R E B O R N • Koisuru Boukun

Autorstwa Uzuchia14

6.8K 922 659

Ahí estaba queriéndote a escondidas de una sociedad llena de prejuicios y tabúes, la misma sociedad que nos a... Więcej

Trailer Book
P R É F A C E
U N O
D O S
T R E S
C U A T R O
C I N C O
S E I S
S I E T E
O C H O
N U E V E
D I E Z
O N C E
D O C E
T R E C E
🍀Un poco del mundo R E B O R N🍀
C A T O R C E
Q U I N C E
D I E C I S E I S
D I E C I S I E T E
D I E C I O C H O
D I E C I N U E V E
V E I N T E
V E I N T I U N O
V E I N T I D O S
V E I N T I T R E S
V E I N T I C U A T R O
V E I N T I C I N C O
V E I N T I S E I S
V E I N T I S I E T E
V E I N T I O C H O
V E I N T I N U E V E
T R E I N T A
T R E I N T A Y U N O
T R E I N A Y D O S
T R E I N T A Y T R E S
T R E I N T A Y C U A T R O
T R E I N T A Y C I N C O
T R E I N T A Y S E I S
T R E I N T A Y S I E T E
T R E I N T A Y N U E V E
C U A R E N T A
C U A R E N T A Y U N O
C U A R E N T A Y D O S
C U A R E N T A Y T R E S
C U A R E N T A Y C U A T R O
C U A R E N T A Y C I N C O
C U A R E N T A Y S E I S
C U A R E N T A Y S I E T E

T R E I N T A Y O C H O

132 15 18
Autorstwa Uzuchia14

SOUICHI

Hace dos semanas, casi tres, que no lo veo.

Es extraño para mí, ni siquiera le he visto pasar por las calles con Kanako, tampoco con su amigo del bar o sus padres.

Nada.

No sé de él.

Tampoco se ha aparecido en mi casa como lo había hecho antes.

Esta vez su promesa de desaparecerse de mi vida, la estaba cumpliendo y yo no estoy reaccionando como debería a su ausencia.

Ni siquiera he tenido una carta de su parte o algún indicio de que siquiera seguía en el pueblo, y el hecho de molestarme por eso, me molesta.

Acomodo mis lentes, observo a los niños escribir callados. Tenían un examen sencillo, y todos parecían concentrados en lo suyo o yo estaba muy metido en mis pensamientos como para darme cuenta de alguna trampa de ellos. Por primera vez en lo que llevo siendo docente, que los niños atiendan o no a mis clases me tenía sin cuidado alguno, mi mente no estaba presente, se encontraba perdida buscando una manera de volver a oír su voz, o al menos, volver a tenerlo en mi campo de visión unos segundos.

Es irónico como pase de desear con todas mis fuerzas el tenerlo lejos, a anhelar siquiera un simple vistazo a lo lejos de su persona, y me asusta terriblemente la sensación de perdida y vacío que ha dejado su ausencia.

No debería preguntar por él, mucho menos debería extrañarlo siendo yo el que le pidió, casi rogó, que desapareciera de mi vida.

Quería obligarme a pensar que solo era mera preocupación por su ausencia, y es que no verlo en ningún lado por casi tres semanas era algo que me tenía nervioso y distraído todo el tiempo.

Por otro lado, mi compromiso estaba a casi tres meses de efectuarse finalmente. Las cosas estaban compradas, el sitio apartado (El jardín de casa), Miharu más irritante que nunca y yo, más amargado que siempre. Estaba a casi tres meses de ser un hombre oficialmente comprometido frente a todos, y estaba más cerca de estar finalmente casado y viviendo bajo el mismo techo con una mujer a la que claramente no amo.

Tadokoro se quedará para ese evento, me he acostumbrado a tenerlo en casa y ojalá pudiese ser él quien viva conmigo, y no ella.

Cuando llegue ese momento donde mi dedo porte un anillo, no podré verlo más ni siquiera en casa.

¿Por qué pienso en eso? No lo sé, solo sé que su ausencia me está causando sentimientos que no deseo, que quiero reprimir y mientras más intento, más salen a relucir. Masajeo mis cienes, regreso la vista a los niños y estos, inocentes, escriben en las hojas.

