Tutores Divinos

By Gaiou-Sama

2.2K 166 1.6K

¡Re: Make! Pereza, Caos, Fuego y Fantasía. Esas cuatro cosas componen la fórmula perfecta para un dia a día d... More

Un Prólogo Desastroso.
01 - Un Inicio Inusual.
02 - ¡Iniciativa Quintillizas!
03 - Entrevistas Nivel Divino.
04 - Los Dioses de la Escuela.
05 - El Inicio del Caos.
06 - Un Primer Día Interesante
07 - Una Extraña Primera Impresión.
08 - Sus Tutores.
09 - Primeros Pasos.
10 - Forjando la Confianza.
11 - Una Curiosa Tranquilidad.
Ova: Un Cumpleaños para Cinco Chicas.
Ova: La Luna Plateada de Halloween.
12 - Jodida Nivel Dios.
13 - Una Muralla... ¿Impenetrable?
14 - Las Luces en el Cielo son Estrellas [Parte Uno].
15 - Las Luces en el Cielo son Estrellas [Parte Dos].
Ova: Una Navidad Perfectamente Normal... Si, Eso...
16 - ¿Qué hace un perezoso dando clases?
17 - Generando Avances.
19 - Bajo la Luz de la Luna.
20 - Ostia puta... ¡La Cartulina!
21 - Con la Vista en el Horizonte.
22 - Esto es una... Situación. Yeah
23 - And They Were Roomates.
24 - For the Dancing and the Dreaming 『I』
25 - For the Dancing and the Dreaming 『II』
26 - For the Dancing and the Dreaming 『III』
27 - For The Dancing and The Dreaming 『End』

18 - Contra las cuerdas.

23 3 67
By Gaiou-Sama

Nuevo día cargado con más cosas que este mundo tendría que presenciar de primera mano.

Algunas de esas cosas ya bastante habituales, como el canto de las aves, el apacible sonido de los ríos haciéndose camino al mar, cosas como el sacudir de las hojas bañadas por los rayos del sol y de las numerosas criaturas del bosque llendo con sus vidas como siempre lo habían hecho.

Pero también habían cosas nuevas... Cosas no tan habituales.

Cómo el árbol que había salido disparado a velocidad supersónica y se estrelló violentamente contra la montaña más cercana a cierta mansion en medio de tierras salvajes.

Si, esto va en esa dirección, no sé sorprendan.

—¡¿Cómo se supone que hagamos funcionar esto?!

—¡¿Por qué preguntas?! ¡¿Acaso parece que alguno de nosotros sepa?!

—¡Pues si! ¡Somos cuatro aquí, alguna neurona tiene que funcionar!

—¡Mira a tu alrededor Mister! —Y... Ahora Red estaba girando—. ¡¿De cuál puta neurona estás hablando?!

—...¡Me lleva la chingada!

—Como fué que llegamos a esto... —Se preguntaba (y lamentaba) Arck, quien ya se veía como si hubiese estado trabajando una semana seguida de lo agotadora que era está situación.

—No lo sé. Para ser honesto sucedió algo rápido. —Al lado de Arck, Gaiou tranquilamente jugaba con algunas rocas. Comportamiento que no concordaba con... Eso de antes.

—Si, eso es verda-... —Y él también lo notó—. Un momento, tú estás perfectamente en calma.

—Ajá. —Respondió el albino con una ceja levantada. No muy seguro de por qué era eso raro.

—¿Entonces por qué lanzaste el árbol?

—A. Eso. Pensé que estábamos haciendo desastre porque si y me emocioné.

—Oh, pues bueno. No es que sea tu culpa que así pareciera.

—Yeah, por esta vez ellos están siendo más caóticos que yo. —Decía mirando de reojo al par de rojo y negro, acción imitada por el peli-azul.

El grupo de divinidades estaba situada en lo que se podría considerar "su patio", con la única razón de que por lo menos habían sido conscientes y prefirieron evitar terminar rompiendo algo caro dentro de la casa mientras entraban en pánico. Aunque solo dos de ellos estaban haciendo eso a decir verdad.

Luego de que ese... Mensaje - les llegara, los Dioses no habían encontrado paz. No es que no quisieran, es que literalmente no podían.

Que los parciales de mitad de semestre comenzaran significaba muchas cosas, entre ellas cosas importantes que tendrían mucho que ver con el como se desarrollaban sus interacciones con las hermanas a las que servían como tutores, cosas que las involucran directamente a ellas y a su, eh, capacidad para el estudio en "crecimiento".

Eso y que obviamente ya sabían que sus trabajos peligraban, no iban a esperar a más tarde para tener eso en cuenta.

—Mister, Red. Ya dejen de dar vueltas de un lado a otro. Créanme que no van a llegar a ningún lado.

—Es fácil para ti decirlo, Arck. Tú al menos te las arreglarás y a Gaiou le da totalmente igual. —Quejaba el primero en ser nombrado, si que hizo caso, pero ahora se veía más deprimido que desesperado—. ¡Nuestros casos no es tan sencillos, saben!

Los dos miembros más poderosos que tenían se encogieron de hombros ya que no tenían la más mínima idea de qué decir al respecto. Esto solo hizo que el Gamer lanzara un bramido de exasperación que optaron por ignorar.

—Man, realmente quisiera ser más positivo con esto... —Red habló, desde el suelo eso sí. Sentado con las piernas en una posición que daban a entender que se dejó caer sin esperanzas, lo normal—. ¡Pero es que ahora que lo pienso he estado desperdiciando mucho del tiempo que debería haber usado para enseñar!

—Espero que seas consciente de que eso solo significa que eres aún más estúpido que antes de que vinieramos aquí. —Y por supuesto que Gaiou iba a echarle sal a la herida. Luego se comió una roca.

No, espera, ¿Qué carajos?

—¡Eso fué completamente innecesario pero agradezco que lo señales! ¡Lo arreglaré después!

—De nada, aunque no sé si tendrás ese después.

—Y es precisamente por eso que los traje aquí: Para hablar, no para correr como gallinas sin cabeza. —Siguió Arck, parando un momento para suspirar—. Miren, es claro que como vamos ahora esto terminará horriblemente mal. Después de todo no importa si técnicamente hemos hecho nuestro trabajo, la mayoría del tiempo lo usamos para intentar hacer que confiaran más en nosotros y que se sintieran bien con el estudio, ¿Cierto?

—Yeah.

—Bueno... He tratado.

—Yo no he hecho absolutamente nada.

—Si, Gaiou. Ya sabemos eso, pero no es el punto. —El de lentes rectificó su postura y comenzó a caminar de un lado a otro frente a ellos cuál general atendiendo a sus soldados—. Lo que si lo es, es el hecho de que lo que las cinco saben es... Muy poco para las expectativas a cumplir en esos exámenes. Incluso con nuestra ayuda.

Nadie trató de hacer comentarios, ni siquiera para aliviar la tensión. Esta era una de esas pocas ocasiones dónde no tenían en el espacio para aquello y daba a entender la seriedad de la situación a la que se enfrentaban.

O bien, tan serio como podría serlo para seres que literalmente pueden hacer desaparecer planetas enteros sin problema. Pero tampoco se les iba a criticar, después de todo el orden de sus prioridades había cambiado hace ya un tiempo, al menos por ahora.

—Entonces... ¿Qué sugieres, Aniki? —El Dios del Caos tomó la palabra, rompiendo él el hielo ya que los otros dos estaban hundiéndose en su miseria—. Tú mismo lo dijiste. Lo que ellas saben es muy poco aún con el hecho de que no es solo el tipo ese enseñándoles. Viendo las cosas de esa manera, ¿Te parece que hay algo que hacer con el poco tiempo que tenemos?

—Para serte completamente franco, no tengo la menor idea. —Arck se veía inusualmente acomplejado con todo esto. Una vista que sorprendió a sus compañeros, y marcó la gravedad de lo que trataban—. La verdad, estaba esperando que ustedes me echaran una mano con eso.

—...Apenas y puedo creer lo que estoy escuchando.

—Y aquí es donde nosotros nos damos cuenta que estamos jodidos a una escala imposible. —Vociferó Mister, prácticamente echándose de espalda al suelo—. Nada mejor que encontrarse con un callejón sin salida cuando las cosas empiezan a ir bien. —Añadió, su cara no demostraba prácticamente nada a parte de sus pocas esperanzas.

—No me quiero ir señor Stark...

—Nadie quiere, Red. Nadie quiere. —Susurró el peli-azul. Sabiendo que al decir eso hablaba por todos, incluso los que no lo admitirían en voz alta—. Pero bueno, es obvio que de momento no tenemos absolutamente nada y tampoco nos servirá llenarnos de estrés, así que lo mejor es seguir como vamos hasta que tengamos el espacio para pensar en algo.

—¿Y eso será...? —Red dejó la incógnita en el aire, esperando por algo de luz.

—Quisiera saber eso amigo, pero lamentablemente no tengo todas las respuestas. —Y obtuvo todo lo contrario.

—Haa... Cómo sea. Ya que haremos lo que Arck acaba de decir de todos modos, hagan un favor y dejen esa imagen tan patética que tienen, ustedes dos.

—...Es bueno saber qué sigues igual que siempre, Gaiou. —Dijo Mister en un tono algo sarcástico. No obstante no recibió la respuesta que esperaba: Un puñetazo básicamente.

En su lugar, el albino sacudió la cabeza, se acercó al par que estaba tirado en el suelo y, con una consideración que jamás les había tenido: los levantó y colocó de pie, ganándose una mirada curiosa por parte de Arck al tiempo que los dejaba a ellos perplejos con lo... ¿Amable? Que se había portado.

—Ustedes no me agradan. —Comenzó.

Ah. Olviden lo antes dicho.

—Pero. —Hizo una pausa que utilizó únicamente para mirar a lo que ahora llamaban hogar, antes de volver su atención a dónde debía estar—. Me desagrada todavía más esa estúpida aura depresiva que han tenido todo el maldito tiempo desde que nos llegó ese jodido mensaje. Y quiero hacer algo al respecto al menos estando aquí para gritarles en la cara que no sean estúpidos.

—No acabo de entender a lo que quieres llegar.

—No es necesario que entiendas. —Con velocidad el Dios le quitó importancia a la confusión del peli-rojo y continuó, antes de que perdiera el hilo de lo que decía—. Solo piensa que en lo que llevamos de mañana, no hemos hecho nada más que sentarnos aquí a actuar como completos idiotas que han dejado la batalla más que por perdida sin haber movido un solo dedo aún. Entonces te darás una idea.

Directo al blanco, se había dado cuenta por la forma en que sus expresiones se descentraron de su persona, que al parecer no le iba a ser tan difícil hacer que actuaran. Y claro que sonrió, no podía decir que no le gustaba cuando las cosas salían como a él le gustaba.

—Si tan seguros están de que esto es un caso perdido, pues ese es su asunto. —Pero el Royal Knight no pensaba quedarse solo con eso.

