GHOST ▪︎ [YiZhan]

By Teddy_bear04

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Haber nacido con una habilidad espiritual, no era la cosa más bonita del mundo. Era una tortura y un fastidio... More

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Final

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By Teddy_bear04

Con pereza y enojo, despertó de su merecido descanso.

— Xiao Zhan-ge — llamaba el pequeño fantasma.

— ¿Qué quieres? 

— Recordé algo.

Y eso fue suficiente para que el pelinegro despertara por completo.

— ¡¿Qué recordaste?!

— Un lugar.

Zhan se sentó en su cama para levantarse, pero su mirada fue a parar directamente a su reloj.

— ¡¿No pudiste esperar a que por lo menos saliera el sol?! ¡Son las cuatro de la madrugada ShengCai! — reclamó.

— Oh... Entonces volveré después — comentó el menor desapareciendo.

El mayor soltó un rugido de frustración y volvió a acostarse hasta que su despertador sonara a la hora indicada.



Por otro lado, un pequeño fantasma, comenzaba a recorrer aquella calle de su recuerdo, le había tomado algo de tiempo encontrarla, pero al fin pudo hacerlo, estaba oscuro, y habían cosas diferentes, pero definitivamente esa era la calle que recordaba. Miró a su alrededor y siguió contando hasta encontrar aquel callejón.

Se recordaba a sí mismo corriendo y entrando a ese lugar. Levantó su mirada y allí habían unas escaleras, no recordaba eso, más bien, solo sabía que se había escondido en ese lugar.

— Se siente... Demasiado raro... Falta algo... ¡AAAH! ¡¿POR QUÉ ESTAR MUERTO ES TAN DIFÍCIL SEÑOR DE LA CREACIÓN?! — reclamó con frustración.

— Quiero encontrar a mi hermano y decirle que no lo odio... Yo no lo odio, nunca lo odié, y jamás lo odiaría... Por favor deja que mis recuerdos vuelvan y así poder encontrarlo, solo quiero encontrarlo... — habló con tristeza y agachando su cabeza.

— Pobre chico...

— Escuché que no recuerda nada, ni siquiera como murió...

— Es una pena que haya muerto tan joven, míralo... Apenas era un estudiante.

— Así funciona la vida, así es cuando la muerte llama, cuando te toca ni aunque te quites, y cuando no te toca, ni aunque te pongas... Lastimosamente a él le tocó, y no hay nada que alguien pudiera haber hecho para evitarlo, ese era su destino...

— Pues que destino tan cruel.

Era lo que comentaban los entes que podían ver al joven fantasmita caminar por los alrededores.







ShengCai... ¿Un callejón? — susurró el mayor.

Pues, unas horas más tarde, ya estaba frente al lugar que el pequeño castaño recordaba.

— Sí... Yo llegué corriendo aquí... Y antes había un contenedor de basura, y me escondí atrás — señaló el lugar donde se encontraba el contenedor en sus recuerdos.

¿Entonces estabas huyendo de alguien?

El menor le dijo una mirada entrecerrado un poco sus ojos.

¿No lo sabes verdad?— ShengCai negó.

— Eso fue lo único que pude recordar... ¿No es de mucha ayuda cierto? — preguntó, con una leve expresión de pena.

Tranquilo... Al menos esto, es una pieza del rompecabezas. Tranquilo, ya recordarás más.

El fantasmita asintió desanimado.

Vuelve a casa, yo iré a trabajar.

Nuevamente asintió, y cabizbajo comenzó a alejarse hasta desaparecer.

— Ok. Comienzo a empatizar contigo niño... Te ayudaré a encontrar a tu hermano.








Nuevamente, y como ya era de costumbre, se encontraba en su escritorio realizando su trabajo, pero, por más que intentaba concentrarse en las palabras escritas en aquella hoja que sostenía en sus manos, no podía. Un hombre había entrado a la oficina de su jefe desde hace más de media hora, y aún no salía... Qué era de lo que tanto hablaban, ahora sí tenía curiosidad, ahora sí quería saber.

