SINERGIA - albalia

By purple_lightning22

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Alba y Natalia se conocieron hace años en las categorías inferiores de la selección española, se hicieron ami... More

UNO
DOS
TRES
CUATRO
CINCO
SEIS
SIETE
OCHO
NUEVE
DIEZ
ONCE
DOCE
TRECE
CATORCE
QUINCE
DIECISEIS
DIECISIETE
DIECIOCHO
DIECINUEVE
VEINTE
VEINTIUNO
VEINTIDÓS
VEINTICUATRO
VEINTICINCO
VEINTISÉIS
VEINTISIETE
VEINTIOCHO
VEINTINUEVE
TREINTA
TREINTA Y UNO
TREINTA Y DOS
TREINTA Y TRES

VEINTITRÉS

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By purple_lightning22

POV Natalia

Tanto Alba como yo estábamos ya listas para bajar al entrenamiento matutino cuando unos golpes en la puerta exactamente iguales a los de anoche nos hicieron reaccionar y mirarnos como las desgraciadas que éramos.

Nos lo habíamos pasado de puta madre la noche anterior, ¿pero a qué coste?

-¡Albaaaa vengo a traerte el cargador, abreeeeee!-Por supuesto que era María y por su puesto que no venía solo a devolverle el cargador a Alba.

-¡No lo necesito!-Gritó Alba sin acercarse a la puerta en un tímido intento por evadir lo inevitable.

-Caris vais a tener que salir de ahí tarde o temprano, o me abrís ahora o llegamos tarde a entrenar.

Ambas nos miramos, suspiramos y asentimos. No nos quedaba mas remedio que enfrentarnos a María.

Nuevamente, la valiente que se acercó a la puerta para abrir fue Alba, descubriendo tras ella a nuestra amiga más impaciente que ocho impacientes por querer entrar a asaltarnos.

-Trae.-Alba estiró la mano para recuperar su cargador y volvió dentro para lanzarlo sobre su cama.

María aprovechó para entrar como un resorte tras Alba, quedándose plantada en el centro de la habitación y siendo incapaz de aguantar el silencio por más medio segundo. 

-¡Decidme que no es verdad que os he pillado con una broma de mierda!-Estalló en risas cuando Alba y yo nos quedamos mudas al no tener nada que objetarle porque así de payasas habíamos sido.-¡A mi me va a dar un telele, no sois más pencas porque no podéis! ¡Estoy berreando de lo tontas que sois!

-¿Algún insulto más?-Espetó Alba de brazos cruzados intentando mostrar algo de orgullo. Yo ya no podía ni fingir que me quedaba de eso, estaba a punto de ponerme como un tomate.

-No, ahora solo quiero felicitaros. ¡Estoy orgullosísima de vosotras! ¡Mis hijas, yo las crie! 

María levantó los brazos en señal de victoria y vino a darnos un corto abrazo a cada una mientras vitoreaba.

-Mira que te encanta montar show con cualquier cosa.-Murmuré tímidamente para bajarle intensidad a esa chalada.

-Perdona pero dos lesbianas atreviéndose por fin a resolver la tensión sexual no es cualquier cosa, cariña, hablamos de un fenómeno paranormal que sucede una vez cada cien años, por eso es mi deber felicitaros.-Me corrigió con una seriedad apabullante.

Me quedé ojiplatica. ¿En qué momento se había enterado María de la tensión que existía entre Alba y yo? Quizás era hora de empezar a plantearme de que no disimulaba tan bien como me pensaba...

Tampoco se podía descartar que hubiese sido Alba la que le contaste algo, aunque me extrañaba bastante sabiendo lo mucho que odiaba que cotilleasen sobre sus cosas.

-Bueno no hace falta que se entere todo el equipo, baja el volumen.-Inquirió Alba quien parecía estar también algo sonrojada.

Si es que solo éramos dos pavas y a María le encantaba sacarnos de quicio.

-Yo hablo todo lo bajo que queráis, como si tengo que emplear la lengua de signos, pero me contáis las cosas que para algo soy vuestra madre postiza.

-Pues ya sabes todo lo que hay que saber.-Zanjó Alba muy digna.

-¡Si hombre! ¿y los detalles qué?-Exclamó nuestra amiga totalmente indignada.

