Mi ambedo, tu litost (#PGP202...

By HeOrdinisEtChaos

4.6K 1.2K 1.3K

Blake Graham y Kerrick Mills, dos chicos que lo tienen todo, sin necesidad de envidiar a otros porque a ambos... More

Epígrafe
Prefacio
Capítulo 1: La agridulce ironía de la vida (Blake)
Capítulo 2: Un desastroso inicio lleno de expectativas (Kerrick)
Capítulo 3: Adulaciones y reconocimientos incapaces de consolar (Blake)
Capítulo 4: Pasos firmes para alcanzar grandes metas (Kerrick)
Capítulo 5: Caprichos ajenos sobre mi espalda que no pedí (Blake)
Capítulo 6: Avances constantes a pesar de las dificultades (Kerrick)
Capítulo 7: Discusiones constantes con un rostro amargado (Blake)
Capítulo 8: Tregua de un día para no terminar arrastrándonos (Kerrick)
Capítulo 9: Una dulce victoria y una propuesta (Blake)
Capítulo 10: Una derrota que significó grandes progresos (Kerrick)
Capítulo 11: El extenuante sentimiento de no recordar pero sentir (Blake)
Capítulo 12: Comportamientos extraños y Acercamientos inesperados (Kerrick)
Capítulo 13: La calma después de la tormenta siempre tiene repercusiones (Blake)
Capítulo 14: Iniciando una nueva etapa con pie derecho, o quizá ¿izquierdo? (K.)
Capítulo 15: El mar de mentiras que inunda tus ojos y amenaza con ahogarnos (B.)
Capítulo 17: La paz que anticipa una caída inevitable. Parte 1 (Blake)
Capítulo 17: La paz que anticipa una caída inevitable. Parte 2 (Blake)
Capítulo 18: Una colisión de orgullos capaz de detener el tiempo. Parte 1 (K.)
Capítulo 18: Una colisión de orgullos capaz de detener el tiempo. Parte 2 (K.)

Capítulo 16: Los días vuelan en tiempos de paz y las relaciones afloran (K.)

76 22 95
By HeOrdinisEtChaos


Bien dicen que después de la tormenta viene la calma, y no he podido estar más de acuerdo con aquel refrán.

Si bien en un inicio todo se complicó por completo y pensé que no podría cumplir el deseo que me propuse, ahora pareciera que estoy mucho más cerca de lograrlo, que a pesar de cada complicación nada ha conseguido pararme ni pararnos a nosotros como lista.

Aun cuando tan solo ayer surgió un inconveniente, el cual no tuvo que haberse extendido tanto como sucedió, pues al final terminé exagerando un poquito al igual que el pelinegro. Si tan solo hubiéramos hablado desde el principio, él con la verdad y yo sin suponer, todo se hubiese solucionado temprano.

Pero ya qué, al final nos sentamos a conversarlo (en un principio siendo obligados por los demás chicos de la lista) y resolvimos el problema, aunque es verdad que hubo uno que otro intercambio de palabras.

Todavía siento algo de vergüenza por haber comenzado con mi vómito verbal sin siquiera escuchar sus razones, simplemente supuse muchas cosas y me dejé llevar por la molestia del momento. Debo aprender a no sacar conclusiones tan apresuradas.

Pero eso tampoco significa que Blake no tiene nada de culpa, porque en realidad él es igual de culpable que yo, puesto que nada más debía ser sincero desde un principio y no inventarse una mentira que cayó en minutos.

No podía engañarme aunque quisiera, ambos nos comportamos como unos mocosos testarudos.

Dejando esa pequeña dificultad de lado, nuestro primer día de campaña fue más que bien, incluso me atrevería a decir que fue un completo éxito en cada curso que visitamos.

Quedaban siete días de clases para cerrar con esta antepenúltima etapa de las elecciones, así que era una prioridad mantener el mismo ritmo de hoy, eso aumentaría las posibilidades de agradar a más alumnos y, por consiguiente, ganar a las otras listas.

Mi felicidad seguía manteniéndose en todo su esplendor, tanto que incluso me era difícil conciliar el sueño en los últimos días, aunque justo ahora había un pequeño detalle que también estaba influyendo en que no pudiera caer en los brazos de Morfeo.

