El destino que nos une [+18]

By Lachicaderizos_

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Alexander Spencer. Frío, calculador y mujeriego. Él es uno de los hombres más poderosos e influyentes de Ingl... More

Capítulo 1: ¿Despedida?
Capítulo 2: Maldito jefe
Capítulo 3: Princesita
Capítulo 4: El cafecito
Capítulo 5: Una comida entre amigos
Capítulo 6: ¿Celos?
Capítulo 7: Un reencuentro inesperado
Capítulo 8: Reunión de follamigos
Capítulo 9: Recordando viejos tiempos
Capítulo 10: Explosión de sentimientos
Capítulo 11: Una pijamada llena de confesiones
Capítulo 12: Intento de declaración
Capítulo 14: La fiesta
Capítulo 15: Una noche inolvidable
Capítulo 16: Confesiones
Capítulo 17: El tanga perdido
Capítulo 18: Intentando despegar
Capítulo 19: Besos con turbulencias
Capítulo 20: Un despertar placentero
Capítulo 21: Un problema "muy" grande
Capítulo 22: Surfeo, amor y celos en Italia
Capítulo 23: ¿Odio, amor o atracción?
Capítulo 24: La gala
Capítulo 25: Verdades ocultas
Capítulo 26: Una ladrona muy elegante
Capítulo 27: Una cena familiar
Capítulo 28: Una última oportunidad
Capítulo 29: ¿Qué es lo que sientes?
Capítulo 30: Competencia desleal
Capítulo 31: ¿Fuiste tú?
Capítulo 32: No me dejes
Capítulo 33: Bienvenida, amor mío
Capítulo 34: Una familia de locos
Capítulo 35: Miedos ocultos
Capítulo 36: ¡SORPRESA!
Capítulo 37: Un viaje de pareja con una familia entrometida
Capítulo 38: El mal acecha
Capítulo 39: Traición del destino
Capítulo 40: Herido
Capítulo 41: La verdad de Katherine
Capítulo 42: Secuestrada
Capítulo 43: Desesperación
Capítulo 44: El fin de una pesadilla
Capítulo 45: Ajuste de cuentas
Capítulo 46: El juicio
Capítulo 47: Decepción
Epílogo
Extra: Un nuevo comienzo
Saga Hermanos Spencer: Una noche y un destino

Capítulo 13: Una secretaria muy competente

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By Lachicaderizos_

Pov: Katherine

Ya habían pasado tres días desde la profunda charla que tuve con mi jefe, y la verdad estos tres días después de que le dijera que pensaba igual que él en cuanto a que lo del beso había sido un error. Todo había estado muy raro. 

El martes había ido a trabajar como todas las mañanas, pero al ver que no me había llamado como siempre, fui yo la que me presente allí. Cuando llegue a la oficina y le pregunte me dijo que se le había olvidado, muy impropio de él la verdad, ya que siempre esta dando ordenes al llegar. Después de haberle comentado los nuevos diseños de la revista de la empresa y los contenidos próximos que habría a lo largo de la semana como, nuevas entrevistas a famosos o hasta algún cotilleo de la prensa, yo seguía notándolo raro, como triste.

El miércoles fue casi lo mismo, solo que esta vez lo pillé mirándome totalmente embobado hacia mi. Después de haber salido de ahí fui corriendo al baño, que teníamos en la planta de los jefes, y me aseguré de si me había salido algo en la cara porque el muy cabrón era capaz de estarse burlando de mi y yo sin darme cuenta. Pero no, no tenía nada, mi maquillaje estaba totalmente perfecto, ¿Pero, entonces que mosca le ha picado a este loco?

Esa pregunta seguía sonando en mi mente desde hace días, incluso ahora que me estaba bajando de la parada del tren para ir al trabajo. Hoy me había retrasado un poco más en hacer todo en general, ya que no paraba de pensar en que le podría estar pasando a mi jefe. 