-Eso es cosa nuestra.-Añadí y miré a Alba para guiñarle un ojo, acción que me devolvió junto con una sonrisa que me hizo darme cuenta de que también hacíamos una dupla de la hostia fuera del campo. Nuestros gestos indignaron aun mas a María, quien sabíamos se moría por seguir cotilleando.

-Qué perras, yo siempre os he contado mis experiencias, esto no es justo.-Lloriqueó intentando dar pena para que cayésemos en su trampa, pero Alba y yo teníamos claro que el resto de información no iba a salir de nuestras bocas en ese momento.

-Ya, ya, no nos lo recuerdes...

No tardamos en bajar al entrenamiento, por muy poco no llegamos tarde para comernos unas vueltas extra alrededor del campo. Durante una muy buena parte del entrenamiento me sentí muy observada por Alba, era como tener un rayo laser sobre mi cogote todo el rato. Tenía mis dudas sobre por qué me observaba tanto y preferí darle veracidad antes a lo que me dijo Mapi el día anterior que a conjeturas mías propiciadas por mis inseguridades.

Entonces, aprovechando que Alba tenía tanto interés en posar sus ojos sobre mí, me dediqué a enseñarle todas mis virtudes. Había que impresionar a la chica ¿no?

Y de paso ponerla un poquito nerviosa, y sabiendo que mis abdominales le resultaban tan impresionantes, no iba a ser yo quien se lo negase, aproveché para levantar disimuladamente mi camiseta cuando ella pasaba por delante de mí haciendo que me secaba el sudor de la frente. Era una táctica infalible.

En una ocasión se tropezó y acabó probando césped, y en favor a mi fantasía voy a decir que fue por mirarme demasiado. Me acerqué a ella sin ocultar una pequeña risa para darle la mano y ayudarla a ponerse en pie, por supuesto sin perder la oportunidad para molestarla un poquito.

-Albi tienes que mirar al balón cuando corres, que si no pasa lo que pasa.

Alba tomó mi mano impulsándose y tras lanzarme una breve sonrisa creí que se venía la reválida de mi vacile, pero me equivoqué.

-Es difícil concentrarse cuando a tu alrededor hay cosas que te gustan mucho.

Mi cabeza explotó. Por poco no me caí yo al césped cuando sus ojos es clavaron en los míos como fuego provocando que mis piernas perdiesen media estabilidad.

-¡Movimiento chicas! ¡No nos paramos!

La voz de Mamen nos hizo tener que volver al ejercicio, cogí mi balón antes de que me regañase y seguí haciendo el recorrido entre los conos mientras intentaba recomponerme de lo que acababa de suceder.

¿Qué tipo de señal había sido esta? Nunca jamás había visto a Alba ser tan directa y nunca jamás nadie me había hecho enmudecerme de esa manera.

Pero necesitaba una aclaración antes de volverme completamente demente. Bueno, unas cuantas aclaraciones más bien. ¿La cosas que le gustaban tenían que ver conmigo? Por su mirada vamos a asumir que sí. Entonces... ¿lo que le gustaba de mí eran mis abdominales, yo como persona física o yo como...? 

No me atrevía ni a pensarlo, pero a lo mejor era momento de dejar de cegarme y empezar a creerme que la posibilidad estaba empezando a ser muy real.

El resto del entrenamiento fue de los más intensos que recuerdo y eso que por la tarde tendríamos una sesión más, pero estaba tan motivada que no sentí el cansancio en ningún momento. Al final Mamen organizó dos equipos y jugamos un partido de media hora en el que metí cuatro goles, dos de ellos gracias a pases excelentes de mi rubia favorita. Por el once en el que me había tocado jugar supuse que iba a ser titular contra Hungría, al igual que Alba, y la ilusión por volver a compartir campo como compañeras resurgió como nunca. Tenía la sensación de que conectábamos incluso más que cuando compartíamos equipo, y era tan jodidamente bonito ese sentimiento que solo tenía ganas de sonreír todo el rato.

