"El líder de central ha venido a ver a Alex"
Andrey se impactó cuando Erick le dio la noticia. Su mente quedó en blanco y no encontró explicación razonable para lo que estaba sucediendo.
¿Qué podría querer el alfa de la manada central con Max? ¿Qué mierda está pasando? ¿Y por qué todo lo extraño se relaciona con Max?
Es como si fuese un imán de terribles acontecimientos simultáneos que simplemente no terminan.
Solo así se dio cuenta de algo; Siempre que Max esté en el ojo del huracán, habrá cosas extrañas sucediendo, y de solo pensarlo, a Andrey le tiemblan las manos de la rabia, nada de esto tiene sentido y ya está harto de tener que tratar de adivinar las mentiras de Max, está en el límite, tiene demasiadas preocupaciones en mente como para seguir cayendo en más y más mentiras.
Quiere llegar al fondo de todo el maldito asunto y aclarar las cosas con Max antes de que las mentiras se vuelvan aún más grandes.
Así que, impaciente, molesto por el hecho de ver a su alfa sufrir por mentiras, avanza un par de pasos más hasta llegar a la puerta de madera y escucha murmuros que provienen desde adentro, pero incluso si sabe que interrumpir de esa manera cuando allí hay un alfa de manada, es grosero, pero no le importa, y sin pensarlo dos veces abrió la puerta de par en par, la puerta se azotó con fuerza contra la pared y Andrey mostró una mirada de total desconfianza en contra de Max en cuanto sus miradas se cruzaron.
—¿Andrey? —Max, quien se encuentra sentado sobre una cama matrimonial separada de Fletcher, pega un brinco en su lugar al escuchar el ruido provocado e instintivamente se siente nervioso, sus músculos se tensan y su corazón amenaza con explotar del susto. —¿Q-que sucede? —Tartamudeo nervioso.
Sus instintos aún yacen alborotados, es inevitable no asustarse, más cuando cabe la posibilidad de que su conversación haya Sido escuchada por el soldado. De ser así, sabe que sería despreciado horriblemente por mentir con respecto a la muerte de Tulipan...
—Eso mismo me preguntó —Gruño. Pero antes de que pudiese procesar lo que estaba pasando, quedó anonadado... Ese, ese en la habitación de Max, no es un alfa...
No es lo que esperaba encontrar.
El chico que se reúne con Max no es un alfa, no tiene una musculatura ostentosa, ni es alto, no emite feromonas y sus hombros son pequeños y delgados al igual que sus brazos, realmente, no es intimidante, más bien, es pequeño y lindo...
Es un Omega, uno poseedor de una belleza franca y provocativa.
Una luna...
—¿Quién es usted?
Pregunto Andrey con la voz fuerte, sin dejarse intimidar por alguien con una posición mayor a la de él, incluso si era el esposo del alfa, no tiene el derecho de irrumpir de este modo en la habitación de Fletcher tan obstinadamente. ¿Quién se cree que es?
—¿Por qué ha venido? Este lugar está restringido a visitas.
Se adentró en la pieza y sus botas produjeron sonido fuerte que provocó un escándalo.
Escándalo que Azur, no tolera.
—Deberías dirigirte a mí con más respeto — Murmuró el chico con un acento ruso.
Y Andrey se irritó, detesta a los rusos. Los rusos le causan problemas, son los más difíciles a la hora de sacarles información. Después de pelear con muchos durante toda su vida, les tomo cierto... Desprecio.
Azur, qun estando de espaldas hacia Andrey, no se movió, no se inmutó ante el escándalo, simplemente guardo la calma sabiendo que la guardia que está justo detrás de Andrey, lo protege.
No tiene miedo. Sabe que si expulsa feromonas, los seis miembros de su guardia personal llegarán en un instante y no dudarán en hacer daño. Incluso sí les cuesta la vida, pelear contra el equipo Ghost.
Pero, Azur es egocéntrico, incluso si sabe que la ventaja no está de su lado, no lo demostrara. No es idiota.