En un momento dónde sabía que no lo notarían, se giró un poco para guiñarle el ojo a Arck, tratando de hacerle entender cierto mensaje que lo llevaría a seguirle el juego.

Tan listo como su hermano lo era, no le tomó mucho comprender lo que el otro pretendía, y en nada el sujeto con ojeras también estaba sonriendo.

No perdió el tiempo y se puso recto, con un momento para sacudirse la pereza restante de la mañana y esperó, listo para avanzar cuando el albino lo hiciera.

De pronto ya no se sentía tan cansado.

—Pero por mi parte, no soy del tipo que espera conforme a que todo salga mal. —Gaiou dió un paso hacia adelante y palmeó los hombros de sus congéneres, otro gesto que raramente usaba con ellos, solo para más dramatismo—. No sé ustedes, pero yo si iré allá y daré la última gota hasta que el momento de la verdad llegue.

Tras decir esas palabras, lo que Red y Axel vieron fueron un gigantesco abrigo pasar entre ellos, con dirección hacia más allá de lo que el bosque permitía ver.

—Yo que ustedes me movería. —Arck rompió con el breve silencio formado luego de la intervención del segundo miembro más poderoso del grupo—. Todavía podrían llegar tarde a clase, y eso no sería bonito entre otras cosas.

Y también se fué.

Con Caos y Pereza alejándose lentamente, sus camaradas tuvieron un extraño momento para pensar en lo que les acababan de decir mientras veían sus espaldas desaparecer en la distancia.

Ambos estaban ahí, parados en medio del momento ligeramente incómodo que había quedado con el silencio que vino después de... Lo que sea que haya sido eso. Hasta que finalmente, tanto Axel como Red suspiraron casi de forma simultánea, y sus expresiones se transformaron en unas de incredulidad y, si, un poco de eso que llaman "cringe".

—¿Por qué siempre hacen eso? —Inquirió el peli-negro, todavía con la vista hacia la nada como pensando: "Wtf was that?".

—No lo sé, creo que es costumbre suya o algo por estilo. —Por su parte el caballero aprovechó para estirarse un poco, ya que claramente iban a seguirlos—. Pero ya qué, nada que hacer al respecto.

—Yeah... Supongo que tienes razón.

A pesar de que harían como que nada de eso había sucedido, al final del día no se podía negar que Arck y Gaiou habían logrado exactamente lo que querían distrayendolos de lo que el futuro les deparaba, ¿Y por qué no? - sembrar una pequeña pero brillante semilla que más adelante serviría como indicativo de algo que ellos necesitaban.

No es que vayan a darse cuenta ahora, así que es mejor seguir adelante, al igual que el mismísimo mundo.

[•••]

No pasó nada que se pudiera considerar extraordinario en sus clases, más allá de que los cuatro Dioses no pudieron ni una sola vez evitar el impulso de desviar la mirada hacia alguna de esas hermanas cada vez que se las encontraban, ya fuera porque coincidían en algunas clases o porque se encontraran de casualidad en los pasillos. Ciertos pensamientos los invadieron por momentos, pero afortunadamente no tuvieron la oportunidad de concentrarse demasiado en eso, gracias a sus actividades del día.

Finalmente, terminaron justo dónde usualmente lo hacían, en la cafetería de la escuela, utilizando lo último que tenían del día para tratar de estudiar y compensar por el tiempo que habían perdido. No obstante, incluso eso les recordaba algo que los ponía algo nerviosos.

«Nino...»

De todos los puntos que debían arreglar, ese sin duda era el más difícil, y solo pensar en ello hacía que les doliera la cabeza, pero no era lo único. Además de que ella ni siquiera estaba ahí para empezar.

—Dejame adivinar. Te mando a la mierda. —Preguntó Gaiou al Dios a su lado izquierdo. Axel simplemente estrelló su cabeza contra la mesa, soltando un largo y tendido gruñido de frustración que hizo reír al albino—. No estás en tú mejor momento eh, Furro.

—¿Cuándo he estado en mi mejor momento? —Resopló el aludido, levantando la cabeza de golpe hasta que reparó en lo último que acababan de decirle—. ¡Hey, ya te dije que no soy un furro la puta ma-!

Anyway.

—¡Oigan no es justo! ¡El pinche narrador está vendido!

—¿Vendido? Pero Mister, Gaiou no tiene ni para comer, ¿Cómo va a sobornar a alguien?

—Ja. Te jodiste. —Gaiou dijo en corto.

—Creo que no acabas de entender las implicaciones de lo que Red acaba de... —Y... Arck se dió cuenta de que la iba a cagar, a tiempo al menos—. ¿Sabes qué? Olvídalo.

Ahí quedó el tema, por los suelos, como sus energías restantes para hacer nada en ese día y todavía no podían descansar.

Lo que es aún más, en ese instante no deberían tener sus ojos lejos de esas cuatro, no porque sea su trabajo, sino porque ahora mismo todas se veían muy alegres, y eso de por sí ya era una gran vista como para perdersela.

—Yotsuba, ya me hablaste sobre tu lazo nuevo como diez veces. Puedes parar, ya capté el mensaje.

—¡Pero aún no has dicho nada!

—¿Tenía qué?

—Uh, Fuutarou-kun no es muy bueno interactuando con chicas, ¿O solo es mi imaginación? —Dijo Ichika, usando un tono tan sarcástico que no podía quedar más claro que no estaba dudando nada.

—...Por qué siento que estás tratando de decirme algo.

Muy claro para todos, menos para él, al parecer.

—Miku, ¿Me ayudas con esto? —Itsuki se acercó a su hermana, y de la nada estrelló un libro gigantesco en la mesa que todos usaban, mandando volar sus cosas un momento—. Este libro de historia usa muchas palabras difíciles y no puedo evitar confundirme.

—Oh, está bien. Ese ya lo leí de todos modos.

—¡¿Eh?!

«Vaya que es fácil olvidar dónde estamos a veces.» Fué algo que pasó por la mente del peli-azul, y aunque los otros tenían pensamientos más dispersos que eso, de alguna manera compartieron el sentimiento.

Era casi hilarante como por una vez los preocupados a morir eran ellos y no todo el mundo a su alrededor, diferentes contextos de lado. Que cuatro de las quintillizas estuvieran disfrutando su tiempo sin nerviosismo alguno daba para curiosos contrastes, y al mismo tiempo, servía como un pequeño aire que tal vez necesitaran.

Se sentía un tanto nostálgico, y muy familiar.

...Podríamos decir que aquí es donde todos se ponen a pensar en sus familias.

Pero no va a suceder de todos modos.

—¡Chicos, chicos!

—¿Huh? —No creerían las caras de estúpidos que tenían cuando los sacaron de sus pequeños mundos internos.

—Ya que Fuutarou fué increíblemente malo les pregunto a ustedes... ¡¿Cómo me veo?!

Iban a admitirlo, eso fué menos complicado de lo que pensaron que sería, teniendo en cuenta que no estaban prestando atención.

—Erm... Creo que se te ve bien. —Sorpresa, sorpresa. Mister de todas las personas fué el primero en halagar a la peli-naranja, aún así no tenía idea de qué hacía—. Es un lindo cambio.

—¡¿Verdad?! —La Nakano se mostró muy a gusto con sus palabras, aunque eso no era raro.

Yotsuba era feliz con muy poco después de todo.

—Yeah. El nuevo patrón de colores combina muy bien contigo. —Red se unió, haciendo lo de siempre y dejando que saliera lo primero que llegara en vez de pensarlo de verdad.

—Te ves bien. —Arck fué otro de los que no se complicó y fué por la mejor opción. La pura verdad.

—¡Ey, gracias! —Luego de correr alrededor de ellos cuál niña de preescolar pasada de dulces, la oji-azul se detuvo en seco y se giró hacia Uesugi, sonriendo con cierta malicia—. ¿Ya viste Fuutarou? ¿Eso no costó demasiado verdad?

—Literalmente no entiendo a dónde quieres llegar con eso. Además, no es que yo supiera qué era lo que querías escuchar de mi.

—¡Pues la verdad! ¿Qué otra cosa iba a ser?

—¿Y eso es? —El grupo entero miró al tipo con extrañes, porque si, es había sido una pregunta muy pendeja para alguien tan listo.

—Pues, pues... —Y todavía Yotsuba se tomaba la molestia de intentar despejarlo todo, sin importar que no estaba muy segura de cómo y por ello terminó desviando la mirada mientras buscaba palabras para explicarse—. ¡Pues la verdad!

Se notaba que lo estaba intentando.

—Ya sabes, como... Cómo...

—Me gustaba más el lazo de antes. —Completamente fuera de las predicciones del resto, Gaiou soltó su hasta ahora perdida atribución al tema, cayendo como roca al flujo de la conversación y dejando un silencio absoluto.

—...¡Cómo eso! —O lo fué, hasta que la misma cuarta lo rompió con sus inmensas energías—. ¡Así de simple!

—Hmmn... Lo que digas, supongo.

—Tal vez deberías dejarlo Yotsuba. Quizá Fuutarou-kun solo sea algo tímido y ya.

—¡Oh, no pensé en eso antes!

—¡Paren justo ahí! —El público se aguantó el impulso de saltar luego de lo rápido que Uesugi se disparó de su asiento. Wtf—. ¡Lo que sea que estén pensando olvidenlo, no hay forma de que yo lidie con eso después!

—¡Pero-!

—¡He! ¡¿Qué acabo de decir?!

Esto estaba comenzando a sentirse como uno de esos "Fever Dreams" de los que la gente tanto habla. Es que no estaban llegando a ningún lado y eso estaba empezando a marearlos.

Afortunadamente para ellos, no sé estarían atrapados en ese callejón sin salida por mucho tiempo.

—En fin. Son conscientes del evento importante que se está acercando, ¿Verdad?

«Fuutarou joder. A veces realmente eres un salvavidas.» Los Dioses suspiraron audiblemente, porque en efecto habían querido sacar el tema antes pero no habían visto la oportunidad para hacerlo sin que se notara que efectivamente había problemas, así que no tener que decirlo era un gran alivio.

—Cierto. A éstas alturas ustedes también deberían saberlo. —Ya que estaban, Arck se levantó y comenzó a organizar los papeles que habían estado usando antes de distraerse—. ¿Tienen algo que decir al respecto?

—Espero que tengan algo que decir al respecto. —Agregó Gaiou, sosteniendo su rostro con una mano. Su mirada decía que estaba aburrido, y bueno, en parte lo estaba.

—Oh si, como podríamos olvidarlo.

—¡El viaje escolar está a la vuelta de la esquina!

—...¿Qué?

No iban a mentir.

Se les había pasado por completo la existencia de eso. Tanto así que se sintieron increíblemente estúpidos porque en un principio estaban muy emocionados con ese viaje e incluso hicieron algo de escándalo pero ahora era como si sus memorias de las pasadas semanas se hubieran ido al carajo.

