DIVER || CHOI BEOMGYU

By leviniel

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"๐—ฆ๐—ถ ๐˜๐—ฎ๐—ป ๐˜€๐—ผ๐—น๐—ผ ๐—ฐ๐—ผ๐—ป๐—ผ๐—ฐ๐—ถ๐—ฒ๐—ฟ๐—ฎ ๐˜‚๐—ป ๐—ฝ๐—ผ๐—ฐ๐—ผ ๐—ฑ๐—ฒ ๐—ณ๐—ฒ๐—น๐—ถ๐—ฐ๐—ถ๐—ฑ๐—ฎ๐—ฑ... ๐—ป๐—ผ ๐—บ๐—ฒ ๐—ฎ๐—ต๐—ผ๐—ด๐—ฎ๐—ฟรญ๐—ฎ ๏ฟฝ... More

Antes de empezar
PLAYLIST
OO : THE INSOMNIAC SLEEPING BEAR
O1 : THE WONDERFUL PLAN OF CHOI YEONJUN.
O2 : AND THE ANSWER OF HIS PLAN
O4: NOT WORKING BY HIS OWN
O5: CRISIS
O6: SOMETHING IN COMMON
O7. HELP
O8: MUSIC

O3: SHE NEVER FORGETS A FACE

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By leviniel

—¿Qué tal te fue en tu cita? 

La noticia de que por fin había comenzado a recibir las tutorías de Sai, fueron comunicadas a SooBin y YeonJun justo un día después. Y claramente que tenían curiosidad en saber cómo habían resultado las cosas durante ese encuentro, así que no esperarían en indagar.

BeomGyu se encoge en la banca que ocupa junto a sus mejores amigos,  avergonzado por la manera en la que su amigo ve las cosas.

—Sabes que no fue una cita. —Se defiende, tratando de restarle importancia al asunto. —Solamente cumplía con la tutoría. De todos modos, se podría decir que lo arruiné.

—¿Hm?—un sonido nasal en tono inquisitivo de escucha —No es raro viviendo de ti, —YeonJun añade mientras sorbe un poco de su gaseosa. —pero quiero saber qué sucedió. No podemos aconsejarte sin saberlo.

El menor rueda los ojos.

—El sueño me estaba ganando y dejé de prestar atención —miente, sabiendo que no puede simplemente hablarle de las crisis existenciales que tiene de pronto.

Pero no puede engañar al sexto sentido de mejor amigo que Choi SooBin tiene.

—¿A quién le da sueño teniendo en frente a la persona de quien gustas?  —El mayor pregunta, con algo de ironía, como si estuviese esperando que BeomGyu admita que la excusa que le da es superflua.

—Supongo que al único idiota que se trasnocha haciendo nada en particular.

SooBin y YeonJun trataban de tomar con normalidad ciertas actitudes de BeomGyu, tampoco se atrevían a preguntar mucho al respecto. Y no porque no les interesara la situación actual de su amigo, sino porque no sabían hasta qué punto ellos debían indagar.

La actitud de BeomGyu había cambiado mucho durante esos últimos meses. El chico espontáneo que no tenía miedo de ser débil ante sus mejores amigos se había convertido en un muchacho melancólico y reservado. Aún se esforzaba por ser fiel a su manera de ser tan cálida y amena, de mostrarse animoso con sus amigos día a día; sus ojos todavía no perdían su brillo. Pero SooBin y YeonJun anhelaban que volviese  a su esencia, a que dejara de actuar como si las cosas no fuesen difíciles de cargar por su cuenta, que se atreviera a decirles cómo en verdad se sentía.

Temían que simplemente se cansara de cargar todos sus sentimientos,  y el brillo de sus bonitos ojos acabara por esfumarse.

—No es normal que tu horario de sueño esté tan distorsionado, BeomGyu. —SooBin interviene de nuevo, con algo de cautela. 

