—Despierta... —susurró Xiao Zhan pellizcando la mejilla del castaño.
—Cinco minutos más... —murmuró el contrario envolviéndose con las sábanas.
—Eres un dormilón —sonrió levantándose de la cama.
Aunque era reciente su encuentro con el muchacho que ahora dormía junto a él en la misma cama desde hace una semana, parecía ser que se conocían de tiempo y era capaz de sentirse cómodo con él. Y aquella mañana, no era diferente a las otras.
Xiao Zhan se estiró como de costumbre, y tomó sus lentes que estaban en la mesita de noche y se los colocó para después caminar hacia el baño. Dió algunos pasos dentro y cerró la puerta aún adormecido. Pestañeó preparando su cepillo de dientes y alzó la mirada al espejo, observando su reflejo.
Fue cuando un detalle vino a su mente de pronto, todo se veía borroso y los lentes no estaban sucios. Se los quito y trato de ver sin ellos, dándose cuenta de que su vista era mucho mejor sin ellos.
—¿Qué mierda? —frunció el ceño observando todo a su alrededor.
—¿Qué sucede? ¿Estás bien? —cuestionó Wang Yibo golpeando despacio la puerta.
—Esto es muy extraño —comentó abriendo la puerta el menor—. Puedo ver bien sin necesidad de los lentes, es más, veo mejor sin ellos.
—¿Qué? —sujetó su rostro preocupado—. Mírame a los ojos.
—No es para tanto.
—Mírame Xiao Zhan.
Xiao Zhan suspiró y lo miro de frente, era algo difícil ya que el contrario era demasiado atractivo y no quería que se diera cuenta de que le gustaba al sonrojarse.
Wang Yibo observó detenidamente los ojos avellana del muchacho, y como estos poco a poco se tornaron dorados, y después regresaron a la normalidad. Esa era una señal de que Xiao Zhan estaba regresando. Tal vez era por qué él estaba cerca, o que el tiempo se acortaba. Cómo fuera, debía permanecer lejos y evitar que supiera quién era realmente.
—¿Tengo algo?
—No, supongo que es normal que la vista mejore y no se necesite los lentes.
—Eso no es posible, tendría que haber ido a que me hicieran una cirugía en los ojos o algo parecido. La vista no cambia de un día para otro.
—Tal vez —se apretó de él—. Sé que recientemente terminaste la secundaria y te estás preparando para tu examen a la universidad. Así que ve a estudiar, yo saldré a dar una vuelta.
Xiao Zhan lo vio caminar hacia la ventana y lo detuvo jalando de su polo.
—Quedate a desayunar conmigo...
—No es buena idea. Tu madre podría hacer preguntas. ¿Qué le diríamos? —dijo el castaño.
—Podríamos decir que eres mi novio y viniste de visita. Sal por la ventana y toca a la puerta —lo soltó—. Di que eres de la misma escuela.
—Zhan —Wang Yibo se tenso antes de decir lo que no quería decir. El comportamiento del menor mostraba que se sentía atraído, y mentiría si no dijera que cada vez era más desesperante no saltar sobre el azabache y hacerlo suyo repetidas veces, pero si se acercaban recordaría y estarían en peligro, debía alejarse y evitar que lo quisiera—. Nosotros no somos amigos. Agradezco que quieras que comparta el desayuno contigo, pero no te confundas. Esto es para salvar a tu hermana, después me iré con el libro para cuidarlo y no nos volveremos a ver jamás. ¿Entendiste?
Xiao Zhan bajo la mirada al suelo y asintió, aunque no creyera en sus palabras. No era posible que no le agradara si siempre era tan coqueto y lo protegía. Él descubriría por qué era distante cuando quería avanzar en su relación.
—Si entendí, iré a desayunar.
El azabache no lo miro otra vez, sólo se giró y salió de la habitación con el rostro triste.
—Lo siento Zhan... Pero para recuperarte, debo evitar que recuerdes quien eres...
Era un tormento no poder tenerlo estando tan cerca, pero Wang Yibo aun tenía sus recuerdos, y en ellos estaban juntos...
Tiempo atrás...
—¿Por qué no podemos ir al pueblo esta tarde? —cuestionó Xiao Zhan haciendo un puchero.