Así que con más calma, se levanta y se da la vuelta. La primera impresión que le daría a cualquiera, ver a tal ejemplar sería; Magnífico.
Incluso siendo Omega, mantiene una expresión nula, no hay sentimientos en su rostro, y sus ojos azules como el mar, permanecen fríos, casi como el hielo.
Es inexpresivo, hermoso y frío.
De piel blanca, cuál porcelana y cabello puro similar a un hermoso copo de nieve.
Sencillo, frívolo y refinado.
—¿Es así como en Antonov tratan a sus invitados? —El Omega hablo con la voz fría y le miro directo a los ojos y le sostuvo la mirada sin temor a repercusiones. ¿Qué era un soldado frente a una luna? —¿Siempre porta tan pésimo carácter, Capitán Ryabinsky…?
—¿Cómo es que usted... —El nombre de uno de los soldados más importantes e intimidantes del jodido contiene permanece totalmente en secreto, incluso muchas personas en Antonov son incapaces de conocer el nombre del hombre que los mantiene a salvo. Nadie que no cuente con un cargo suficientemente alto, tiene acceso a sus datos personales. —... Sabe mi nombre?
—El equipo Ghost ha completado 63 misiones exitosas para Central. Debo admitir que gracias a usted nos hemos deshecho de molestias... innecesarias. —Hizo una pausa luego de hablar con egocentrismo y siguió imponiendo su autoridad diciendo con aires superiores:—Soy la luna de central.
Su voz fue igual de fría, no hay nada comparado a su voz tan helada como el hielo. Aun así, Andrey no aparta la mirada, incluso si es ante la luna Central, la sostiene, sea la luna de Central, el puto alfa o quien quiera que sea, no tiene el derecho de estar en ese lugar.
Pero después de un tiempo, razonó. Más cuando el Omega le miro fijamente y levantó una ceja con cierta molestia, y si no quiere comprometer las relaciones entre Antonov y Central, deberá comportarse con mejor carácter.
Incluso si no fue su culpa, no puede dejar que algo como una batalla de poder, que claramente perdería, termine afectando a Fletcher y a la manada.
Suspiro derrotado y se rindió ante el poder y la posición de una luna, ablando la mirada y luego la pego directo al suelo agachando la cabeza.
—Le pido disculpas luna, creí que el alfa Matías había venido a visitar a Fletcher. Debido a que es un momento delicado para su salud, no permitimos el acceso a nadie a esta zona.
Fue blando en su hablar, cordial en toda la extensión de la palabra y se mostró tranquilo. Ahora que sabe que tanto Max como Fletcher están fuera de peligro, pudo dejar la hostilidad y el orgullo de lado.
Aunque, el desvanecimiento de su hostilidad no fue durante mucho tiempo.
—Matías está muerto. Los muertos no visitan heridos —La manera en la que lo dijo... Sin titubeos, sin miedo a repercusiones, provocaron que Andrey se sintiera ligeramente incómodo.
No es como si la muerte del un bastardo sádico le importara, pero... ¿Entonces quien es ese Omega, y que hace aquí? Y... ¿Por qué nadie en el jodido mundo les avisó sobre la muerte de un alfa de manada? Son noticias que suelen correr demasiado rápido, pero ahora... Ahora ese Omega viene y dice que Matías está muerto y que ahora es líder.
¿Cómo mierda le hizo para que nadie se diera cuenta del cambio de mando...?
El soldado se sintió curioso, dijo:
—¿Puedo preguntar... Quien es usted? —Con la mirada aún clavada en el suelo y el orgullo ligeramente herido, hablo.
Y Azur, le respondió.
—Me volví pareja de Matías antes de su muerte, soy el nuevo líder de Central —Su tono de voz es tranquilo, extrañamente paciente y relajado. Es como si nada le pareciera interesante, se muestra aburrido. Pero de igual manera imponente. —Este es digamos que mi debut en la sociedad.