Al finalizar el entreno fuimos a cambiarnos y a ducharnos a los vestuarios, aún no sabía como encarar a Alba después de lo que me había dicho así que fui un poco a mi bola hasta que terminé y me marché junto a Mapi hacia la zona de la residencia. De camino aproveché para avisarle de que me había ido de la lengua con Alba y le había contado sin querer lo de que ella y Ana estaban mal, le hice saber que parecía que a Alba le había sentado mal enterarse por mí antes que por ella y Mapi me tranquilizó diciendo que hablaría con ella, que no pasaba nada porque tenía pensado contárselo cuanto antes, únicamente no había encontrado el momento, justo lo que yo había imaginado.

Al llegar a la puerta de entrada me di cuenta de que me había olvidado mi bolsa con la ropa de entrenamiento en el vestuario, ropa que debíamos entregar al volver de entrenar para que nos la lavaran. No quise darle trabajo extra al utillero haciendo que tuviese que ir a recoger mis cosas del vestuario, por lo que di media vuelta para buscarla comiéndome por el camino las bromas por olvidadiza de algunas compañeras que venían de allí. No tardé mucho en llegar y parecía que ya se había ido todo el mundo, pero justo antes de cruzar la puerta escuché unas voces muy familiares en el interior del vestuario, y erróneamente decidí escuchar.

-¿Entonces estáis de folla amigas o qué?-Era la voz de María a la que rápidamente le siguió la de Alba.

-¡No!

-Ah no es verdad, que vosotras sois más especiales que el resto. ¡Mejores folla amigas hermanas!

Claramente estaban hablando de mí y supe al instante que no debería de estar haciendo esto, que debería de abrir la puerta y entrar como si nada. Pero la curiosidad me pudo a pesar de saber que la curiosidad mata al gato, siempre.

-Somos amigas y punto. Lo de acostarnos es un extra que a saber cuánto dura, no hay más.

La bala fue directa al corazón. Ahí tenía la aclaración que tanto quería.

-Joder, yo también quiero amigas de esas, ¿cómo las consigo con ese extra?-Bromeó María, escuché como Alba chasqueó la lengua y decidí que era mejor irme de allí antes de escuchar algo más que pudiese terminar por romper todas mis ilusiones y esperanzas. Ya había tenido suficiente y no estaba bien esto de escuchar conversaciones ajenas.

Mientras volvía a la resi, obviamente sin mi bolsa, no pude evitar darle vueltas a las palabras de Alba. Que sí, que era lo que en el fondo ya sabía, a pesar de todas las ilusiones que me podía haber hecho yo, esto ya lo sabía... pero escuchar la mierda de realidad de su boca había dolido mucho, no me iba a engañar.

Amiga con extra... Tampoco podía culparla por haberme hecho yo las ilusiones de que podía significar más de lo que en un principio parecía, así que no me permití enfadarme ni lo más mínimo con Alba. Solo conmigo.

Mi manto de nubes se desestabilizó y empezó a llover un poquito bajo mis pies, pero me convencí de que iba a seguir remando por esto aunque tuviese que esforzarme el triple, porque me merecía la pena en todos los sentidos. Tenía claro que quería intentarlo, ya había dado pasos demasiado grandes como para no seguir tirando de la cuerda y rendirme por el primer nudo que me encontraba.

Me forcé en aparentar que todo estaba bien cuando Mapi me vio llegar sin la bolsa y fui junto al resto al comedor para desayunar.

**********************

POV Alba

-Ahora sin bromas Alba, te lo pregunto seriamente. ¿Sientes algo por ella? Porque si seguís las dos así sin tener claro nada... no quiero ser negativa, pero bien no va a terminar.

Resoplé con fuerza, poniéndome nerviosa de repente. Llevaba unos días demasiado inestable, actuando por impulsos y no comprendiendo nada de lo que me estaba pasando. Se suponía que estando aquí solo tenía que pensar en la selección pero eran demasiadas las cosas que tenía en la cabeza y María acababa de dar en el clavo en una de las más tochas.

Era hora de ser sincera también conmigo misma y de expresar con palabras todo lo que me estaba ocurriendo, por mucho que quisiese negarlo ya no podía ocultar que habían comenzando a aflorar en mis pensamientos unas pequeñas dudas en cuanto a Natalia y mis sentimientos por ella y eso me tenía completalmente desubicada.