Bueno, mentía. En realidad había dos pequeños detalles, los cuales involucraban a una persona en específico.

Muy pocas eran las ocasiones en las que odiaba mi curiosidad, sobre todo porque ya estaba acostumbrado a saciarla y nunca quedarme con una duda, sin embargo, Blake era una excepción y por cada respuesta que obtenía me dejaba mil interrogantes más.

Ya llevaba casi media hora dando vueltas en la cama mientras mi cabeza cavilaba cada uno de los motivos por los que el pelinegro fue permitido formar parte de una lista, ya que él estaba rompiendo uno de los requisitos más importantes.

¿Tanto quería formar parte del Consejo que pidió ayuda a su coordinador? Podría ser una buena razón, además que solo alguien con influencia era capaz de conseguir anular un requerimiento así de fundamental.

Pero asimismo no soy capaz de aceptar esa idea del todo, pues si lo pienso de manera detenida, no tiene sentido la expresión que invadió el rostro de Blake cuando pidió no seguir hablando sobre ello. Es decir, lucía muy afligido para que se tratara de un capricho suyo, por decirlo de alguna manera.

O tal vez estoy dándole demasiadas vueltas a esto y ando exagerando de nuevo con mis ideas, pudiera ser que se cansó de hablar conmigo o se incomodó porque estaba casi obligándolo a contarme algo que no quería.

Sí, seguro es eso...

Oh, ahí está el segundo detalle por el que no he podido dormir hasta ahora.

Blake: ¿Ya te he dicho que eres el rey del drama? Porque si no, déjame decírtelo: Eres el rey del drama más dramático que haya conocido.

Blake: No, espera.

Blake: ¿Rey del drama dramático? Creo que el cansancio ya me está afectando.

Kerrick: El burro hablando de orejas.

Kerrick: Si hablamos de personas dramáticas, no cabe duda que, sin discusión alguna, tú te llevas el puesto de El rey del drama.

Kerrick: No creo que sea el cansancio, ya estás pendejo sin necesidad de él. :)

Blake: ¿Así que ya hasta me consideras un rey? Vaya, cada vez me sorprende tu rapidez en caer. Pero bueno, estamos hablando de mí, cualquiera estaría igual.

Blake: Me he entretenido conversando con usted, buen señor, pero mañana debo madrugar, así que me despido.

Blake: Que tengas una buena noche.

Kerrick: Ya quisieras, pero te recomiendo sentarte para que no te canses de esperar.

Kerrick: Igualmente, ya debo acostarme a dormir.

Kerrick: Nos vemos mañana para seguir con la campaña, adiós, mal señor.

Es inevitable aceptar que Blake a primer trato ha sido alguien algo complicado de conocer y que a futuro es muy probable que discutiremos, pero eso no quita el hecho de que no es tan malo, como antes pensaba, convivir con él.

Tiene sus momentos en los que es un tonto divertido.

Y con ese último pensamiento caigo sin previo aviso en el mundo de los sueños, siendo vencido por el gran cansancio que ocultaba mi felicidad.

Los siguientes días transcurren con suma velocidad, más de lo que hubiera esperado, en donde las clases comienzan a complicarse de a poco y las tareas aumentan, mas logro seguir el ritmo como puedo para mantenerme con resultados aceptables; las expectativas empiezan a crecer alrededor de las cercanas elecciones y los alumnos van tomando un bando, e incluso los profesores comentan sobre los posibles candidatos a ganar; y, por supuesto, las listas se esfuerza cada día por visitar la mayor cantidad de cursos y convencerlos de votar por ellos.

Es así que se mantiene una semana bastante ajetreada hasta el viernes, dando paso al fin de semana, dos días que se suponían eran para descansar antes de entrar a la gran recta final.

Pero digo que se suponía porque mis tres amigos hicieron caso omiso a aquello, irrumpieron en mi casa desde muy temprano para sacarme de allí, pues querían pasar una tarde de chicos porque, según ellos, había pasado mucho tiempo desde la última vez que salimos juntos.

Y tenían razón.