—¿Cómo es que nadie lo supo? —Impactado por una noticia como esa, Andrey, quien suele ser alguien respetuoso, se mostró descuidado y sus palabras fueron torpes.
Aun así, la voz neutral, acompañada de más palabras increíbles, lo confundieron.
—Yo lo mate. Fue hace más de diez meses, —Confeso —El mundo no necesita a un jodido sádico, así que hice lo razonable, y lo mate. Nadie se enteró porque yo así lo decidí. ¿Alguna pregunta más? —Esta vez, la voz ese Omega transmitió fuerza, es como si dijera abiertamente; Tengo el completo control de la situación, ahora cállate.
Cuando Andrey guardo silencio y se mostró dócil, los ojos de ese Omega se volvieron diabólicos, se arquearon entre un extraño sentimiento de felicidad y su rostro mostró una espeluznante y corroída sonrisa llena de ego y victoria.
Como si el hecho de tener casi de rodillas al mejor soldado del siglo fuera algo divertido, se mostró conforme y observo con detenimiento desde arriba, justo como le gustaba hacerlo.
Max, quien permanece en silencio, anonadado por la presencia y carácter de un Omega claramente dominante, guarda silencio y observa detenidamente.
Mientras tanto, Andrey siente que es una clase de Omega que jamás ha visto, no hay temor en su corazón, no hay arrepentimiento en sus palabras, no se doblega ante el miedo, te atrapa, te engatusa y te destruye.
Es un Omega que ha vivido el infierno en carne y hueso, de eso está seguro. Nadie en el puto mundo llega a ese nivel de frialdad sin antes haber cruzado el infierno caminando...
Aun así, este Omega se ve increíblemente débil, escuálido, y ante sus ojos, pareciera que incluso si respira cerca, puede romperse, ¿Cómo alguien así puede matar a un alfa con una musculatura cuatro veces mayor? ¿Un hombre como Matías en serio murió por causa de un Omega?.
Andrey Ryabinsky, quien apoya incondicionalmente la igualdad de género entre alfas y omegas, se muestra totalmente fascinado con la existencia de una persona así.
Incluso si ahora casi está de rodillas frente a él, no se siente ofendido, ni un poco, por lo contrario, su mente explota en preguntas que, al parecer, jamás serán respondidas.
Además de que está fascinado con la idea de que ese alfa hubiese muerto, ese bastardo de Matías se estaba volviendo egocéntrico y arrogante simplemente por ser la conexión de comercio central entre todas las manadas del continente, pero ahora el Omega se ha deshecho de él...
No podría estar más feliz con la situación.
—No tengo ninguna pregunta más, lamento mi comportamiento. Solo cumplo mi deber.
Esperando un pronto retiro del Omega, Andrey simplemente le pone fin a la conversación fría entre ambos.
Y Azur lo entendió, debía irse, no hay nada más que hacer.
—Bien... —No perdió mucho tiempo, se movió de su lugar y se acercó lentamente al soldado, los tacones hicieron ruido nuevamente y Andrey levanto la mirada cuando escucho los pasos yendo en su dirección con pasos de modelo
Debido a que estaba más concentrado en el incidente, no presto tanta atención al Omega como debía, y por primera vez, puede observar la vestimenta tan elegante y delicada que lleva, el Omega viste de hermosas ropas dignas de una reina imperial
Cómo sacadas de un cuento de hadas surrealista.
Chalina de seda en color blanco ligeramente transparente, eso, combinados con su peinado con el que muestra únicamente un ojo, y guantes blancos en color marfil, lo hacen ver misterioso, varonil pero delicado y sobre todo; hermoso. Un ejemplar albino tan hermoso...
[Tac, Tac, Tac]
Resonó en seco el tacón contra el suelo, fueron únicamente unos cuántos pasos hasta que llegó junto a Andrey, cuando estuvo lo suficientemente cerca, levanto su mano derecha, y con el dedo índice, aún cubierto por un fino guante en marfil, tocó la barbilla del capitán Ryabinsky y la levanto ligeramente.
