El destino que nos une [+18]

By Lachicaderizos_

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Alexander Spencer. Frío, calculador y mujeriego. Él es uno de los hombres más poderosos e influyentes de Ingl... More

Capítulo 1: ¿Despedida?
Capítulo 2: Maldito jefe
Capítulo 3: Princesita
Capítulo 4: El cafecito
Capítulo 5: Una comida entre amigos
Capítulo 6: ¿Celos?
Capítulo 7: Un reencuentro inesperado
Capítulo 8: Reunión de follamigos
Capítulo 9: Recordando viejos tiempos
Capítulo 10: Explosión de sentimientos
Capítulo 11: Una pijamada llena de confesiones
Capítulo 12: Intento de declaración
Capítulo 13: Una secretaria muy competente
Capítulo 14: La fiesta
Capítulo 15: Una noche inolvidable
Capítulo 16: Confesiones
Capítulo 17: El tanga perdido
Capítulo 19: Besos con turbulencias
Capítulo 20: Un despertar placentero
Capítulo 21: Un problema "muy" grande
Capítulo 22: Surfeo, amor y celos en Italia
Capítulo 23: ¿Odio, amor o atracción?
Capítulo 24: La gala
Capítulo 25: Verdades ocultas
Capítulo 26: Una ladrona muy elegante
Capítulo 27: Una cena familiar
Capítulo 28: Una última oportunidad
Capítulo 29: ¿Qué es lo que sientes?
Capítulo 30: Competencia desleal
Capítulo 31: ¿Fuiste tú?
Capítulo 32: No me dejes
Capítulo 33: Bienvenida, amor mío
Capítulo 34: Una familia de locos
Capítulo 35: Miedos ocultos
Capítulo 36: ¡SORPRESA!
Capítulo 37: Un viaje de pareja con una familia entrometida
Capítulo 38: El mal acecha
Capítulo 39: Traición del destino
Capítulo 40: Herido
Capítulo 41: La verdad de Katherine
Capítulo 42: Secuestrada
Capítulo 43: Desesperación
Capítulo 44: El fin de una pesadilla
Capítulo 45: Ajuste de cuentas
Capítulo 46: El juicio
Capítulo 47: Decepción
Epílogo
Extra: Un nuevo comienzo
Saga Hermanos Spencer: Una noche y un destino

Capítulo 18: Intentando despegar

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By Lachicaderizos_

Pov: Katherine

Me encuentro en el taxi de camino al aeropuerto, son las 8:00 AM y me estoy muriendo de sueño. Una vez el taxi me deja en la entrada, me bajo recogiendo mi maleta y me dirijo a dentro. Me fijo en el tablero en el cual se anuncian todos los vuelos, y veo que el mío se ha retrasado dos horas, por lo que al ver que me sobra tiempo suficiente me decido por ir a una librería que vi cuando pasaba.

Al entrar en la librería saludo a la señora sonriente que está en el mostrador y rápidamente me conduzco por las estanterías mirando algún libro que llame mi atención. Buscando entre todas las opciones que hay y encuentro uno que me convence, así que lo tomo y voy a la caja registradora donde se encuentra la amable dependienta de antes que me atiende muy alegremente, parece una amante de los libros como yo.

- Uff, y que hago yo ahora.- dije una vez salí de allí, guardando primero el libro en la maleta.

Sin saber que hacer empecé a caminar por los pasillos del aeropuerto sin rumbo concreto, como si fuera el mismísimo Casper hasta que vi una cafetería y decidí entrar. Fui al mostrador y aunque acababa de desayunar apenas hacía media hora, mi apetito se volvió abrir al ver tantos dulces desde cupcakes hasta bollitos rellenos de crema y chocolate.

- ¿Señorita?

- ¿Eh?- le dije al camarero mientras despertaba de mi ensoñación.

- ¿Qué va ordenar?

- Ahh, pues...quiero un café con leche y un bollito de chocolate.

- Ahora mismo se lo sirvo.

En menos de cinco minutos ya tenía mi consumición en una pequeña bandeja en la que me había depositado todo. Así que la agarre entre mis manos dándole las gracias y me dirigí a la primera mesa que encontré, pero justo antes de sentarme escuché a mis espaldas

- ¡Katy!

¡Dioss no, esa voz no!, no digo que odie al dueño de ella pero si él me estaba llamando eso quiere decir que el imbécil ese no anda muy lejos de aquí. Así que me hice la sorda y me senté como si nada ocurriese aquí. Pero mi tranquilidad poco duro ya que a los pocos segundos de sentarme tenía a Asher delante de mí.

- Katy

- ¡Ah, hola!- me hice la sorprendida, ya que no quería confesarle que acababa de ignorarlo completamente.

- Te estaba llamando ahora mismo, para que vinieses a sentarte con nosotros.

Fíjate tú que sentarme con "vosotros" es lo que menos me apetece ahora...

- Ehh- ¡piensa una escusa!, ¡piensa una escusa!- Muchas gracias por la invitación y eso, pero no quiero molestar y...

