Glacial [#1] [✓]

By Terminocontrario

26.4K 9.6K 1.3K

Mentir y fingir. Eso es lo que mejor saben hacer Ariadne y Raúl. ¿Será suficiente con ello... O deberán apre... More

Sinopsis
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
Extra 1
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29.
30
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45

31

249 53 10
By Terminocontrario

Ariadne Ruelle

Había pasado casi una semana desde que había recibido aquel mensaje de Raúl y no había sabido nada más de él durante toda la semana. Sabía que aquel gracias significaba mucho más que eso, y pese a ello, continuaba con una sensación extraña recorriendo cada célula de mi cuerpo.

En cuanto abrí la puerta de la limusina escuché el escándalo del gentío. Dos hombres se colocaron a cada lado de mi cuerpo acompañándome hasta el inicio de la alfombra que llegaba hasta la entrada del edificio.

Fue entonces cuando los flashes de las cámaras recayeron sobre mí, pero yo tan solo fingí caminar con la mirada hacia el frente sujetando entre mis dedos la fina varilla en la que se aguantaba el antifaz plateado mientras continuaba escuchando mi nombre provenir de todos los rincones.

— Señorita Ruelle ¿Es usted una de las invitadas a la cena de la gala benéfica de esta noche? — preguntó una de las voces, y cuando acercó su micrófono hacia mí lo que le permitieron los de seguridad, entendí que era de esas cadenas televisivas que se había dedicado a difundir todo lo que Raúl y yo habíamos estado haciendo durante esas últimas semanas.

Por suerte a los reporteros no les había dado tiempo a conseguir fotografías de nosotros yendo a recoger a los niños al colegio, pero sí en la puerta del hospital y eso había llevado a rumores que beneficiaban a Francisco Luján.

— Por eso estoy aquí — fue lo único que pude responder, de la forma más obvia posible cuando salí de mis pensamientos.

Necesitaba causar buena impresión y dejar que me hiciesen fotos. Había sido una de las cosas que más había puntualizado Claudia. Eso haría que Francisco Luján estuviese contento con lo que estábamos consiguiendo, o eso pensaba mi representante, porque yo ya pensaba que el director nunca quedaría lo suficientemente conforme cuando de aquello se trataba.

— Ruelle — habló esta vez un hombre — Todavía no han dejado en claro el porqué de las máscaras en los hombres y los antifaces en las mujeres. ¿Podría usted revelar un poco más de eso?

Yo negué rápidamente con la cabeza. Según me habían dicho yo no podía decir nada ya que sería algo a lo que le darían relevancia después de la cena, pero tampoco sabía muy bien como.

— No soy yo quien puede hablar de ello.

Me hicieron unas preguntas más antes de dejar que me encaminase hacia el interior. Pude reconocer a mucha gente que trabajaba en el sector del arte,música e interpretación. Las personas más reconocidas posaban delante de un cartel donde ponía el nombre de la asociación que se había encargado de llevar el trámite de la cena.

— Aquí estás — habló una voz que identifiqué a instante — he escuchado tu nombre entre los periodistas y eso solo podía significar que ya habías llegado.

Me giré hacia él en ese preciso instante. Nicolás estaba impecable, con uno de esos trajes hechos a medida que cuadraban su espalda estrecha y los hombros rectos dándole así ese toque formal que ameritaba la gala.

— Así es — respondí fijándome en cada detalle de su máscara. — No sabía que vendrías.

Era roja, del mismo color que la pajarita que llevaba atada al cuello. El cabello tan solo unos tonos más oscuros que el mío le marcaba el rostro y a pesar de tener la cara cubierta casi al completo, era él.

— Hemos sido nominados con "Libres" a uno de los premios nacionales, por lo que hemos ganado mucha importancia en este mundillo — respondió con una pequeña sonrisa.

— Había escuchado rumores. Eso es increíble, Nicolás. Enhorabuena.

Él asintió, sin embargo no conseguía distinguir el mismo brillo en sus ojos que hacia tan solo unos años atrás cuando lo había conocido en aquel proyecto en el que trabajamos juntos.

Los fotógrafos que habían sido contratados para llevar a cabo las imágenes en el interior nos pidieron que nos colocásemos delante del mural que teníamos a tan solo unos metros. En cuanto lo hicimos los ojos del resto no tardaron en posarse sobre nosotros y en como posábamos frente a las cámaras.