Debido a todo el lío de las elecciones, no he podido aceptar sus propuestas para ir a jugar, salir a pasear un rato por el centro comercial o tan solo quedar en una de sus casas.

Claro, esto es tanto por mí como por Nhoa, puesto que ambos estamos involucrados en la lista, y el único motivo por el que Amy no se encuentra aquí con nosotros es porque ella ya tenía planes con su familia que no podía cancelar, pero nos obligó a prometerle que después quedaríamos todos para salir en grupo.

Por ello es que justo ahora estamos yendo al barrio que tiempo atrás no me daba nada de confianza (aunque todavía no me siento del todo seguro). Se supone que hoy se celebra un tipo de torneo de básquetbol entre equipos de la zona, pero aun así, Carl se encargó de inscribirnos y buscar a alguien de por aquí para que se uniera, pues nos faltaba una persona para completar los cinco integrantes necesarios.

Seguía sin entender por qué les gustaba venir a este sitio, era por completo diferente a lo que tanto estaban acostumbrados, como si de un mundo entraran a otro.

Y sí, se podía escuchar feo lo que pensaba, pero era verdad, sus amigos siempre habían sido claros de lo mucho que amaban visitar lugares acomodados o donde haya toda facilidad posible, sin embargo, este barrio era lo contrario en todos los sentidos.

—Listo, ya tengo todo lo necesario —avisó John cuando estaba lo suficientemente cerca, había ido a comprar a la tienda de aquella vez—. Ahora sí estamos listos.

—¿Por qué vienes con esas dos fundas gigantescas? —indagué confundido—. Se suponía que tan solo irías por unas botellas de agua, no que arrasarías con toda la tienda.

Kerrickcito, querido amigo —me acercó a él rodeando mis hombros, mantenía una sonrisa que indicaba travesura—. Conseguí lo indispensable para hoy: agua, jugos, snacks, dulces (por si a alguno se le baja la presión) y la gloriosa bebida que necesitábamos desde hace tanto tiempo.

—¿Compraste cerveza? —intervino Carl con una sonrisa imposible de ocultar, estaba emocionado. El chico a mi lado asintió devolviéndole el gesto—. Por eso te amo —se acercó y le arrebató una de las fundas.

Mientras tanto, Nhoa y yo nos quedamos viendo sin saber qué hacer, pues éramos conscientes de que sería imposible detener a esos dos de beber, pues si bien lo hacían una o dos veces al mes, tenían un gran aguante y siempre esperaban que nos les uniéramos.

He ahí radicaba el problema, tanto Nhoa como yo no resistíamos casi nada al momento de beber (si nos comparábamos con los otros dos), mi amigo podía seguirles el ritmo hasta cierto punto, pero para mí era una misión imposible, era inevitable ser el primero en caer.

Además, el sabor amargo y a cebada no era mi favorito, no le encontraba el suficiente gusto como decían los demás. Por supuesto, luego de unos vasos ya no se sentía el sabor, mas al principio este estaba muy presente.

—Casi me olvidaba —John llamó la atención de todos, así que lo regresamos a ver—, creo que el chico que atiende estaba intentando coquetearme —río recordando la situación o quizá por nuestras expresiones.

—¿Por qué lo dices? —Carl fue el primero en hablar con el entrecejo arrugado.

—La manera en que me atendió —comenzó a caminar y lo perseguimos, queríamos seguir escuchando—. Además, me dijo que era guapo y— regresó a vernos con una gran sonrisa, estaba divirtiéndose al contarnos aquello— no creo que haya dejado su número por simple accidente en la bolsa —nos mostró el papel.

—No volverás a comprar allí —Carl se acercó y le arrebató el papel antes de que pudiera guardarlo, luego lo rompió y guardó los trozos en su bolsillo.

—Oye, no puedes hacer eso —mi amigo se quejó.

—¿Acaso pensabas escribirle? —esta vez intervino Nhoa con cierta incredulidad en la voz.

—No —respondió tajante—, pero si así fuera, ese sería mi problema —le lanzó una mirada afilada a Carl y continuó su camino, ignorándonos.

En este momento mi cabeza intentaba procesar todo lo más rápido posible porque no entendía muy bien la situación.