Quisiera ser uno de ellos, sin preocupaciones más allá que conseguir un nuevo juguete, o hacer la travesura perfecta. Sin adultos, sin problemas, sin amor...

¿Amor?

-Profesor, ya acabé –Sus trenzas se movieron al compás de su caminar. Ella se acercó a mí dando pequeños pasos hasta que estuvo frente a mí escritorio, ahí dejo su examen.

–Puedes salir al patio, Suki –Tomé la hoja, la metí en una carpeta y la niña obedeció. Normalmente no dejo que salgan, y reviso los exámenes de una vez, pero desde hace muchos días atrás mi cerebro solo tiene espacio para él, y hasta la biología pasó a segundo plano.

Estoy enloqueciendo, quizás.

Escucho la puerta cerrarse, el aula queda en silencio de nuevo y siento desesperar. Giro mi cabeza a la ventana, ahí, donde siempre me observaba está vacío, y en vez de darme tranquilidad, solo me revuelve el estómago. ¿Dónde estás?

¿Dónde estás...?

–Souichi-kun –Una voz conocida me habla. Giro la cabeza al otro lado, Kurokawa está en la puerta con un sobre entre sus manos. –Ten, un chico pelirrojo dejó esto para ti –Extiende su brazo, da unos pasos hacia mí y me entrega el sobre.

Leo su nombre en una esquina del sobre.

Satō Tetsuhiro

Mi corazón se acelera. Finjo que me molesta y solo agradezco en silencio. Guardo el sobre en la carpeta, mi compañero me observa unos segundos antes de marcharse.

Él lo sabe, yo también.

–Se acabó el tiempo –Digo poniéndome de pie. Camino hacia los asientos y retiro las hojas una por una. –Pueden salir –Doy permiso un tanto ansioso por estar a solas. Los pequeños, emocionados, salen cantando y riendo del aula hasta dejarla de nuevo, vacía, silenciosa, llena de un aire con olor a ansiedad. –Mierda, Souichi, cálmate... –Me ordenó a mí mismo. Camino hacia el escritorio donde dejó las hojas sin siquiera ordenarlas, mi objetivo me espera en la carpeta donde acababa de meterlo. El sobre en mis manos se me hace pesado, la boca se me reseca un poco y me siento tan fuera de lugar, tan tonto.

Mi dedo acaricia un poco la solapa, se mete bajo esta y la levanta despegándola del papel. Lo abro, una hoja doblada me espera dentro, y yo la saco con los nervios de punta.

La abro, su caligrafía en cursiva y tinta negra me recibe.

Dos palabras.

"
Lo siento

-S.T
"

¿Qué significa esto?

–Maldición, Tetsuhiro... –Reviso el papel por ambos lados buscando algo más, pero por más que mire, no hay nada. "Lo siento" ¿lo siento por qué? Tan solo consiguió que mis nervios crecieran.

Doblo el papel y lo regresó a donde estaba. Me quedo parado como tonto observando el sobre, no hay más, tan solo eso, tan solo dudas.

Un chico pelirrojo trajo esto para ti

¿El tipo del bar? ¿Cuál era su nombre...?

–Hiroto... –Murmuro. Empiezo a recoger mis cosas de forma veloz, las guardo en mi bolso sin prestar atención a causar el doblez en una hoja o algo así, solo me importa deshacerme de esta duda que hace dos semanas está molestándome.

Salgo del aula, la cierro con llave y procedo a caminar por el pasillo hasta la puerta de salida de la escuela. Estando fuera, observó a los dos lados, siento que las personas pueden darse cuenta del manojo de nervios que soy. Empiezo mi andar hasta el bar, y me toma largos minutos llegar.

No sé porque estoy aquí, otra vez estoy moviéndome por él, pero siempre puedo decir que es preocupación fraternal, ya que no se explicar lo que verdaderamente no me deja dormir.

No puedo evitar sentir miedo por él sabiendo donde vivimos, y no he sabido de algún otro encierro en el hoyo, o una pena de muerte dictada, pero no podía evitar pensar que esa noche le vieron salir de casa, y se deshicieron de él en silencio, y esta carta solo alimentaba aquella teoría.

