【 ᴹᵃʳᵃᵗᵒ́ᶰ ²/² 】
—Estoy bien, no tienen que pasar por mí todas las mañanas —le digo a los chicos cuando entro al auto, sentándome junto a Yoongi.
—Perdón, ___, pero no puedo dejarte sola —dice Jimin al volante—. Se lo prometí a Jungkook.
—Pues él no me dijo que desaparecería por casi un mes —suspiro.
—Es que está haciendo unos trabaj-
—Trabajos finales del semestre —me cruzo de brazos, sin evitar mostrar una mala cara—. Ya lo sé.
—Amo a ésta chica —sonríe Yoongi pasando un brazo por mi hombro—. Su presencia irradia simpatía.
—Agustín, deja en paz a ___ —ordena Tae en el puesto de copiloto.
—¡No la estoy molestando! Sólo digo que la amo.
—Yon también la ama, y se fue a Estados Unidos —se da la vuelta el peliverde—. ¿Sabes lo que significa eso?
—¿Que Yon podrá ver a nuestros padres y nosotros no?
—¡Sí! O sea, no, pero sí. Eso no es lo que quiero decir.
Volteo a ver por la ventanilla y acomodo la gorra de mi buzo gris.
—Significa que las personas que me aman, se van —pronuncio en voz bajita.
Así como mi padre... Ahora Yon. Aunque no son situaciones de gran comparación porque mi padre falleció y Yon sólo se fue del país. Pero... se fueron. Ellos se fueron. Es como si quererme viniera con esa maldita consecuencia.
Jimin detiene bruscamente el auto en medio de la calle, exaltándonos a todos. Las bocinas de los autos no tardan en escucharse tras nosotros, pero a todos al parecer les importa poco, porque voltean a mirarme con el ceño fruncido.
—Ninguno de nosotros se irá de tu lado, ___ —dice el rosita posando su mano encima de la mía.
—Te quiero, ¿okey? —lo apoya Tae mirándome—. A pesar de que en los últimos seis días has parecido un estropajo feo.
Ahora los tres miramos a Yoongi, quien parece avergonzado.
—¿Qué?
Jimin aclara la voz e incentiva con la cabeza, finalmente Yoongi rueda los ojos y suspira.
—Te aprecio y todo eso.
—Gracias, chicos... —sonrío de labios cerrados—. Son buenos amigos.
—Top cinco formas de quedar en la friendzone —comenta el pelinegro.
—MUEVAN ESE AUTO O LLAMARÉ A LA POLICÍA —grita un hombre desde afuera.
Jimin me entrega una tierna sonrisa y suspira para luego abrir la ventana de su lado y sacar la mitad de su pequeño cuerpo.
—ESCUCHA HIJO DE RE MIL PUTAS, MI AMIGA NO SE SIENTE BIEN Y SI VUELVES A GRITARNOS VOY A SALIR DE ESTE MALDITO AUTO Y VOY A PATEAR TU MALDITO TRASERO EN FRENTE DE TU MALDITA ESPOSA PARA LUEGO AMARRARTE A MI MALDITAMENTE COSTOSO AUTO Y ARRASTRAR TU MALDITO CUERPO POR TODA LA MALDITA CIUDAD.
—Adoro a esta familia —sonríe Yoongi como un angelito.
•••
—Como les decía, odio la violencia —dice Jimin al entrar a la Universidad.
—Menos mal la odias —aclara la voz el peliverde.
—Bueno queridos hermanitos, nuestros caminos se disuelven aquí —se despide Yoongi—. Debo ir a buscar unos papeles al segundo piso.
—Tengo una clase en el segundo piso, si quieres puedo acompañarte —hablo—. De todas formas empieza en media hora.
—Claro, estropajo —contesta agradablemente Yoongi mientras pasa su mano por mi hombro.
—No me molestes, recuerda que le rompí la nariz a mi ex novio.
—Ya lo había olvidado —saca su brazo.
—Pues al menos tendrá una rinoplastia gratis —opina Jimin.
—Qué envidia —suspira el peliverde.
Finalmente, Yoongi y yo nos encaminamos a la segunda planta como habíamos hablado, mientras los otros dos se pierden por el primer piso.
—Tú no tienes la culpa de que Yon haya tomado la decisión de irse, lo sabes, ¿no?
Quedo un poco asombrada al escuchar palabras tan calmadas provenientes de Yoongi, casi nunca se toma las cosas en serio.
