breakup with your girlfriend...

By abramsheim

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"se que no está bien, pero no me importa". Milo quiere a Sienna. Sienna tiene novio. Milo quiere que Sienna d... More

inicio.
1. la tentación.
2. honeypie
4. los puntos débiles.
5. buen mentiroso.
5. illicit affairs.
7. secreto.
8. señales.
9. tócame.
10. daydream.
11. cruel summer.
12. cowboy like me.
13. el pasado de Sienna.
14. the way i loved you.
15. i think he knows.
16. el padre de Sienna.
17. caos
18. Sienna y su mamá.
19. i drink wine.
20. complex.
21. take on me.
22. afterglow
23. like i can
24. dangerous.
25. august.
26. don't blame me.
27. yours.
28. memories
29. la desaparición de Sienna Rogers.
30. Sienna y su hijo.
31. confusiones.
32. the ones i love.
33. false god.
34. i knew you were a trouble.
35. my tears ricochet.
36. can i go where you go?
37. hrs & hrs.
38. unholy.
39. car's outside.
40. somewhere only we know.
40. II
41. love on the brain.
42. goodnight n go.
43. big fish.
44. milo pov.
44. sienna pov.
45. my everything.
46. video games.
47. too good to be true.
48. anti-hero.
49. sweet nothing.
50. mastermind.
epílogo.
milo manheim & sienna rogers.
extra #1.
extra #2.

3. debilidad.

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By abramsheim

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-No creo que sea así.

-Sienna, ni siquiera podías coordinar izquierda y derecha, así que creeme, es así- se quejó Milo, mientras intentaba enseñarle a cambiar de paso de forma más natural.

Sienna odiaba fallar, odiaba ser mala en algo, por lo que ese comentario no le cayó para nada bien, la castaña entrecerró los ojos hacia el, gruñó.

-Bueno, no actúes como si eres don perfecto- retrucó- te tienen muy arriba solo porque fuiste a dancing with the stars.

Milo se cruzó de brazos.

-Aun así, sigo siendo mejor bailarín que tú y además, soy quien te da las clases, así que por favor, escúchame.

Volvieron a repetir el paso juntos, pero la chica tropezó, iniciaron de nuevo, ató su cabello en una coleta rápida, y resopló, frustrada.

-Esto no funciona.

Llevaban al menos una semana y media, intentando que Sienna hiciera perfecta la coreografía, el problema es que, no conectaba con la idea de la escena, podía hacer los pasos bien, pero aún estaba muy tensa e incluso, parecía darle miedo soltarse.

-Para ti nada funciona- dijo Milo, secándose el sudor con la toalla- escucha Sienna, nada va a funcionar si tú no te dejas llevar.

Sienna tenía mucha presión por parte del director, tenían que filmar ya esa escena, más la presión que ejercia sobre si misma, más la presión de qué su papá podía tener razón sobre su futuro como actriz y a su vez, la idea de que Milo era su profesor.

Eran las diez de la noche y no habían logrado un solo avance.

El set estaba casi vacío en su totalidad, habían un par de guardias de seguridad, algunos rezagados de utilería o vestuario, parte del equipo detrás de cámara y luego estaban ellos.

La música volvió a empezar, ya que sentía que le iba mejor escuchando la canción de la escena, pero no duró mucho, antes de que pasaran cinco minutos, Sienna se quejó porque Milo la había pisado accidentalmente.

-No te hubiera pisado, si estuvieras yendo al tiempo de la canción- el pelinegro también estaba bastante estresado.

Sienna lo miró indignada.

-Tu me pisas- lo señaló- ¿y aún así la culpa es mía? no me jodas.

Milo negó con la cabeza, apagando la música:-Esto no va a ningún lado, no puedo trabajar así.

-¿A dónde vas?- inquirió cruzada de brazos, viéndolo ir hasta donde el bolso deportivo negro estaba.

-A mi casa- respondió obvio, colgó su bolso del hombro- ha sido un día muy difícil y se nota que no quieres seguir trabajando.

Quiso avanzar pero ella se puso frente suyo, todavía con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

-¿Yo no quiero seguir trabajando? es tu culpa que tus métodos de genio no funcionen.

-No va a funcionar ningún método va a funcionar para ti- dijo harto- por eso nuestras escenas hay que repetirla millones de veces, porque no te relajas ni un poco.

-Si estoy relajada- mintió.

Milo soltó una risa sarcástica.

-Estas tan relajada, que llegamos aquí a las siete y son las diez y veinte y no hemos avanzado nada. No aceptas mi ayuda, es obvio que esto no va a funcionar.

-¡Intento relajarme! ¡para ti es fácil porque básicamente es tu día a día!- reclamó, el la miró sin entender- actuar como si te comieras el mundo, como si fueras no se- lo miró de arriba a abajo- el chico más lindo del mundo. Para ti es fácil porque así eres.

>>Quizás, no es mi culpa. Quizás es que tú no sabes salir de tu burbuja y enseñar a personas con una personalidad distinta a la tuya.

