Dazai Osamu, 10 años, sorprendentemente inteligente y completamente perdido.
En su defensa, ese perro se veía peligroso y es mejor que digan aquí corrió que aquí quedo.
Quiere morir, pero jamás le daría el lujo a un perro de acabar con su vida
Ahora estaba en la ciudadela de Suribachi. Su tutor, y la única persona que Dazai genuinamente apreciaba, le había dicho que Suribachi era un lugar peligroso, la tierra de nadie y lugar de cosas peligrosas como venta de drogas y más cosas que no escuchó.
Un gato callejero se roza por sus piernas, es blanco, aunque un poco sucio y Dazai se agacha a acariciarlo.
Odia a los perros, sin embargo, los gatos son su cosa favorita, le había preguntado a Oda si podía tener uno y dijo que no se sentía emocionalmente preparado para cuidar a otro ser vivo sin caer en la absoluta y total locura, solo que en palabras aptas para niños
—Hola— Saluda al animal quien se frota en sus manos y ronronea —Eres muy lindo—
—¡Ah! ¡Ruru! Ahí estás— Escucha una voz y unos pasos corriendo, el castaño levanta la mirada y ve a un pequeño niño pelirrojo —¿Eh? ¿Quién eres tú?—
El gato blanco se escapa de las manos de Dazai, salta a los bracitos de ese niño pelirrojo, es un gato Maine Coon, por lo cual es gracioso ver a un gato tan grande siendo cargado por un niño tan pequeño.
—Dazai Osamu ¿Quién eres tú?—
—Nakahara Chuuya— Chuuya inclina su cabeza observando a Dazai —No pareces de aquí—
Dazai se levanta acercándose más al niño para seguir acariciando al gato en sus brazos.
—Estoy perdido— Admite.
—Oh…— Chuuya le extiende al gato —Debes estar asustado, ten a Ruru, él me hace sentir mejor cuando me asusto— No está asustado, únicamente triste, quiere volver a casa y ver a Oda, él debe estar preocupado.
Aun así, sostiene al gato, es realmente pesado, pero parecía que Chuuya lo cargaba como si nada.
—Ven, te ayudaré— Ofrece el pelirrojo su mano con una sonrisa.
—Está bien —
Dazai deja a Ruru en el suelo y toma la mano del pelirrojo.
Chuuya camina como si Suribachi no fuera de los lugares más peligrosos de Yokohama, Dazai entonces lo observa.
Es bajito y su mano se siente muy delgada, debe comer mal y también está algo sucio, no obstante es nada más un poco de polvo, así que asume tiene una higiene decente, pero probablemente hoy no pudo o tuvo tiempo.
Su ropa tiene parches y está remendada, por lo tanto, hay alguien que lo cuida.
Chuuya se detiene delante de una casa y toca la puerta, Dazai abstienen a hacer preguntas.
—Señora Ito— Saluda cuando una mujer en sus treinta abre la puerta.
—Oh Chuuya, ¿Paso algo?— La señora sé inca para hablar cara a cara con el niño. —¿Cómo sigue Yuan?—
—Su pierna está mejor gracias a la pomada que nos dio, muchas gracias— Chuuya le sonríe, es tan brillante en este callejón, casi a oscuras —Pero, ¿Podría decirle a Shirase que estaré fuera unas horas?—
—¿Tiene que ver con ese niño?— Pregunta la mujer señalando a Dazai con la mirada.
—Se perdió, lo llevaré a casa— Dice, infla el pecho para verse más grande y la mujer ríe.
—¿Estás seguro? La noche es peligrosa—
—No se preocupe, ¡Soy el más fuerte de Suribachi!—
La mujer le pide a Chuuya que espere un momento y regresa a dentro de la casa.
Poco después regresa con una chaqueta algo desgastada que le pone al pelirrojo.
—Está bien, le diré, ten mucho cuidado—
Ambos niños se van después, Chuuya lo saca de Suribachi antes de hacerle cualquier pregunta.
Ruru los sigue de lejos, como cuidando a Chuuya mientras esté le cuenta al castaño mil y una cosas.
Sus manos siguen unidas y Dazai piensa que nunca fue agradable, pasar tiempo con otro niño.
Dazai le da indicaciones una vez salen del Suribachi y el castaño ve cosas reconocibles.