Estaba tan sumido en sus propios asuntos, que cuando la puerta de la oficina se abrió, se llevó un pequeño susto. Soltó las hojas y presionó el pequeño botón.

— Secretario Xiao...

— Señor.

— Despeje mi agenda el día de hoy por favor, tengo algo importante que hacer. Y puede retirarse a la misma hora que los demás, ya no voy a volver.

— ¡Pero señor-

— Házlo — fue lo único que respondió antes de alejarse.

Suspiró.

No sabía si podía fiarse del nuevo, pues, el hombre solo había llegado y decir, "Vengo a ver a Wang Yibo" no dio su nombre ni ningún tipo de información. Y cuando llamó al castaño, este solo le pidió dejarlo pasar.


















— Desde ese día no he tocado nada, todo está tal cual y cómo lo dejó.

Fue lo que dijo abriendo la puerta de una habitación dejando ver todo en su interior.

— ¿Era... Muy ordenado?

— Aunque no parezca — respondió el castaño asintiendo con una pequeña sonrisa.

— Ya veo...

— ¿Hay... Hay algo que esté mal? — preguntó al ver el rostro del detective.

— Por más ordenada que sea una persona... Por más incómodo, extraño y con miedo que se encuentre... No va a encontrar ni tiempo y no va a tener cabeza como para dejar su habitación perfectamente ordenada... Si dice que no tocó nada, entonces por qué la habitación se ve así de impecables.

Yibo abrió sus ojos con sorpresa. Lo que le había tomado diez años a la policía descubrir, este detective lo había descubierto en minutos.

— ¿A qué-a qué... Qué trata de decir?

— Es una suposición... Pero, sin contar el hecho de que me dijo que cree que fue asesinato y no suicidio... Alguien vino a ordenar todo, para conseguir algo, o para destruir evidencia.

Wang Yibo tragó saliva con dificultad y dejó que su espalda chocara contra la pared del pasillo. Soltó un jadeo y sus manos fueron a apagar a su cabeza. No lo veía, pero el hombre ya había entrado a revisar con detenimiento.

— Como ya le dije, es una suposición. Deme unos días para revisar la información más a detalle... Aquí hay cosas que, o la policía ignoró o simplemente encubrió — comentó mientras abría el armario.

Mi los diez años que le tomó a la policía, la única noticia que lo había puesto tan mal como ahora, había Sido cuando recibió aquella llamada. Esa llamada en la que le informaron en la que su hermano menor se había quitado la vida.























— No podríamos aplazar está reunión para el día de mañana. El señor Wang se encuentra indispuesto en este momento, su salud es un poco delicada... Entiendo, comprendo la importancia de esto pero-... Está bien, intentaré que el presidente firme los documentos... Sí, sí, gracias — dijo cortando la llamada.

Maldita sea Wang... ¿Qué era más importante que está reunión ah? — maldijo por lo bajo mientras volvía a marcar al teléfono del mayor.

Buzón de voz.

— Wang, no sé que era más importante que la firma de contrato con UBC. ¡Pero al menos contesta el maldito teléfono!

Levantó la voz de con frustración cortando la llamada y levantándose de golpe para comenzar a recoger sus cosas. Debía ir a recoger ese contrato e mejora su nueva excusa para librar a su jefe y su empresa de comentarios mal intencionados y que amenacen con la integridad de ambos.

¿Qué era más importante que esto? Hay millones de dólares y reputación en juego y tú simplemente lo desplazas a segundo plano. Pero es que claro, aquí tu secretario que siempre tiene que andar resolviendo tus problemas. Voy a volverme loco, voy a volverme loco, voy a-

— Zhan-ge.

— ¡¿QUÉ?! — gritó dándose la vuelta solo para ver cómo las personas que pasaban por ahí se lo quedaban mirando.

Miró disimuladamente hacia su costado y allí pudo ver a ShengCai mirándolo con una leve expresión de confusión. Sus dedos fueron a parar al puente de su nariz y soltó un largo suspiro.

