisa mucho más amplia.
Al ingresar pudo sentir el aroma a preocupación que Bright soltaba con descaro, de inmediato captó que algo no andaba bien y que pronto podía suceder algo malo, el nombre "Metawin" se pronunció en su mente, deseaba con todas sus fuerzas que nada malo haya sucedido. Ver cómo la pareja sufría era algo que comenzaba a volverse costumbre, pero siempre preocupante puesto que cuando se hablaba de problemas, siempre tenía que ver la estabilidad mental de ambos.
Caminó a su habitación con calma intentando espantar a los pensamientos inquietantes que venían como ráfagas toscas de viento. Se vistió con ropa cómoda y se lanzó a la cama, rodando y jugando entre el fresco edredón de encima que cubría el suave colchón, tomaría una siesta para descansar sus piecitos, había correteado como chiquillo loco el día de hoy gracias a que un Alfa lo persiguió por toda la escuela para hacerle cosquillas, de tan solo recordarlo una sonrisa se pintaba en su rostro con alegría. Khai es un buen amigo.
Bright hacía un gran esfuerzo por calmar el tic de sus dedos que temblaban como gusanillos sobre su estómago, mantenerse calmado no era fácil y mucho menos cuando ya se acercaba el momento para hacer aquel test, sólo tenía que despertarse Win y ya. Después de decidir sobre si se harían la prueba, tomaron una siesta para descansar sus cuerpos y sus mentes fatigadas, pero el que menos descansó fue el castaño, habían contras y altos, claro, la posibilidad de que Win estuviera esperando un bebé suyo era muy alta, así como también muy baja.
Tal vez era un embarazo psicológico. Le rogaba al cielo de que no fuera eso ya que sería mucho más doloroso y difícil de superar. Una persona que no podía tener hijos, pero su mente era tan cruel y embustera que le haría creer que sí había alguna posibilidad para engendrar un pequeño o pequeña, pero al momento de querer comprobarlo sepa que solo vivió en una burbujita de ilusión y anhelo, era lamentable.
— Baii… ¿Por qué estás angustiado? Te puedo sentir a través del lazo. — Susurró un pequeño castaño que frotaba con sus puños los párpados pesados y ojitos adormitados.
— Nada corazón… Sigue durmiendo, ¿Si? — Se acercó para abrazar el cuerpo contrario, pero solo fue alejado.
— ¿Gun llegó?
— Sí, está en su habitación. — Suspiró con suavidad, mordiendo su labio para maltratarlo. — Winnie, si no quieres hacerte el test...
— Me haré la prueba. — Metawin sonrió con ilusión. — Soñé que teníamos un cachorro, tal vez si estoy esperando un bebé tuyo, amor. — Habló con confianza, sentándose en la cama para estirarse y tronar sus huesos tiesos.
— ¿En serio? — Ahora solo podía sentir felicidad en su interior, se levantó de la cama de un salto para correr a la mesita de noche donde la cajita descansaba encima. — Vamos, yo esperaré, puedes demorar lo que quieras. — La angustia se había convertido en alegría de repente con tan solo ver a su novio sonreír, era su medicina, no se cansaría de repetirlo.
El Omega se paró y tomó entre sus manitas la pequeña caja rectangular, observándola con un brillo especial en sus ojos, lleno de esperanza e ilusión que no le dejaba pensar con claridad sobre la realidad, solo deseaba que las dos rayitas se pintaran de rosa indicando que había salido positivo, era lo único que pedía en esos momentos, confiaba en que su cuerpo y su útero no le fallarían de nuevo, no otra vez.
Ingresó al baño y comenzó a leer cada una de las instrucciones grabadas en la caja de cartón, las leyó aproximadamente tres veces para asegurarse de hacer todo bien y tener resultados seguros, lo hizo con demasiado cuidado, cada que terminaba un paso soltaba pequeños chillidos de emoción al darse cuenta de que se acercaba a la última instrucción; esperar diez minutos, diez largos y dolorosos minutos que se sentirían como años para el ansioso Win.
Salió del baño con un pequeño sonrojo y el tubito en mano. Suspiró, sentándose al borde de la cama. — Hay que esperar diez minutos, no sé si pueda amor, no quiero esperar.