¿No tiene problema con que un chico le haya estado coqueteando?

Es decir, sé que no hay nada de malo con ello (con que un chico guste de otro), pero ahora que lo pienso, nunca hemos hablado entre nosotros sobre chicas o cosas por el estilo, nunca le dimos tanta importancia como otros chicos.

A veces cada uno explicaba el tipo de relación que le gustaría tener, mas nunca se mencionó nada acerca de quiénes nos gustaba.

¿A John le gustaban los chicos?

No, debo detenerme. Otra vez empiezo a contemplar mucho las cosas y sacar conclusiones demasiado apresuradas, quizá solo es alguien al que no le importa si una persona de su mismo sexo intenta flirtear con él.

Sí, debe ser eso.

¡Jo, la curiosidad no me va a dejar en paz!

Tengo que preguntar.

—Oye —aceleré el paso y me mantuve al ritmo de mi amigo.

—¿Qué?

—No es que quiera entrometerme, pero... —no pude evitar jugar con mis dedos debido a los nervios que me invadieron de la nada, y ni siquiera sabía por qué.

—Adelante, pregunta lo que quieras —me dio un intento de sonrisa para animarme, a lo que asentí.

Nota mental: Dejar de ser tan chismoso.

—¿No tienes problema con que un chico haya coqueteado contigo? —solté por fin, mi mirada se mantenía en el piso mientras caminábamos, sentía mis mejillas arder.

—¿Por qué lo tendría? No veo nada de malo en que alguien intenté coquetear conmigo —alzó los hombros para restarle importancia—. Ya sea una chica o un chico, es lo mismo, más bien me sube la autoestima saber que llamo la atención de alguien. ¿Tú tendrías problema con ello?

No estaba preparado para que me lanzara mi misma pregunta.

—¿Yo? —él solo asintió como respuesta—. No... no lo sé —respondí, aunque sonó más como una pregunta que afirmación—, pero creo que no.

—¿Nunca ha intentado coquetear un chico contigo?

—¿¡Conmigo!? —alcé mi mirada hacia él de inmediato, lo que fue una mala idea porque comenzó a reír por lo roja que estaba mi cara—. No, no, un chico nunca ha coqueteado conmigo...

«Aceptaría sin problema el premio, pero solo si son entre caderas».

¡No! ¿Por qué me acuerdo de eso ahora? Por supuesto que eso no era un coqueteo, tan solo estaba buscando molestarme como era habitual en él.

—No, nunca —reafirmé luego de unos segundos en los que reinó el silencio.

—Quizá no te diste cuenta.

¿Quién no se daría cuenta de que alguien le está flirteando? Sería muy ciego.

A penas llegamos a las canchas, una lata de cerveza fue dada a cada uno y una funda de papas naturales fue abierta para entretenernos antes de que comiencen los partidos.

El ambiente que antes era un tanto tenso fue volviendo a la normalidad luego de unos cuantos minutos, parecía como si nunca haya sucedido aquella pequeña casi discusión. Ahora conversábamos sobre cualquier banalidad entre nosotros y reíamos por cualquier mal chiste.

Casi media hora después se dio inicio al torneo.

La primera ronda terminó tres horas y media después, donde al final quedaron cuatro equipos de los diez que habían sido al principio. Nosotros logramos ganar nuestro primer partido con una buena diferencia de veinte puntos, lo que nos consiguió mucho apoyo y ánimos por parte del público.

Así pasó el tiempo, entre más partidos, los cuales se volvían difíciles a medida que el agotamiento aumentaba y el trago hacía su efecto. No obstante, a pesar de todo ello, conseguimos escalar y hacernos de un puesto en la final.

La noche ya había caído casi por completo, los últimos rayos del sol desaparecían de a poco y la temperatura del lugar bajaba.

Aunque lo último no era un verdadero problema, la cerveza cumplía con el cometido de otorgarme calor y, a su vez, de que todo comenzara a verse borroso y el suelo decidiera moverse.

Tal parece que ya estoy un poquito mal.

¡Oh! Por fin contestó.

Blake: Creía que sería un día algo aburrido, sin embargo, me he entretenido mucho viendo unos juegos. ¿Qué has hecho tú?

