Estaba en mi cama tirada jugando con mi Swich mientras fumaba, escuché el golpe de la puerta y posteriormente pregunté quién era.
—¿Quien?— Murmuré algo enojada, por alguna razón casi siempre estaba de ese mismo humor.
—Yo, linda— Escuché la voz de Angel Dust atravez de la puerta, casi siempre venía a hacerme salir del cuarto a altas horas de la mañana.
No sabía cómo hacia para despertarse de mañana si el idiota se siempre se duerme a altas horas de la noche.
—Pasa— Respondí simplemente, rápidamente ví como la puerta se abría y la araña entraba a mi cuarto.
—Hola bebé, buenos días— Agarró mi peluche de Kirby dejándolo en una silla para luego acostarse en mi cama de un salto. —¿Dormiste bien?—
No había dormido — ¿Que opinas de los nuevos?— Preguntó mientras me quitaba el cigarro de la boca para que le prestara atención.
—Uno es un raro, la otra es tiene un ojo y es hiperactiva, y por último está ese gato de mierda— El solo rió.
—¿Husk? ¿Es lindo no lo crees?— Ví cómo sonrió, es cierto ayer apenas conocerlo coqueteo con el.
— Deberías de tener más cuidado con quién tratas quien sabe en realidad como es— Le quité el cigarro que me había robado de la mano.
—¿Crees que si tuviera cuidado de con quién me junto seríamos amigos?— En cierta parte tenía razón
—¿Acaso somos amigos?— Murmuré con burla —Deberias de cuidarte más de los Overlords— Seguía burlándome de el.
—Hago todo lo que puedo, además si estoy en apuros se que me ayudarás— Los dos sabíamos que eso era mentira, no había hecho nada antes y tampoco lo haría ahora.
—Ya veremos Dust— El se paró de la cama.
—Creo que ya es hora de salir de esta cueva a la que llamas cuarto.— Mi cuarto no estaba tan desordenado como el suyo.
Me levanté de la cama ya estando vestida debido a que ya me había cambiado de ropa bastante antes de que la araña llegara.
Bajé a paso lento de mi habitación debido a que las habitaciones se encontraban en el segundo piso del hotel. Angel se me perdió de una u otra manera a de la vista así que no sabía a dónde se había ido.
Fuí tranquilamente directo hacia la cocina.
Allí se encontraban Charlie y Vaggie hablando, mientras que la princesa estaba preparando café la polilla lesbiana estaba ocupada con bastante papeleo, por suerte no me habían visto, al parecer no hice demasiado ruido.
—¿No crees que sería mejor idea que solo Kunai maneje el hotel?— Escuché la voz de Vaggie, sin prestar demasiada atención en la conversación aún siendo que hablaban de mi persona. Esas palabras fueron justas para que Charlie se acercara a ella dejando el café preparado en la barra de la cocina.
—Pensé que no confiabas en ella— Se sentó en frente de ella probablemente olvidando el café.
—No confío en ella, pero menos en Alastor— Se refería al rarito.
De cualquier manera la conversación las distrajo lo suficiente para que pueda llevarme el café sin ser notada.
Salí de la cocina a paso algo apresurado.
—¿Y el café....?— Escuché a Charlie preguntar.
Le dí un sorbo a este, mierda Charlie siempre le echaba azúcar, que asco, igualmente seguía siendo café. De una u otra manera termine chocando con alguien, casi y me hace tirar el café, intenté ignorarle siguiendo caminando para una mano me obstaculizó el paso.
—¡Hola querida! No pensé que fueras de los demonios que se despiertan temprano— Por su voz era muy fácil identificar quién era.
—Que mierda haces en medio de el pasillo Al....— No recordaba su nombre.
—Alastor, pues estaba mirando el hotel, ¡Xreo que necesita un par de modificaciones!— Su sonrisa era jodidamente irritante, ¿Acaso el bastardo no dejaba de sonreír? Supongo que no. Continuó hablando — Deberías de mostrarme el lugar—Su sonrisa pareció ampliarse ¿Se estaba burlando?