Cómo sea, se limitaron a sacudir sus cabezas y dejar las expresiones de impacto. Ya tratarían con eso después.

—Impresionante. Y yo que pensé que se habían vuelto más conscientes. —Comentó Fuutarou con sarcasmo—. Ya en serio, ¿Podrían despertar ya?

—Ya, ya. No tienes que tómatelo tan enserio Fuutarou-kun, solo estábamos bromeando.

—Sabemos lo de los parciales. —Miku hizo su pequeño aporte a la conversación. Y solo fué eso, básicamente.

—...Aquí es donde nosotros asumimos que no les preocupa ni un poco. —Dijo el de armadura—. Digo, aún ahora se ven más relajadas de lo nosotros lo estamos, y ni siquiera tenemos problemas referentes a notas.

—¿Hm? ¿Deberíamos estarlo? —Inquirió Itsuki, sonriendo con la calidez que la caracterizaba a ella y a la gran mayoría de sus hermanas.

—Eh, ¿Si?... —La pregunta por parte de Axel parecía más retórica que otra cosa, pero se encendía y eso era lo importante—. O eso se supone, no es que yo sepa cómo ustedes hacen las cosas.

—Pues no veo razón para estarlo, después de todo ustedes están aquí.

—¿What?

—¿Eso qué quiere decir?

—No entiendo, ¿Acaso te parecemos enviados de Kami-Sama o qué?

Well, no tan enviados y habían muchísimos detalles de por medio pero, ya saben, ¿Técnicamente?

—Jajajajaja, no sabría qué responderte la verdad.

—Es un poco cuando a veces se comportan como si fueran seres de otro mundo.

Niña, si sigues hablando vamos a tener que hacerte desaparecer.

Está empezando a saberle demasiado, ujum.

No sean mamones, somos narradores no los hombres de negro.

—De cualquier forma, a lo que me refiero es que desde que llegaron parece que muchas cosas irán en rumbo diferente a lo que nosotras podemos imaginar.

—Lo que mi hermanita trata de decir... Es que estamos completamente seguras de que todo estará bien.

—¡Yeah, we can do it!

—...En serio, ustedes. —Compartiendo una parte de la incredulidad de sus compañeros, Gaiou tomó el trabajo de expresar una pequeña dosis de escepticismo—. ¿Qué les hace pensar eso, eh? Porque ahora tengo curiosidad. —Como siempre, no podía ser menos agresivo que esto, así que tendrían que soportarlo por ahora—. Hasta donde sabemos, si bien han mejorado, y se los reconozco; siguen estando muy por debajo del nivel requerido para superar una prueba cómo está. Así que díganme, todas ustedes.

Quizá se estuviera pasando un poco, pero era necesario y lo sabía, por su bien. Misma razón por la que ninguno de los tutores restantes intentó detenerlo o nada de ese estilo.

Esto era algo que sencillamente tenía que pasar.

—¿Cuál es su plan para aprobar en todos y cada uno de esos parciales? —Soltó, fijando su firme e intimidante mirada llena de fulgor en esas cuatro chicas—. ¿O acaso planean dejar que las cosas pasen y luego tratar de arreglarlo?

—¡Por supuesto que no!

Pero ellas tampoco estaban dispuestas a irse para atrás así como sea. Por su propio bien, y por supuesto, el bien de aquellos que les habían brindado su ayuda.

Fuutarou, Red, Mister, Arck e inclusive el mismísimo Gaiou estaban asombrados a más no poder. Y con mucha razón, porque esta era sin duda la primera vez que ellas peleaban de vuelta, un esfuerzo que cobraba aún más peso al pensar que a la persona a la que le devolvieron el rugido fué al Dios del Caos de entre todos ellos.

En un momento como ese no pudieron hacer más que quedarse congelados y preguntarse: "¿De dónde había salido toda esa seguridad?".

Y no era todo.

—Si hiciéramos eso sería como no reconocer el esfuerzo que todos ustedes y nosotras hemos hecho para mejorar, y eso no puede ser porque... —Itsuki casi explota—. ¡¿No sería eso un desperdicio que lamentar?!

«Itsuki... Te has vuelto increíblemente valiente en muy poco tiempo, ¿No es así?» Arck estaba decidido a escuchar todo lo que tenían que decir, y tal parece que para los demás tutores el sentimiento era el mismo, porque el movimiento empezó, y en poco tiempo ya nadie estaba sentado.

—Chicos. Sé que no entiendo muchas cosas la mayoría del tiempo, y sé que a veces puede ser estresante tratar conmigo. ¡Pero...! —La del gran lazo ya no tan verde atrajo toda la atención hacia si misma, probando que ella también podía ir en serio—. ¡Les pido que me soporten un poco más, para poder demostrarles lo mucho que he aprendido de ustedes!

—Hey, hey, hey. Una chica linda está tratando de hacerlos sentirse orgullosos. ¿No es eso mucho para hacerlos pensar? —Añadió Ichika, más como una forma de empujarlos en la dirección que ella y sus hermanas querían, que porque tuviese algo inspirador que decir—. ¿No van a sacarla del juego sin darle la oportunidad de brillar, o si?

—...

—Senseis. —Y por último, como cereza del pastel, la voz más suave y gentil de las hermanas hizo acto de presencia.

Muy bien, ahora estaban algo emocionados. No tenían la menor idea de qué clase de conveniencia tipo anime era esta, pero tenía efecto en sus estados de ánimo y decir que no lo disfrutaban sería mentir descaradamente.

A decir verdad, no sonreír y arruinarles el momento para dejar salir todo eso les estaba costando mucho, pero se aguantaban, porque querían ver hasta donde llegarían con eso.

—Somos conscientes, al igual que ustedes, de que empezamos desde un punto muy bajo. —Comenzó la castaña, nunca dejando su volúmen natural bajo la libertad de saber que sería escuchada pase lo que pase—. También somos conscientes de lo difícil que es para nosotras seguir el ritmo que se nos exije, y que por ello parece que no vamos a lograr nada, pero por favor no pierdan sus esperanzas en nuestro caso tan rápido. Sé que aún tenemos mucho que dar.

Sin bromear, esto tiene que ser lo más que han escuchado a Miku hablar desde que se conocen, y ese hecho les generaba cierta sensación de realización. Además del obvio respeto que no paraba de aumentar.

—Solo les pido, y les pedimos... Por favor. —Y para finalmente ponerle un punto final a su exposición, la chica se inclinó con cuidado, siendo seguida al instante por sus hermanas—. No pierdan su fé en nosotras. No todavía al menos.

—Es cierto que ahora las cosas parecen un poco difíciles, pero pueden hacer eso... ¿Verdad?

Silencio. Puro, casi sofocante y profundo silencio de parte de los tutores.

Se quedaron ahí parados, sin quitar los ojos de esas cuatro chicas ni por un segundo hasta el punto de comenzar a preocuparlas porque no habían parpadeado en lo absoluto. Ciertamente estaban profundos en sus ideas tras tremenda demostración dirigida a ellos.

Estaban pensando con cuidado, o eso parecía, pero la verdad no podría estar más alejada de eso.

Siendo completamente honestos, ya habían tomado una decisión desde el instante en que las Nakano dejaron de hablar.

—...Joder.

—A veces me pregunto por qué dejamos que todo llegue a estos extremos.

—Hmph. —El de ojos lilas fué el primero en volver a sentarse, aparentemente desinteresado otra vez—. Esto solo deja claro que fué un error molestarme en primer lugar.

—Un momento, ¿Eso significa que...?

Cómo respuesta, los chicos que aún estaban de pie se sentaron, aunque sería más adecuado decir que se dejaron caer de golpe junto con sus niveles de estrés.

Luego de eso, se dieron un par de gestos distintos, pues mientras unos simplemente miraban a otro lado o fingían que no pasaba nada, la otra mitad del colectivo reía de una forma que inspiraba cosas muy agradables.

—Bueno. —Habló el peli-azul—. No es como si pudiéramos venir y decirles que no cuando ponen caras como esas. —Y con una sonrisa extra, dejó a fácil interpretación suya cuál era su posición actúal.

Con un par de señas a los lados, el resto confirmó lo que ya sabían (Si, incluso Fuutarou, por más difícil de creer que les resulte), y las Nakano prácticamente destellaron de alegría.

—¡WOOO-HOOO!

—Gracias.

—Haha, eso salió muy bien al final.

—No los decepcionaremos, ¡Es una promesa!

—Más les vale. Ya han sido suficiente dolor de cabeza antes. —Soltó con un fastidió no muy genuino el de cabello color nevada. Todavía no las miraba directamente.

Era demasiado riesgo para él que lo vieran sonreír, tal parece.

—Ujum. Completamente de acuerdo. —Fuutarou apoyó con ganas lo dicho por Gaiou, pero de inmediato se encargó de poner de su parte en todo esto—. Así que deberían saber que no será fácil hacer que valga la pena.

—Eso solo significa que será aún mejor cuando lo logremos. —Vociferó Itsuki. Inflando pecho y todo, aunque no le salió tan bien ya que se veía más adorable de lo que era intimidante.

—Me gusta la energía de esta. —Red admitió entre risas en las cuales Arck lo acompañó, pero por razones diferentes.

—Okay, okay. Mucho dulce y todo pero estar aquí desperdiciando el tiempo luego de decir todo eso solo sería un desperdicio. —Para sorpresa de todos, Mister sufrió un repentino cambio de actitud—. ¡Así que vamos a trabajar un poco más antes de que me arrepienta de esto! —Uno que por alguna razón lo hacía más útil para la causa.

—¡Hagámoslo!

—¡No pienso quedarme atrás!

—Vaya, que enérgicos están todos de pronto.

La actitud tan "Happy-Go-Lucky" de Ichika pronto se fué al caño cuando Gaiou dejó caer algo del material de estudio de todas justo frente a ella.

—Ni creas que te vas a salvar, Niña. Agarra el libro y ponte a estudiar.

—Eeeehh... —Al principio se mostró sacada de onda y hasta a la defensiva, pero no le duró mucho—. Hmmn... Supongo que es lo justo.

—No puedo creer que esto esté sucediendo.

—¿Todavía crees que estamos en una dimensión alterna o algo así, Zuutarou? —Decía Red.

—Puede ser...

—Entonces dejá de hacerlo, porque esta es la realidad. ¿Y sabes? —Arck pasó al lado del humano palmeando amistosamente su hombro, todo mientras acomodaba sus lentes—. Ahora mismo tenemos trabajo que hacer.

—...Supongo que es mejor que comience a moverme ya.

—¡Ese es el espíritu!

Huh, lo que hacen los buenos ejercicios de motivación en grupo... O un buen lavado de cerebro. Lo que sea, sirvió así que da igual.

Desde ahí se podría decir que el panorama se veía un poco más brillante para los Dioses. Y si, es cierto que a estas alturas no entendían como el solo pensar que podrían dejar de disfrutar las cosas como están les quitó tantas horas de sueño, pero se veía redundante preocuparse por ese detalle ahora.