Milo se señaló sorprendido:-¿Es mi culpa? Tu no intentas siquiera aplicar alguno de mis consejos. Ayudan a varios, pero justamente a ti no, porque hay que diseñar un plan específico para que la princesa se sienta bien.

Ahora Sienna estaba enojada.

-No hay que diseñar un plan específico, pero quisiera que al menos te pusieras en mi lugar.

-¿Que lugar?- preguntó divertido- la única razón por la que nada avanza, es porque eres una estirada- soltó molesto también- lo único que quiero es ayudarte y aún así vienes con tu ceño fruncido y te quejas de todo. Estás de malhumor todo el tiempo, no es mi culpa ni de nadie en el set que seas una mal follada.

Los ojos de Sienna enrojecieron, apretó sus labios en una fina línea, asintió y comenzó a tomar sus cosas también, Milo se arrepintió de sus palabras, intentó detenerla, pero ella se soltó.

-Sienna, lo siento...no debí hablarte así.

-Eres un imbécil- masculló- tienes razón, esto no va a ningún lado, soy una mal follada, y ya no tienes que ayudarme con esto, igual nunca te lo pedí.

Milo intentó hablar, pero Sienna abandonó la sala de ensayo, azotando la puerta.

[...]

Sienna esa noche no pudo dormir bien.

Milo tampoco.

Pasó una larga semana más, y aunque ambos le mintieron a Josh, diciéndole que todo iba genial en el ensayo, la verdad era que, no se hablaban en lo absoluto, Sienna lo ignoraba por completo y el también.

Pero un buen miércoles, cayó una tormenta, justo el día en que grababan escenas al aire libre, por lo que él y Sienna, se vieron obligados a quedarse en el tráiler de vestuario y maquillaje, hasta que la lluvia pasara. Ambos estaban sentados muy lejos del otro.

Los estilistas se habían ido antes de que la tormenta iniciara, prometiendo que volverían para terminar de alistarlos, pero, se les hizo imposible por el gran ventarrón que caía afuera. Sienna jugaba con sus dedos, manteniendo la mirada baja y los labios fruncidos en un puchero de molestia, gesto que hacía inconscientemente.

El silencio se hizo pesado, mientras que Milo veía constantemente por la ventanilla del tráiler, notando que seguía lloviendo y de hecho, un gran trueno hizo que Sienna se asustase.

La chica, que era demasiado orgullosa para su propio bien, habló por primera vez, sorprendiendo a Milo, quién la miró fijamente mientras lo hacía.

-Yo puedo ser una mal follada, pero tú eres un idiota de todas formas- se encogió de hombros, sin mirarle. Milo sonrió de lado.

-¿Eso es una disculpa?

-No, se me ha ocurrido después de la discusión y no quería quedarme con las ganas de decírtelo.

De nuevo, el silencio se apoderó del pequeño cubículo, Sienna se puso de pie echándose en el sillón, mirando de frente a Milo, que estaba con una camisa de botones, con los tres primeros fuera de su respectivo lugar.

-No debí llamarte mal follada- admitió el, dándose la vuelta, apoyado de la pared del tráiler- estaba estresado ese día y...- se encogió de hombros- supongo que los ánimos no estaban en su mejor momento.

Sienna asintió, alzando las cejas.

-¿Es un disculpa?- se cruzó de brazos, mientras colocaba su cuerpo hacia adelante, en un ademán que denotaba que no estaba segura a qué se refería.

-Si, lo es- admitió, el pelinegro tenía aún su pulsera de oro alrededor de su muñeca, sus anillos y la cadena de plata alrededor de su cuello, sin cubrir- lo siento por hablarte así.

-Lo siento por haber sido insoportable- admitió a duras penas- se que... no he sido cooperativa, me presiono mucho y saca lo peor de mi. Lo siento.

Milo le sonrió sin mostrar sus dientes.

-Podemos empezar de nuevo- ofreció- prometo encontrar una forma de ayudarte, a ti, introvertida. Pero, tú tienes que prometer estar abierta a mis sugerencias y no frustrarte a la más mínima cosa.

Sienna se puso de pie, torciendo su labio, avanzó hacia Milo, extendiendo su mano, el chico la tomó estrechandola.

-Trato- aceptó Sienna- voy a intentar no ser insoportable.

-Y yo no ser idiota- eso la hizo sonreír genuinamente. Un trueno sacudió el tráiler, haciéndola sobresaltar, le daba mucho temor los truenos y rayos, era un pánico que tenía desde niña- hey, no pasa nada. Es solo un trueno.

-Lo se- suspiró, intentando relajarse- ¿crees que nos iremos pronto de aquí?- preguntó, yendo a mirar a través de la ventanilla- no veo nada.

-No creo, ve, aún está lloviendo.

Ella suspiró, volviendo a su lugar en el sillón de cuero falso, mientras que Milo se sentaba a su lado, ambos se quedaron, por tercera vez, sumidos en un gran silencio, que resultaba un poco incómodo.