—Para eso acude a Vaggie — Murmuré ya enojada y sin demasiadas ganas.
—Sonrie querida, ¡Dicen que no estás completamente vestida sin una sonrisa!— Rodé los ojos, si no estaba completamente enojada antes su comentario lo había logrado.
—No jodas— Lo ví quedarse a escasos centimetros de mi —¿Acaso no conoces el espacio personal?— Me alejé de el, no me agradaba la idea de estar a escasos centímetros de nadie.
—¡Lo lamento querida!— Igualmente pareció hacerle caso omiso a mis palabras ya que se volvió a acercar— ¿Se podría saber que tipo de café está bebiendo?— ¿Que mierda con sus preguntas?
—¿Para que mierda quieres saber eso?— Me alejé de el nuevamente.
—¡Simple curiosidad!—
—Ni puta idea, lo encontré en la cocina— Respondí restandole importancia.
—¡La puta madre que te parió Kunai! ¡Ya es la cuarta vez que te vas robando el maldito café enana de mierda!— Escuché a Vaggie gritar, ví que el Demonio Radio miró hacia el lugar del grito confuso, así que aproveche esto para pasar debajo de su brazo continuando con mi camino
—Adios rarito— Le dije con una falsa sonrisa.
Al dar un par de pasos vi que la misma figura me tapaba el paso, parece que ignorarlo no era una opción.
Lo miré con la peor cara que pude, su simple presencia era detestable, tal vez exageraba un poco.
— El bastardo es insoportable— Esta vez no le ví, por primera vez estaba de acuerdo.
—¡Estoy seguro de que una sonrisa quedaría mejor en esa cara!— Su voz era bastante tranquila, aunque hablaba bastante fuerte, seguía teniendo en su mano aquel mismo bastón que portaba ayer, no debía quitarle la vista de encima a este idiota, no me inspiraba confianza, pero en cierta parte eso era divertido, jodidamente divertido.
— Deja de dar tantas vueltas, ve directo al grano— Noté que la estática aumentó, en cierta parte entendía porque los pecadores le tenían miedo, de cierta manera inspiraba aquella aura, pero claro que no lograría intimidarme, era un juego bastante divertido, ¿Quién se mostraría vulnerable primero? Cualquier paso en falso lo usaríamos para sacarlo del juego, mas poder.
—Bien, bien, ¡No es necesario que se altere cariño!— Pareció notar como mi enojo aumentaba puesto que vi que su sonrisa aumentaba, maldito imbécil. — haha. Es algo obvio que no hará nada para mejorar el rendimiento del hotel aún siendo una de las personas que dirige este— Unas risas parecieron escucharse de fondo. Al fin y al cabo tenía razón no pensaba hacer nada, el simple hecho de estar aquí era divertido, por lo menos mas divertido que mi monótona vida en el infierno. Pero su manera de burlona de hablar terminaba molestandome.
— ¡Si somos sinceros! ¡No tiene cara de ser alguien que ayude a otra persona sin ser usted misma cariño!—Lo escuché reír nuevamente. —Y no creo que tenga experiencia en esto, así que no se preocupe yo lo haré, así y no tendrá problemas, ¿Que le parece?— Un sonido de interferencia se hizo presente. Es algo claro que quiere dejarme fuera del asunto del hotel, sería un problema menos para el. Igualmente no es que me importe, no haré nada de todos modos, no es como si la redención fuese a funcionar. Estaba claro que tenía planes ocultos con el hotel.
—Como sea rarito, no me importa una mierda lo que quieras hacer con el hotel, si quieres pintarlo de rosa como el marica fresa que eres hazlo. Solo aprende cual es tu maldito lugar y con quien no debes meterte.— Seguí caminando por aquel pasillo, dejando esas ultimas palabras en el aire. La amenaza era 100% necesaria, solo estaba de una u otra manera intentando marcar territorio, no dejaría que ese cretino creyera que podía sacarme de el juego.