-Es que... joder, sinceramente no tengo ni idea de lo que es esto ni de como de mal o de bien puede terminar, solo sé que ya no soy capaz de pararlo, que me jode que ella siga pillada por esa otra chica, que sigo convencida de que es Mapi, y que... no tengo fuerzas mentales suficientes para afrontar dudas de ningún tipo.

Sentí que había descargado bastante peso de mi mochila, pero ésta seguía pesando mucho porque no terminaba de sacar todo lo que guardaba en ella, no era capaz a encontrar el resto de cosas que la hacían tan pesada y por ahora eso era lo único que podía liberar.

-Supongo que ya puedo devolver la silla.-Bromeó María en referencia a la conversación que tuvimos hace tiempo en la que yo le dije que podía esperar sentada hasta que yo le reconociese que me pasaba algo con Natalia.

Técnicamente no había reconocido que me pasase nada con ella, solo que estaba empezando a rallarme el hecho de tener algunas dudas.

-Haz lo que te de la gana.-Respondí sin ganas de rebatirle nada.

-Perdona, no era momento para una broma, sigue contándome.

-No hay nada mas que contar.-Suspiré.-Nat es increíble, es mi mejor amiga y estoy descubriendo que también me gusta mucho estar así con ella, pero no sé si quiero darle más vueltas... y no me preguntes nada más porque ni yo misma me entiendo. Ahora mismo solo puedo pensar en que en dos días jugamos un partido de clasificación para el mundial.

-Te respondería muchas cosas, pero no te quiero rallar más, ya veo que tienes un lio mas grande que tu cabezota.-María estiró su brazo para rodearme por los hombros y atraerme hacia ella. La verdad es que necesitaba ese abrazo.-Tómate tu tiempo para aclararte, pero si necesitas hablar ya sabes que la Mari está para servirte. Hablando de otras cosas más salseantes... ¿qué? ¿qué tal?

Me separé de ella para descubrir en sus ojos una mirada divertida e insinuante a la que acompañó de un pequeño empujoncito a mi hombro.

-¿Qué tal de qué?

-Que si os entendéis igual de bien en la cama que en el campo.-Me guiñó un ojo mientras mi rostro iba cambiando de color hasta ponerse rojo.

-¡Mari tía! No te pienso contestar a eso.

-Vamos a ver Alba, que llevo sufriendo por esto mucho tiempo, dame un poco de salseo, no pido ni detalles, con míseros resquicios me conformo.

Rodé los ojos ante su insistencia. Maldita maruja estaba hecha. Aunque después de todo tampoco pasaba nada por darle un pequeño titular. Con eso se iba a quedar porque no pensaba soltar ni una sola cosa más.

-Pues mira no, no nos compenetramos igual, nos compenetramos mejor.-Sonreí con suficiencia, con la cabaza bien alta y orgullosa.-Mucho mejor.

Los detalles eran nuestros, pero qué detalles... solo de pensar en lo bien que funcionábamos juntas se me erizaba la piel. 

-¡Que cerdas, entonces eso tiene que ser un espectáculo!-Sugirió con socarronería.-A saber qué truquitos os inventáis, si comparamos con los que os inventáis en el campo, esos tienen que...-Le tapé la boca antes de que soltase una sola palabra más. No podía ponerme ya más roja.

-No sé para qué te cuento nada con la vergüenza que me haces pasar, se acabó el tema eh.

María carcajeó y me dio leves palmaditas en la espalda.

-Que se acabó el tema dice, ay ternurita, no te queda nada que aguantar.

-Bueno, pero ahora vámonos ya que me muero de hambre.-Me levanté del banco ignorando a mi amiga hasta que tiró de mi brazo para frenarme.

-Te dejas la bolsa.-Me indicó señalando hacia el lugar en el que habíamos estado sentadas.

Pero esa no era mi bolsa, yo la tenía en mis manos. Me di cuenta de a quien le pertenecía al instante porque tenía su taquilla justo al lado de la mía.

-Es la de Nat, trae anda que yo se la llevo.-La cogí y sonreí negando.-Menos mal que lleva la cabeza pegada al cuerpo que si no sería capaz de perderla también.

María dejó escapar una leve risa y me siguió hacia fuera de los vestuarios.

-Aún me rio cuando me acuerdo del segundo día que estuvisteis en el Levante, la tía se vino sin la bolsa de entrenar y tuvo que ir mendigando botas, calcetines y ropa a todo el mundo.-Dijo aún con la sonrisa en la cara.