Ese preciso momento, mientras las veían - a casi todas, a falta de una. - dar todo lo que tenían, esforzándose al máximo para dar la talla respecto a sus palabras, a los Dioses les era imposible dejar que un sentimiento asombrosamente cálido los invadiera, al mismo tiempo que los confundía, pues no sabían que era exactamente.

Cómo sea. Ya tendrían tiempo para averiguarlo... De eso se asegurarían.

[•••]

Momento de volver a casa. Vaya que era impresionante el giro de 360 grados en la atmósfera, teniendo en cuenta lo pesado que estaba el aire cuando el día empezó, o al menos lo era para nuestros protagonistas.

—¿Qué deberíamos hacer ahora?

—Hmm, ¿Qué tal si vamos a comer algo?

—¡Oh, oh! ¡Me gusta esa idea!

—Lo sabemos, Itsuki. Lo sabemos, no tienes que exaltarte tanto.

—¡Hey! ¿Por qué tengo la sensación de que estás pensando más de lo que dices, Ichika?

—No sé de qué hablas~.

—¡No trates de evadir la pregunta, oe!

—Hace un tiempo que no como Takoyaki. —Decía de la quintilliza con audífonos, claramente prestándole cero atención al drama a su derecha.

—¡Yo quiero tarta! —Yotsuba también lo ignoraba, pero era básicamente porque no entendía la razón de la discusión.

—Que ruidosas...

—¿No van a ir directo a casa? —Arck cuestionó, en parte por curiosidad y en parte para tapar el fastidio de su hermano—. Pensé que querían descansar luego de hoy.

—Podemos descansar mientras hacemos otras cosas entretenidas.

—Si, no es exactamente nuestro punto fuerte quedarnos en un solo lugar por mucho tiempo.

«Se nota.» Pensaron los chicos con caras de póker que se hacían más frías con cada segundo que presenciaban a Yotsuba haciendo ZOOM entre ellos.

—Haa, era de esperarse. Ustedes cinco nunca se comportan como personas sensatas después de todo. —Dijo el quinto y olvidado tutor.

—Hey, ¿Qué quieres decir con eso?

—No lo sé, tú dime.

—Sabes Yuutarou, me estás empezando a caer mejor.

—Gaiou, no sé si seas la persona adecuada para estar de acuerdo con esa oración.

—No tengo la menor idea de qué hablas, Arck.

—Manzanas. Oh bien. —Red wtf—. Supongo que aquí es donde nuestros caminos se dividen. Fué un bonito día, buena suerte a todos.

—Diviertanse y todas esas cosas. Y recuerden llegar a casa temprano para que no se los lleve el tipo que va por la calle con un costal en el hombro. —Decía por último Axel, cimentando la despedida.

—Un momento, ¿Qué es lo que están diciendo ustedes?

—Vamos, no sean bobos, ¡Aún podemos divertirnos un poco antes de que el día acabe!

—...¿What?

—Ustedes si que pueden ser algo lentos a veces, ¿No es así? —Comentó Ichika, sin ánimo de ofender, y no es que lo hiciera señalando la pura verdad.

No se habían dado cuenta antes, pero de alguna forma tenían la impresión de que el aire se había vuelto muy de ¿Bienvenida?. No sabrían explicarlo, solo sabían que se sentía cómodo.

Y como siempre, solo existía una posible explicación para qué, o este caso: quiénes provocaron tal cambio en el ambiente, cosa que se confirmó cuando presenciaron cómo las cuatro hermanas que no los odiaban se adelantaron a ellos, como si quisieran invitarlos a algo.

—¡Vengan!

—Si no sé apuran los vamos a dejar atrás.

—No será una salida apropiada si no estamos juntos todo el tiempo que nos sea posible. —Ah, otra vez esa sonrisa—. ¿O acaso no les parece una buena idea?

Sus acompañantes mantuvieron el silencio e incluso se detuvieron por completo en sus pasos. Todo pues por fin habían pillado la idea de la invitación a salir, y de hecho, les parecía esperanzador en cierto modo ya que antes de esto, la única vez que salieron todos juntos fué para lo del festival, y eso no lo consideraron exactamente una apropiada salida de amigos.

El pensamiento los hizo sonreír - bueno, a la mayoría. Siempre estaban esos dos casos... - mientras, permitían que la calidez a su alrededor los envolviera por un momento, solo eso.

Y precisamente porque no podían quedarse así por siempre, respiraron profundo y con las expresiones más brillantes e inocentes que pudieron, se prepararon y dijeron al mismo tiempo:

—No.

—...¿Ah?

Uhum, si. Definitivamente un gran día.

[•••]

Bueno eso... Eso había sido raro.

Por qué carajos seguimos cambiando de escenas tan abruptamente. Ya en serio, ¿Quién putas dejó el interruptor de Anime encendido?

Hablas como si supiéramos dónde está para empezar. De ser así ya habríamos apagado esa cagada.

Me lleva la-.

En fin, patata, potato.

—Red ya te lo dije, no vamos a volver a esa discusión. —Que raro, nada más llegamos y Axel ya se está quejando.

¿Pero qué clase de broma del universo lo llevaría a verse tan exasperado con algo que el escudo de carne en el grupo hiciera, si de hecho era de los que más le soportaba aún en sus momentos más pasados de pendejo?

—¿Pero por qué no? —Debatió el nombrado, cruzándose de brazos como si no estuviera a punto de soltar la estupidez de la vida—. Si me lo preguntas era super interesante.

—No vamos a seguir hablando de Pepsi y Leche juntas, Red.

Oh. Ya.

Ahora todo tiene sentido.

—¡Pero! ¡¿No te parece escandaloso?! —El de ojos bicolores (aunque eso sea un detalle que jamás se mencione) saltó al frente del de ojos completamente rojos mientras aún avanzaban—. Los humanos van por la vida bebiendo eso como si no fuera una mezcla que bien podría haber sido sacada de Chernobyl de lo asquerosa que suena.

—¿Cuando la humanidad ha sido normal?

—¡Eso no viene al caso!

—La puta madre Red.

No vamos a mentir, todo esto suena tan ridículo que el propio escritor está perdiendo diez neuronas por palabra que escribe aquí. Y considerando que no tenía muchas para empezar, es medio preocupante el asunto.

Pero hey, mientras nos pague no nos importa, so-.

—¿Tienes alguna idea específica para la cena de hoy?

—La sangre y alma de mis enemigos.

—Hm. Creo que nos faltarían ingredientes... Además quién sabe si Mister tenga ganas de cocinar.

Al menos esos dos se mantenían dentro de su propio mundo, siendo más normales que sus compañeros.

O bueno, tan normales como podían permitirse ser... Que tampoco era mucho.

Actualmente nos ubicamos en el que literalmente es el lado completamente opuesto de la manzana al que estaban hace unos minutos al acompañar a sus alumnas. Si, ultimadamente decidieron no hacer parte de su salida porque... Porque no, literal no había otra razón.

¿Se vió raro? - Si.

¿Les importaba? - No tanto la verdad. La mayor parte de sus razones es que todo eso parecía cosa de ellas y pensar en estar ahí los hacía sentirse fuera de lugar, sobre todo luego de hablar tanto. Podría parecer que su razonamiento no era lógico pero no querían entrometerse más de lo absolutamente necesario.

—Por favor díganme qué no soy el único que siente que algo potencialmente malo está por suceder. —Dijo Mister de la nada, haciendo que el resto blanqueara sus expresiones un instante antes de responder.

—Menos mal lo dijiste tú, no quería parecer dramático. —Red empezó.

—Si. Bastante, de hecho. —Siguiéndole apareció Arck.

—Yeah, básicamente. —Y Gaiou terminó la tanda.

Consideraron apurar el paso para safarse de lo que sea que el destino les fuera a lanzar, pero ya era demasiado tarde cuando escucharon a la distancia gritos que poco a poco se hacían más cercanos y subsecuentemente; ruidosos.

Reconocieron la persona a la que pertenecía esa voz casi de inmediato con todo y que no se habían girado, y si bien no les molestaba, no se pudieron aguantar las ganas de suspirar, el cansancio haciéndose presente.

—¡Heeeeeey! ¡Espereeeeeen!

Itsuki venía en camino, tan rápido como sus piernas y condición física - que podría ser mejor, siendo honestos. - se lo permitían.

«¿Por qué sigue sucediendo esto...?» Los Dioses se cuestionaron, refiriéndose claro a la cantidad de clichés con los que se estaban chocando los últimos días.

Itsuki no hizo nada malo, por supuesto.

Cómo sea, no tenían opciones así que les tocó ir con la corriente.

—¡Chicos, chicos!

Estuvieron a nada de echarse a reír. Ella de verdad estaba sufriendo por... ¿Qué? ¿Treinta metros o algo así? Y se notaba que la pobre no estaba en su mejor momento.

Al menos fueron lo suficientemente considerados para no decir nada cuando llegó y prácticamente se desplomó a recuperar el aliento.

Que no fueran a decir algo después es otro asunto, ya saben... Por si necesitan una extorsión.

—¿Ya? —Inquirió Arck, acercando su mano para ayudarla a levantarse. Un gesto que la chica agradeció incluso antes de poder hablar.

—Y-Ya... —Dijo entre respiraciones pesadas a medio camino de estabilizarse. Cosa que ella si hizo—. Menos mal los alcancé, esto habría sido muy incómodo de decir por mensaje. —Agregó, ahora que sabía que no iba a explotar a la primera oportunidad.

—Por alguna razón no me gusta del todo a dónde va esta conversación.

—A ver Kirby, ¿A qué te refieres ahora? —Le cuestionó (tan inconscientemente agresivo como siempre) el Doom Bringer, acercándose de un modo que hizo a la peli-roja retroceder por impulso.

—Woah, cuidado ahí hermano. No ha descansado lo suficiente. —Sin embargo antes de que pasara a mayores, Arck se puso entre ambos—. Dale un momento, ya se explicará ella misma.

Gaiou arqueó una ceja mientras miraba a la única persona a la que consideraba su igual directamente a los ojos, casi gritando "Arck, ¿Qué wea?" Con su expresión de confusión que lamentablemente para él jamás fué respondida.

—Gracias. Y lo siento por interrumpirlos... —Aliviada y ya con sus latidos más controlados, la Nakano se dirigió apropiadamente al cuarteto entero—. Pero saben... ¡No sé supone que las cosas marcharan de esta manera?

Los cuatro, sin falta, cruzaron miradas para luego clavar sus ojos en ella. Itsuki pudo darse cuenta muy fácilmente de que ninguno tenía reverenda idea de lo que estaba saliendo de su boca, y tuvo un pequeño tic nervioso en el párpado.

—En serio, ¿Chicos? —La oji-azul suspiró y colocó su derecha sobre su frente. Se veía como una madre decepcionada, y básicamente esa era la idea—. ¡¿Qué fué eso allá atrás, huh?!