Al llegar a las puertas de la entrada de la empresa, salude a los dos empleados de seguridad que había, Marck y Robert. Me había comenzado a hablar con ellos después de mi "pequeño accidente" el cual me había sucedido el martes al llegar. Con solo acordarme ya me duele. Pues veréis, iba yo tan feliz y guapa como todas las mañanas a aguantar al jodido perro rottweiler, el cual como no, es mi jefe. Y ese día era un día de tormenta en Londres así que había cogido un paraguas de mi casa.  Al bajarme del tren esa mañana había abierto el paraguas pero con la poca fuerza que tengo no podía sujetarlo, se me movía de un lado para otro, bueno y eso de que tengo poca fuerza aún está por ver porque tremendos ostiones le pego a mi jefe. Pero bueno, sigamos con la historia. Cuando estaba a tres pasos de la empresa, el puñetero paragüitas de los cojones se me abrió para arriba, aún estoy pensándome en ir a reclamarle al chino que me lo vendió. Y entonces intente ponerlo para abajo, pero no había manera, se me trababa y mientras caminaba y me empapaba, iba mirando como bajar el jodido enganche del paraguas hasta que mi pie tropezó con uno de los escalones que hay en la entrada de fuera del edificio. Y...

- ¡¡¡AHHHHH!!!- ahí me encontraba yo gritando como una loca después de haberme tropezado con el escalón y haberme caído de narices, y ni siquiera me dio tiempo a apoyar las manos y ya me encontraba muerta en el suelo, con semejante ostia que me había querido pegar la vida esa mañana.

Y eso no es todo, mira si había gritado, que cuando los dos amables guardias de seguridad me ayudaron a levantarme me fije en que todo el mundo me miraba como si estuviera loca. ¡¡En serio!! la culpa toda la tiene el puto chino de los cojones por haberme vendido un paraguas de mierda. Pero... que se vaya preparando porque voy a ir con el paraguas, que no lo tiré aún, lo tengo en casa, y voy a pegarle semejante ostión en los huevos que le voy a quitar las tonterías de golpe.

Así que como decía, después de contar mi ostión mañanero del martes, al llegar a la entrada salude a los chicos.

- ¡Buenos días chicos!

- ¡Buenos días, kat!- me dicen los dos sonrientes.

- Hoy te veo bastante mejor que el otro día... ¿Qué tal te encuentras?- me dice Robert, un hombre de unos 50 años y calvo, sí calvo tiene una bola de billar en la cabeza, yo no soy mala, no tengo nada en contra de los calvos pero las características de las personas hay que darlas y la principal de este es que está tan clavo como el don limpio.

- Bien, bastante mejor la verdad. ¿Qué tal lleváis la mañana? algún paparazzi, intruso, ladrón...

- No, de momento todo está bastante tranquilo.- me dice Marck, un chico de menos edad que Robert, él tiene unos 40 años y en cambio él tiene el pelo de largo por los hombros. Son el gin y el yang uno calvo y otro con el pelo largo como Rapunzel.  

- Bueno, que os vaya bien. Debo entrar si no quiero que el jefe me mate.

- Está bien, que tengas una buena mañana Kat.- me dice Robert.

- Igualmente, chaoo.- digo rápidamente marchándome y subiéndome al ascensor.

Al salir del ascensor, me dirigí a mi oficina sin saludar a Laurent ya que aún no había llegado. Me quite mi abrigo y deje el bolso en la mesa, para después coger la libreta y un boli para apuntar lo que me diga el jefe. Después de recibir el pase entré en la oficina y me di de cuenta que los cuatro hermanos se encontraban sentados en la mesa de juntas.

- Buenos días, señores.

- Buenos días- dijeron los cuatro de manera educada.

- Venía a que me dijeran que es lo que tengo que hacer hoy.

- Pues la verdad, no nos vendría mal un poco de ayuda con los informes que hemos recibido todos de nuestras empresas.- me dice Edward.

- Ah, vale. Pues... ¿Me siento?

- Sí, siéntate aquí- me dice Asher, mientras me señala el asiento libre que hay entre su hermano mayor que está en la punta y él. Así que sin rechistar, me siento.

- Bueno, pues... ¿empecemos, no?- dice Matthew

Ya llevaba bastantes horas ayudando a los hermanos de mi jefe. Solo a ellos ya que él se encontraba haciendo otras cosas de la empresa en su portátil.