Blake: Puede sonar algo random lo que diré, pero no sé por qué tengo la sensación de que eres malo para beber.

Me siento en una de las gradas para poder leer bien el mensaje sin que todo se mueve a mi alrededor, intento en repetidas ocasiones, mas fallo porque ahora las letras también parecen moverse y volverse borrosas de la nada.

Me toma unos cuantos minutos poder leer el mensaje, lo que me causa algo de gracia y empiezo a reír, sin mencionar que acertó con lo último que dijo.

¿Será adivino?

Espero que no.

Intento responder, lo que me lleva más de lo esperado porque a cada instante presiono letras que no son, pero al final lo consigo con mucho esfuerzo.

Kerrick: Pues algo parecido a ti, solo que en vez de espectador, yo estoy jugando con unos amigos en un torneo. Se supone que en nada iniciará el último partido.

Kerrick: ¿De qué hablas? Yo ni siquiera bebo, soy un chico sano.

Blake: Vaya, discúlpeme por mi gran ofensa, chico sano. :)

Debo admitir que su mensaje me causo mucha gracia. Tal vez sea por el alcohol en mi sistema que hace parecer a todo lo que dice el pelinegro como lo más divertido.

—Kerrick, ya va a comenzar el juego, ¿podrías dejar el vacile para después? —se acerca Nhoa balanceándose de un lado a otro, lo que aumenta mis carcajadas—. Deja de reírte que tú estás peor.

Aish, ni como negárselo porque es la pura verdad.

Espera, ¿con quién estás hablando? —se acerca para revisar mi celular, mas me adelanto y lo bloqueo para que no pueda ver nada. Me lanza una mirada que pareciera querer analizar mi comportamiento—. No pienso interrogarte ahora porque ya debemos ir a la cancha, pero no creas que olvidaré que has estado últimamente extraño y muy pegado al celular.

¡Qué mentiroso! ¿Yo, extraño? Claro que no. Él es el extraño.

—Chicos, apúrense —Carl nos gritó desde la cancha, movía su brazo con rapidez para enfatizar que nos movamos rápido.

—Vamos —fue lo último que dijo Nhoa antes de darse la vuelta e irse.

Me paro para comenzar a perseguirlo, pero eso no quita el hecho de que quería responder el mensaje del pelinegro, sobre todo porque ya lo leí y parecerá que le clavé el visto.

Ni modo, me tocará hacerlo luego del partido.

...

Creo que acabamos de perder.

Sí, al parecer perdimos al final porque el otro grupo está gritando y saltando, mientras que Carl y John nos ven, a Nhoa y a mí, con una mezcla de pena y bufonería por nuestro estado.

Me desorienté tanto que corrí con el balón y logré anotar, aunque se me hizo raro que nadie hubiera ido a detenerme, hasta que comprendí que había encestado en mi propia canasta.

Fue una pésima idea ir a jugar estando tan mareado, siento muchas ganas de vomitar.

Me alejo un poco de la multitud porque me empezaba a asfixiar tener a tanta gente rodeándome, pero sigo de largo sin darme cuenta del escalón y tropiezo.

Mierda, mierda, mierda.

Me voy a partir toda la cara.

Cierro los ojos con fuerza y coloco mis manos delante de mí para cubrir mi rostro y evitar un golpe directo, no obstante, pasan los segundos y ya no siento que estoy cayendo. Alguien me sostiene, siento una mano en mi hombro y otra en la cintura.

Alzo mi vista sin conseguir divisar a la persona que me salvó, está vistiendo una sudadera y usa la capucha, lo que me impide verle la cara, pero sé que se trata de un chico.

El dulce olor a chocolate invade mis fosas nasales.

El chico huele bien.

En la misma posición en la que estamos comienza a caminar hacia donde están mis amigos sentados, su agarre se afianza en ambas partes donde mantiene sus manos, lo que me provoca una leve corriente que recorre todo mi cuerpo.

Cuando ya estamos a un par de metros, se detiene y aleja su tacto de mí. Una vez más intento ver su rostro, mas vuelvo a fallar cuando él posa su mano en mi cabello y lo desordena un poco.