—...

Oh, ahora sí que sabían a qué se refería.

—...Entonces dinos Itsuki, ¿Qué te llevo a correr hasta aquí solo para hablarnos? —Al ver en el predicamento que estaban, Arck decidió que huir era una alternativa aceptable.

—Cierto. Cierto. —Mister igual apoyaba la moción, que no tenía ganas de pasar por eso—. ¿Pensé que ya habíamos hablado acerca de recorrer la ciudad a pie cuando tienes chófer?

—¡Hey, eso fué una vez y además ahora la distancia era muy pequeña para eso!... ¡Y no traten de desviar el tema!

¿Y qué creen?

Desviaron el tema.

—¡Rayos!

—Bueno, ¿Podemos saber o no? —Musitó Red, algo impaciente—. Sin ofender.

—Se agradecería que te apresuraras. —El albino seguía pareciendo algo grosero sin siquiera intentarlo, aunque al menos ahora estaba más en control—. No me emociona la idea de tener que patear treinta borrachos diferentes en el camino a casa. No hoy al menos.

—...Ay, realmente no puedo contra todos ustedes. Me superan incluso en esto.

Querían preguntar qué había querido decir con eso - porque sentían que tal vez deberían estar un poquito ofendidos. - pero prefirieron callarse y dejarla ser. Esto llevo a que, tras rendirse, Itsuki recordara lo que fué a hacer en ese lugar, y mirara con cierto reflejo de inquietud a sus tutores, justo antes de comenzar a buscar en sus bolsillos.

Fué un proceso tortuosamente lento a ojos de seres que día a día veían el fugaz ir y venir de la vida misma desde sus posiciones como Dioses, aún cuando ahora no tuvieran ese privilegio. Pero al final sucedió.

Itsuki sacó su teléfono de su bolsillo.

Teléfono el cual tenía la pantalla encendida, pues había algo corriendo... Una llamada, para ser más específicos.

Y no era cualquier llamada.

—Es para ustedes...

Era esa llamada.

«Oh fuck.» Los Dioses casi palidecieron y maldijeron en sus mentes, de la misma forma que maldijeron que Fuutarou no estuviera presente para que tomara la bala por todos, porque de nuevo el universo mismo estaba en su contra. Eran ellos por su cuenta esta vez.

—¿Oigan, van a...? —La Nakano continuó sosteniendo el teléfono en dónde les fuera fácil alcanzarlo pero se extrañó al ver que nadie estaba moviéndose.

La verdad es que ellos estaban haciendo un recuento rápido de todas las cosas que tenían el potencial de salir horriblemente cuando contestaran, y como que les estaba tomando más tiempo del que debería.

—...Yo digo que Arck conteste.

—Espera, ¿Qué?

—Completamente de acuerdo.

—Jamás pensé que diría esto pero apoyo la idea del Furro.

—Hey, hey. Un momento. ¿Acaso no tengo permitido decir algo aquí?

—Muy tarde Aniki. La democracia es una cosa poderosa a veces.

—Dale Arck. Hazlo por la orda.

—Por Asgard.

—Pero qué-... —Agh, pensándolo mejor, era inútil así que prefirió guardarse sus energías—. Haa... Bueno, ya qué.

El mayor y más confiable de los tutores alcanzó el teléfono - en contra de su voluntad. - y retiró sus lentes antes de ponerlo cerca a su oreja, eso sí, asegurándose de presionar la opción de altavoz antes de hacerlo.

—Buenas tardes.

[Vaya. Si que les tomó lo suyo.]

Si las cosas no fueran pues, de la forma en que són, se concentrarían más en el detalle de que desde aquella vez en dónde los contrataron no habían vuelto a escuchar de este sujeto, pero obviamente no tenían el espacio para eso. En su lugar algunos de ellos tragaron con fuerza - los más desesperados por conservar el trabajo. -, y sin más se dedicaron a ver qué tan lejos podían llegar.

—Si, lamentamos eso pero no es como que supiéramos que llamaría hoy de todos los días posibles. —El peli-azul se excusó, porque vamos, el hombre perfectamente pudo haber enviado un mensaje avisando—. De todos modos eso no importa. Tiene algo importante que decir, ¿Verdad?

[Efectivamente. Pero primero, ¿Están todos?]

—Fuutarou se marchó hace un rato, pero supongo que podemos comunicarle todo más tarde.

[Muy bien entonces, en ese caso...]

Tuvieron la leve impresión de que la persona al otro lado de la línea estaba tratando de decirles algo sin decírselos de verdad. Esto los llevó a hacer que los engranajes en sus cerebros se pusieran a trabajar, hasta que eventualmente llegaron a una conclusión, y todos, al mismo tiempo, se giraron a ver Itsuki, quién retrocedió algo asustada porque joder, eso dió miedo.

—¿Q-Qué? —Fue lo primero que salió de su boca. De pronto ya no se sentía tan segura—. ¿Sucede algo?

—Creo que es mejor que te alejes un momento, Itsuki.

—¿Huh? —La sorpresa inicial se fué rápido, siendo reemplazada al instante con confusion y curiosidad—. ¿Por qué?

—Es gracioso que esperes una respuesta a eso. No es que no tengamos una ni nada, jajajaja.

—...¿Red qué carajos?

—Nada. Largo de aquí. —En vista de que dos de las otras tres personas en su lado eran unos incompetentes, el tipo del abrigo tomó el asunto en sus manos, y lo digo literalmente. Gaiou comenzó a empujar a una inmóvil Itsuki lejos de la acción—. Cosas de trabajo, no es algo que te incumba o debas escuchar.

—¡¿Eh?! ¡Pero si ustedes son mis tutores, por supuesto que me incumbe!

—No, no lo hace. —Sentenciaron los dichosos tutores, poniéndole un fin a sus quejas.

No era que tuvieran algo en contra de que escuchara, pero sabían perfectamente que las cosas estaban a punto de ponerse algo difíciles e involucrarla no parecía estar bien para ellos, y aparentemente tampoco para el propio padre de la chica, que los incitó silenciosamente a tomar ese camino de acción.

Una vez el albino estuvo de regreso, y ya sin obstáculos que le impidieran volver a dónde estaban, el señor Nakano prosiguió.

[Como sé que es lo que quieren y no tengo el tiempo para hacer lo contrario, iré directo al grano.] —Dijo con su usual firme y casi faltó de emoción tono de voz—. [Supondré que ya saben acerca de los parciales.]

«Así que si vamos para allá...» Tal y como lo imaginaban, estaban jodidos.

Respondieron con un no muy entusiasta "si", que el hombre de negocios tomó como señal suficiente para seguir.

[Perfecto. Verán, quería aprovechar esta oportunidad para ver qué tanto han mejorado mis hijas con la ayuda que les han estado brindando.] —Pausó un segundo, cómo queriendo dar la impresión de que eso era todo, pero los Dioses sabían que no era así—. [Y claro, ¿Por qué no?... Para probarlos a todos ustedes como tutores.]

Ahí estaba.

—¿A qué se refiere exactamente con eso? —El Dios hizo una pregunta de la cual ya sabía la respuesta. No es que sirviera de algo, solo quería estar seguro, y que los demás lo escucharan.

[Simple.]

No se les mantuvo en expectativa mucho tiempo. Sin embargo, en los pocos segundos en que nada sucedió, el aire se volvió increíblemente pesado de respirar. Al tiempo, las expresiones de los cuatro se volvieron mucho más afiladas, como si esperaran un ataque sorpresa.

Solo que esto podrían verlo venir a la perfección.

[Para cuando el último parcial haya sido entregado, si una sola de mis hijas resulta con aunque sea uno reprobado...] —Su voz llegó como el golpear de una gran ola contra una montaña. Amenazante, pero pasivo—. [Todos y cada uno de ustedes será despedido.]

—...¿Qué?

No podrían decir que no lo esperaron porque fué todo lo contrario. Tampoco harían como si pensaban que quizá los cambios en la historia trabajarían a su favor esta vez, porque eso jamás sucedía. Pero no es como que saber todo eso evitaría que fruncieran el ceño.

De pronto había muchas cosas en juego, más de las que se atreverían a confesar en ese momento.

—Gh. Entiendo que tipo de tren de pensamiento debió llevarlo a tomar esa decisión, pero incluso para nosotros es demasiado pronto. —Dijo, medio hablando con honestidad y medio tratando (inútilmente, ya lo sabía) de buscar un camino alternativo—. La ventana de tiempo que hemos tenido para trabajar es muy pequeña y si bien es cierto que ellas se han esforzado mucho, quizá siga siendo demasiado.

[Oh, soy perfectamente conciente de eso, no crean que no.]

«Como si eso ayudara en algo.» Pensó el cabeza de cerillo del grupo. El resto seguía esperando; Gaiou observando analíticamente con los brazos cruzados y Axel caminando de un lado a otro con aparente calma mientras escuchaba.

[Pero luego de considerarlo a un poco llegué a la conclusión de que... No me importa en lo absoluto.]

—...¿Perdón?

—¿Pero qué diablos pasa con este anci-? —Los ojos del Dios del Caos brillaron en señal de su fastidio a la mitad de sus gruñidos. Afortunadamente Arck aún tenía una mano libre y se aseguró de pasarla sobre su boca para evitar una tragedia.

[Si. Básicamente lo que escuchaste.] —El hombre al parecer no alcanzó a pillar nada de eso, menos mal, aunque seguía sin ser del todo bueno—. [Fueron ustedes los que se mostraron tan confiados en sus habilidades que incluso me convencieron a mi que podrían con cualquier cosa que se les atravesara. Siendo así, ¿No crees que es más que natural que me permita esperar un poco más de su rendimiento como Tutores?]

—Si... Supongo que lo es.

[Me alegro de que estemos de acuerdo. Bien.]

Un resoplido generalizado se dió cuando los seres de inmenso poder, ahora sin mucho del mismo; se dieron cuenta de que no había manera de safarse de su predicamento más que seguir con las ideas que ya venían cocinando desde la mañana. Y bueno, digamos que no era tan sencillo.

[Las cosas sucederán de esta manera.] —Escucharon el rechinar el algo al otro lado de la línea, producto del padre de las quintis reacomodándose en su silla—. [El día de la entrega de notas los llamaré de nuevo a una hora que yo considere apropiada. Entonces les pediré un reporte de situación y ustedes me lo darán. Nada más y nada menos, ¿Suena bien?]

—No es que exista otra forma de hacer esto más sencillo. —Comentó el perezoso en un susurro, luego dió la respuesta real—. Si, eso funcionará.

[Perfecto. Ahora, la idea de someterlos a este tipo de prueba sin un incentivo digno no me agrada en lo absoluto, así que arreglaré eso ahora mismo.]

«Oh, genial. Aquí vamos con esas pendejadas.» Ahora fué el turno de Gaiou por gruñir en exasperación. Este escenario ya lo había visto muchas veces antes y no le gustaba por lo que significaba.