-Y mira que la avisé poco antes de salir de casa.-Recordé aquel día y también dejé que mi sonrisa saliese a la luz.-Es mas pava.

Lo despistada que podía llegar a ser Nat a veces no tenía ningún sentido, pero era monísima cuando se daba cuenta de sus despistes. Se ponía como una niña pequeña a pedir ayuda y no podía ser mas tierna.

Iba pensando en ello cuando de repente María se plantó delante de mí y me frenó en medio del camino. 

-Alba, no quería ser yo quien te lo dijera, bueno sí, pero es que ahora me has obligado.-Espetó con seriedad haciendo que yo frunciese el ceño por no entender nada. ¿Era otro de sus numeritos?-Esa sonrisa que se te acaba de poner en la cara, es de persona encoñada. Encoñadísima.

Era otro de sus numeritos. Rodé los ojos y la esquivé para seguir caminando.

-Anda calla y tira, que nos vamos a quedar sin desayuno.

No. En el fondo me negaba a pensar que estaba pudiendo tener sentimientos por Natalia mucho más profundos que los de una gran amistad. Podía aceptar por la manera en la que nos estábamos tratando que era normal que me empezasen a surgir las dudas, lo que no podía era creer que esas dudas llegasen en algún momento a confirmar que estaban ahí por algo real. No podía permitirme sentir algo por ella. Eso complicaría tanto las cosas que me aterraba solo de pensarlo.

Dentro de dos días jugábamos contra Hungría y mi madre, mi tía, mi abuela y mi hermana estarían en la grada. Bastante tenía con eso como para perder el tiempo divagando en dudas y pensamientos que solo servirían para agobiarme.

************************

Nat estuvo un poco distante durante el resto del día, pero no me preocupé mucho porque a la noche fui a abrazarla antes de que se metiese en la cama y me acogió entre sus brazos igual que siempre.

Sabía perfectamente que esta cercanía posiblemente fuese contraproducente para mis constantes ralladas, pero simplemente no podía forzarme a estar lejos de ella por unas dudas sin importancia. 

-Oye que no te lo dije.-Murmuré al despegarme un poco de ella, recordando que tenía que advertirle de algo importante.-Viene mi madre al partido y quería avisarte de que...

-Ya lo sé.-Me cortó estirando las comisuras de sus labios al mismo tiempo que yo fruncía el ceño.

-¿Cómo?

-Que ya sé que va a venir tu madre. Con tu hermana, tu tía y tu abuela.-Dijo con seguridad dejándome descolocada.

-¿Y como es que sabes tú tanto?

-Me lo dijo Rafi por WhatsApp.

-No sé de qué me sorprendo.-Resoplé con pesadez barajando las mil tonterías que había podido ser capaz de soltarle mi madre.-Qué señora más...

-No resoples que no pasa nada, también me llama algunas veces para preguntarme qué tal me va, ya lo sabes.

-¿Seguro que no te molesta ni nada no?-Insistí con desconfianza, tratando de paso de descubrir si realmente mi madre había tenido la valentía de decirle algo sobre sus teorías locas de que éramos novias.-Que mi madre puede llegar a ser muy pesada y muy intensa con algunas cosas.

-Que no tranquila, si la Rafi es una crack, y además a mi no me gana nadie a intensa.-Dijo con un tono calmado y confiado, pero capaz era de estar ocultándomelo para no chivarse de mi madre, que estas dos solían hacer tándems en mi contra, así que decidí seguir insistiendo, por si acaso. No podía dejar que Natalia pensase que esos disparates se los había dado a entender yo a mi madre, qué vergüenza.

-Ya bueno. Es que últimamente está muy pesada con un tema en concreto... ¿Te ha dicho algo de... 

-¿De...?

Qué vergüenza me daba decirle directamente que mi madre estaba convencida de que éramos novias pero que se lo estábamos ocultando. Debía buscar una manera mas sutil de hacerlo.

-De... de mi novia, ex, bueno eso, algo de novia, no sé, esa palabra, ¿te la ha mencionado?

Joder, casi habría sido mejor decirle la verdad y no andarme con rodeos. Menuda payasa tío.