¿Me estaba pidiendo perdón por irse de repente? ¿Por no despedirse? ¿Por todo? Por amarme, por esto...

Me sentí asfixiado.

Tetsuhiro no podía estar muerto... ¿O sí? No, ya me hubiese enterado... ¿O no?

-Basta, concéntrate –Me ordeno a mí mismo continuar mi caminata apresurada al bar. Estando frente a este, me acerco a la puerta principal y la abro dejando ver a pocas personas dispersas, y dos cantineros, entre ellos, él. Camino esta vez más lento hacia el bar y tomo asiento en uno de los taburetes.

-Sabía que iba a venir –Le veo caminar hacia mí, como siempre, en sus manos había una jarra siendo limpiada por un trapo color beige.

¿Por qué siempre están limpiando jarras estos tipos?

En fin.

Saco la carta de la carpeta y la coloco sobre la mesa.

- ¿Dónde está? –Pregunto observándole. Él, intercala su mirada entre el sobre y yo. -¿Por qué me dejó esto? ¿Por qué un "Lo siento"?

-Voy a decírtelo, aunque Tetsuhiro me pidió no hacerlo... Sinceramente no puedo decirte mucho, fui a su casa porque estuve días sin verlo y me preocupe, allá me dijeron que estaba bien, pero como conozco perfectamente a sus padres, sobre todo al señor Sato, subí por la parte trasera a su ventana y le vi en su cama, sentado, observando el suelo.

Ya veo de donde sacó Tetsuhiro esa manía de colarse por las ventanas...

-Estaba de espaldas así que no me vio. Cuando toqué el cristal, él volteó, tenía un golpe en el rostro –Se quedó callado, sentí una presión en el pecho ¿Golpeado? Eso confirmaba mis sospechas, le habían visto salir de mi casa.

...Pero nadie ha venido por mí en estos días ¿Entonces?

- ¿Golpeado? ¿Por qué? –Pregunto yo intentando sonar tranquilo, los nervios empiezan a apoderarse de mí y mi tic de golpear suavemente la mesa con la uña empieza.

-No lo sé, no quiso decirme, pero supongo que tienes algo que ver ya que me pidió no contarte ¿Y sabes por qué te cuento, Souichi? Porque estoy cansado de ver a Tetsuhiro sufrir por ti, y creí que tendrías la suficiente fuerza para alejarlo, pero veo que te estás enamorando de él.

- ¿Qué...? Eso no es cierto, no hables cosas sin sentido Hiroto –Me enderezo dispuesto a levantarme e irme.

Pero él consigue paralizarme en mi sitio.

-Entonces dime ¿Qué haces aquí? ¿Por qué preguntas por él? ¿Por qué te preocupas? Tú mismo dijiste que Tetsuhiro no te importaba, que era una molestia, pero siempre, siempre vuelves... Y ahora estas acá preguntándome por él, de nuevo ¿Por qué? Las personas que desean a otros lejos, también cumplen su parte y se mantienen lejos, pero tú... Tú siempre terminas buscándolo, siempre terminas en otro enredo con él porque no eres capaz de alejarlo por completo –Deja la jarra sobre la mesa con el trapo dentro, sus ojos observan los míos desafiantes esperando que yo responda y me defienda de sus palabras, pero he quedado mudo. –Si no lo quieres, ponle un maldito freno de una vez por todas, carajo, estoy harto de ver que siempre paga los platos rotos.

Silencio, he quedado sin respuesta porque en el fondo sé que tiene razón, y no he sido capaz de ponerle un alto a esto como debe ser.

Tan solo me queda tomar el sobre, guardarlo en mi maletín y me levanto de mi asiento.

-No voy a permitir que hables sin conocerme... Tú no sabes nada, Hiroto, nada de lo que hemos hablado, no sabes lo que pienso, no sabes cuán difícil es...

-Respóndete esta pregunta –Me corta la oración, aprieto los puños. - ¿Qué haces aquí preguntando por él cuando no quieres saber nada sobre su persona?

