Los ojos de _______ descendieron hasta los labios de Sirius, y se quedó mirándolos. Sencillamente no podía evitarlo. Hacía tanto tiempo desde la última vez que se habían besado..
—¿Quieres que te bese? —le preguntó Sirius. Inclinó la cabeza hacia ella—. Vamos, dilo
El labio inferior de _______ tembló.
—No pienso suplicar —le dijo.
En un primer momento, Sirius frunció el entrecejo sin comprender, y luego esbozó una sonrisa.
—Manda el orgullo a paseo, _______ —le susurró. Se inclinó un poco más y posó sus labios sobre los de ella
—Sirius... —gimió ella subiendo las manos y despeinándole el cabello. Cerró los ojos y se arqueó, apretándose contra su cuerpo.
Se incorporó un poco, desabrochándose impaciente la camisa, y volvió a tomar las manos de ella, poniéndolas contra su tórax desnudo. Ella se quedó mirándolo.
Los labios de Sirius volvieron a descender sobre los suyos. Le clavó las uñas en el pecho antes de rodearle el cuello con los brazos para aferrarse a él, y arqueándose de nuevo hacia sus cálidas manos, esas manos que sabían dónde y cómo tocarla para volverla loca. Un gemido ahogado escapó de entre sus labios.
Los pulgares de Sirius trazaron círculos en torno a sus pezones, y ella contuvo el aliento extasiada.
Sirius la acarició con más sensualidad, y ________ se arqueó hacia él . Sus labios atraparon otra vez los de ella, y le desabrochó el camisón hasta la cintura, devorando con sus manos cada centímetro de piel que quedaba al descubierto.
Después, se inclinó despacio, depositando su peso sobre ella
—Por favor —le rogó desesperada, sin saber qué estaba pidiéndole—, por favor, Sirius...te necesito...
La mano de Sirius viajó hasta una de sus piernas, izándola hasta sus propias caderas para así poder acceder más fácilmente con los dedos a la intimidad de ella. Sacó los dedos de su intimidad y se los llevó directamente a la boca.
Comenzó a gemir cuando Sirius succionó uno de sus pezones y empezó a morderlo al mismo tiempo que el otro era atendido con igual intensidad por sus expertos dedos.
Volvió a recostarse sobre ella abriéndole las piernas, buscando un contacto cómodo y la penetró mientras cerraba los ojos y dejaba que un ronco gemido acompañase al de ________. Los movimientos y las embestidas rápidas y profundas no se hicieron esperar. Sirius hizo que las estocadas fuesen cada vez más profundas hasta que sintió como el cuerpo de ________ temblaba y se liberaba en un potente orgasmo.
Lo encontraron en el mismo instante. La espalda de Sirius se arqueó, ________ lanzó un grito de placer. Y entonces se derrumbaron sobre la cama, exhaustos.
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