-¿Quieres jugar guerra de pulgares?

Sienna se encogió de hombros, acomodándose de lado, para poder jugar cómodamente. Lo que comenzó como una partida sin ánimos, terminó siendo una guerra real. Sienna no había ganado ni una sola partida y estaba comenzando a exasperarse.

-Eso es trampa- exclamó Milo, cuando ella se puso de rodillas en el sillón, intentando con todas sus fuerzas aplastar el pulgar, Milo se carcajeó- es trampa, Sienna.

-Cállate- dijo ella emocionada, mientras avanzaba más, hasta cubrir el dedo de Milo- ¡vamos carajo!- rió, haciendo que inevitablemente, el la dejara ganar- ¡por fin! ¡por fin gané!

Milo iba a hablar, cuando un gran rayo iluminó el lugar, haciendo con un gran estruendo, que las luces se apagaran, ella por el calor del momento, perdió el equilibrio, cayendo muy cerca de Milo.

El lugar quedó completamente oscuro, mientras el golpeteo de las gotas contra el techo, era lo único que se escuchaba, en esa asfixiante oscuridad.

-Milo...no te rías de mi- pidió bajito, sin saber dónde se encontraba el chico, si se había puesto de pie o se había ido- pero, tengo miedo.

-Ya...- calmó el suavemente- no tengas miedo, estás aquí conmigo y no pasa nada, déjame encender la linterna del móvil.

-Está bien- se notaba que estaba nerviosa, miraba hacia los lados, mirando la completa oscuridad que los abarcaba- apresúrate.

Sintió los movimientos en el sillón, la luz de la linterna se encendió, haciendo que cuando Sienna se giró, se encotnrase con el rostro de Milo, muy cerca suyo, no se habían dado cuenta de lo cerca que quedaron, cuando Sienna perdió el equilibrio.

Los ojos de Sienna, denotaban pánico, pero se calmó un poco, al ver cómo los de Milo, parecían estar en absoluta tranquilidad. Apenas podían verse, ya que el desvió la linterna hacia otro sitio, pero aún estaban muy cerca, demasiado.

El corazón de Milo se aceleró y la respiración de Sienna se agitó.

-¿Por qué estás tan nerviosa?- preguntó en un susurro. Ella quiso decir que era por la lluvia, pero lo único que salió de sus labios, fue un torpe conjunto de palabras.

-No lo sé...- la mirada de Sienna bajó hacia los labios de Milo, las mariposas no tardaron en aparecer, haciéndola sentir estúpida por ello- ya dejó de llover.

Milo asintió, sin dejar de mirarla.

-Podemos irnos ya.

-Podríamos- corrigió ella, de forma no intencional- pero... quizás no hay luz en el resto del set...- inventó torpemente.

-Cierto- siguió la corriente Milo, el móvil de Milo quedó apoyado de una de las mesas de maquillaje, iluminando un poco más el pequeño lugar- Sienna, ¿quieres practicar algo que te hará soltarte más?

Di que no.

Di que no, Sienna.

Sal de ese trailer ahora.

Ahora Sienna tenía mucho calor, tragó grueso, la chica asintió, mientras que una sensación distinta, se alojaba entre sus piernas, recorriendola en escalofríos, en distintas secciones, como sus muslos, sus caderas, sus brazos.

-Si.

Milo se acercó a ella, recostandola del sillón lentamente, la chica respiraba con dificultad.

-Tranquila...- murmuró él, queriendo dirigirse hacia su cuello, ella sintió el peso del chico sobre su cuerpo, pero antes de que pudieran hacer algo, algo que pudiera salir mal.

Toques en la puerta los interrumpieron.

-¡Chicos! ¡la tormenta terminó! vayan al comedor, ahí hay luz de emergencia, hasta que corrijan todo- avisó Jeff, el jefe de seguridad.

-¡Ya vamos!- exclamó Milo, levantándose, tomando el móvil, miró a Sienna, sin poder explicar que había sucedido, ni como pasaron de estar discutiendo, a lo que sea que casi sucede- ¿vamos?

-Claro.

Sienna estaba aturdida, cuando llegaron con los demás, Blake se apresuró a ir hacia donde ella estaba, abrazándola con fuerza.

-¿Estás bien?- preguntó el castaño- se cuánto le temes a las tormentas y a la oscuridad, debiste tener miedo- sostuvo su rostro, con evidente preocupación.

Sienna le restó importancia, sin mirarle directamente.

-Si me dió miedo, pero tenía linterna- dijo fácilmente- dame un abrazo- el la volvió a abrazar, mientras que Sienna miraba detrás de el, su mirada se conectó con la de Milo, que estaba sentado no muy lejos de ahí.

El chico no sabía cómo descifrar esa mirada en Sienna, y tampoco sabía, como olvidar esa sensación, de estar casi arriba de su cuerpo.

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<3

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