- ¡Por qué me preocupa! –Respondo en voz alta. El local queda en silencio y yo aprieto los labios enfadado, odio llamar la atención, este tipo me saca de mis casillas.

-Esa es la respuesta... Ahora puedes irte –Toma la jarra en su mano de nuevo, me observa unos segundos más y luego se retira hacia el otro lado de la barra. Con la rabia a mil, me doy la vuelta y me marcho de ese sitio.

Fuera, la brisa fría golpea mi rostro y mueve mis cabellos. Maldigo en voz baja en lo que empiezo a caminar a casa dando zancadas. Estoy tan enfurecido que podría golpear al primero que se me cruce, y es que, por más que me cueste aceptarlo, tiene la maldita razón.

No quiero sentirme culpable o responsable, pero desde el inicio debí ponerle freno y cual estúpido, no lo hice, solo deje pasar las cosas una y otra vez hasta el día de hoy, hasta la noche de hace dos semanas donde me deje ver vulnerable a él, soy un cobarde, soy un imbécil.

¿Por qué? ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué te preocupa?

Estoy buscando la respuesta, no quiero que sea un "Me preocupo por él" me aterra saber que, de verdad, me preocupo por él, y ahora mismo, si tuviese tanta valentía como la suya, iría a su casa para golpearlo, insultarlo, o quizás sentarme a su lado y quedarnos en silencio recordando lo tontos que hemos sido, y lo lejos que hemos llegado.

Pero no, yo no soy así, no puedo abrazarlo para darle el consuelo que quiere, no quiero alimentar más esto que ha crecido en él, en mí, no debo pensar en él y mucho menos preocuparme por él. Yo prefiero irme a casa, entrar y golpear todo, quejarme y maldecir en estas cuatro paredes que no le dirán a nadie como me vieron buscar respuestas en libros sobre emociones, o leer cartas escritas por él, como las respondí. No dirán las veces que hablamos, las veces que me beso, y yo a él.

Me siento confundido, cansado y estresado, siento que esta no es mi historia, pero estoy condenado a repetirla, siento que no soy yo el que no puede alejarlo, es otra persona la que desea que se quede con tanta intensidad que me abruma.

O quizás si soy yo, y como siempre, necesito una excusa para todo.



Dos meses después

Mamá cepilla mi cabello silenciosa y minuciosamente. Yo estoy sentado en la silla de su peinadora, me miro al espejo y juro no me reconozco.

Llevo un traje azul oscuro, parece un kimono masculino. Un Haori cubre mi cuerpo, debajo uso un Hakama negro finalizando en dos calcetas blancas, y mis zori. Mamá me recoge el cabello en una coleta baja, luego hace un bollo y lo ajusta con pinzas.

Debes verte como un caballero, la cabellera larga es para mujeres.

Dijo papá esta mañana, mientras me explicaba que debía y no hacer la tarde de hoy.

Hoy, oficialmente me convertiría en un hombre comprometido ante todos.

Hoy...

Hoy muero, es la única manera en que podré soportarlo.

¿Estoy exagerando?

-Souichi –Su voz me llama, dejo de observarme en silencio frente al espejo para desviar mis ojos a ella, quien sonríe. –Levántate, déjame verte –Pide dando unos pasos hacia atrás. Yo, suspiro y me pongo de pie, me giro y dejo que ella me vea. Su sonrisa se ensancha, sus manos toman las mías y me mira alegre.

¿Cómo puede estar alegre a costa de la inconformidad de su hijo?

Su único hijo...

-Te ves hermoso, Souichi, Miharu quedara impresionada –Suelta mis manos, desliza las suyas un poco por encima de mi traje para quitar alguna arruga. - ¿Cómo te sientes? ¿Ya estás listo?

-No... -Pronuncio. Ella finge que no me escucho, y busca los anillos.

-Acá están, ya sabes cómo es todo ¿No? –Abre la cajita con ambos anillos y los observa.

-No... -Repito sin apartar los ojos de ella. Nuevamente, finge que no me escuchó.

