Capítulo siete
Con el paso del tiempo y después de un par de miles de millones de años, TaeHyung se acostumbro al frío del Hades, la tierra de los muertos, después de todo, ese ni siquiera era su destino, simplemente era un sitio por el cual tenía que cruzar para llegar a donde quería.
Al Tartaro y su rincón más oscuro y escondido, donde nadie entraría.
Miró con pesadez las almas agonizantes clamando piedad y ayuda que no merecían, uno que otro dios que fue castigado por los de mayor rango trabajando con resignación. Suspiro con tranquilidad cuando vio las dormideras de cerca, estaba llegando.
Se concentró en las dormideras, unas bonitas amapolas blancas que tanto él como su madre adoraban y mantenían en sus moradas, eran flores con alcaloides de efectos sedantes y narcóticos, haciéndole honor a sus divinidades.
Acaricio bajo el hocico del enorme perro guardián que resguardaba la cueva donde su madre vivía, el animal inclinó su cabeza gustoso con la caricia y dejándolo pasar sin problema al saber de quién se trataba y reconocerlo como dueño.
Al entrar, TaeHyung inhalo, llenando sus pulmones de la suave y fresca brisa que ambientaba el lugar, la luz de una Luna que no existía en el sitio pero que acompañaba a su madre por doquier, iluminando todo haciéndolo mucho más agradable. Le gustaba, pues era muy parecido a la cueva donde él vivía, le era muy cómodo y agradable.
Sabiendo que pronto se haría de madrugada y su madre llegaría, se sentó en uno de los muebles de Ébano y espero.
Cerró los ojos y suspiró, agotado, adolorido.
— Es pasada medianoche, TaeHyung... ¿Puedo saber porque demonios me llamas?
— Lo siento, Hobi Hyung, necesito que vayas con Yoonie y le cuides, a él y a YeJi, por favor, y-yo estoy de viaje y ... — el nudo en su garganta no le había permitido continuar hablando.
— ¿Estás llorando? ¿Todo está bien, Tae? — escucho el ruido de unas llaves — déjame ir por ti, ¿Dónde estás?
— Y-yo estoy bien Hyung, por favor, tiene que ir donde Yoonie Hyung, por favor, por favor.
Después de unos minutos donde convenció a HoSeok de que estaba bien y dejara de preocuparse por él y fuera a ver a YoonGi, TaeHyung había colgado la llamada y se había dirigido al hogar de su madre, justo donde está.
Abrió los ojos cuando escuchó al perro guardián ladrar demasiado fuerte. Se levantó y se acercó con el pensamiento de que a lo mejor y era JiMin o JeongGuk, ese par tampoco le caía bien al pobre animal.
Grande fue su sorpresa al ver a Hemera, diosa del día, allí.
Sonrió divertido cuando vio a la pequeña mujer discutir con el enorme animal, sus manos puestas en sus caderas y su ceño fruncido en desafío.
— Dejame pasar, pulgoso — un ladrido y la chica abrio la boca ofendida — tonto, le dire a Nix que te castigue, ¡Soy su hermana, respetame!
Cuando el perro lanzó el siguiente ladrido y los orbes de Hemera brillaron en un intenso dorado, TaeHyung decidió intervenir.
— Tia.
La mujer le miró y, pasando del perro que gruñía en desaprobación, se acercó a abrazar a su sobrino favorito. Cuando se separaron, le dedicó una dulce sonrisa que también le hizo sonreír.
— ¿Qué haces aquí, Morfeo? — TaeHyung hizo una pequeña mueca al ser llamado de esa manera — Uy, olvidaba que te creías mortal.
TaeHyung soltó una risa y negó tomando su mano y llevándola dentro.
— Todos los dioses tienen uno, Tia ChaeYoung — habló divertido refiriéndose al nombre a lo que la rubia rodaba los ojos — visitó a mamá, quiero hablar con ella, lo necesito...
— ¿Problemas en el paraíso?
— La mayoría del tiempo me caes mal.
ChaeYoung soltó una risa y sacudió los cabellos oscuros de su sobrino.
— ¿Qué hicieron tus hermanos esta vez? Ese par es demasiado travieso para el gusto de todos aquí — TaeHyung asintió de acuerdo — Yo vine a buscar unas cosas, casi amanece y tengo que irme, pero la otra noche deje algo aquí y recién lo recuerdo.
Morfeo asintió en comprensión, faltaban tan solo unos minutos para que su tía partiera, pues, su madre salía en las noches y Hemera se escondía; cuando amanecía, Hemera salía y Nix se escondía. Así funcionaban como día y noche, un perfecto y hermoso balance.
Le contó todo de la manera más resumida que le fue posible. La mueca molesta de ChaeYoung le cohibió un poco, pues era un dulce de mujer.
— Bueno, no es la primera vez que un ser inmortal se enamora de uno mortal, es algo que se volvió común — TaeHyung hizo una mueca — pero lo que hicieron tus hermanos no está permitido, jugar con un mortal de tal manera es...
TaeHyung parpadeo cuando los ojos de ChaeYoung se encendieron en un fuerte dorado, un gruñido brotando desde su garganta.
— Merecen ser castigados, el idiota de tu padre no hara nada, pero tu madre...
— Mamá se enojara mucho, lo se — suspiro indeciso pero aun atento a lo que pudiera hacer su tía — no se si deba saberlo... son insoportables pero ...