—Es peligroso —instó una muchacha de larga cabellera negra sirviendo un plato sobre la mesa—. El pueblo de Lanling está antes de el nuestro, pero son diferentes a nosotros y sé por buena fuente que hay un cazador quedándose allí. Debemos esperar unas semanas para regresar a casa, así que se bueno y quédate tranquilo.
—Pero, Yanli yo no creo que sea como piensas. Los humanos no son malos... Los he visto de lejos, cuidan a sus crías y parecen proteger la tierra —insistió.
—Le temen a lo desconocido, y si creen que somos peligrosos nos harán daño —intervino Wang Yibo.
—¿Y cuál es esa buena fuente que mencionaste?
—Con las primeras luces del alba, Liu Haikuan estuvo aquí de paso y me contó sobre el cazador. Dice que es el mejor rastreando, por lo que debemos tener un perfil bajo.
—¿Qué es lo que te llama la atención de los humanos? —preguntó el castaño abrazando al contrario—. Son aburridos y sus corazones están corrompidos por la codicia.
—Eso no es verdad, no todos los humanos son así —se giró a verlo con seriedad—. Hace una semana una niña entro al bosque, vio a un lobo herido y uso la tela de sus ropas para curar su pata.
—¿Un lobo? —saltó Yanli levantándose de la mesa—¡Xiao Zhan! ¡Te dije específicamente que no te acercarás a los humanos y menos en tu forma de lobo!
El azabache tembló ante la voz fuerte de su hermana mayor, y el más alto lo abrazó para calmarlo.
—No le grites —gruñó Wang Yibo.
—Es mi hermano, tengo todo el derecho a reprocharle el que ponga su vida en peligro.
—Te entiendo, y también me preocupa. Pero Zhan es diferente a nosotros, su instinto aún no se desarrolla, es menor.
—No siente el peligro, y si sigue así lo lastimaran —miro a su hermano—. Te lastimaran y ni yo, ni tu Alfa podremos protegerte. Los humanos no son buenos, deja de buscar contacto con ellos.
La muchacha gruñó una última vez y salió de la casa golpeando la puerta con furia, dejando a los otros dos aún sentados en la mesa.
—Yanli tiene razón, no debes acercarte a ellos.
—¿Y si ellos nos temen por que no saben realmente como somos? Si lo supieran, podríamos vivir sin tener que escondernos en cabañas abandonadas o cuevas para poder salir de nuestro pueblo y ver el mundo —dijo Xiao Zhan trepándose al regazo del castaño y empezando a olfatear su cuello—. Yo quiero poder ver el mundo con mi Alfa.
—Y yo quiero que mi Omega esté bien —suspiró atrapandolo de la cintura—. Tal vez tengas razón y los humanos no sean malos, pero eso es algo que no se puede simplemente saber, y mientras no sepamos que es seguro te mantendrás alejado.
—¿Y como sabremos que es seguro si estamos alejados?
—No lo sé, y deja de menearte así...es temprano y ya me estás provocando... —olfateó su cuello y sonrió—. Tu aroma es más fuerte, ¿Entraras en celo?
—Necesito a mi Alfa... —sonrió el azabache—. ¿Me prometes que encontraremos la manera de saber si los humanos nos aceptarán?
—Zhan, yo... ¡Ahhhh! ¡Espera, eso no se vale! —reprocho al sentir que empezaba a moverse con más fuerza, frotándose en él descaradamente.
—Promételo.
—Esta bien, lo prometo —lo sujetó del cabello para jalar de él y exponer su cuello—. Ahora prepárate por qué tú Alfa te ayudará con tu celo.
"Lo prometo" esas se volverían dos palabras que lo atormentarian por cada día de su vida.
—Eso me gusta....Grrrr —gruñó ante la mordida de Wang Yibo en su cuello—. Ahhh...muerde más profundo, quiero sentir tus colmillos...
El mayor lo mordió al tiempo que iba quitándole la ropa, y en cuanto lo tuvo totalmente desnudo, lo sentó nuevamente en su regazo despacio, para que fuera entrando de a pocos ante los jadeos del Omega.
—Estas muy apretado... Si sigues así de caliente cuando estamos juntos, terminaré por anudarte.