No importaba que tan bien se viera la recompensa. Al final siempre se trataba de empujar a otros a la dirección deseada, usando una carnada que a primera vista se veía asombrosa, pero qué sin embargo seguía siendo nada más que un placebo.

[Si logran hacer que todas aprueben, recibirán lo que a mí me parece un agradable aumento del sueldo del 15%. Quizá 20% si lo que llegue a mis oídos me gusta, ¿Qué les parece eso?]

—Gracias señor, pero realmente no nos preocupa tanto ese detalle. —Arck se aseguró de contestar con educación pero no dejó de lado el hecho de que literalmente le chupaba tres hectáreas de verdura—. Lo tendremos en consideración aún así.

[Eso servirá por ahora. Cómo sea, ya no tengo nada más que decirles.] —Puede que solo estuvieran sobre dramatizando, pero jurarian que podían percibir la sonrisa de este tipo, todavía cuando no podían verlo—. [Volveremos a tener contacto el día acordado... Buena suerte, por si acaso la necesitan.]

Y colgó.

—...

—...

—...

—...Okay. —Antes de nada, Red se aseguró de que nadie fuerá a pensar más de lo necesario. Algo que se agradecía, considerando que él también estaba considerablemente preocupado—. Eso pudo haber salido mucho peor, ¿No lo creen?

—Ughhh...

—Hmph.

—Lo que sea.

De no ser porque estaban en la mitad de la acera se dejarían caer al suelo. Que cansancio psicológico joder, en serio.

—¿Chicos? ¿Todo bien?

Al notar que no había moros en la costa, la chica con adornos de estrellas en el cabello se encontró a si misma caminando lento pero seguro de vuelta al punto dónde se concentraban sus amigos.

Los Dioses no se sentían con ganas de venir y fingir sonrisas, pero por el bien de la causa tendrían qué, de momento.

—Oh, Itsuki. Tu timing es perfecto, ya terminamos por aquí de todos modos. —A pesar de todo lo anterior, el profesor se esforzó por sonreír y no dejar ver rastros de que lo que había sucedido ahí fué una masacre, básicamente—. Ten, no lo dejamos caer ni nada.

La peli-roja se acercó y tomó su celular de vuelta, así aprovechó para examinar la cara de Arck y seguidamente las de Gaiou, Axel y Red ahora que podía hacerlo. No obstante encontrar algo que le diera una pista probó ser más difícil de lo que imaginó, ya que ellos lucían perfectamente normales por fuera.

De todos modos, que ninguno hiciera una broma o dijera algo para intentar molestarla, aún teniendo la oportunidad, le hizo arquear una ceja en sospecha.

Algo pasaba por aquí.

—¿Papá les dijo algo importante?

—Nah. No realmente. —Contestó el gato, fingiendo prestar más atención a su teléfono, cómo normalmente lo haría en otras situaciones.

—Solo nos asaltó con muchos formalidades sobre nuestros métodos de enseñanza, el asunto de nuestras pagas y bla, bla, bla. —Y Red secundó, solo que él no tenía que hacer mucho. Hablar y ser amigable eran lo suyo después de todo—. Te aburrirías si te contaramos los detalles. Yo estaba considerando seriamente ponerme a jugar con las rocas siendo sincero. —Bromeó por último, usando una pequeña risa como punto extra.

—Puedes tomarle la palabra a Red. Sé que tal vez no lo parezca pero yo estaba igual. —Por último el mismo peli-azul, aprovechando para volverse a poner sus lentes—. Jamás me han gustado este tipo de cosas. Se hace demasiado tedioso a veces.

—Hmmmnn... —Pese a todos sus esfuerzos, ella jamás dejó de verlos como si tratará de buscar fallas en sus posibles fachadas.

En algún momento dirigió su atención a Gaiou, quien en ese instante se encontraba de espaldas ignorando toda la conversación, algo que normalmente no sería raro, igual él jamás fué el tipo social, pero en esta situación en particular encendía algunas alarmas y a la Nakano no le gustaba la cantidad de ruido que hacían.

Definitivamente pasaba algo... Pero...

«No van a decirme nada, ¿No es así?» Concluyó, muy acertadamente cabe aclarar.

En respuesta a la negativa de los varones por darle las respuestas que necesitaba, Itsuki se decidió a hacer algo al respecto, pero a falta de saber exactamente qué, necesitaba pensar.

Y lo hizo... Justo ahí, en frente de todos ellos, porque si.

Esta niña es la ostia.

—¿Itsuki? ¿Estás bien? —Preguntó Pedro, que para variar estaba algo confundido con esa actitud.

—¿Por qué la pose de pansador repentina? —Mister también estaba confundido y al mismo tiempo preparado para considerarlo cosas de adolescentes normales, pero valía la pena hacer el comentario.

—Shhhhh. —Well, that was rude—. Ustedes no molestar, Itsuki pensar.

—What the fuck. —Vociferó el albino.

—¿En qué momento evolucionaste a Yoda? —Red igual estaba sorprendido. De la nada un pensamiento estúpido llegó a él y como siempre tenía que dejar que todos lo supieran, para ello se dirigió al mayor de ellos—. Arck, ¿Qué clase de cosas le has estado enseñando?

—Si te estás imaginando que le hablé sobre el sentido de la vida y la misma existencia más allá de los límites de la dimensión que habitamos, entonces imagina otra vez, porque no hice eso.

—No sé qué debería pensar acerca de lo específico que fué eso.

—Nada. No pienses nada.

Mientras ellos andaban en sus tonterías, su objetivo inicial se hundía en un mar dentro de su mente. Todo producto de sus intentos por hacer que todo funcionara de la forma planeada.

«¿Podría ser que siguen inquietos por lo de las pruebas?» Consideró, completamente ignorante al ruido a sus espaldas. «Uhm. Eso tendría sentido, aunque les hayamos pedido confianza no es como que eso elimine todas las otras variables.»

Fué solo cuestión de segundos hasta que llegó a la conclusión de que lo que molestaba a sus profesores y amigos tenía que ver con el desafío académico que pronto enfrentarían. Y si bien es cierto que no tenía idea de en qué figuraba su padre en todo esto, suponer que les dijera algo que los preocupara no era una locura, así que tomó eso como base.

Ahora, eso solo aclaraba el asunto que los llevó a esta situación, sin embargo no hacía nada para decirle qué podría hacer para tratar el problema.

La respuesta a eso probablemente era "no mucho", le guste o no. Simplemente así es como funcionaba y por mucha voluntad que tuviera, sin herramientas estaba limitada.

En medio de su dilema, surgió en ella el poderoso impulso de mirar por sobre su hombro. No pudo evitarlo al final, pero no fué como si lo lamentase, no con lo que llegó a ver una vez puso toda su atención en ese problemático grupo de chicos que ya hace un tiempo llegó a su vida y la de su familia.

—¡¿Por qué no funciona?!

—Because of my Data, son. —Gaiou se mantenía inmóvil y con la sonrisa de egomaniaco más grande que... A quien engañamos, era demasiado normal si hablamos de él—. It hardens in response to dumb people.

—Se que me acabas de insultar, ¿Pero al menos podrías hacerlo en un idioma que pueda entender? —Quejó el peli-rojo, incitando una muy ruidosa carcajada de su contrario.

—No.

—¿Cuánto apuestas a que se cansa en los siguientes dos minutos?

—Mister, pensé que ya sabías que no es realmente buena idea ponerse en ese plan conmigo. Esto es raro. —Dijo Arck—. Cómo sea. No creo que dure los dos minutos, de hecho, le doy 30 segundos más y es ser considerado con Red.

—¿Dices eso cuando sabes que se ha estado poniendo en forma?

—Oh no. Sé perfectamente que puede seguir golpeando, pero Gaiou no lo va a dejar vivir luego de que le pusiera las manos encima.

—...Oh mierda. —Axel susurró al darse cuenta de que había desperdiciado su dinero.

Quien sabe qué pasó pero el pacifista de Red estaba en un full Sunlight Yellow Overdrive contra el que sin duda es el Dios con más capacidad física bruta de los presentes, así que era fácil darse cuenta de que no estaba llegando a ningún lado. De hecho Gaiou estaba riendo y con muchísimas ganas ante ese patético intento por moverlo del sitio donde estaba parado, y no parecía ir a parar... Al menos hasta que se cansara y aplastara la cabeza del tipo con armadura por seguir tocandolo.

Axel y Arck miraban desde los lados porque obviamente no era su asunto y no querían salir volando junto con Red cuando el infierno se desatara. Los dos aprovechaban para hablar de cualquier tontería que les interesara a ambos mientras ignoraban que estaban a punto de perder a uno de los suyos.

Por extraño que parezca, presenciar aquello - otra vez, porque no era la primera ocasión en dónde algo así sucedía. - puso a una persona como lo era Nakano Itsuki de muy buen humor.

¿Cómo no estarlo?, Después de todo ella entendía que para ellos ser un desastre solo era una manera de traducir que estaban felices.

«Tal vez no sea tan difícil.» Se dijo a si misma. Su sonrisa ensanchandose a cada segundo. «Tal vez solo necesite mantenerlos así un poco más de tiempo y lo solucionarán por si mismos.»

Si... Eso sonaba bien.

—Ookay. Ya que no van a cooperar, hagamos esto.

—What.

—¿Eh? ¿Qué pasó?, No estaba prestando atención. —Luego de Arck, Res salió de su burbuja, todavía en su incómoda posición siendo suspendido en el aire, obra y gracia del Caballero Santo y Dios del Caos del grupo.

—La verdad, la verdad... Igual. —Secundó Mister

—¿A quien matamos?

—¡A nadie! ¡Ahora no hagan preguntas y vengan aquí!

—Hoy estás un poco exigente, Itsuki. —Comentó el tutor de cabello azul y ropa deportiva. Sin dar signos de estar ofendido, de hecho ya estaba haciendo lo indicado.

—Shhhhh, nada de cuestionar, solo vengan.

—No pues, lo que tú digas mamá. —Musitó Mister antes de, a regañadientes, hacer lo que le pidieron.

Así hasta que los cinco estaban reunidos en el círculo más estable que les salió con tan poco miembros, se esperaron hasta que su directora temporal se decidiera a hacer lo que sea que la había llevado a llamarlos, algo que sucedió bastante pronto.

—Muy bien. Aquí.

Los Dioses miraron con curiosidad - además de que no entendían. - el momento en que Itsuki extendió su brazo frente a ellos y cerró su puño casi por completo, a excepción de su dedo meñique, el cual había quedado a la vista de todos.

—¿Qué se supone que hagamos con esto? —Inquirió Red.

—No sé qué de tipo de Vtubers has estado viendo pero creeme que a nosotros no nos interesan tus dedos. —Decía Gaiou, ya imaginándose que tipo de tendencias la pobre habrá desarrollado en base a su pobre entendimiento de lo que la chica intentaba.