-Te arrodillas, le muestras el anillo, se lo pones y ya... Es fácil –Colocó la caja sobre la mesa, toma mis mejillas y besa mi frente. –Estoy orgullosa de ti. Nos vemos abajo, no te demores, la ceremonia empezara en unos minutos y debes estar primero que Miharu.

-Mamá –Le llamo casi rogando que no me haga hacer esto, pero ella, otra vez, otra maldita vez, hace oído sordo y solo camina a la puerta para marcharse. –Mamá... -Murmuro decepcionado de ella, de papá, pero más de mí por tener que llegar a estos extremos con tal de tapar una verdad que no he querido aceptar.

Lo extraño.

Le echo de menos, sigo sin saber absolutamente nada de él, y conforme los días fueron pasando, me di cuenta que mi vida había regresado a la monotonía que consumía mi energía y daba como resultado un rostro serio, un semblante apagado. Me cuesta aun aceptar que, su presencia me gustaba, me cuesta demasiado aceptar que quiero verlo, aunque sea una vez más para decirle lo idiota que es, y lo mucho que lo detesto por hacerme pasar por esto siendo yo un perfecto inexperto en emociones, y en cómo controlarlas.

Definitivamente esto no es amor, de eso estoy seguro, esto es... Es amistad, si, es amistas, mi único amigo cercano...

¿Verdad? ¿Amistad? ¿Amor? ¿Cómo exactamente se siente eso?

Dios en que carajos estoy pensando...

-No pienses más en él, maldición, le darás la razón a ese tipo del bar y yo jamás le doy la razón a nadie –Me miro al espejo y termino de arreglarme sin ganas, entonces espero ahí de pie hasta que finalmente la puerta se abre, y mi primo aparece.

-Souichi, es hora ¿Estás listo? –Abre un poco más la puerta para adentrarse en la alcoba.

¿Estás listo? ¿Estás listo? ¿Estás listo? ¡No! Mierda.

-Si –Respondo contrario a mis pensamientos. Suspiro, avanzo hacia él y ambos salimos del cuarto. Caminando por el pasillo que lleva a las escaleras, oigo una sutil música clásica de fondo acompañada de voces las cuales se, son de mi familia y la de Miharu. Bajando los escalones, puedo ver personas vestidas elegantemente las cuales, al notar mi presencia, me observan sonrientes y me siento pequeño entre tantas miradas. - ¿La fiesta no era en el jardín? –Susurro a Tadokoro, él se encoje de hombros.

-Se supone... Quizás hace frio fuera –Contesta en el mismo tono de voz.

- ¡Souichi! –La tía Fujita toma mis mejillas con demasiada emoción. - ¡Que hermoso estas! Todo un hombrecito, estoy tan feliz por ti –Sonríe dulcemente soltando mis cachetes, y no puedo sentir rechazo hacia ella, de los que estaban aquí, creo que ella, su esposo, Tadokoro y Margaret eran las personas que toleraba. –Felicidades.

-Gracias Fujita-Obasan –Hago una pequeña reverencia en forma de agradecimiento y enderezo mi cuerpo nuevamente.

-Ven, todos quieren verte –Toma mi mano y me lleva hacia los invitados, me siento en una especie de subasta en donde yo soy el "premio"

¿Demasiado egocéntrico?

-Souichi, hijo, te ves bien –Mi padre coloca su mano en mi espalda y se posiciona a mi lado observando a los demás. - ¿No se ve bien mi muchacho? –Pregunta con felicidad, y las personas asienten entre sonrisas.

Claro, dichoso debe de sentirse viendo que lo que quiso, se hará realidad. Su sonrisa me enerva la sangre, de verdad aún no puedo creer como puede desbordar tanta alegría después de todo lo que ha pasado entre nosotros, después de quebrantar nuestra relación cada que me veía la cara, ahora me expone ante ellos como si de verdad estuviese orgulloso de mi, de que fuese su hijo, de que fuese biólogo y tuviese el cabello largo.

No.

Esta orgulloso de esa persona parada ahí fingiendo ser yo; Con el cabello recogido en un bollo, con la mirada seria y un anillo en el bolsillo para entregar a una mujer de la cual no estoy enamorado.