El dedo enguantado se perdió entre la barba oscura del soldado y sin perder mucho más tiempo, todos los dedos de su mano ya se encontraban sosteniendo su barbilla.
Le miro a los ojos desde muy abajo, el tamaño en comparación es abismal, pero el poder y el estatus son totalmente lo contrario.
Fue como ver a un pequeño cachorro de pantera bebé mordiéndole la pata a un gato doméstico sabiendo que su presencia basta para estar seguro.
Luego de que el Omega le observará con detenimiento durante un buen rato, hablo:
—Si le pidiera unirse a mi guardia... ¿Accedería?.
La pregunta se lanzó como una bomba de tiempo. Andrey sabe bien que si no la contesta debidamente, puede ofender al Omega imponente frente a él. Así que suspira, agarra un poco de aire y dice:
—Lo siento, rechazara gentilmente su oferta, luna central, le soy fiel a mi Alfa... —Hablo Andrey mientras sentía como los dedos de ese Omega no se alejaban de su barbilla.
Era como si quisiera sentirlo más sin ganas de soltarlo. Le miro con detenimiento, está seguro de que observa las cicatrices de batallas pasadas sobre su cuello y brazos, así que el sudor frío no tarda en bajar.
Incómodo, se mantiene, no le gusta que lo toquen, detesta el contacto físico, quiere ser soltado a la de ya, pero lo soporta mientras traga saliva con ferocidad.
Luego, finalmente su rostro fue liberado de un toque extraño y finalmente la tensión desapareció.
—Entiendo. —No perdió mucho tiempo, volteo y miro a Max dejando de prestarle atención al Alfa y dijo —Piénsalo, si no accedes, no tendrás otra oportunidad como está. Doce horas... Tic, Tac.
Se dio la vuelta, y con un extraño sentimiento cercano a lo inmoral, se despidió del hombre que le sacaba casi veinte centímetros de altura.
—Fue un honor poder conocerlo, Capitán Ryabinsky...
Y se marchó...
El sonido de un tacón de aguja fue lo último que escucho de él antes desapareciera.
Cuando supo que estaba únicamente en compañía de Max, se dio la vuelta y observó a su equipo y a Erick, mirándolo con detenimiento con cierta impresión en el rostro.
Luego, carraspeo y todos desviaron la vista a excepción de Erick.
—Vigilen, tengo una pequeña charla pendiente con "Alex..."—El Capitán Ryabinsky cerró la puerta justo frente a él, se dio la vuelta y con pasos largos y pesados, se aproximó al Omega sentado sobre la cama.
El Omega le miro desde abajo, sintiéndose chiquito mientras veía desde como a la distancia Andrey se acercaba y se sentaba en la silla para visitas. Su rostro no parece expresar sentimientos claros, mantiene una mirada serena mientras las venas en sus brazos y en su frente resaltan llamativamente.
Metió la mano debajo de su chaleco Antibalas, se apresuró y saco un sobre grueso de color naranja un tanto arrugado y rasgado, para luego arrogárselo justo sobre las piernas de una manera enojada.
—Así que Max... ¿Qué tanto tienes para decir? —En cuánto el Omega escucho su propio nombre invadir sus oídos, se tensó.
Su mandíbula tembló incontrolablemente ante el nerviosismo. Sus pequeñas y delicadas manos, lastimadas y amoratadas, temblaron notoriamente ante el temor de ser despreciado.
Su corazón se apachurró.
Su respiración se sintió pesada y sus músculos parecían no dejar de contraerse una y otra vez.
—Yo... Y-yo...
—No tienes que ponerte así... Scott me contó lo que sucedió, bueno, solo lo que sabía.
El gran alfa llevó sus manos nuevamente a su chaleco Antibalas, únicamente que esta vez lo quito y lo dejo caer, por un lado. Se peinó un poco la barba y se recargó cómodamente en la silla mientras ponía su tobillo derecho sobre su rodilla doblando su pierna en forma de escuadra. Se vio imponente, como esperando una respuesta de manera aterradora, como si el simple hecho de sentarse así dijera; ¿Qué esperas? Habla.