— Hay que esperar mi vida, ¿Si? Pasará rápido. — Bright se acercó hasta el cuerpo más pequeño para pararse a la par y agacharse a la altura del menor, besando sus pequeños labios. — Te amo, sabes que sea cual sea el resultado nada cambiará, ¿No? No hay problema si sale negativo, bebé.
— Lo sé… — Susurró. — Pero no quiero perder lo poco de esperanza que me queda, ni matar tus ilusiones, Baii. — Expresó con tristeza en la voz.
Se quedaron callados, ahora solo se abrazaron y contaron cada segundo en silencio, llenos de ansias y cargados de esperanza, hacían el mayor esfuerzo por apartar cada pensamiento negativo y solo centrarse en que todo saldrá bien. Manifestar frases positivas solía funcionar, a veces, pero fallaba totalmente cuando la estabilidad mental de aquella persona estaba dañada, muy dañada, por más de que Win pensaba en positivo, siempre seguiría en si mismo el mal sentimiento.
Bright suspiró nervioso, los diez minutos habían pasado y era hora de darle vuelta al tubo para mirar los resultados, temblaron de miedo, ya no había ninguna otra opción ni podían echarse para atrás, les tocaba afrontar el resultado como una pareja madura. El Alfa le dió la vuelta y su corazón se paralizó, mordiendo su labios con tanta fuerza que el dolor se sintió nada al lado del dolor en su pecho, había una raya, solo una.
— C-creo qué tal vez h-hay que esperar unos minutos más, amor, e-esto suele fallar. — Win tartamudeo, pronto su pecho se cerró y las lágrimas comenzaron a escurrir en silencio, quería aferrarse a la idea de que tal vez la prueba había fallado y solo debían esperar un poco más, no tenía donde más poner los sueños que nunca se cumplirían, ya no sabía cómo cuidarlos y mantenerlos vivos, le dolía, dolía mucho.
— Bebé…
— Baii, tal vez está equivocada, tal vez debemos comprar una más y saldrá positivo… Y-yo quiero que salga positivo… — Los sollozos comenzaban a escucharse por toda la habitación, llevó sus manitos al borde de su playera y apretó con fuerza la tela de algodón, negando varias veces.
— No, Winnie, no saldrá positivo, bebé. — Murmuró. — Fue un embarazo psicológico...
Sin dudarlo ni un poco se abrazaron con fuerza, el pequeño Omega una vez más no podía asimilar lo que estaba sucediendo entre fuertes sollozos y respiraciones agitadas, había apuñalado el poco cariño hacia él mismo por el que trabajó durante meses sin parar, las sesiones con la psicóloga, las vitaminas, el amor con el que había sido cuidado, pronto eso ya no bastaba, sentía su interior seco y solo, su cuerpo era tan defectuoso que comenzaría a odiarse por no cumplir lo que su Alfa deseaba.
Hace unos días el creía que comenzaba a amarse a sí mismo y verse más lindo, cada vez que se miraba al espejo se acercaba para sonreírle a su reflejo, habían un poco más de mejillas, su pancita creció muy poco, pero a comparación de como era antes mejoró mucho, le encantaba como se veía ahora, en su rostro y cuello adornaban pequeños lunares marrones que casi no se notaban de lejos, muy pocos tenían la oportunidad de verlos, sus labios rosas y gorditos, también su sonrisa que dejaba a la vista sus dientecitos blancos crema, se sentía bello, tiempo pasado. La inseguridad una vez más comenzó a apoderarse de si mismo, la tristeza, el rencor hacia su cuerpo junto la mezcla de emociones se volvían un líquido tóxico muy díficil de vencer, este corría por todas sus extremidades, su pecho, su espalda y su cabeza, ocasionando que poco a poco, se vaya debilitando.
— No amor, ya no llores, está bien, ¿Si? Todo está bien… — Bright odiaba ese sentimiento tan fuerte que su pequeño transmitía, odiaba que ese sentimiento sea negativo, incluso deprimía a su lobo y a él mismo a través de la marca, pero un ciego no puede guiar a otro, así que mantener su postura para consolar a Win fue lo único que le importaba a pesar de que él se encontraba de la misma manera.
Pero vamos, sin mentir, él se había ilusionado.