- Esto, ya está.- digo mientras ordeno los papeles de marketing de este mes de la empresa de Suiza, de la cual se encarga Edward.

- Dios Katherine, eres una crack. 

- Gracias, señor. 

- Katherine, una cos...- intenta decirme mi jefe Alexander, el cual no ha hablado hasta ahora. Pero antes de poder acabar la frase, ya lo han interrumpido.

- Mm, Katy.- dice Asher concentrado sin darse cuenta de que ha interrumpido a su hermano.

- ¿Cómo que Katy?- dice Alexander mientras mira con cara de furia a su hermano.

- Pues si, ¿no se llama Katherine?

- No hay que tomar tantas confianzas con los empleados, no lleva ni dos semanas trabajando y ya la llamas "Katy"- dice reprochando el ogro, y yo me quedo en plan ¿¡Como!? se queja de que no hay que coger muy rápido confianza y el a la semana ya estaba indignado conmigo por no querer decirle con quien voy o no voy por ahí.

- Ya, pero es que ella y yo somos amigos.

- ¿Perdona?, se puede saber desde cuando sois "amigos"

- Mmm, pues mira.- dice Asher a su hermano, girándose a mi me tiende su mano y me dice

- Soy Asher, mucho gusto.

- Ehh- digo sin saber que decir- ¿Soy Kat?- digo dudosa por toda la situación mientras le estrecho la mano.

- Podríamos ser muy buenos amigos, ¿cierto?

- Sí...- Dios no se si es que este quiere joder a su hermano o es que también nació loco. Yo por si acaso le sigo la corriente no vaya a ser...

- ¿Viste hermano?, amiguitos pa toda la vida.- dice Asher sonriéndole a su hermano, mientras me abraza por los hombros atrayéndome a él. Y de repente todos quedamos en silencio, y yo estoy muerta de miedo, por la cara de furia que tiene Alexander después de lo que ha echo Asher.

- Creo que deberíamos hacer una pausa para irnos a comer, ¿no?- dice Edward, intentando calmar la situación porque sabe que Alexander está ahora mismo a segundos de levantarse y matar a su hermano.

- Si, si. Opino lo mismo.- digo mientras me levanto.

- Bueno, pues vámonos.- dice Asher, levantándose y arreglándose la chaqueta de su traje color gris claro. Yo voy detrás de él y cuando abre la puerta me deja pasar a mi primero con caballerosidad.

- Adelante, amiga mía.- paso, y me fijo que el resto ya se han levantado y cuando Alexander está a punto de pasar, Asher le corta el camino para pasar el primero. Uyy este tiene ganas de que lo estrangulen hoy... Como veo tan mal rollo me dirijo a mi oficina a por mis cosas y antes de salir me fijo en que están discutiendo, pero en bajo, para que nadie los oiga, supongo.

Así que salgo, y cuando me dirijo a la puerta del ascensor pensando en cual restaurante voy a comer hoy, oigo la voz de Alexander llamarme

- Katherine...- me doy la vuelta y digo

- ¿Sí, señor?

- Después de el duro trabajo que hemos hecho todos me gustaría que fueras con nosotros a co...- y no acaba la frase, cuando se oye el pitido del ascensor y una voz decir

- ¡Kat!- me doy la vuelta y me doy de cuenta que es Jack.

- ¡Jack!- digo mientras me acerco a él y lo saludo.- ¿Qué haces aquí?

- Venía a preguntarte si te gustaría ir a comer conmigo.

- Eh, ¡Claro!

- Jefe, ¿le importa que me vaya ya?- le digo a Alexander ya que hace solo unos segundos me estaba hablando.

- Claro..., hasta luego- dice volviendo a poner la cara triste de estos días

- Hasta luego, ¿Vamos?- le pregunto a Jack.

- Claro.

Y antes de que se cierren las puertas del ascensor, puedo ver a mi jefe mirándonos con rabia pero a la vez, dolido...

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¿Logrará Katherine descubrir que es lo que le pasa a Alexander?

¡Si quieren descubrirlo, síganme leyendo y votando!

¡¡Nos vemos en unas horas con un nuevo capítulo!!



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