- ¡¿Molestar?!, tú nunca molestas... es más ¡¡tu presencia nos agrada!!, eso si- dijo acercándoseme de repente.- A algunos más que a otros.- dijo finalmente para finalizar con un guiño y una de sus sonrisas de pillo .- ¡Venga!, vamos ya.- dijo recogiendo mi bandejita con mi suculento aperitivo.

Y nada más me di la vuelta me fijé en que los otros tres hermanos habían estado prestando atención a nuestra conversación, pero al ver que yo me di cuenta de su cotilleo giraron rápidamente sus rostros. Lo que menos me apetece ahora es acercarme a allí, pero veo tan ansioso a Asher porque vaya allí que creo que a la próxima que se acerqué lo que se va a llevar va a ser a mí subida en su hombro como un saco de patatas, como hizo hace menos de una semana el imbécil de su hermano.

Así que me levanto de mi silla y agarro mi maleta y me empiezo a acercar a su mesa, como un niño en su primer día de colegio, o sea a punto de querer tirarse por la ventana.

- Buenos días.- digo hacia los cuatro hermanos.

- Buenos días.

- Siéntate aquí a mi lado Katy.- me dice Asher contento, palmeando el asiento que hay entre su hermano mayor y él. Ahora mismo estoy preguntándome porque su madre, después de parir a cuatro gilipollas, unos con más dosis que otros, no parió a otro más para no tener que sentarme yo allí. Una vez me siento uno de mis jefes, concretamente Edward me dice

- ¿Preparada para Italia, Katherine?

- Sí.- le dije de lo más segura de mí misma.

- ¿Habrás traído el bikini preparado, no?- me dijo Asher, mientras yo comía mi bollito. ¡¿Es que nadie me puede dejar en paz, para poder comer mi dulce manjar?!, Aquí van a empezar a rodar cabezas...

- Por supuesto.- dije mientras bebía de mi taza de café.- ¿Pero tantas ganas tienes de verme con él puesto?

- No tranquila, solo quiero asegurarme de que lo traes. Ya que contigo me parece que Italia va a empezar a arder de "celos".- dijo remarcando con una sonrisa.

- Mm, pues a ver si hay suerte y me ligo a algún italiano...- ante lo que acabo de decir me acabo de fijar en que he captado las miradas de los cuatro hermanos, en concreto la de uno, que se joda... Yo sigo comiendo mi bollito felizmente, el cual casi me he terminado ya, cabe decir que el café estaba buenísimo, mi estómago sigue siendo un pozo sin fondo.

- Señorita Katherine.

- Dígame señor.- le digo levantando la cabeza para mirarlo a él.

- Creo que está de más decir que este viaje es de NEGOCIOS, como lo dice la palabra, así que espero no encontrarla por ahí perdiendo el tiempo por el que le pago.

- Señor, yo creo que también está de más decir que no soy un caniche enjaulado y que también necesito que me saquen a pasear y si el que lo hace es un buen italiano, le aseguro que estaré encantada. Y no se preocupe que cuando lo haga va a ser cuando acabe mi jornada laboral.- ¡que se joda!- Además el sexo se disfruta más por la noche, lo se por experiencia propia.- y esa fue la gota que colmó el vaso ya que se levanto rápidamente furioso empezando a dar ordenes como hace cada vez que se cabrea como una mona.

- ¡Nos vamos!

- ¡Pero si aún queda para embarcar!- dijo Asher quejándose.

- Me da igual, levántate o llegaremos tarde.- dijo saliendo de la cafetería.

- Joder, ya te vale Katy. Acabas de ponerlo como una mona.

- ¡Si aún va a ser mi culpa que este en sus días!- dije indignada, ya que era totalmente cierto. Ante mi respuesta los tres hermanos empezaron a reír.

- Vamos si no queremos que empiece a armar más espectáculo.- dijo Andrew levantándose de su asiento seguido de nosotros.

Una vez pasamos el control de seguridad y facturé mi equipaje no sin antes coger mi libro y mi mochila, ya que parece ser que los hermanos ya habían facturado y ya habían dado su billetes en uno de los mostradores de la terminal, concretamente en el de los pasajeros de primera clase. Me dirigí con el billete que me acaba de dar Asher al mostrador, mientras me esperaban los tres hermanos, y rápidamente me atendió un chico muy guapo y muy majo.

- Buenos días, señorita.- dijo dándome una sonrisa reluciente.

- Buenos días.- dije devolviéndosela.

- Billete.- me dijo por lo que se lo di.

- Mm, se va a Italia.

- Sí, así es.

- Motivos personales, religiosos, amorosos...

- No, simplemente son negocios.

- Que pena, los viajes de negocios nunca dan tiempo a disfrutar nada.

- No, a ver si hay suerte y mis jefes me dejan disfrutar algo.

- Espero que si, con lo amable y hermosa que se ve usted deberían dejarla.

- Oh, muchas gracias...Dani.- le dije mirando su placa donde indicaba su nombre, como si fuera un perro.

