VEINTITRÉS

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POV Natalia

Tanto Alba como yo estábamos ya listas para bajar al entrenamiento matutino cuando unos golpes en la puerta exactamente iguales a los de anoche nos hicieron reaccionar y mirarnos como las desgraciadas que éramos.

Nos lo habíamos pasado de puta madre la noche anterior, ¿pero a qué coste?

-¡Albaaaa vengo a traerte el cargador, abreeeeee!-Por supuesto que era María y por su puesto que no venía solo a devolverle el cargador a Alba.

-¡No lo necesito!-Gritó Alba sin acercarse a la puerta en un tímido intento por evadir lo inevitable.

-Caris vais a tener que salir de ahí tarde o temprano, o me abrís ahora o llegamos tarde a entrenar.

Ambas nos miramos, suspiramos y asentimos. No nos quedaba mas remedio que enfrentarnos a María.

Nuevamente, la valiente que se acercó a la puerta para abrir fue Alba, descubriendo tras ella a nuestra amiga más impaciente que ocho impacientes por querer entrar a asaltarnos.

-Trae.-Alba estiró la mano para recuperar su cargador y volvió dentro para lanzarlo sobre su cama.

María aprovechó para entrar como un resorte tras Alba, quedándose plantada en el centro de la habitación y siendo incapaz de aguantar el silencio por más medio segundo. 

-¡Decidme que no es verdad que os he pillado con una broma de mierda!-Estalló en risas cuando Alba y yo nos quedamos mudas al no tener nada que objetarle porque así de payasas habíamos sido.-¡A mi me va a dar un telele, no sois más pencas porque no podéis! ¡Estoy berreando de lo tontas que sois!

-¿Algún insulto más?-Espetó Alba de brazos cruzados intentando mostrar algo de orgullo. Yo ya no podía ni fingir que me quedaba de eso, estaba a punto de ponerme como un tomate.

-No, ahora solo quiero felicitaros. ¡Estoy orgullosísima de vosotras! ¡Mis hijas, yo las crie! 

María levantó los brazos en señal de victoria y vino a darnos un corto abrazo a cada una mientras vitoreaba.

-Mira que te encanta montar show con cualquier cosa.-Murmuré tímidamente para bajarle intensidad a esa chalada.

-Perdona pero dos lesbianas atreviéndose por fin a resolver la tensión sexual no es cualquier cosa, cariña, hablamos de un fenómeno paranormal que sucede una vez cada cien años, por eso es mi deber felicitaros.-Me corrigió con una seriedad apabullante.

Me quedé ojiplatica. ¿En qué momento se había enterado María de la tensión que existía entre Alba y yo? Quizás era hora de empezar a plantearme de que no disimulaba tan bien como me pensaba...

Tampoco se podía descartar que hubiese sido Alba la que le contaste algo, aunque me extrañaba bastante sabiendo lo mucho que odiaba que cotilleasen sobre sus cosas.

-Bueno no hace falta que se entere todo el equipo, baja el volumen.-Inquirió Alba quien parecía estar también algo sonrojada.

Si es que solo éramos dos pavas y a María le encantaba sacarnos de quicio.

-Yo hablo todo lo bajo que queráis, como si tengo que emplear la lengua de signos, pero me contáis las cosas que para algo soy vuestra madre postiza.

-Pues ya sabes todo lo que hay que saber.-Zanjó Alba muy digna.

-¡Si hombre! ¿y los detalles qué?-Exclamó nuestra amiga totalmente indignada.

-Eso es cosa nuestra.-Añadí y miré a Alba para guiñarle un ojo, acción que me devolvió junto con una sonrisa que me hizo darme cuenta de que también hacíamos una dupla de la hostia fuera del campo. Nuestros gestos indignaron aun mas a María, quien sabíamos se moría por seguir cotilleando.

SINERGIA - albaliaWhere stories live. Discover now