No entiendo su gesto hasta que lo veo alejarse; era su despedida.

—Gracias —grito por haberme ayudado. A pesar de que mi visión es borrosa, alcanzo a divisar que alza su mano y la mueve de un lado a otro, todo lo hace sin siquiera girarse.

Sonrío al sentir que su peculiar olor sigue invadiendo mi olfato.

Me acerco a mis amigos para poder recoger las cosas y volver a casa, sin antes pedirles poder quedarme con alguno de ellos porque no puedo llegar así a casa, no después de que mis padres han visto que me he estado esforzando en el colegio.

No quiero que vuelvan a verme como una decepción.

Ellos no lo meditan dos veces y deciden que extenderemos nuestra tarde de chicos a una noche de chicos, y por supuesto que aprovecharían el momento para seguir bebiendo, pero ya ni siquiera intento objetar cuando veo que Nhoa aceptó de inmediato.

Desconectarse del mundo al menos por una vez al mes no está mal; a veces es necesario.

...

Juro que en mi vida vuelvo a probar una sola gota de alcohol.

¿En qué estaba pensando cuando acepté seguir tomando con mis amigos? Son unas bestias, parecieran no tener fondo cuando se trata de beber.

Mi cabeza duele demasiado, siento que en cualquier momento podría explotar.

Termino de merendar y subo a mi cuarto para lanzarme una vez más a mi cama, quiero seguir durmiendo todo lo que pueda, al menos para así evitar la migraña que no quiere dejarme en paz.

Agarro mi celular por primera vez en el día, necesito colocar una canción relajante o ver algún video que me haga reír hasta olvidarme del malestar. Siempre me ha funcionado cuando me he sentido de esta manera, espero que en esta ocasión no sea la excepción.

Decido revisar el chat para ver qué han estado diciendo los chicos, pero entonces me percato de una conversación que no he respondido desde ayer, es entonces cuando los recuerdos regresan a mí.

Me da vergüenza contestarle porque lo he dejado en leído por muchas horas. Aun así lo hago, quizá pueda distraerme un rato.

Pero al leer mi último mensaje y el suyo solo me causa más pena por lo mentiroso que fui en ese instante. ¿En serio dije que no bebo cuando ni siquiera podía caminar sin tambalearme?

Ya no puedo retractarme, así que seguiré con ello.

Kerrick: Disculpado, pero que no se vuelva a repetir, por favor.

Kerrick: Hola, ¿qué tal?

Los minutos pasaron de cinco a diez, de diez a veinte, y aun así, no llegaba ninguna contestación por parte del pelinegro.

Cansado de estar esperando, decido cerrar la aplicación y prender el televisor para buscar alguna película que valiera la pena. Pongo lo primero que encuentro porque mi cabeza no da para analizar cada título antes de elegir.

Además, debo entretenerme con algo, tampoco voy a perder mi tiempo a la simple expectativa de un...

¡Acaba de llegar un mensaje! 

Blake: Ajá, cada uno es libre de vivir en la mentira que deseé.

Blake: Todo bien, aquí saliendo de un gran visto. :)

¡Dios! Este chico sí que es muy dramático.

¿Y a qué se refiere con la primera frase?

Kerrick: De nada, pensé que era momento para desvestirte.

No, no, no. Te odio tantísimo autocorrector del celular.

Blake: Qué atrevido estás hoy, al menos invítame primero una tacita de café.

Kerrick: Calla.

Kerrick: desvistearte* quitarte el visto*

Kerrick: Eso era lo que quería decir, lo otro fue un error del corrector.

Blake: Una vez escuché por ahí que los errores no existen.

Blake: Tranquilo, te aceptaré la tacita de café, pero después te rechazaré de una forma amable. ¿Qué dices? Opino que es una buena propuesta.

En serio que este chico es todo un caso, ni pareciera ser el mismo que conocí el primer día; si bien sigue siendo un terco que le gusta tener la última palabra, también es alguien que sabe cuándo desistir y a quien le encanta bromear.

Así es, Blake terminó siendo una caja de sorpresas que nunca imaginé.

Es decir, en un principio me hubiera sido imposible creer que tiempo después me reiría de sus bromas malísimas o tan solo que mantendría alguna conversación con él.