En 20 minutos ya están frente a la casa de Odasaku.
Dazai toca la puerta y un hombre muy alto y pelirrojo abre la puerta, su expresión parece afligida, luego ve a Dazai y solo hay alivio.
Chuuya sabe todo eso por el olor de las feromonas, siempre tuvo un buen sentido del olfato.
Sé inca en el suelo y abraza a Dazai con fuerza, atrayendo al niño en su pecho como si no lo hubiera visto en años.
—Osamu, ¿Dónde estuviste?— pregunta.
Las manos de los infantes se sueltan por el tirón y Chuuya siente que ya es momento de regresar.
Se da la vuelta feliz de haber hecho algo bueno, tal vez el tipo de cabello negro y largo que aparece en su primer recuerdo estaría orgulloso de él.
No sabe quién es, pero es lo primero que recuerda y a Chuuya le gusta imaginarse que es su familia, lo ayuda a dormir cuando se siente especialmente solo.
—Me perdí y ese niño me trajo a casa— Responde Dazai.
Chuuya se siente observado, se gira nuevamente rascando su mejilla.
—Buenas noches— Dice, el pelirrojo mayor le sonríe y Chuuya piensa jamás haber visto un rostro tan gentil en un alfa.
—Muchas gracias por traerlo de vuelta…—
—Nakahara Chuuya— el pelirrojo entiende su mano como suele ver a esos adultos que actúan sospechosos cuando se comparten cosas en los callejones del Suribachi.
—Oda Sakunosuke— Responde correspondiendo el gesto y estrechando la mano más pequeña —Nuevamente, gracias—
—No hay problema— Chuuya vuelve a inflar su pecho —Es el deber de los fuertes proteger a los débiles—
Oda ríe, este niño tan pequeño y delgado diciendo que es su deber proteger a otros, es adorable.
—Y dime Chuuya-kun ¿De dónde eres?—
—Suribachi— Oda no puede evitar mirarlo con algo de tristeza, el Suribachi es un mal lugar para crecer.
—Ya veo ¿Y tus padres no están preocupados de que estés aquí?—
—No tengo papás— Dice Chuuya, no puede sentir tristeza ante eso, porque hasta recién un año se enteró lo que era un padre y una madre —¡Pero las señoras de Suribachi son lindas conmigo! Así que le avise a la señora Ito—
—Oh, ¿Lo son?— Oda necesita más información, si alguien lo está cuidando fuera del sistema, en que condiciones vive, debería llamar a servicios sociales, se ve bastante desnutrido.
—¡Si! Las ayudo siempre que puedo y ellas son amables y-y ¡Y la señora Ito me acaba de dar esta chaqueta!— Chuuya gira para que Oda pueda verla bien.
—Es muy bonita— Dice el adulto —¿Qué tal si entras y comes algo antes de irte?—
—Está bien— Dice, Oda se ve gentil y amable, no ve razón para negarse.
𓆝𓆟 𓆞
Cuando Oda pone un plato de curry frente a Chuuya hay sentimientos encontrados, el primero es diversión al verlo tan fascinado por el plato y el segundo es tristeza, porque Chuuya lo mira tan confundido preguntándole si está bien que se coma todo solo.
—Chuuya ¿Cada cuando comes en tu casa?—
—Cuando puedo— Chuuya come alegremente.
—¿Cuándo puedes?—
—Cuando la comida alcanza— Explica —¡Mis amigos deben comer primero!—
—¿Por qué lo dices?—
—Soy el más fuerte, es mi deber cuidarlos—
—Aunque eso es muy noble, sigues diciendo ser el más fuerte, ¿A qué te refieres?—
Chuuya toca el tenedor con la punta del dedo y este comienza a flotar.
—¡Puedo hacer esto!—
Oda lo ve sorprendido, un niño usuario de habilidad, Dazai también es uno, y Oda también, así que no es como "wow gente con poderes" es más como "Wow vaya coincidencia"
𓆝𓆟 𓆞
Chuuya termina por irse luego de comer, preguntando si puede llevarle un poco a Yuan para que se recupere más rápido, Oda le da la comida y una pequeña caja de analgésicos suaves que no necesitan receta.
Dazai y Chuuya no se vuelven a ver.
Notas:
Pues muchos querían ver este fic, entonces aqui está, ahora si *Se desaparece un mes*