— T-te he f-fa…fallado Baii… — Murmuró entre hipidos, le comenzaba incluso a faltar el aire por los constantes sollozos.
— No lo hiciste, no me has fallado. — Abrazó el pequeño cuerpo entre sus brazos y lo apachurro, repartiendo besos por las mejillas húmedas y saladas de Win.
— Tú querías un bebito… — Balbuceó cerrando sus ojitos con tristeza, usando el cuerpo de su Alfa como su escondite, se avergonzaba de su cuerpo.
— Podemos probar más métodos, mi Winnie. — Intentó calmarlo. — Hay muchos bebés que quieren una familia.
— H-hay muchos b-bebitos que quieren una f-familia… — Jadeó, apretando sus puños con suavidad, sus párpados le pesaban y ardían, ¿Cuánto tiempo ya había pasado llorando? — L-los bebés abandonados necesitan u-una familia… ¿Verdad..? — Susurró, refiriéndose a los niños huérfanos.
— Así es corazón, no hay de que preocuparse. — Sonrió con tristeza. — Cuando nos casemos y vivamos en una casa muy linda y enorme, adoptaremos un bebé, le pondremos el nombre que desees, el que tú quieras, será nuestro hijito.
— Pero t-te he fallado… Una vez más lo hice. — Sollozó.
No tenía ánimos para abrir los ojos, tampoco sentía las suficientes ganas para seguir llorando, después de muchos minutos lamentando, se había deshidratado tanto que las los restos de fluidos eran secos en sus ojos, sus mejillas mantenían ese color rosa intenso por el momento tan desesperado que pasó y el contorno de sus ojitos levemente hinchados, a pesar de que dormía su carita emitía un golpe total de emociones tristes.
Bright se ponía triste con la imagen tan tranquila, pero al mismo tiempo dolorosa de Win durmiendo, era doloroso verlo así, incluso se sintió culpable por insistir con la prueba de embarazo, no se detuvo a pensar que su pequeño tenía depresión y que hostigar con algo imposible iba a empeorar la situación. Soltó un largo y pesado suspiro, sentándose en el borde de la cama para pensar más tranquilo en busca de alguna disculpa o solución.
Su estómago gruñó, supo que ya era hora de comer y no quería despertar a su pequeño Omega, haría lo que pudiera para complacer a Gun y Win, se levantó para poner manos a la obra. Recordó una de las clases que tuvo, ese día prepararon asado de pollo, había sido una de las más difíciles ya que pasó de entradas y postres a un plato de comida completo, ahora lo haría perfecto para sorprender a su pareja, era lo mínimo que podía hacer.
Peló, cortó y picó verduras y papas, las puso a hervir junto al aderezo que ya había aprendido a preparar, puso el arroz en la olla arrocera tal y como le había explicado Win hace meses, cuando apenas iniciaban; aceite, agua y arroz lavado. Después colocó piezas de pollo en un sartén hondo y comenzó a freírlos, puso tres partes, una presa para cada uno que comería, suficiente como almuerzo. Sufrió algunas quemaduras en las yemas de los dedos pero siguió con lo suyo, pronto el aroma a comida recién preparada comenzó a respirarse por el hogar, tanto que un pelinegro ya se encontraba en la puerta de la cocina olisqueando.
— ¡P'! ¿Lo preparaste tú? Estoy hambriento… — Exclamó con felicidad, pero al notar la expresión decaída del Alfa se acercó preocupado. — ¿Pasó algo?
— Winnie, él… Creo que tendrá alguna recaída. — Se sinceró, apagando el fuego de la cocina. — Le pedí que se haga una prueba de embarazo, ya sabes, sus antojos, náuseas y cambios de humor me hacían sospechar de que estaba en cinta.
— Pero salió negativo… — Suspiró, acertando. — Ay… Debe de ser demasiado triste que una persona estéril tenga un embarazo psicológico, su mente le jugó muy feo. — Murmuró, acercándose a abrazar el torso del más alto. — Lo van a superar, P'Win y tú son muy fuertes y valientes.
— Espero que sí… Me preocupa más él, N'Gun, siento que ya he cometido muchos errores en la relación, me siento muy poco. — Murmuró correspondiendo el abrazo.