No fue tan mala idea haber aceptado que se uniera a la lista.

Soy tan tonto.

No entiendo cómo pude haberme olvidado que me tocaría visitar este curso.

No quiero hacerlo, me da rabia el tan solo pensar en volver a ver su rostro.

—Amy, ¿en dónde se supone que está Blake? —me dirijo a mi amiga con clara frustración, quien entiende la razón de mi comportamiento—. Ya debería haber llegado, la campana va a sonar en cualquier segundo.

—Tranquilízate, Kerrick —la escucho suspirar a través del celular—. Me dijo que debía entregar los trabajos de su curso, luego de ello iría directo hacia allá.

Nada más asentí (a pesar de saber que no podía verme) y corté la llamada luego de despedirme, me apoyé en la barandilla, divisando los pisos inferiores y concentrándome en cualquier detalle que me ayudara a distraerme u olvidar en donde estaba.

Ojalá Blake llegara rápido, quería pedirle que él entrara y se encargara de la campaña en ese curso.

—Mira nada más a quién tenemos aquí —esa voz me crispo la piel e hizo que el enojo aumentara—, se trata del gran Kerrick con su lista conformada de vagos y sin siquiera un vicepresidente que le importe.

Vamos, simplemente tengo que respirar e ignorarlo.

No vale la pena.

Estoy seguro de que es otro ocioso como ustedes, ¿no es así? —sentí su mano sobre mi hombro, lo que me puso al límite para encararlo.

Logré percatarme de que Amy se acercaba a nosotros con un enojo visible y a toda prisa, aunque aún debía cruzar todo el pasillo para llegar.

Mierda, no quiero complicar las cosas; esto podría perjudicar a nuestra lista.

—Lárgate —fue lo único que se me ocurrió decir, pero solo lo escuché reír.

—Qué fea manera de tratar a un antiguo compañero de equipo —sus dedos hicieron presión, mientras que mis manos se cerraban en fuertes puños—, no creo que quieras que por un problema los descalifiquen, ¿verdad?

Iba a responderle, pero un pequeño quejido suyo y su mano alejándose de mí me hicieron girarme para verlo. Quería saber qué sucedió.

Y entonces me sorprendí.

Me sorprendí mucho cuando descubrí a Blake sosteniendo con fuerza el brazo del chico sin importarle que otros alumnos estaban observando la escena sin disimulo alguno.

Su rostro cargaba con una expresión que irradiaba molestia y asco total y, por otro lado, la cara de Josh lucía una mezcla de asombro con lo que parecía ser temor.

—¿Acaso eres sordo? Te dijo que te largues, ¿por qué sigues molestando? —soltó con suficiente firmeza para que todos escucharan—. ¿Cuán patético debes ser para creer que una simple nota define a una persona, para creer que tienes el derecho de sentirte superior o menospreciar a otros?

Los murmullos comenzaron a escucharse, la mayoría apoyaba a lo que dijo el pelinegro.

Y eso me hizo recordar que Josh no era del agrado de sus compañeros debido a su forma de ser con los demás.

—L-lo siento, Blake —su nerviosismo era palpable para todos, sobre todo cuando dijo el nombre del chico porque eso significaba que lo reconocía.

—Y solo para dejártelo claro, yo soy el vicepresidente de esa lista —apuntó hacia mi dirección y la de Amy (quien ya había llegado), haciendo que Josh abriera los ojos con asombro— y claro que me importa, así que deja de amenazar porque el único que terminará mal parado aquí eres tú —golpeó el pecho del chico con su dedo y lo soltó, a lo que inmediato el otro se alejó de allí y entró a su curso casi corriendo.

Quienes miraban el suceso partieron a sus cursos cuando la campana sonó y vieron que los profesores iban llegando. El lugar quedó vacío en segundos.

Pero tanto Amy como yo estábamos anonadados por lo que acabábamos de presenciar, no sabíamos qué decir en ese momento.

La llegada de Nhoa y Sam rompió la incomodidad en la que nos encontrábamos, quienes nos apuraron para entrar a iniciar con la campaña lo antes posible, pues querían aprovechar el tiempo libre que nos quedara.