- ¿Qué opinas tú, Yamaguchi Satō? –Un tono burlón se percibe en su voz, alzo la cabeza para verle y él, también me mira, sonriente.

¿Qué dijo?

-Claro que sí, Suzuki –Contesta una voz la cual reconozco, me congelo en mi sitio, no quiero voltear a pesar de saber de quién se trataba.

Quien le acompañaba.

- ¿Y tú, qué opinas Tetsuhiro? –Otra pregunta, su nombre resuena en mi cabeza. Giro despacio la cabeza hacia ellos y sus ojos atrapan los míos en el momento, en el jodido segundo en que ambos se encuentran.

Tetsuhiro está ahí parado, su rostro, por primera vez, es total tristeza, una línea recta conforma sus labios, sus ojos están apagados, su mejilla ligeramente morada. Lleva un traje beige, un Haori le cubre, su pantalón es más ajustado que el mío, es de un beige más oscuro.

Por Dios ¿Qué hace él aquí? ¿Por qué esta aquí? No debe... No quiero que este aquí, no quiera que vea lo que sucederá aquí. Sus ojos verdes me observan, tristes, afligidos, sé que fue obligado a asistir tan solo para verme comprometer con una mujer, y me molesta que le hayan traído solo para eso.

El recuerdo de nuestra última noche llega a mi cabeza de repente. 

- Me llego la invitación de tu compromiso... 

- Si... Por eso no puedes estar aquí, no puedes venir a decirme todo esto porque soy un hombre comprometido y voy a casarme con ella, porque la quiero a ella y tú...

Es cierto, papá lo invito. 

¿Acaso somos un espectáculo absurdo? ¿Dos marionetas?

-Si... Se ve bien –Contesta luego de segundos en silencio, me observa, luego desvía la mirada.

Mi pecho duele

¿Por qué?

Siento un codazo, Tadokoro me obliga a salir del limbo, y es que me lo he quedado viendo buscando sus ojos de nuevo, buscando explicación, y sé que mi padre y el suyo se han dado cuenta del cambio en mi expresión, pero poco me importa, a estas alturas solo quisiera que la lámpara sobre mi simplemente cayese y me matase.

-Bueno –Mi padre junta ambas palmas creando un leve ruido. –Es hora de empezar. Los invito al jardín, Miharu debe estar ansiosa y no podemos hacerla esperar –Las personas comienzan a caminar fuera, entre ellas, el señor Sato, pero Tetsuhiro se ha quedado ahí parado. Sus ojos de nuevo se posan sobre los míos, quiero acercarme, jamás en mi corta vida había sentido tanta necesidad de acercarme, de hablar, de saber cómo estaba alguien hasta que le vi ahí parado.

-Souichi, no... –Tadokoro me toma de la muñeca deteniéndome, había dado dos pasos hacia él sin siquiera darme cuenta ¿Qué me pasa? –Vamos, no causes problemas, no quiero que les suceda nada... Yo hablaré con él ¿Bien? No te preocupes.

-Tengo que ser yo quien hable con él, Tadokoro –Me quejo mientras mi primo me lleva casi a rastras, no puedo dejar de verle, no puede dejar de mirarme.

Tetsuhiro, ¿Qué me has hecho, por qué me tienes sintiéndome así?

La puerta de salida se cierra, y él queda dentro de casa. Al ya no tenerlo en mi campo de visión, giro la cabeza al frente y mi realidad golpea nuevamente el trance en el que estuve. Las personas se han reunido casi en círculo, mi padre me guía hasta mi lugar y yo, cual muñeco de trapo, tan solo me dejo llevar.

Tengo que dejar de pensar, tengo que dejar de sentirme así, me siento tan abrumado entre estas personas con sonrisas falsas, entre sus comentarios y sus felicitaciones.

-Ya Miharu llego –Dice mi madre desde la puerta, abre, y lo primero que veo es su Kimono rosa claro, está decorado con flores bordadas en dorado. Camina despacio hasta mi posición, las personas le dicen lo hermosa que se ve, pero ella también está apagada, y me sorprende, estaba seguro que esta situación le causaba gracia, pero ahí estaba, sin brillo alguno más que el de su maquillaje.