— ¡Para nada! Tu estabilidad mental también importa, no ocultes lo que sientes, a veces llorar con quien amas es mejor que llorar solo. — Sonrió. — Tú eres igual de valioso como P'Win, ustedes valen mucho, si no tuvieran este tipo de situaciones, ¿Cómo convivirán más adelante? Es bueno aprender los bajos y fuertes en la relación, no digas eso de ti P'Bright.
— N'Gun, parece que has vivido más que yo, de verdad tus palabras son muy reconfortantes. — Sonrió un poco, separándose para empezar a servir la comida en platos.
— Solo digo la verdad P'. — Puso los individuales y cubiertos en cada sitio, sirviendo agua hervida en vasitos. — Iré a despertar a Winnie, quiero darle besitos.
— Pero no muchos eh, me pongo celoso. — Bromeó, sintiéndose un poco más animado.
Tenía razón, sentía que de tanto cuidar a Win estaba dejando de lado lo que él sentía, lo cual era malo pues las emociones negativas podía transmitirlas a su novio, no quería eso, tampoco quería estar más triste, comprendía que si se quedaba sin llorar solo para no afectar al amor de su vida sería mucho peor, pues había miedo en compartir momentos tristes y felices. Solo intentaba no minimizar los problemas que tenían, algo así como; "opacar" lo que sentía el otro.
La ironía de la vida; quién no lo quiere, más lo tiene, quién más lo quiere, menos lo tiene.
Bright ama con su vida a Win, daría todo por el lindo Omega, que con su risa de conejo, su linda y pequeña nariz, sus ojitos, su aroma, su cuerpo y sus preciosos sentimientos había logrado enamorarlo en un mes. Él al principio creía que solo sería pasajero, pues la sociedad ya había impuesto de que para que dos personas se enamoren había un tiempo mínimo para que lo hagan, cosa que no era cierta. Se dió cuenta cuando cada mañana al despertar ansiaba por que el día finalice para poder pasar un precioso momento con Win, cada día lo amaba más y más.
— Huele rico… — Se escuchó la voz del Omega mayor.
El Alfa sonrió y se acercó a dar un beso fugaz en los labios contrarios. — Lo hice para ti, para que veas lo mucho que te amo. — Susurró, notando como los ojitos de su pequeño, por décima vez en el día se cristalizaban. — Si vamos a llorar lo haremos juntos, tú y yo somos un equipo unido, siempre tendremos dificultades, bebé, pero eso no debe separarnos jamás, ni dejarnos caer.
— Ya me siento mejor… — Susurró, subiendo su pequeñas manos a las mejillas de su Alfa. — Y todo es gracias a ti y a Nong, pero sé que tú también te sientes mal, puedo sentirte, te conozco como a la palma de mi mano, Baii, quiero que llores conmigo y te levantes conmigo, no me ocultes tus lágrimas solo porque creas que me sentiré mal, es evidente que estaré triste pero... — Sonrió con dulzura, sintiendo pequeñas lágrimas pasearse por sus mejillas. — Lo estaré más si sé que te estás reprimiendo, mi amor, no lo hagas más, ¿Si?
— No lo haré más. — Con sus pulgares limpió las gotitas de las mejillas suaves. — Te lo prometo.
— Bien, ahora aliméntame, Alfa bonito, quiero probar tu sazón.
— Pero no te burles, ¿Si? Tal vez no me salió muy bien. — Abrazó con cuidado la cintura más pequeña, comenzando a dar piquitos por el rostro que lo volvía loco.
— Eso no importa, yo comería todo lo que tú prepares, aunque fuera tierra, solo porque eres tú quien lo hizo. — Rió bajito, mordiendo suavemente el labio inferior de Bright.
— Te amo…
— Yo más a ti.
«El conflicto es una oportunidad para crecer, donde la forma importa tanto como el fondo.»
Nota de adapta-autora:
¡Hola, bamboos!
Debo decir algo, yo también comería tierra si lo prepara Bright xd.
(Chiste malo para alivianar el ambiente triste de este capítulo)
Sé que demoré mucho en publicar, lo siento, pero ojalá la espera haya válido la pena... Prometo que después de la tormenta saldrá un bonito arcoíris para nuestros protagonistas :)
StarSanz04.