Blake no dijo nada y los siguió de inmediato, aún tenía el entrecejo contraído y emanaba un aura completamente hastía.

Después de casi cuarenta minutos habíamos terminado con los cursos que nos faltaban, dándole así fin a la etapa de campaña.

Ya no podíamos hacer nada más, ahora solo quedaba esperar por la decisión del alumnado.

Pero mi alegría se vio un poco nublada cuando Blake se despidió de nosotros apenas acabamos, ignorando nuestra propuesta de salir en la tarde para festejar o de al menos ir al comedor por algo.

Seguía enojado.

Y cuando Amy me confirmó que, minutos antes del suceso ocurrido en los pasillos, ella le había contado sobre Josh y lo que andaba comentando de nosotros, entendí su comportamiento.

Pero algo no cuadraba del todo, era imposible que su enojo nada más se tratase de eso, estoy seguro de que hay algo más detrás.

...

Bien, no puedo creer que ahora yo me encuentro algo molesto y extraño.

Sí, molesto porque un odioso y testarudo pelinegro había ignorado cada uno de mis mensajes y los de mi amiga, pero sobre todo porque nos había ignorado en las horas de receso como si ni siquiera nos conociera.

E incluso mi molestia aumentó mucho más en la hora de descanso de hoy, cuando saludó a Sam y comenzó a hablar con él sin problema alguno, cuando le sonrió y aceptó la salida que habíamos planeado para mañana, a la cual (al igual que en anteriores ocasiones) ignoró por completo.

Se estaba volviendo a comportar como un idiota.

Y como dije antes, también me sentía extraño. Nuestra lista acabó de visitar todos los cursos dos días antes de que se acabara el plazo de la campaña, así que se me hizo algo raro el ya no ver a Sam y Blake, me había acostumbrado a sus presencias.

Bueno, al menos con el primero seguía conversando en la hora de descanso, pero con el otro eso no era posible, pues siempre lo encontraba al momento de hacer las visitas a las aulas o interactuaba a través de los tontos mensajes.

Ahora no había ni uno ni otro. Ya no lo veía ni tampoco chateaba porque así lo había decidido el pelinegro al pasar de largo mis mensajes.

Confirmado, Blake es un tonto que decidió comportarse incluso más tonto de lo que era, pero esta vez de una mala manera.

Por eso odiaba que me acostumbrara tan rápido a las personas, solo bastan unos cuantos días para que mi cerebro decida por su cuenta tomar un cierto aprecio hacia ellas.

Aunque ahora ya no me importará más, no pienso ser el único que quiere llevar la fiesta en paz e intentar al menos llevarse mejor por el bien del grupo.

Ya me cansé. Recuperaré la dignidad perdida en estos dos días que he sido ignorado; no volveré a contestarle.

Sí, está decidido y no hay vuelta atrás...

¿Ah, un mensaje?

Blake: Hola, lo siento por no haberles contestado estos días. Nos vemos mañana en receso, Kerrick. :)

Ay, no me jodas.

Continue Reading

You'll Also Like

21.5K 3.1K 36
Mr. Encantador es uno de los autores más populares de Wattpad. Escritor de novela juvenil romántica, tiene casi un millón de seguidores en la platafo...
59.5K 1.9K 58
➡𝘭𝘢𝘴 𝘵𝘳𝘢𝘥𝘶𝘤𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘴𝘰𝘯 𝘥𝘦 𝘵𝘶𝘮𝘣𝘭𝘳 (𝙘𝙧𝙚𝙙𝙞𝙩𝙤𝙨 𝙨𝙞𝙚𝙢𝙥𝙧𝙚 𝙙𝙖𝙙𝙤𝙨 𝙚𝙣 𝙘𝙖𝙙𝙖 𝙘𝙖𝙥) ➡𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴, 𝘳𝘦�...
330K 18.1K 69
En inglés: Friendzone. En español: Zona de amigos. En mi idioma: Mi mejor amigo me mira como a su hermanita y jamás de los jamases me verá como alg...
64.1K 1.9K 50
"me gustaría ser más cercana los chicos del club, pero supongo que todo seguirá siendo igual, no?"