Puso la mejor sonrisa en su rostro y miró a sus compañeros de trabajo.

— Por favor, continúen con sus trabajo, no me presten atención — estos asintieron alejándose.

— ¿Y a ti qué te picó o qué? — preguntó el menor mostrándole su entrecejo fruncido.

ShengCai, amablemente voy a pedirte, que no me hables por ahora... — susurró antes de comenzando a caminar hacia la salida.

— Uy... Amanecimos de malas — comentó y suspiró siguiéndole el paso.











ShengCai miraba atentamente al pelinegro a su lado, era tan buen mentiroso, que si no lo hubiera visto hechando humos hace unos momentos, podría decir que estaba perfectamente tranquilo. En cuanto entraron a aquella empresa la mueca de desagrado y enojo que mostraba fue cambiada automáticamente por una ligera sonrisa y un rostro calmo.

— No se preocupe secretario Xiao, entendemos perfectamente la situación del presidente, es una persona de palabra y muy honesta, si dice que se encuentra delicado de salud, entonces así es. Vaya tranquilo, pero asegúrese de que lea y firme el documento.

Zhan realizó una reverencia, agradeciendo por la comprensión.











Un par de horas después, Zhan llegaba a la casa del castaño. Estaba solo, ShengCai lo había abandonado diciendo que antes de morir por segunda vez a manos de él, preferiría ir a asustar gente. Y así era como se encontraba, frustrado, enojado y curioso. Sin permiso abrió la puerta principal de la casa y caminó hasta la sala, donde su paciencia llegó la límite.

Wang Yibo sentado en el piso, desaliñado, sirviéndose otro vaso de whisky y tomándolo como si fuera agua. ¿Así que esto fue el otro asunto importante?

Caminó hasta la mesa y sobre esta,  estrelló con furia las carpetas que sostenía en sus manos.

— ¡WANG YIBO! — gritó haciendo que el mayor se sobresaltara y derramará un poco de alcohol en el suelo.

Con su mirada caída miró lo que había hecho para luego pasar su vista al recién llegado.

— ¡Hey! ¡Yo te conozco! — señaló.

"Dios yo siempre he sido un buen hijo... ¿Pero era necesario que pongas a prueba mi paciencia desde que trabajo con este hombre? "

— ¡¿Este era tu asunto importante Wang?!

— Aaa... Sip.

— ¡¿Esto es enserio?! ¡¿Sabes la boba excusa que tuve que ponerle al presidente Dao para que justificar tu ausencia?!

— Eee... Nope.

— ¡Es que tú... AAHG!.

Se dio la vuelta agarrando su cabello frustrado, volvió a voltearse y vio como el castaño realizaba un ligero puchero.

— ¿Qui-quieres? — preguntó extendiéndole la botella de alcohol.

El pelinegro respiro profundamente. Sonrió hipócritamente tratando de calamares y tomó las carpetas y un bolígrafo. Se acercó al mayor y le arrebato la botella ganándose una queja.

— Tú y yo nos arreglaremos después, ahora firma. Necesito llevar esto al presidente Dao — dijo entregándole los documentos.

— ¿Por qué? — cuestionó mirándolo con unos ojitos de cachorro.

— ¡No preguntes solo firma! ¡Sabías perfectamente que hoy se realizarían las firmas con UBC y aún así preferiste venir a beber!

— Pero no te enojes — pidió en un tono suave y arrepentido.

Tomó el bolígrafo y abrió un poco sus párpados, intentando enfocar su vista en las hojas. Y firmó.

Zhan tomó los documentos y salió de la casa, dejando a un Wang Yibo perdido en sus recuerdos. Segundos después, se levantó del frío y duro suelo, y caminó hasta su habitación. Se sentó en el filo de la cama y estiró su mano hasta la mesita de noche, abrió el último cajón y volvió a sacar aquella foto.

Si yo hubiera estado esa noche buena contigo... Aún estuvieras aquí conmigo... ¿Verdad pequeño?

















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