— Supongo que tenía razón cuando te dije que os mirabais de una forma diferente al resto — susurró muy cerca de mi oído antes de volver a alejarse.

Fingió una sonrisa amistosa para no confundir a las personas que nos rodeaban, pero yo lo conocía lo suficientemente bien como para saber que había algo detrás de aquello.

Lo miré tratando de no fruncir el ceño. Sabía perfectamente a quien se refería y el hecho de que hablase de él me hacía querer irme.

— Supongo que sí. — fingí un suspiro que él captó.

Debía parecer lo más enamorada de Raúl posible. Nadie podía dudar de nuestra relación y mucho menos Nicolás. Era una persona que no dudaría ni un solo segundo en confesar y eso me aterraba.

No quería hacerle daño, pero tal vez de ese modo podría olvidarse de todo lo que había sucedido entre nosotros más rápido.

Él asintió con la cabeza y no dijo nada más mientras nos fotografiaban. Al parecer se había quedado sin palabras porque no esperaba que yo confirmase sus dudas, pero se equivocaba y de nuevo volvía a ser la espada.

Tarde o temprano terminaba cortando a todo aquel que se acercaba a mí.

— ¿Me permite hacerme unas fotografías con la señorita Ruelle? — habló una voz detrás de mí después de unos minutos.

Fue lo único que necesitó para hacerme temblar. Escuchar mi apellido salir de su boca era una adicción de la que no pretendía deshacerme y me asustaba no ser consciente de las consecuencias que aquello podía traer a largo plazo.

Ni siquiera me hizo falta darme media vuelta para saber que me iba a afectar verle de aquel modo. Iba vestido con un traje de chaqueta que me hizo babear en ese mismo instante, sin importarme quien estuviese a nuestro alrededor. Todas las miradas debían haber recaído en él desde que había entrado en el lugar, y era totalmente comprensible.

Su máscara era muy parecida a la del "fantasma de la ópera" en la película y fue en una de las primeras cosas en las que me fijé. La única diferencia es que la suya era negra, combinando perfectamente con todo lo demás y haciendo que su mirada pareciese más profunda de lo que ya lo era.

La mano de Raúl viajó hasta mi cintura sin darme tiempo a apartarme, aunque de todos modos no lo habría hecho. Nicolás bajó su vista hacia el lugar en el que el hombre de ojos oscuros había colocado sus dedos. No trató de disimular la molestia que estaba intentando contener.

— Claro — respondió Nicolás a la petición de Raúl y retrocedió varios pasos para permitirle a este último colocarse a mi lado.

Se alejó segundos después, no sin antes mirarme y despedirse con un pequeño y sutil asentimiento con la cabeza.

En cuanto estuvo lo suficientemente lejos de nosotros y después de asegurarme de que los demás estaban demasiado concentrados en sus conversaciones como para escucharnos, miré a Raúl.

— ¿No crees que deberías preguntarme a mí? — cuestioné antes de que apretase más su agarre en mi cintura.

— Es la única forma que se me ha ocurrido para que se fuese — espetó con cierto tono en su voz que no pude identificar.

¿Estaba enfadado? No era muy difícil darse cuenta de que no se llevaba demasiado bien con Nicolás pero... No era eso. O al menos estaba segura de que no solo se trataba de eso.

— ¿Estás celoso? — pregunté dando varios pasos hacia él.

Su altura se imponía sobre la mía aún llevando tacones y pude notar como tensó la mandíbula.

— ¿Celoso yo? — preguntó con ironía.

Yo asentí con la cabeza y él simplemente se dignó a sonreír.

Se habían invertido los turnos. Ahora quien parecía completamente seguro de él mismo era Raúl y yo no podía apartar la vista de sus labios. Deslizó su mano hasta la parte baja de mi espalda atrayéndome hacia su cuerpo y sin dejar de mirarme a los ojos susurró:

— Ya te lo dije una vez y lo haré las veces que sean necesarias hasta que lo tengas lo suficientemente claro. — dijo muy cerca de mis labios, sujetándome la barbilla entre una de sus manos — Nunca importará con quien vayas cogida del brazo, siempre te verás mejor conmigo.