—En parte sí es mi culpa.
—No, no lo es. A ti te gusta Jungkook y a Yon le gustas tú. Los finales felices no siempre son para todos, y mi hermana entiende que para ella no lo es.
—Yo creo que... pude haber impedido muchas cosas.
—¿Impedir qué? ¿Que ella te besara la noche de la fiesta sabiendo que tenías novio y eres heterosexual?
Volteo a mirarlo al instante.
—¿Cómo sabes sobre el beso?
—No es novedad. Todos lo sabemos, ___, todos sabíamos que Yon estaba enamorada de ti.
—¿Incluso...?
—Incluso Jungkook —responde Yoongi.
Por un momento mis pensamientos se nublan por completo.
—¿Por qué creías que de pronto comenzaron a llevarse tan mal? Sé que la mayor parte del tiempo hablo estupideces y parentesco ser una persona desinteresada, pero me doy cuenta de todo. Y Yon sentía celos de Jungkook.
Frunzo mi entrecejo, dolida al entender que nunca quise aceptar aquel hecho.
—Sólo... quiero que sepas que no es tu culpa —agrega—. La vida es así, ¿sabes?
Yoongi se despide con su mano y entra a una sala de secretaría, yo por otro lado camino a pasos pesados por el pasillo hasta llegar al primer baño que encontré.
Abro la puerta de uno de los siete cubículos y me siento en la tapa del retrete, frotando mis sienes con frustración. Mis manos tiemblan y mi respiración se agita de sobremanera. Intento pensar en cosas buenas, pero entre la ausencia de Jungkook y Yon, sólo empeoro.
¡Esto no tiene que ser así!
Si tan sólo yo hubiera aceptado lo que pasaba entre ambas desde aquel beso, quizá Yon no se habría ido. ¡Quizá lo hubiéramos solucionado y seguiríamos siendo amigas!
¡Es que si tan sólo yo dejara de evitar lo que no quiero ver!
¡Sí tan sólo yo...!
—La semana pasada me acosté con uno de primero —entra una chica al baño hablando en inglés.
Abro mis ojos cuando me doy cuenta de que ya no me encuentro sola.
—¿El pendejo con novia? —le pregunta otra chica también en inglés.
—Sí, la tiene enorme. Ahora entiendo por qué tiene novia.
—¿Y el de arte?
—¿Cuál? ¿Jungkook? Ya te dije, la tiene pequeña.
—No lo sé, Jen, hace unas semanas lo vi con un pantalón apretado y se le marcaba bastante.
JEN.
JENNIFER.
Saco el móvil de mi buzo y con desesperación abro una aplicación para grabar la voz, la doy play y guardo el aparato nuevamente en mi bolsillo.
—Cariño, toda la Universidad sabe que rechacé a Jungkook hace dos años porque la tenía pequeña, no es novedad.
Se escucha correr el agua del grifo.
—Tienes razón —suspira—. Aunque tiene un culo espectacular. Es muy extraño que no ande con alguien. ¿Crees que sea gay?
—Sí hubieras visto cómo rogaba para poder acostarse conmigo, sabrías que no es gay —ríe—. En serio es patético.
—Pues a mí no me importaría si la tiene pequeña, ése rostro lo recompensa.
—Claro, es guapo, pero no tanto.
—¿Lo has visto en éstos días? Compartes clases con él.
—Muy poco. El idiota está preparando su presentación para la galería de arte junto a una de las profesoras, o algo así.
Se me viene a la mente la mujer que vi hace un tiempo junto a él.
—¿Tú te presentarás? —pregunta la otra chica.
—Claro que sí, papá sobornará a los jurados para que gane el primer lugar —dice Jennifer entre risas.
—Quiero ver eso —ríe también—. Okey, debo irme, nos vemos para el almuerzo.
—Ajá.
Apreto mis puños con fuerza y trago saliva en grandes cantidades. Las manos me sudan y sacudo mi cabeza para no salir y hacer una estupidez más.
Intento visualizarme sentada en el sofá frente a mi terapeuta. Intento imaginar las palabras que ella podría decir para calmarme y sobrellevar tantos problemas en tan poco tiempo.
Necesito que Jungkook esté aquí para hacerme entender que no vale la pena lidiar con la chica que le hizo daño. ¡Pero ahora resulta que su padre pagará para que ella gane! No es justo. No es para nada justo que eso suceda. ¡Jungkook ha estado trabajando en su presentación durante mucho tiempo!