— Tu corazón es muy noble, Tete.
— Y por eso siempre superaste las expectativas de tu padre y las mías — ChaeYoung y TaeHyung se exaltaron cuando escucharon la voz de la dueña de la morada retumbar en las paredes de piedra.
Ambos se levantaron y, mientras Tae hacía una reverencia corta, ChaeYoung la miraba espantada.
—¿¡Tan tarde es!? — Nix soltó una risita y asintió.
— Amaneció hace casi una hora, envié a algunas Hespérides a hacerse cargo por el dia de hoy, asumí que algo importante había pasado, jamás has faltado — ChaeYoung lloriqueo agradecida, Nix miró a su hijo y suspiro — tus hermanos serán castigados, Morfeo.
— Mamá...
— Lo serán, ya lo decidí... se de esto hace mucho y no es correcto — gruño quitandose de encima el manto negro de estrellas de cargaba, suspiro cuando vio la mirada de cachorrito que su hijo le regalo — nadie puede revocar mi decision...
— Ni siquiera el mismisimo Zeus que nos gobierna, ese idiota le teme a Tzuyu, ¡Teme hablarle! Tu madre puede desbaratar todo el olimpo si quiere y ese hombre jamás le tocaría un pelo, ni a ella ni a ninguno de nosotros — hizo una pausa mirando a su hermana — y como no, si eres aterradora.
A TaeHyung se le escapó una carcajada y Nix rodó los ojos.
— Ya te he dicho que no me gusta que me llames Tzuyu... pero tienes razón — guiño el ojo haciendo a la rubia sonreír — Morfeo... — Tae lloriqueo y la mujer suspiro — Tae, ven, deja que mamá te abrace.
Tal y como un cachorrito, se refugió en los brazos de la hermosa mujer.
Tzuyu, mejor conocida como Nix, diosa de la noche y una de las diosas primordiales, descendencia directa de Caos, era la mujer más temible del olimpo y fuera de él. No solo representaba algo tan importante como lo era la noche, era una figura de autoridad y libertad, fue quien le dio la idea a Zeus de dormir a Cronos y poder liberar a sus hermanos, por eso el dios le guarda tanto respeto. Además de ser madre de los dioses más importantes para el transcurso de la vida como se conoce.
Se admite, su apariencia, después de ser completamente hechizante y sublime, hermosa, aterraba, no había dios fuera de su familia que no le temiera; sin embargo, TaeHyung sabía que no era así, la conocía y amaba por lo mismo.
Siempre fue justa y comprensiva con cada uno de sus hermanos, era amorosa y siempre tenía los brazos abiertos para que se refugiaran en ellos.
ChaeYoung los miro lastimera cuando escucho suaves sollozos de parte de su sobrino.
— El amor lastima... pero es una de las sensaciones más bonitas que podrás experimentar en la vida, y la tuya es eterna, TaeHyung, con la persona correcta todo se verá color de rosa, te sentirás tan pleno y el sentimiento de protegerlo prevalecerá en tu pecho, en tu corazón, no querrás que nada malo le pase y sufriras junto con el.
Sintió la mano de su madre tantear su pecho, justo sobre su corazón, justo donde dolía.
— No te mentiré, de todas formas, lo estás viviendo, es... agridulce, es... es un trago amargo, lo disfrutas, pero el primer trago se te hará insoportable porque es la primera vez — Tzuyu lo alejo y limpio las lágrimas de las mejillas de su hijo, le sonrió comprensiva — habla con el, TaeHyungie, explicale, se paciente, después de todo, no deja de ser un humano que, hasta el momento, creía que todos nosotros éramos simple mitología griega.
— Tzuyu tiene razón, es difícil de digerir, es decir, en filosofía te enseñan que Zeus maneja el olimpo y bla, bla, bla... pero no esperes que de la noche a la mañana procesen que los dioses si existen y que uno se ha enamorado de él — ChaeYoung se encogió de hombros.
Tzuyu frunció el ceño y suspiró mirándola.
— ¿Y tu como sabes?
La rubia boqueo y miró al suelo unos segundos antes de hacer un puchero y mirar a su hermana mayor.
— La vida de un dios es aburrida, digamos que una que otra vez fui estudiante de instituto por periodos... los chismes de pasillo son muy interesantes — comentó divertida, TaeHyung asintió dándole la razón.
La mayor allí, bufo buscando calma y repitiendose una y mil veces que era su hermana la que estaba hablando.
— Como venía diciendo... explicale y dale tiempo, si está dispuesto a seguir con su vida y dejar que tu hagas parte de ella y la de su hermana, perfecto, voy a respetar esa decisión y tú tendrás que tomar una, pero... si por el contrario, decide que no quiere saber de ti, asi lo haras, no te cruzaras en su camino de nuevo y lo dejaras vivir en tranquilidad, ¿está bien? Desaparecerás de sus memorias... sus recuerdos y sentimientos por ti se irán para siempre.
— Mamá...
Nix negó dejando un beso en su frente.
— Para mantener el orden, tendría que quitarle sus memorias y castigarte a ti... pero eres mi hijo, Morfeo, además de que has demostrado tener moral y buenos valores, es todo lo que puedo hacer por ti y ese humano y su hermana.
TaeHyung asintió cabizbajo. ChaeYoung se acercó y le abrazó por un costado regalando consuelo.
— Te protejo a ti, porque te amo; y lo protejo a él porque tu lo amas.