Hay una pequeña cicatriz en las costillas de Pete, una que es casi invisible y la cual Vegas cree que ni el mismo Pete es consciente de que está allí, siempre se entretiene besándola como si pudiera hacerla desaparecer con sus besos, la besa arrepintiéndose de todo el daño que le ha hecho al chico entre sus brazos. Y aunque Vegas piense lo contrario, Pete sabe que esa cicatriz está allí, esa pequeña marca es casi reverencial para él, sabe que alguien "normal" odiaría lo que significa, pero era diferente para él, sabe que Vegas se tortura con lo que pasó y aunque sea retorcido le gusta la idea de llevar una parte del otro en su piel para siempre, cada vez que ve esa cicatriz recuerda el tacto de las manos de Vegas en su piel y quema de una forma agradable, haciéndole desear más, siempre quiere más cuando se trata de Vegas. Al ver esa marca sabe que todo es real, que Vegas es real y lo quiere con todo lo que es y todo lo que tiene, que es su vida y sin él no puede respirar.
Para Vegas la cosa no es muy diferente, la sola idea de que Pete tenga una marca en su cuerpo hecha por él lo vuelve loco, no puede evitar sentirse extasiado cada vez que la ve, cada vez que la besa, cada vez que sus dedos pasan suavemente sobre ella... se siente culpable por sentirse así, pues debería sentirse mal por todo el daño que le ha causado y aunque una pequeña parte de él desearía volver atrás y no haberle causado ningún daño a Pete, otra parte, una mucho más fuerte desea encadenarlo otra vez, desea retenerlo y hacerlo llorar de placer, desea que el chico no pueda vivir sin él, cosa que ya es así aunque no sea consciente de ello. Pete y Vegas son como dos piezas de un rompecabezas, son diferentes, pero encajan a la perfección, están hechos el uno para el otro, se complementan, se aman, se desean.
-Moon<3.