Cuando la tengo de frente, sé que debo empezar a hablar lo que había practicado con mamá, pero las palabras simplemente no salen. Mi padre da dos palmadas suaves a mi espalda, volteo a verle y él me dice con sus ojos Mas te vale no arruinarlo.

Regreso la vista a ella, tomo sus manos y trago saliva.

La puerta de casa se abre, todos volteamos, Tetsuhiro sale despacio y la puerta se cierra detrás suyo. Me obligo a mirar nuevamente a la mujer, mis manos tiemblan ¿O son las suyas? No lo sé, nunca había sentido esta presión, y saber que él estaba viendo, era un costal más de peso sobre mi espalda.

Basta, Souichi, si vas a sentirte mal por esto, que sea por ti, no por él, tú no sientes nada por él, no te importa... No te importa...

El tipo del bar no tiene razón.

Tú puedes, ya lo hiciste una vez, finge, todo está bien, estarás bien, eres más fuerte que esto...

¡Habla ya!

-Miharu Ito –Pronuncio su nombre firmemente. –Alrededor de estos meses no pude evitar cautivarme con tu belleza, y el saberme enamorado de usted me llena el alma, por eso, frente a todos nuestros familiares y amigos, yo, Souichi Suzuki, pido tu mano en sagrado matrimonio –Finalizo la absurdamente ensayada oración, llevo un pie detrás del otro y me arrodillo ante ella. De mi bolsillo, una cajita negra aterciopelada se deja ver, dentro de ella, un anillo de compromiso brilla.

Por el rabillo del ojo puedo verle, siento la necesidad de voltear, y por más que me resisto, no puedo.

Giro, le observo unos segundos que se hacen eternos.

Niega con la cabeza despacio, sus cejas están un poco hundidas.

Aprieto los labios.

¿Por qué siento que no debo? ¿Por qué siento que le debo algo?

No puedo, no quiero.

Vamos, Souichi, vamos...

- ¿Quisiera usted casarse conmigo? –Digo, giro la cabeza hacia ella. Se mantiene silenciosa unos segundos hasta que sonríe, y asiente con la cabeza.

Quizás no soy el único que se está dando un empujón internamente.

-Sí, acepto casarme con usted, Souichi Suzuki –Su sonrisa se ensancha, yo, coloco el anillo en su dedo y me pongo de pie.

Los aplausos no tardan en llegar.

Ella se acerca a mí, se pone de puntillas y sus labios se posan sobre los míos.

Yo, coloco una mano en su cadera como primera reacción a aquel beso.

No es igual... No es lo mismo.

No es él.

¿Por qué pienso en eso?

Claramente no es él, y jamás he querido que sea él.

No tienes razón, Hiroto.

Entonces... ¿Por qué se me ha quebrado el corazón? 

----------

Hola a todxss de nuevo por aquí

Como extrañaba esta historia *llora en reborn*

Bueno, espero poder actualizar más seguido como antes ya que adoro esta historia y se que ustedes también

Gracias por leer, por esperar un nuevo capitulo, a las personas que comentaban y preguntaban por Reborn. Los tkm💖

Siento que este episodio no es muy bueno, perdón

Nos vemos en otro episodio el cual seguramente estará bien triston ya que será desde el POV de nuestro Tetsuhiro con el corazón roto luego de esto, y Souichi, cada día más confundido...

Estoy segura que así son los pensamientos de Souichi del manga, que si, que no, que si te quiero, que no te quiero...

Pero bueno ¡Besos a todxs! Un abrazo, los tkm, no olviden comentar y votar, adoro leerles.

Czytaj Dalej

To Też Polubisz

391K 25.9K 97
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
176K 8.9K 118
𓂋 Spanish translations ៸៸ ⊹ 𓈒 ˚ ⸰ 백 합 𝐓𝐮𝐦𝐛𝐥𝐫 ٫٫ ♡⃞ ⟡ ׅ ﹙ Lector masculino ﹚ ♡︭ ✦⠀⠀ᣞ ⬭ Ninguno me pertenece ...
511K 52.2K 131
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
846K 126K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...