¿Casi abusa de él y ahora esto?
Cierro mis ojos e imagino las palabras de Tae diciéndome qué hacer. O las de Yon, Jimin, Nam, Jin o Yoongi. ¡No lo sé, alguno que pueda darme un buen consejo!
Finalmente abro mis ojos en medio del caos.
¿Qué haría yo?
¡Exacto! Siempre estoy preocupándome por lo que dirán los demás o qué harían ellos en mi lugar, sin embargo, nunca pienso en qué realmente haría yo.
Saco el seguro de la puerta y dejo que se abra lentamente, para pronto verme reflejada en el largo espejo horizontal del baño, donde justamente está ella maquillando sus labios, vestida con una minifalda rosada, un top blanco y botas largas de cuero, justo del mismo color.
—¿Jennifer Moore? —cuestiono.
—Sí —se da la vuelta—. ¿Y tú quién?
—La persona que te regalará una rinoplastia gratis.
Me acerco a ella y hundo mi puño en su perfecta nariz. La chica cae al suelo después de dar un grito al cielo, me mira con enojo mientras su top blanco se mancha de rojo.
—¡Qué maldita perra! —grita.
—Te escuché. Tu papá pagará para que ganes injustamente, ¿no?
—¡¿Y éso a ti qué?!
—¡Es trampa! Muchísimos alumnos han estado trabajando arduamente en sus proyectos como para que una puta consentida sabotee todo.
—¡Dios mío, eres tú! —comienza a reír.
—¿Yo?
—¡La del boceto que hizo el perdedor Jungkook, eres tú! —agrega en modo de burla—. Es por él, ¿no?
—Sácate su nombre de tu asquerosa boca o...
—¿O qué? ¿Me golpearás de nuevo? Cuando la Universidad lo sepa, serás expulsada —sonríe con la boca inundada de sangre.
Aprieto mis labios y niego con mi cabeza.
—Sé lo que le hiciste a Jungkook hace dos años.
—No sé de lo que hablas —se levanta del suelo con dificultad.
—Intentaste abusar de él y luego le dijiste a todo el mundo que lo rechazaste por tener un... Un pene pequeño —tomo aire, enojada hasta más no poder—. Lograste que las personas lo hicieran sentir mal, ¡sólo porque no quiso tocarte!
—Se lo merecía —abre el grifo del agua—. Vomitó en mi ropa.
—¡Porque estaba borracho, apenas se podía el cuerpo! —derramo unas lágrimas, furiosa.
—No es mi problema que estuviera borracho —lava su rostro y se mira frente al espejo, notando que la sangre aún no cesaba y su nariz estaba...—. ¡Zorra, me quebraste la maldita nariz!
Nos miramos a través del reflejo y saco el teléfono de mi bolsillo para mostrárselo. Pareciera como si el dolor en su rostro hubiera desaparecido, porque al parecer pasó a segundo lugar después de que palideciera por completo.
—Si no quieres que le muestre esto a la policía, Jennifer Moore, escribirás un comunicado público para toda la Universidad, recalcando que Jeon Jungkook nunca fue rechazado por ti y jamás lo viste desnudo como para opinar sobre su cuerpo. Además, pedirás tu traslado a una Universidad fuera de la ciudad o del país, lo más lejos posible de aquí, porque si vuelvo a ver tu chueca nariz otra vez, volveré a romperla.
La chica se limita a asentir con la cabeza.
—Te doy cinco días para que tramites todo. Después de los cinco, ya sabes lo que te sucederá a ti y a la imagen de tu millonaria familia.
Ella asiente nuevamente, sin decir nada. Corto la grabación y me doy la media vuelta para salir del baño, esta vez con todos mis dedos sanos.
Aunque sabía perfectamente que necesitaba una cita urgente con mi terapeuta.
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Okeeeey, jajaja, me di cuenta que la mayoría odió cuando la protagonista quiso besar a Yon para que no se fuera. Si estuviera en el lugar de ustedes también lo odiaría, pero como soy la escritora, tengo mis razones. Razones que leerán en el próximo capítulo, así que no odien tanto a mi rayis T-T
▪︎ Sólo recuerden: Situaciones desesperadas, requieren de decisiones desesperadas. (No siempre buenas)
Nos leemos el domingo 🌸 Love u Parkmy's 🤍🌸