Al seguir caminando me topé con la chica de un solo ojo, corría rápidamente limpiando cualquier mínimo polvo de el lugar.
— ¡holi holi!— Aquel ser me saludó alegremente, le devolví el saludo, claro que no con la misma intencidad. — ¡Soy Niffty! ¿Me recuerdas?— Asentí tranquilamente sin prestarle demasiada atención. — ¡Tu eras el chico ¿no?! No me respondiste a mis anteriores preguntas. — Se movió rápidamente alrededor mio sin llegara a tener contacto físico — ¿Estás soltero? ¿Cuantos años tienes?—
— Primero que nada soy una chica— Reí levemente mientras poseía mi caracteristica actitud burlona — ¿Las preguntas siguen en pie?— Ella asintió. — Estoy soltera y ya he perdido la cuenta, aunque ten en cuenta que cuando nací no existía la rueda— murmuré sarcasticamente lo ultimó, escuche la risita de la frutilla.
— Losiento por confundirte con un chico, ¡No quise ofenderte! emmm.... ¿¡Cual es tu nombre!?— Era demasiado agradable, pero no al punto de que me cansa.
— No me molesta, puedes llamarme Kunai — Caminé ahora si hacia mi habiatción
— ¡Pues un gusto Kunai! ¿Oh ya te vas? ¡Bye! Luego si no te molesta podría ir a limpiar tu habitación— Asentí diciéndole que le avisaría cuando podría ir.
Es agradable...
— Asesinala, debes hacerlo —
—Ahora no— Subí las escaleras intentando hablar lo más bajo posible.
—Ahora.—
Terminé llegando a mi habitación.
—No tendría sentido asesinarla ahora— Mientras que ellos me hacían actuar con impulsivilidad yo intentaba mantenerme cuerda.
Había sido diagnosticada con eszquizofrenia desde temprana edad, al principio no era nada de lo otro mundo. Pero a medida el tiempo fue avanzando las voces se fueron volviendo más y más fuertes, hasta quedarse así. Todo el tiempo estoy viendo cosas que las otras personas no ven y es jodidamente hartante, al pasar de los años aprendí a controlarla. Bueno no del todo, más bien solo me había acostumbrado a ella.
Cerré rápidamente la puerta. No quería que nadie me escuchara.
—Matala—
—Matala—
—Matala—
Los susurros se empezaban a hacer más fuertes hasta terminar siendo gritos.
—Callense— Intenté seguir manteniendo la compostura aunque sabía que era en vano.
Tapé mis odios con la esperanza de que las voces se detuvieran, que dejara de escucharlas, aunque también las veía. Uno que otro movimiento involuntario y ruido se hizo presente de mi parte.
Un golpe fuerte me hizo entrar en razón, ¿Cuánto tiempo había pasado?
Sentí la sangre escurrirse por mi mano lentamente, me saqué el guante que siempre portaba.
Probablemente sin darme cuenta golpee algo.
Me puse los guantes devuelta sin preocuparme demasiado.
Ellos ya se habían ido, ya no había nadie rodeandome.
Aunque sonara imposible mi cuarto estaba más desordenado que antes, demasiadas cosas tiradas en el suelo y desperdigadas por toda la habitación, en la mesa de luz estaba tirada alguna que otra pastilla.
Si la frutilla obsesiva con la limpieza ve esto terminaría convulsionando.
Suspiré arreglándome mis ropajes un poco.
Seguía siendo bastante temprano. Casi siempre Dust me despierta a horas a las que nadie madruga, igualmente todos estaban despiertos, supongo que siendo el primer día de el raro en el hotel querian mantenerlo algo vigilado.
Terminé bajando casi al instante de mi habitación quería un puto café.