—¿Scott te lo dijo? ¿Cómo es que ustedes...? —Max, al igual que muchos, que no saben la relación que tienen esos dos alfas como amigos, se mostró confundido. Muy confundido...
—Lo salvé de morir y me devolvió el favor dándome eso —Señalo el sobre —Escuche lo que sucedió, y aunque me siento molesto por qué no nos dijiste, te daré la oportunidad de decir la verdad. Todas las mentiras que has dicho... Debes decirme que está sucediendo, de lo contrario no podré hacer algo para sacarnos de esto.
—¿Por qué me das la oportunidad de decir la verdad? ¿No estás molesto? —Murmuro con la voz apagada —Es mi culpa que Fletcher haya Sido lastimado. Por mi culpa él fue lastimado...
—Si, no negare que tienes un poco de culpa en esto, pero torturándote de esta manera no solucionas nada. Llorando y deprimiéndote así, no solucionas nada, culpándote una y otra vez no solucionas nada. Solo empeoras tu propia situación y te hundes aún más, ¿No es así? Las mentiras, todas y cada una de ellas, nos trajeron hasta este punto. Es hora de decir la verdad...
Max asintió con la cabeza, sabe que ya fue suficiente de mentiras, sabe que todo lo que ocasionó fueron tragedias derivadas de una serie de mentiras que uso para salvarse a sí mismo, pero ahora, ahora esas mentiras lo han hecho caer, lo han derribado y lo tienen de rodillas haciéndolo llorar.
Ya es suficiente de todo esto.
—Mentí sobre mi nombre... Mentí sobre el padre de mi hijo, mentí sobre el hombre que me buscaba... Pero no mentí sobre lo que siento sobre Fletcher, lo juro...
Su voz se rompió en cuanto su corazón se apachurró debido a la tristeza. Jamás fue su intención mentirle a Fletcher, solo que no lo conocía, no sabía que podía confiar en él y decirle que estaba huyendo de Decker. Creyó que Fletcher únicamente actuaba lindo para obtener una confesión sobre su identidad para luego arrojarlo a Nyx de nuevo.
Pago amabilidad con mentiras... Y eso, eso lo carcome por dentro.
—Yo estaba huyendo de la manada central, Decker quería que borraran la marca que había hecho, pero borrar la marca implicaba asesinar a mi lobo.
—Por eso...
—¿No tengo lobo? —Murmuro con la voz perdida —Sí. Ellos me lo arrebataron, ellos me quemaron el cuello y asesinaron a mi lobo. Ellos dijeron que Decker quería deshacerse de mí, no podía con la idea de haber Sido abandonado, así que por miedo adopte una identidad nueva esperando rehacer mi vida. ¿Puedes culparme por eso...?
El capitán Ryabinsky negó ligeramente con la cabeza dándole el beneficio de la duda y luego dijo:
—De haber estado en tu lugar, habría hecho lo mismo. Aun así, estuviste con Fletcher durante muchos meses, él demostró ser digno de confianza. ¿Por qué no le dijiste la verdad?
—Creí que él me odiaría...
—¿Por qué creíste eso? ¿Acaso no te demostró suficiente amor incondicional? Él te ama de una manera irracional, confía en cada palabra que le dices, ¿Por qué no fuiste capaz de hacer lo mismo? —Regaño recordando con claridad el olor a sangre que derramaba Fletcher mientras era atacado por Decker. Es una imagen que jamás saldrá de su mente...
—Tenía mucho miedo —Sus ojos no soportaron el peso de sus propios actos y se humedecieron —Creí que si descubría la verdad me abandonaría, no quería ser desechado nuevamente... No podía con la idea de ser despreciado por Fletcher. No puedo, duele demasiado —Mientras Andrey observo con mirada pacífica, Max derramó lágrimas debido al peso de sus acciones. —Él me odiará...
—Él jamás te odiaría, él te ama.
—Él me odiará cuando sepa que me iré...