—Volveré a mi horario normal, eventualmente. Estaré bien, SooBin-hyung. — el más alto quisiera decirle que no está satisfecho con esa respuesta, empero, no sabe cómo proceder sin que su amigo se sienta presionado a hablar. La mirada de YeonJun tambien le corrobora en que lo mejor es dejar el tema allí. 

—Pues sera mejor que intentes concentrarte mas. —la voz de YeonJun intenta aliviar un poco la tensión presente. —Ya te di el primer empujón, BeomGyu, el cómo sucedan las cosas a partie de ahora depende de ti.

La cabeza de BeomGyu parece querer enterrarse en la mesa luego de escuchar tal cosa, su boca emite un aire dramatico de frustracion. 

—Apenas sobreviví ayer, dame un respiro. —Los dos Choi solo pueden rodar los ojos ante su dramática reacción, como si ellos no fuesen los reyes del drama. 

—No te estoy diciendo que actúes por impulso o que aceleres las cosas —el mayor procede  a explicar —, pero tampoco le des muchas vueltas al asunto, a ella no le gustan los rodeos innecesarios. 

Luego de un rato siendo aconsejado/sermoneado por sus amigos, los tres se dirigen a continuar con su respectiva jornada. Mientras sus mayores depositan los restos en el lugar correspondiente, BeomGyu examina con desinterés el lugar, pero al hacerlo, una vaga idea cruzo por su mente.

Nunca había visto a Sai en la cafetería.

Las pocas veces que la veía por casualidad en hora del almuerzo, era caminando por los pasillos, de camino al salón del consejo, intentando ver las actividades de los clubes, simplemente estando ocupada. Pero no recordaba haberla encontrado ahí, almorzando. Como en ese momento.

"No seas paranoico. El primer lugar de su promoción y la presidencia deben consumir su tiempo. No es de las que se relajan como los demás". 

Se reprocha como un mantra, sin querer sacar conclusiones precipitadas sobre asuntos de los que, se enfatiza, no tiene ni idea. Vamos, recién el día anterior sostuvo un acercamiento decente con ella. Dejando de lado sus hipótesis, decide abandonar el lugar para dirigirse a su respectivo salón, pero su andar fue detenido cuando un hombro ajeno choca con el suyo, excusándose al instante por el inconveniente, cuya disculpa fue aceptada por BeomGyu.

Era oficialmente el segundo día de su tutoría. Y pensaba seriamente en las palabras que YeonJun le había dicho durante el almuerzo. Aunque él quiere tomarse las cosas con calma en ese sentido, su amigo tenía un buen punto. 

Se graduará dentro de cinco meses. Cinco meses que si antes anhelaba que solo se esfumaran antes de darse cuenta, ahora parecían no ser suficientes, porque implica administrar bien los días que le quedaban, después de todo, una vez saliendo de la Institucion no podrá acercarse tan fácilmente a ella, al menos no con la normalidad que se esperaría mientras asisten a la misma preparatoria. 

Y si lo reparaba de esa manera, ni siquiera se había planteado lo principal:  ¿a dónde realmente quiere BeomGyu que desemboque esa situación? 

¿Qué espera conseguir?

—Permiso. —su voz resuena con un eco en el silencio del salón de músic, a pesar de encontrarse aún en la puerta. 

—Adelante. Aunque no necesitas ser tan formal. —es recibido con la misma expresion del día anterior. Una sonrisa que aún no termina de descifrar, genérica,  supone. Sin embargo, no duda en acercarse con algo de timidez al asiento que se encuentra frente a la chica.

La dinámica que hasta el momento siguen es la siguiente: Sai se encarga de proponer ejercicios holísticos, aquellos en los que BeomGyu puede poner en práctica la mayor parte de los temas que hasta ese momento han visto. No con la intención de aturdir al chico, sino para que ello les sea suficiente para detenerse en lo que BeomGyu tiene más dificultades y sencillamente proceder si otros pasos se le facilitan. Sai hace sus comentarios de retroalimentación cuando es necesario, tratando de explicarle al joven de dónde proviene lo que él se encuentra haciendo en lugar de limitarse a brindarle fórmulas que al final olvidará.