—Dejen eso, solo pongan los suyos uno sobre otro. —La peli-roja ni siquiera sé inmutó cuando se percató del tipo de miradas que le estaban lanzando, es más, no hizo otra cosa que reír—. Síganme en esto por favor. Les prometo que valdrá la pena. —Expresó por último, cambiando a un tono de voz más suave y, de cierto modo convincente.

Ninguno de ellos sabía a dónde iba a todo esto o lo que la menor pretendía lograr, pero fué eso mismo lo que a últimas los llevó a despejar sus mentes por un momento. Un breve momento que fué más que suficiente para que el instinto de ver más se volviera lo suficientemente fuerte, y entonces no tuvieron como reaccionar hasta que sus dedos meñiques estaban juntos. Todos los unos sobre los otros, con el a comparación pequeño apéndice de la humana en el fondo.

Antes de que tuvieran la oportunidad de preguntar más, fueron sorprendidos con algo que no esperaban.

—Si algo he aprendido en el tiempo que llevamos conociéndonos es que ustedes... O bueno, la mayoría de ustedes, son personas de palabra. —Comenzó la Nakano, tomando fácilmente la atención de sus acompañantes—. Así que sé que si llevo las cosas hasta este extremo, no hay manera de que hagan cualquiera otra cosa que no sea mantenerse firmes en lo que digan, así que usaré eso a mi favor.

La confianza, la seguridad que tenía y la paz que irradiaba, de alguna u otra forma llegaron a ellos y les impidieron quitarle los ojos de encima a esta enana que se las había arreglado para meterse en el medio de sus asuntos sin permiso, pero para bien.

Y ella sabía bien lo que estaba haciendo - o puede que no, pero eso era mejor que no hacer nada. - por eso se podía permitir sonreír como si nada malo estuviera sucediendo.

—Con eso en mente, espero que me perdonen, pero voy a comprometer lo que sea que esté pasando por sus cabezas en favor de mis propios deseos egoístas. —Y todavía se atrevía a usar ese tipo de descripción—. No estaría tranquila si no, así que... ¿Podrían prometerme algo?

—...No me gusta esa cara tuya, Itsuki. —Tras un par de segundos de silencio, Gaiou lo rompió soltando palabras que bien podrían malentenderse cómo disgusto sin fundamento, pero en de verdad, eran todo lo contrario—. Ese tipo de expresión solo viene de personas demasiado listas para su propio bien. —Seguia hablando, pero no se movía—. Hmph, como si no tuviera experiencia con sonrisas tan molestas e irritantes.

No muy sutilmente el de ojos magenta clavó su único ojo visible sobre al que hacía llamar su hermano. La reacción que obtuvo fué exactamente la esperada también.

Ese idiota se atrevió a reír.

—Creo que no me molesta la idea de hacer todo más difícil para mí sin razón alguna. —Decía el Dios del Sueño, tomando gusto en los bufidos de su hermano menor, además de usarlos como confirmación de que esté era el camino adecuado—. A falta de que los demás digan algo, es bastante seguro responder:... Si, podemos hacer eso.

Red y Mister no hicieran nada más que asentir, porque no es que fueran buenos en esta clase de ocasiones y consideraban que era mejor dejarle todo el trabajo a los que si tenían algo que decir. El gesto no pasó desapercibido, por ninguno de los involucrados.

—Entonces, prometanme...

Un movimiento rápido y un tanto brusco los agarró desprevenidos. Itsuki retiró a bueno momento su mano del fondo de la pila de extremidades dónde estaba y aprovechó toda su capacidad junto con su mano libre para, cómo pudo, encapsular las de los chicos. Una acción un tanto cursi e innecesariamente embarazosa, pero porque era ella prefirieron aguantar.

—Que pase lo que pase. —Olas de determinación chocaban en sus ojos, los cuales mostraba con gusto a las personas a las que llegaba su voz—. Sin importar lo extremo de la situación... Jamás van a bajar la cabeza otra vez.

—...

—Prometanme que no importa lo difícil que sea, cuando terminé todo será igual o incluso mejor entre nosotros. —De pronto su voz sonaba aún más vivida—. Que cuando esto termine lo único que ocupará sus cabezas serán modos para aprovechar el tiempo que tendremos por delante y divertirnos al máximo mientras lo hacemos.

«Vaya que puede ser una persona bastante intensa por momentos.» No se atrevieron a vocalizar sus pensamientos por miedo de tirarla de su propio vuelo.

Daba igual. Mentiría si se atrevieran a negar que los tenía atrapados justo dónde quería.

—Y sobre todo, quiero que cada uno de ustedes, de corazón me prometa.

Después de todo eran demasiado estúpidos para fingir que nada de esto les afectaba.

—Que nunca, jamás, bajo ningúna circunstancia, van a rendirse. —Terminó, resaltando con vigor esa última, y muy importante parte—. Ni con nosotras, ni con sus propios deseos. ¿Está bien eso?

Haa. Que decirle ahora.

Ya estando tan avanzados, casi se sentía como una pregunta tonta a la que de cualquiera manera no sabrían exactamente como responder, a pesar de lo simple que resultaría a cualquiera observando desde fuera.

No era tan sencillo como decir "si" y volver a su camino. Ya no más.

Y porque lo sabían, abandonaron la posición en la que estaban, alejando sus extremidades.

Uno creería que estaban a punto de ponerse súper serios con su demostración, pero en lugar en de eso, lo único que Itsuki vió fueron brillantes, naturales y sobre todo esperanzadoras sonrisas.

—Oye, Itsuki, solo dinos una cosa.

—...¿Si? —Dejó salir. Sus expectativas aumentando explosivamente en un solo instante.

—¿La oferta para salir juntos sigue en pie?

Oh, pues bien. Esto no sorprende a absolutamente nadie.

—Ja, ja, ja, ja. Que cosas dicen chicos. —Hablaba de esa manera pero su rostro brillaba tanto que casi lastimaba la vista—. ¡Por supuesto que lo está!

Pero parece que podemos considerar esta tarde como una gran y muy satisfactoria victoria. ¿Para quién? No es realmente relevante.

Se ganó algo y eso es lo que importa, ¿No?

[•••]

¿En serio no tenemos presupuesto para otro separador? No sé, uno que no se vea tan culero.

Eh... Técnicamente lo teníamos.

¿A dónde se fué?

Galletas.

A qué la canción, me cago en to-.

Regresando a lo importante.

Tal y cómo estaba planeado, lo que quedaba de la tarde de ese mismo día se convirtió en una salida de grupo en la que no se dejó miembro de la banda por fuera, ni siquiera a Fuutarou.

Nadie supó qué sucedió para que esos sujetos cambiarán de parecer a último momento, pero tampoco es que se quejaran. Eso sí, tendrían que agradecerle a Itsuki más tarde.

—¡Yey, estoy recién casada! —What—. ¡Por favor felicitenme!

—Felicidades.

—Bien por ti, Yotsuba.

—Congratulaciones. Acabas de dar un paso en el infierno.

—Gaiou, no.

—Gaiou, si.

—¿Algo que decir Kuutarou?

—Por favor no me metan en esto.

—Muy tarde.

Oh, si. Por obra y gracia del destino se decidió que dirigirse a la residencia de las quintis no le haría daño a nadie. Actualmente se desarrollaba una sesión de juegos en la que habían pasado por varias opciones hasta llegar a ésta.

Nada más y nada menos que Monopoly.

Pero qué mal agüero de juego escogieron.

—En fin. ¿Cómo es que seguimos atrapados aquí? —Habló Uesugi, sin mucho apuro pero apenas suficiente fuerza para que se le tomara en serio—. Lo que es más, ¿Ustedes no deberían estar un poquito más preocupadas por las pruebas de mitad de parcial?

—¡Fuutarou-san, debes dejar de mencionar la escuela cuando estamos saliendo! —Regañó la Nakano de cabello naranja.

—Pero si estamos bajo techo, ¿De qué estás hablando? —Respondió él, claramente no entendiendo el punto.

Algunos de los tutores se sintieron curiosos y prestaron más atención que el resto. El foco de esa atención era el mismo Fuutarou, quien a pesar de las circunstancias contra las que corrían, no parecía que el tema le fuera o le viniera, algo que se notaba fácilmente en su cara.

«Se vé mucho más tranquilo que en la historia original.» Notó Arck. Y es que si, el hombre daba aires de haber alcanzado la paz interior porque incluso después de haberle dicho que su trabajo peligraba, la reacción del peli-negro continuó siendo mínima.

Quizá sea por el hecho de que ni a él mismo le preocupaba considerablemente, pero las hermanas no se molestaron en fingir que querían seguir trabajando, algo comprensible.

—Estamos bien por ahora.

—Yeah. No por nada estuvimos estudiando un montón esta tarde. —Apoyó Itsuki—. Creo que esto es más que justo para una compensación.

—Descansar también es una parte importante del proceso de aprendizaje, ¿No? —Ichika fué quien lanzó la pregunta retórica y nadie pudo estar en desacuerdo—. Dudo que se acabe el mundo porque nos detengamos por hoy, así que no estaría nada mal si solo disfrutamos el momento.

Eso era verdad.

Querrán salir de esto de la mejor forma que les sea posible, pero la idea jamás ha sido matarlas de estrés. Los tutores tampoco estaban dispuestos a seguir trabajando, al menos por hoy.

—Para ser honestos no es como que nosotros no estuviéramos agotados. —Comentó Red—. La vida no es fácil de este lado del charco.

—¿Huh? ¿Charco? ¿Cuál charco?

—Creo que solo es una expresión, Yotsuba.

—Ja, ja, ja, ja. Me parece que también ha sido suficiente para nosotros. Parar por hoy es lo más lógico. —Turno de Arck. Él estaba con la mitad de su atención en el juego, y la otra en el sueño que tenía, típico de él—. Ellas no son las únicas que necesitan descansar.

—Okay, okay. Antes de que me salten todos encima, que sepan que no es necesario, ni siquiera lo decía esperando que algo sucediera. —El quinto resopló con el cansancio que igual compartía—. Incluso después de que acepté hacer parte de esto a pesar de que preferiría estar estudiando... No necesito que me den un sermón justo ahora. El bullying no tiene por qué ser una opción.

—¿De qué hablas, Chúntaro? —Desde su posición en la mesa el albino rió con razonable malicia—. Si todos sabemos que eso siempre es la solución.

—...Saben, a veces olvido con quién me junto. Olviden todo lo antes dicho.

—Jajajajajajaja.

Por unos minutos más ese apartamento fué bastante ruidoso, el disfrute de los presentes manteniendo vivido el ambiente de forma permanente al hacer algo tan simple y mundano como usar un juego para fortalecer sus lazos.

No obstante, es imposible hacer que algo duré para siempre, y en su caso, esta imperturbable tranquilidad era ese algo.

—Se nota que se divierten.

—¡Oh, Nino! ¡Al fin sales!