Era más que consciente de que todos debían estar mirándonos, pero no me importaba, y al parecer a él tampoco. Se giró hacia el hombre que todavía mantenía la cámara entre sus manos y no me extrañaría que hubiese aprovechado el momento para sacar algunas fotografías.

Los ojos de Raúl chocaron con los míos antes de que quitase su mano de mi vestido muy despacio, como si no quisiese hacerlo.

— Vamos — dijo tendiéndome la mano para que la cogiese y así lo hice.

Tampoco tenía otra opción delante de centenares de personas por lo que simplemente me dejé guiar por él hasta las mesas que tenían nuestro nombre uno al lado del otro en unos carteles pequeños.

— ¿Cómo sabías donde nos sentábamos?

No pregunté el porqué estábamos juntos ya que era algo más que obvio por el organizador.

Al fin y al cabo se basaban en las personas que conocías para que no fuese incómodo y la cena se llevase a cabo con total tranquilidad y a poder ser con gente de tu entorno. También se basaban en tener en la misma mesa a las personas con las que en ese momento trabajabas, lo que significaba que... Temblé solo al pensarlo.

— Me lo han indicado antes de veros — respondió encogiéndose de hombros por lo que no le di más vueltas al tema.

Los manteles de color marfil y las flores como centro de mesa acentuaban la elegancia de la sala junto a los grandes ventanales y el escenario de madera que se alzaba delante de las mesas y en el que se celebraría en tan solo un par de horas la subasta.

Finalmente sentaron junto a nosotros a varios de los actores que habían participado junto a nosotros en diversas películas y en la nueva. Esmeralda se había sentado a mi lado y no tardó en hablar e integrarse a la conversación.

Francisco Luján apareció minutos después, según él lo bueno se hacía esperar. Se sentó en nuestra mesa, justo delante de mí y podía sentir sus ojos todo el tiempo sobre cada movimiento que hacíamos. Traté de que todo transcurriese sin que nadie pudiese darse cuenta de mi incomodidad y al parecer fingí mejor que nunca.

Un hombre muy bien vestido se encargó de revisar si el micrófono funcionaba a pesar de que ya debían haberlo comprobado mil veces antes de que llegásemos y entonces dio paso a la inauguración de la gala.

— Buenas noches damas y caballeros — comenzó este mirándonos a todos — Esta noche es muy especial para nuestra fundación ya que gracias a los aquí presentes podremos recaudar los fondos necesarios para la investigación en las personas con discapacidad auditiva.

Todos comenzaron a aplaudir y yo me uní a ellos.

— Lo primero es dar las gracias por cada uno de los aportes que se han recogido ya que gracias a ello podremos avanzar con nuestro propósito de encontrar una solución para estas personas. En segundo lugar le pido a la persona que ha hecho esto posible que suba al escenario y diga unas palabras.

Todos aplaudieron y yo esperé a que alguien se levantase de su asiento, pero lo que no esperaba es que fuese el hombre que estaba justo a mi lado y con el que había entrado en la sala cogida de la mano.

Sus ojos me miraban como emitiendo una disculpa por no habérmelo dicho antes, pero estaba tan confundida que no pude decirle nada.

En cuanto llegó al lugar en el que el primer hombre se encontraba este lo abrazó y después de eso le dio dos palmadas en la espalda. Poco después le tendió el micrófono a Raúl y se apartó para dejarle el protagonismo. Este carraspeó su garganta para aclararse la voz antes de hablar colocando el micrófono sobre el soporte para tener las manos libres.

Para mi sorpresa y la de todos los presentes comenzó a acompañar sus palabras con gestos que pocos segundos después pude identificar como lenguaje español de señas.

— Buenas noches, no sé como agradeceros a cada una de las personas que estáis aquí el hecho de haber venido y haber aportado un granito de arena a esta honorable causa que puedo llevar a cabo gracias a la fundación española para personas con discapacidad parcial o completa de la audición y el habla.

El resto del mundo se quedó en completo silencio. No se escuchaba otra cosa que no fuese la voz de Raúl.

— La mayoría de las personas que me estáis viendo ahora me conoceréis por ser uno de los actores españoles más famosos del momento, pero no soy solo eso. También soy tío, hermano e hijo. — dijo tratando de que no se le cortase la voz.