Con su poca experiencia, BeomGyu trata en la medida de lo posible de no parecer tan idiota y que realmente parezca que entiende lo que hace. Le apena tener tantas dificultades en comprender la materia frente a alguien que parece encontrarlo tan sencillo a pesar de ser de la misma edad.

Pero no le funciona, y los minutos en los que se encuentra estancado en el procedimiento sin saber qué debe hacer a continuación se prolongan. Muerde el borrador de su lápiz mientras  trata de recordar las explicaciones de su profesor, pues recuerda haber hecho algo similar en su clase, pero su memoria parece no quere cooperarle.

Lo cual es percibido por la japonesa.

—¿Necesitas ayuda? —inquiere con una leve inclinación de su cabeza. BeomGyu se rinde y decide preguntar.

—No sé qué debo hacer ahora.

La joven se inclina para verificar lo que el pelinegro ha trabajado. Este último parece querer olvidar por un momento lo que están haciendo y detallar la expresión de curiosidad que su rostro le muestra.

—Te saltaste esta parte — señala una página del libro de texto con el que se apoya para sus explicaciones. Su voz es suave, como si realmente disfrutara esa situación. —. Teniendo eso trabajado de antemano es más claro saber qué sigue después, porque ya tendrías estas unidades con las que trabajar.

Choi toma en cuenta ese detalle y se decide a resolver ese paso. Después de unos cuantos segundos, parece querer corroborar si lo hizo bien para continuar.

—¿De este modo? —su voz suena con duda, señala con la punta de su lápiz el rincón de la página que evidencia su trabajo realizado. Sus ojos se atreven a fijarse en los contrarios, tratando de encontrar su aprobación.

Sai da otro vistazo al trabajo de Choi.

—¡Correcto! — y consigue aprobación, a juzgar por la emotividad con la que ella lo afirma. La mayor parte de las acciones de Sai parecen mecanizadas, pero BeomGyu puede percibir genuina felicidad cada vez que él parece comprender bien sus enseñanzas.

Parecía disfrutar mucho esos momentos.

Luego de ello, el chico de Daegu no tardó mucho en finalizar de resolver el ejercicio propuesto.  Una sonrisa de satisfacción pinta los rostros de ambos jóvenes, uno que se siente satisfecho consigo mismo por comprender, y una que es feliz al saber de que sus conocimientos le son útiles a alguien más.

Por primera vez en mucho tiempo, BeomGyu siente que no es tan desentendido como hasta ese momento pensaba. O tal vez, sólo su tutora le motivaba lo suficiente como para hacer un esfuerzo más consciente. Agradece internamente a YeonJun por haberle dado ese empujón necesario.

—Buen trabajo, Choi — Higuchi halaga con sinceridad el trabajo del joven. —, no considero que seas tan malo en la materia. —continúa explicando — A veces simplemente la metodología de los maestros no funciona igual para todos. Solo necesitas entenderlo a tu manera, así que... — se atreve a dedicarle una sonrisa — podemos salvar tu semestre.

BeomGyu siente sus mejillas teñirse de carmín. No quiere emocionarse ante tan pronta felicitación por sus esfuerzos, pero le es inevitable.

—Definitivamente es porque me has explicado muy bien en tan poco tiempo. —explica, con genuino agradecimiento. Su voz denota la calidez que en esos momentos siente en su corazón. —Eso es fascinante.

—Lo fascinante es que puedas llevar la secuencia, Choi —la fémina trata de restar importancia al halago de sus capacidades, pero la tímida sonrisa que se le escapa delata que en el fondo eso le causa algo.

El ambiente aún roza la incomodidad al no tener suficiente confianza como para continuar. La fémina da un vistazo al reloj que reposa en su muñeca, en ese momento, BeomGyu recién cae en cuenta de que ninguno de los dos dispone de todo el tiempo del mundo para estar ahí, y que probablemente, Sai tendría muchas cosas en las que pudiese ocuparse en ese lapso. Un leve sentimiento de culpa se instala en su pecho al concluir en que le hace perder tiempo, pero la voz de la chica corta el hilo de sus pensamientos intrusivos.