Al entrar a la cocina ví a la princesita allí, está me terminó viendo y saludando alegremente, no le hice mucho caso pero igualmente devolví el saludo, claro que sin ganas.
—¡Hola Kunai! ¿Vienes por algo de almorzar? No es la hora de almorzar pero —No dejé que terminara de hablar, digamos que tener "ataques esquizofrénicos" me ponía de buen humor.
—Vine por algo de café, mi cabeza duele como la mierda— Claramente mentí no tenía ganas de dar explicaciones de nada, además no es como si alguien la hubiese escuchado.
—Bueno, si quieres puedo prepararte un café de paso, ¿Te gusta el café amargo? Es el que le gusta a Vaggie— Parecía algo incómoda, probablemente tenía algo de miedo a que no me gustara el tipo de café que le preparaba a la polilla. No hay nada mejor que el café amargo.
Probablemente hoy temprano cuando "encontré" el café le había hechado azúcar sin darse cuenta.
—Mientras que no demores está bien— Terminé sentandome en la mesa. Lo de el dolor de cabeza no era mentira, tal vez me pasé con las pastillas.
—Bien, ¿Y como ha estado tú día?—Era obvio el pésimo intento de sacar tema de conversación por parte de la princesa.
—Una basura en general, la misma mierda de siempre, ¿Y el tuyo?— Nunca le preguntaría eso a otra persona, pero me estaba preparando un café y además parecía que la princesa quería tener una charla si o si con mi persona.
—Bien, aunque sobre todo algo ocupado, esto de servir un hotel sin tener gente es difícil. Aunque estoy segura de que todo esto pronto se llenará de personas— Demasiado positivismo para mí gusto —Además tenemos que hacer alguna que otra reparación, en parte es bueno tener a personas nuevas en el equipo, además Alastor parece tener una idea de cómo arreglar y mantener en orden un hotel.—
Creo que ahora me arrepiento de haber preguntado, ya empezaba a aburrirme.
—¿Que opinas de el? Parece que no han hablado sobre ningún tema de remodelación— Parecía preguntar realmente interesada, le interesaba bastante la remodelación del hotel.
—Ese puto rarito tiene cara de ser gei o de que le gustan las drogas en grandes cantidades, es jodidamente molesto.—La princesa pareció hacer una que otra mueca y ocultar sus quejas que se notaban a simple vista
— Y esa mierda de la remodelación se encargará el, no quiero decidir cosas como el color y esas mierdas— Jugué con mis piernas puesto a qué no llegaba a tocar el suelo sentada en la mesa. —Que no te sorprenda si el marica ese termina pintando todo de rosado o termina convirtiendo esto en una puta estación de radio—
—Te recomendaría que hablaras con el, se que...— Pareció pensar en las palabras que iba a decir—No sueles llevarte bien con cualquiera pero inténtalo, tienes que tener en cuenta que no solo van a tener que decidirse por elegir estas cosas sino mucho más, así que intenta llevarte bien con el. Café listo, creo que eso es todo— Me alcanzó la taza de café, ¿Porque no me queje de lo dicho? Cuando lo iba a hacer me dió el café, así que ahora ya no puedo quejarme— Ya me voy, tengo que llevarle el café a Vaggie, ¡bay bay!— Parecía feliz, tal vez el hecho de que hubiese tenido una charla con ella sin ignorarla le alegraba, no tenía molestia de hablar con ella pero casi siempre estaba acompañada de la polilla lesbiana.
Me despedí con un simple gesto.
Le dí un sorbo al café.
uwu * lo sobre explota * Creditos/gracias a Angelasus1, ¿Sobreexplotar de vez en cuando funciona no?
Ya, te doy los créditos así no me denuncias.
Este capítulo está 100% pensado por mi ¿Verdad Angelasus1?
Ya me dejó de joder XDDD
5 votos o no actualizo y me pongo en huelga.