Solo las personas que lo conociesen bien podrían haber notado ese ligero cambio del tono en el que estaba hablando, y al parecer yo era una de ellas.

— Podría contar a las personas que saben esto con los dedos de una sola mano, pero gracias a una persona que se encuentra aquí junto a mí, apoyándome incondicionalmente, he decidido que esto debe dejar de seguir siendo así. ¿Quienes mejor que las personas influyentes para poder cambiar las cosas?

Sus ojos recayeron sobre mí antes de continuar hablando y fue lo único que necesité para entender quien era la persona a la que había nombrado.

— Mi madre es una persona que desde hace alrededor de 20 años tiene una discapacidad auditiva casi completa por un accidente automovilístico donde mi hermano y yo también perdimos a nuestro padre. Esto hizo que tuviésemos que crecer antes de tiempo y con la recaudación de esta noche pretendo que los niños que a día de hoy se encuentren en una situación parecida a la mía no tengan el porqué de dejar su infancia atrás.

Vi una sonrisa surcar sus labios y fue casi como... contagiosa. Reconfortante. Como si hubiese descubierto que un gesto también puede ser llamado hogar.

— Muchos queréis saber el porqué de las máscaras — añadió señalando hacia el publico ya que tal y como había dicho todos y cada uno de nosotros llevábamos una — Lo hice porque es como muchas de las personas, ya tengan este tipo de discapacidad, otra, o ni siquiera padezcan ninguna, vivimos. Queremos que se les vea y se les dé la importancia que realmente necesitan por lo que hasta que ellos no la reciban, nosotros tampoco lo haremos.

Él continuaba moviendo sus manos al ritmo en el que hablaba y yo sentí una presión sobre el pecho desconocida. Estaba muy orgullosa de todo lo que había conseguido en tan solo una noche y pensar en el tiempo que debía haber invertido en aquello hizo que sintiese un escalofrío desde la base de mi columna vertebral hacia el resto del cuerpo.

— De nuevo dar las gracias a todos los presentes y a los que han hecho posible que esta noche estemos aquí celebrando la noticia de que muchos serán ayudados. — Respiró tomando una pausa para añadir — Y a ti, mamá, gracias por habernos querido tanto como lo has hecho.

En ese momento se detuvo y todos comenzaron a aplaudir. Sentía las lágrimas querer desbordarse de mis ojos, pero me mantuve fuerte, porque sabía que él me necesitaba más que nunca.

En cuanto llegó donde me encontraba de pie me abrazó.

— Gracias por todo, rubia — susurró en el hueco de mi cuello y su aliento me hizo cosquillas en la piel.

El hombre se encargó de tomar de nuevo las riendas de la gala y pasó a empezar con la subasta de objetos que también se haría de forma online a tiempo real para que la gente pudiese participar desde cualquier parte del mundo donde se encontrase mientras que Raúl todavía no me soltaba de entre sus brazos.

Podía sentir la mirada de todo el mundo a mis espaldas, pero solo hubo una de entre el resto que me hizo apartarme con suavidad de Raúl. Supe de quien se trataba incluso antes de haberme girado.

Francisco Luján se encontraba frente a nosotros con una sonrisa fingida, mirándonos como si pudiese ver más allá de nuestras pieles, como si tuviese una de las piezas del rompecabezas que al resto le faltaba, aunque en cierta parte eso era cierto.

En cuanto Raúl se giró hacia la gente antes de sentarse, Francisco asintió con la cabeza con su mirada todavía clavada sobre la mía. Era un gesto de poder. Apoyó los codos sobre la mesa y susurró solo para mí "demasiado bien como para ser fingido".

Y en ese momento fui consciente de que aquel comentario era de todo menos un halago, y que él lo supiese... no era bueno.

Continue Reading

You'll Also Like

59.6M 1.2M 15
Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría el...
117K 10.8K 35
De la bilogía; Una cura criminal. La regina della mafi...
1.7M 121K 86
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...
18.1K 2.4K 38
❝ 同性 : Donde SeungMin es un alfa solitario con tres cachorros, y Felix un niñero muy lindo. ❜ ※ omegaverse au. ※ romance. soft. cliche. ※ seungmin a...