—Mira, incluso pudimos concretar lo que había planificado para hoy antes del almuerzo. —BeomGyu asiente. Entonces, Sai toma una breve pausa antes de romper de nuevo el silencio. —Oye, Choi...

—Sucede algo? —el pelinegro inquiere con curiosidad.

—¿Por casualidad eres del club de música? —de todas posibles preguntas que se esperaba, esa en particular se ni siquiera se le había cruzado por la mente. Y le sorprende que alguien a quien consideraba hasta ese momento, una persona discreta y prudente, tenga esa facilidad para inquirir en lo que le inquieta sin tantos rodeos.

Tener que responder a esa pregunta le apena en demasía.

—Solía serlo —confiesa, en un hilo de voz. Sus ojos descienden hasta sus propias manos, que se encuentran descansando en su regazo. —, pero me retiré hace un tiempo. ¿Por qué la pregunta?

Sai parece vacilar antes de continuar.

—Mi memoria puede jugarme malas pasadas. Pero no olvido un rostro, Choi —en ese momento, BeomGyu siente que tiene la mirada de sus ojos rasgados clavada en él. Y se atreve a levantar su vista para corroborar que su paranoia no juega con él.  No lo hace. Sus ojos se encuentran con los ajenos, y, contrario a lo que esperaba, no se siente intimidado por el contacto visual. Puede ver que hay curiosidad genuina. —. Tenía el vago recuerdo de haberte visto en alguna actividad musical, pero como dije, mi memoria me juega malas pasadas. Preferí sacarme esa duda.

—De hecho...

BeomGyu siente el impulso de recordarle que ya habían hablado antes, que fue a él a quien ella motivó a componer la canción que ese año interpretaría en el festival.

Pero la vida se esmera en arruinar sus planes.

—Lamento interrumpir —es el vice Presidente, quien hace presencia desde el marco de la puerta.  —. Los chicos te necesitan en la sala de juntas, presidenta. Le avisamos de antemano al profesor Lee que estaremos ausente en su clase, no te preocupes por eso.—BeomGyu percibe la mirada de Han JunSeo clavada fijamente sobre él. ¿Hoy es el día de acosarle con la vista?

—En seguida —responde, antes de dirigir su atención hacia su pupilo. —tengo que irme, Choi. Seguiremos charlando mañana. Y de despide con un movimiento de manos, y la misma sonrisa que le dedicó hace unos minutos.

—Gracias por lo de hoy.

Ahora Choi BeomGyu tiene más informacion sobre Higuchi Sai. Sabe que es una persona observadora, que parece no querer tener arrepentimientos, que es capaz de recordar quién es cada persona que haya conocido; pero, a palabras de ella, tiene problemas con su memoria.  Y es en ese momento en el que se da cuenta de que lo que había sentido hasta la fecha era mera atracción superficial, o admiración ciega, ya que nunca se había dado la oportunidad de saber cómo era en verdad su personalidad. 

En lo poco que llevaba de conocerla.

El resto de su jornada transcurre de manera habitual. A excepción de que esta vez, sus amigos alegan no poder acompañarlo en su recorrido a casa: YeonJun por sus actividades escolares y SooBin que explicó tener asuntos que atender.

Así que el retorno a su hogar raya en lo mecánico y meditabundo. Sus pasos son erráticos y cansados luego de un largo día de estudio. En esos momentos, transita por el parque que se encuentra a unas cuantas calles de su casa, en un intento vago de distraer su mente al no tener compañía que lo haga salir de sus pensamientos.

A lo lejos, divisa algo que, en definitiva, hace que salga de sí por unos breves instantes.

SooBin le había dicho que tenía asuntos que atender. Y él no preguntó nada más. Pero ahí estaba, respondiendo a la incógnita que no hizo. No estaba solo, su mano era tomada por la de alguien mas. 

SooBin estaba caminando de la mano de Kai Kamal Huening. 

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