- No hay de que.- pero justo cuando dijo eso sentí un tirón de alguien en la cintura acercándome hacia el pecho del susodicho, y no era nada más ni nada menos que el rottweiler, lo que me faltaba...

- Se puede saber porque tarda tanto es mirar unos malditos billetes.- le dijo al trabajador matándolo con la mirada

- Señor, esto lleva su tiempo. Tengo que hacer observaciones al cliente para ver si es apta para viajar.

- Ah muy bien, ¡¿y por eso hace falta que te la comas con la mirada?!.

- Señor, me parece una falta de respeto hacia la hermosa señorita que me acuse de algo que yo no he hecho.

- Mira, maldito niñato. Como no acabes de una vez te juro que te rompo los dientes.- la amenaza debió cagarlo de miedo ya que rápidamente se gira hacia mi y me dice

- Pasaporte o DNI.- por lo cual le tendí el pasaporte rápidamente. Éste lo verificó y deprisa me lo tendió diciéndome con su mejor sonrisa.

- Que tenga un buen viaje señorita.

- Igualmente, Dani.- pero mi jefe no me dejo terminar ya que cogió mi maleta y empezó a arrastrarme hasta las puertas de la salida de embarque, y aún así después de cruzarlas me arrastró hasta donde se encontraba el avión.

- Pero..., ¡quiere frenar un poco!- le dije mientras cruzábamos la pista de aterrizaje hacia las escaleras del avión.

- Sube.

- Mira...- me gire para empezar a reclamarle, pero el muy cabrón ni puto caso me hizo, ya que me cogió de las piernas y me subió a sus hombros.

- ¡Oye!, ¡bájame!- dije sacudiendo las piernas, pero el nada, ignorándome.

Una vez acabó de subir las escaleras me dejó en el suelo y por fin pude ver todo con claridad, así que me gire hacia él y dándole mi peor cara de odio me senté en el primer asiento que vi, dejando mi mochila sobre mis piernas, ya que menos mal que me dio tiempo a cogerla antes de arrastrarme como un huracán.

La verdad, no me esperaba que Alexander se sentase a mi lado, justamente junto a la ventana. Así que como me niego a aguantar todo el viaje a este imbécil, rápidamente me pongo de pie con la intención de irme lo más lejos posible de él. Pero con solo verme las intenciones me agarra de la cintura y me echa hacia atrás volviendo a sentarme, pero esta vez permanece con el brazo ahí sin querer soltarme. Me revuelvo intentando soltarme, pero nada. En una de estas me acerca a él y me dice al oído.

- Katherine, estoy muy cabreado ahora mismo, así que como se te ocurra volver a levantarte y escapar de mí, te juro que te amarro a la silla. Pero no lo vas a hacer, ¿a que no?

- No...

- Bien.- dijo alejándose un poco de mí pero sin deshacer el agarre. De un momento para otro ya están aquí los hermanos del rottweiler. Edward y Andrew se sientan delante nuestra hacia nosotros, y Asher se sienta en los asientos que hay en la parte izquierda, justo al lado de donde está mi asiento.

- Hermano, tanta prisa tienes por llegar.- dice Asher.

- Con lo que hablas, si me descuido perdemos el avión.

- ¡Pero si aún queda media hora para despegar!

¡Ay Asher!, me parece que aún no te haces idea de lo loco que está tu hermano...- pienso para mí.

- Cállate de una vez, pareces un niño pequeño.- dice Alexander

- ¡¿Yo?!, ¡Yo no soy el que anda como un puto perro marcando territorio!- dice Asher

Rottweiler. Mi jefe no es un perro cualquiera, mi jefe es un rottweiler. Pero no voy a decir nada, eso lo dejaré para el día que se muera. En su entierro yo seré la que diga las últimas palabras, mientras se está retorciendo. JAJAJA, esa risa me ha quedado muy maléfica.

Uff, ya estoy hablando conmigo misma...la edad, que se le va a hacer... el tío que tengo al lado me vuelve loca, pero loca en el sentido de querer matarme, yo en la vida me enam... ¡Noo, nunca!

- Mira payaso, ya estoy muy cabreado como para que me vengas a tocarme tu las narices. Así que o te callas o a ti también voy a partirte la cara.- dice Alexander.

- Uyuy, el abuelito me acaba de amenazar. Mira como tiemblo, UHHH- dice Asher burlándose de su hermano, por lo que Alexander se levanta con ganas de matarlo así que antes de que ocurra una desgracia digo

- ¡Quieren estar los dos quietos de una santa vez!, ¡Se comportan peor que unos niños en un patio de colegio!- estos dos al ver que la que está furiosa ahora soy yo, rápidamente paran y se quedan sentaditos en sus asientos.

Al ver que los dos se han callado, abro mi mochila y saco mi preciado libro, que estoy deseando leer. Ante la mirada de todos, hago como si nada ocurriese y me empiezo a sumergir en mi mundo. Hasta que...

- ¡Alex!...

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¡Hasta aquí el capítulo de hoy!

¡Nos vemos muy pronto amigos!

Besosss.

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