-No.-Natalia sonrió levemente, como para no si había sonado ridícula.-No hablamos de nada de ti si es eso lo que te ralla.

-¿No?

Me sorprendía tanto que mi madre no fuese una metomentodo y aprovechase para sonsacarle a Nat cosas mía que me costaba creerlo.

-Uy.-Nat me sonrió de lado y me miró vacilona.-Siento bajarte del altar reina, pero no eres el centro del universo.

-Tampoco lo pensaba, boba.-Me defendí dándole un ligero empujón, el cual ella fingió que había sido mas fuerte de lo que en realidad había sido y se dejó caer con dramatismo en el colchón.

-Tarjeta roja.-Decretó apoyada con los brazos en el colchón lanzándome una mirada provocadora.

-Si, y penalti.-Sonreí tornando los ojos.

-Por supuesto, ha sido dentro del área. Cómo roba el robalona.

-Cállate que eres del Madrid.

Nat sonrió y se mordió el labio. Había unas intenciones detrás de su mirada que no conseguí descifrar hasta que se inclinó para quedar sentada en el borde de la cama, desde donde volvió a mirarme de manera muy provocativa.

-Pues como según tú soy del Madrid y tengo permitido robar, supongo que no me van a sacar roja por manos dentro del área.-Estiró sus brazos hasta posar las manos en todo mi culo y me atrajo lentamente hacia su posición sin despegar el contacto.

Así que íbamos a ir por esas... 

Su solo contacto me erizó la piel en segundos y no tardé en meterme en el mood que requería el momento.

-Han sido manos muy descaradas.-Murmuré mientras atrapaba mi labio con los dientes y empujaba sus hombros hacia atrás hasta hacer que terminase con su espalda a escasos centímetros del colchón, momento que yo aproveché para sentarme sobre sus piernas.-Tanto, que ni siendo del Madrid se te perdona la roja, pero todavía hay algo que puede evitar tu expulsión.

-¿El qué?

Sonreí con picardía llevando sus manos de vuelta a mi trasero.

-Puedes sobornar a la árbitra, pero tiene que ser un soborno a la altura de la situación.

-¿Se supone que la árbitra eres tú?

-Obviamente.-Susurré acercándome a su boca, para darle pistas, si es que hacía falta, de qué tipo de soborno estaba dispuesta aceptar esta árbitra.

-Una árbitra del Barça aceptando sobornos, más realista imposible.

Ni estando así se podía ahorrar la bromita. Como respuesta mordí levemente su labio y tiré hasta que su frente se pegó contra la mía.

-Cállate imbécil.-Susurré.-Ofréceme un buen soborno para que no te eche a tu cama.

Nat me sonrío con picardía justo antes de devolverme el mordisco, al que ella acompañó de unas manos aún más claras que las de antes, que se pasearon peligrosamente por el interior de mi pantalón corto.

-Tengo algo en mente.

-¿Qué es? Necesito saber si me convence.

-Sé perfectamente que te va a convencer. Y también que te va a encantar.-Pronunció justo antes de comerme la boca con la experiencia que ya teníamos.

Y me sobornó de la manera exacta que yo quería, y después yo la soborné a ella y esa noche terminó más tarde de lo que debería de haber terminado. Al final nos iba a pasar factura el precalentamiento de las noches antes de los entrenamientos, pero no iba a quejarme mientras aguantase el ritmo sin problemas.

Me alivió ver que Nat no se había cansado de mí todavía. Pero tenía la certeza de que esta especie de apetito sexual tan incontrolable, se nos iba a ir apagando a medida que pasasen los días. Y es que si no... menudo problemón. 

*********************

María es sabia, háganle caso a María por favor 😭 

Ninguna se sabe controlar y son tontas, pero ya quisiera yo tener la convicción de Nat, no hay persona que reme mas por su propio barco que ella mi vida🙃

PD: Tenía pensado terminar el capitulo antes pero esta semana pasada ha sido un poco bastante de bajón y no he podido, no sé si lo sabéis pero soy culé y el otro día lo pasé muy mal con la final de la champions, al menos hemos conseguido la copa de la reina y hemos podido olvidar un poco la frustración de ese día 😅 si hay mas culés por aquí abrazos para todas, volveremos 💙♥️

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