«Oh.» No iban a mentir. Con el favor que les hizo no apareciendose todo el día para complicar las cosas innecesariamente, incluso ellos se olvidaron de que ella también vivía ahí.

Tampoco es que les preocupara. Aún si se había dejado ver la cara con intenciones de ser un dolor de cabeza. Hoy no estaban realmente en plan de seguir batallando con la peli-cerezo.

Por su parte, Nino pareció no actuar al no percibir deseo por oponer resistencia de parte de los tutores. Chasqueó la lengua, ya que atacar sin provocación no se vería exactamente bien, así que se resignó a dejar las cosas en paz por ese día y seguir con su vida.

Tras escanear la sala por unos segundos, la Nakano decidió qué quería hacer, pero había un pequeño detalle a tratar primero.

—Tú. —Se dirigió a Fuutarou—. Los cupos están llenos. ¿Podrías moverte? —Inquirió con mitad de cortesía y mitad... Lo de sielpre—. Quiero jugar.

—Ah. Está bi-.

—Olvida eso. No es necesario.

Okay, hasta ahí llegaba la noche tranquila.

Varios pares de ojos fijaron la interacción que estaba por desarrollarse entre el más agresivo de los presentes y la más decidida de las hermanas a sabotearlos. Un mal augurio a primera vista.

«¿Why?» Se cuestionó mentalmente Mister, no entendiendo por qué Gaiou escogería ese momento de todos los posibles para iniciar una discusión. Algo que prácticamente todos los demás también se preguntaban... Todos menos uno.

Pero nada de eso quita que su pesimismo estaba basado en lo que ya sabían del problemático jóven - lo poco que les dejaba saber. - y sin embargo, lo que él intentaba hacer se alejaba bastante de esa idea.

—Yo ya he tenido suficiente de esto. —Esa oración creó un poco de confusión, y oh boy, lo que seguía no era mejor—. Puedes quedarte con mi puesto, ya no me interesa.

Nino, sus hermanas, Fuutarou y hasta dos de los tres extranjeros presentes quedaron boquiabiertos.

¿Gaiou? ¿Siendo considerado con alguien que no le agradaba en lo absoluto?

Más bien.

¡¿Gaiou cediendo algo solo porque si?!

—...¿Estás enfermo? —Fué lo único que dijo Nino, de alguna manera sonando muy segura de que la respuesta sería "si".

—No comprendo por qué habrías de pensar eso.  —Claro, él se encargaría de quitarle fuerza a esa suposición.

Si la respuesta de la gente a tu amabilidad es pensar que no estás en tus cinco sentidos tal vez deberías revisar el como manejas tu vida.

«Cierra la boca, Mad.»

Si. Cierra la boca fresita. Nadie te preguntó.

«Como les gusta aparecer de la nada cuando no debería quedarme parado viendo al infinito.» Es gracioso porque para disimular el Doom Bringer había decidido levantarse y hacer tiempo palmeando su ropa en busca de sacudirse cualquier partícula de polvo que lo alcanzase antes, sin darse cuenta que tenía demasiada atención sobre él.

—Espera, ¿Ya te vas? —Preguntó Itsuki.

—¿Acaso no es obvio? —Dijo como si no fuera una duda perfectamente válida—. Apuesto a que nadie aquí se ha molestado en dedicarle unos segundos de su tiempo a ver lo que hay al otro lado de la ventana.

—Espera, ¿Qué?

—Ostia puta.

Fuera de tonterías. El resto de Dioses reconocieron la razón en las palabras del albino porque, cuando por fin miraron a través del cristal, lo único que pudieron obtener fueron imágenes de unas cuantas estrellas y algunos edificios bajo el cielo nocturno. Luego de eso miraron en sus celulares la hora, y vaya que se sorprendieron.

—Es jodidamente tarde.

—Parece que estuvimos más distraídos de lo planeado. —El mayor de encogió de hombros, no era un problema después de todo—. Cosas que pasan, supongo.

—De pronto tengo una cantidad de sueño inhumana.

—Entiendo el sentimiento.

—Yo ni siquiera debería estar aquí.

No pasó mucho hasta que eran varias las personas de pié, todas personas que no vivían ahí lógicamente. Entre tanto las que si lo hacían observaban con algo de pena porque sea lo que sea, se estaban divirtiendo y era una lastima que eso se tuviera que acabar.

—¿Entonces... Eso es todo? —Cuestionó la de cintas gemelas, prácticamente aguantandose las ganas de dejar ver lo contenta que estaba con ello—. ¿Se irán?

—Si. Ese es el plan.

—Seguimos necesitando dormir.

Eso era una verdad a medias.

—Supongo que no se puede hacer nada al respecto.

—Nada de lo que sentirse tristes, ¡Todavía podemos volver a salir mañana!

—Hey, no abusen. Todavía tienen que estudiar, ¿Recuerdan?

—¡Si, si, si, si, lo que sea! —Lo que para algunos se vió como un tornado barrio con toda la sala, arrastrando a los tutores de uno en uno—. Vamos, si no salen rápido los van a terminar asaltando cuando vayan de camino a sus casas. —Y ese tornado no era otra persona más que Nino. De verdad tenía prisa en dejarles de ver la cara.

—¡Woah, calma, calma!

—¡Puedo caminar por mi mismo por si no lo recuerdas!

Entre quejidos y exclamaciones por parte de Nino, apurandolos para que se marcharan, la mayoría terminó esperando cerca de la entrada hasta que el resto los alcanzaran, cómo Arck a quién Nino consideraba demasiado listo para hacer un movimiento sin cuidado, o Gaiou, a quien directamente le tenía miedo por motivos que ya se imaginan.

Desconocido para muchos, sería uno de ellos quien haría parte de una escena que les dejaría mucho que pensar en los días siguientes.

El cuál de ellos no sería una duda que perduraria.

En este momento, todo el ruido de la vivienda se va a ceros. Pero no porque alguien se hubiera callado, ya que de hecho, las discusiones seguían yendo y viniendo con Nino intentando deshacerse de los chicos, ellos poniendo mala cara y varias hermanas tratando de poner orden.

—Se siente... Raro. —Cubierto entre el desorden a su alrededor. El sutil susurro que salió de esta mujer pasó en gran parte desapercibido.

Los ojos azules, que era una parte de las características compartidas entre las Nakano, en esta ocasión en posesión de la mayor entre ellas; se mantenían fijos a pesar de la cantidad de sucesos dándose al mismo tiempo en distintas direcciones.

La razón de su comportamiento se alejaba lentamente de ella, dándole la espalda oculta tras la enorme prenda de colores oscuros que al parecer apreciaba más que nada. Sus pasos resonando mientras se abría camino hacia la puerta del apartamento.

Por alguna razón no podía dejar de verlo, y algo en el fondo de su mente estaba ahí, echándole leña al fuego, susurrándole que no se suponía que sucediera de esta manera.

Al tiempo que Ichika llegaba a una resolución, el centro de la problemática inicial ralentizaba sus pasos y sentía como sus pupilas se dilataban, culpa de un gran, gran, y muy preocupante escalofrío.

Por qué parece que todo está a punto de irse a la mierda. —Mad en su cabeza le hizo saber que no se había vuelto más loco y que también lo percibió.

Porque no tenemos otra forma de existir. —Y luego llegó Dom a acabar con sus esperanzas de imaginar que de alguna manera podría safarse de nada.

Ah si. Cierto que eso era una cosa, tiene sentido.

«Well, shit.» Cómo el único que en realidad estaba ahí, para él los efectos fueron mucho más fuertes. Su sexto sentido se disparó en alarmas.

Necesitaba largarse de ahí, pero ya.

—Un momento.

—¿Huh?

—¿Ahora qué sucede? —Maculló la segunda.

Pero como ya era usual, la vida no planeaba dejarlo salir de esta intacto.

—Gaiou, ¿Qué haces?

No solo el aludido detuvo su andanza, el resto de tutores también se quedó quieto y observó dejándose llevar por la curiosidad - o el llamado instinto de vieja chismosa de barrio que todos tenemos en nuestro interior. - ya que, recordemos, ninguno de ellos se ha enterado de absolutamente nada de lo que esos dos hablaron durante aquel festival, y precisamente por eso que ella llamará la atención del albino, y que por encima lo hiciera llamándolo por su nombre sin más, sin honorífico alguno pues... Era cuánto menos extraño de alguna forma.

—...¿Cómo que "qué hago"? —Se dignó a responder luego de superar eso que a los demás les extrañó tanto. Ya se había acostumbrado a no escuchar su nombre sin honoríficos hablando de personas ajenas a su grupo de cuatro—. Lléndome a casa, ¿Qué otra cosa va a ser?

—Eeeh, pero... —Primera y única señal del alerta: una sonrisa en extremo sospechosa.

Gaiou tragó saliva por puro instinto y levantó un poco el mentón de manera desconfiada. Al ver esto Ichika soltó una risilla que, sin exagerar, hizo que todos y cada uno de los vellos del Dios del Caos se erizaran, como el pelaje de un animal que ha sido capaz de percibir que una tormenta se avecina.

Y tal como en esos casos, no le queda de otra más que observar y tratar de refugiarse como pueda.

—¿No habías prometido que...? —Usando un tono de voz muy "tierno" y una mirada suplicante la peli-rosa hizo su movimiento. Todo mientras levantaba a la vista de todos un libro de Inglés—. ¿Te quedarías esta noche y me enseñarías?

—...Ah. —La consciencia de Gaiou se fué a la puta.

—¡¿Eh-?!

...¿Qué mierda?

Drugs.

Oh man, oh man... Esto no puede ser bueno.

Que mal había sonado eso.

***

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

終わりました!

Un nuevo obstáculo se presenta en el camino de nuestros protagonistas... O mejor dicho, en el camino uno de nuestros protagonistas.

¿Gaiou se cabreará y se irá a dar putazos con la dama destino por seguir jodiendolo a cada rato? ¿Sus neuronas se mantendrán intactas para cuando terminen con él? ¿El autor se dará cuenta de que se olvidó de un montón de detalles que ya debería haber mencionado? ¿La gente dejará de fingir que la Pepsi mezclada con Leche sabe bien?

Todo esto y más encontrará respuesta en el próximo capítulo de Bakugan: El Surgimiento de Mechtanium-... Digo qué.

Continue Reading

You'll Also Like

760 140 17
¿Un viaje puede cambiarlo todo? Este es el caso de Roy Martínez un chico de 17 años que después de cierto viaje su vida daría un cambio radical sobre...
315K 30.9K 60
La noticia de que Red Bull se arriesgo al contratar a una mujer para que reemplace a Sergio Pérez luego de su repentina salida del equipo, ronda por...
4.6K 211 10
Lisa como siempre molestada en la escuela hasta que su hermano la defendió ese día cambió para ella enamorándose de su hermano
16.8K 588 58
Van a reaccionar a canciones, ships lo que sea... también va a ver salseo 7u7 ya lo verán