—No puedo evitarlo —murmuró Xiao Zhan terminando de sentarse—¡Ah! Mi Alfa me encanta...
El castaño sonrió y lo besó mientras jugaba apretando los redondeados montículos de su novio, y disfrutaba de como este se movía en círculos y se meneaba entre gemidos.
—Eres un travieso, conejito desvergonzado... —sonrió arqueando su espalda por el placer.
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—¡Tenemos un problema! —grito Wang Yibo al llegar al hospital y ver a Huaisang conversando con una enfermera.
Ante el grito del castaño, el contrario tosió su bebida y lo miro atónito.
—¿Qué sucede? —corrió hacia el más alto—. ¿Zhan despertó? ¿Está herido? ¿Esa criatura lo atacó?
—No, pero está dándose cuenta de detalles.
—¿Detalles? —gruñó tomando al castaño del cuello de la camisa—. ¡Por una mierda Wang Yibo! ¡Vienes y me asustas en mi trabajo por qué Xiao Zhan ve detalles! ¡¿Que carajos significa eso?!
—Vamos con Haikuan —murmuró al darse cuenta de que los observaban.
Nie Huaisang lo soltó y caminaron hacia la oficina de Liu Haikuan, quién para su sorpresa no estaba solo.
—Oh, Yibo, Huaisang llegan justo a tiempo —sonrió el mayor.
Ambos muchachos saludaron y cerraron la puerta, para después acercarse a conversar con los dos invitados.
—No sabía que ustedes ya se habían encontrado —dijo Ziyi sentada en la mesa del escritorio—. ¿Por qué no nos buscaron también?
—No sabía dónde estabas... —retrocedió el castaño ante la mirada enojada de su hermana menor.
—¡¿Qué no lo sabías?! ¿Tienes idea de lo frustrante que fue para mí despertar en una casa con una familia falsa y que encima trabajara en una pastelería? ¡¿Alguna vez me viste preparar un pastel?! ¡No tienes idea de lo difícil que fue para mí! ¡¿Y tú dónde estabas?!
—Yo, pues...busque a Zhan y me encontré con ellos dos...
—¿Y tú? —cuestionó Huaisang al pelirrojo que estaba parado a un lado observando con curiosidad la pelea.
—Tengo un hermano mayor y al parecer estudiaba con Xiao Zhan en la misma escuela. Por suerte pude verlo y no me recordaba. Tampoco sabía de ustedes —respondió Yubin.
—Bueno, ahora que están todos aquí, podemos ver el plan —dijo Liu Haikuan animado.
—No será tan fácil. Vine para decirles que tenemos un problema —Se alejó Wang Yibo de su hermana antes de que ella se enojara más.
—¿Qué? ¿Cuál problema?
—¡No me digas que Zhan recuperó sus recuerdos! ¡O que lo anudaste! ¿Qué no podías controlarte un poco? —gruño Ziyi tomándolo de la oreja.
—¡Ahhh! ¡Suelta! ¡Suelta!
—Wang Yibo dice que Zhan está empezando a notar detalles, aunque aún no me específica cuáles —intervino Huaisang.
—Esta mañana su vista cambió, los lentes que antes usaba ya no le sirven, puede ver sin ellos —exclamó alejándose de la muchacha y acariciando su propia oreja—. Eso me dolió...
—Sí, definitivamente eso es malo —murmuro Yubin—. Nunca antes tuvo cambio alguno.
—¿Y qué le dijiste?
—Que no le tomara importancia. He tratado de conservar mi distancia para que no recordara, y hemos viajado a tres historias ya está semana y no mostró señales de nada distinto en sus instintos no nada parecido.
Claro que para el castaño era más fácil decir que guardo distancia en lugar de confesar que dormían en la misma cama por qué su lado lobo necesitaba olfatearlo en la noche para calmarse.
—No tenemos tiempo, deben viajar a todas las historias posibles hasta encontrar a Yanli, de lo contrario desapareceremos y el seguirá aquí, perdido —concluyó Huaisang.
—Pero eso sería ir a una historia cada día, y eso lo agotaría —dijo Ziyi—. ¿No es peligroso?
—Yibo lo cuidará —interrumpió Haikuan—. Y si se pone difícil la situación, encontraremos otra forma.
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Holiisssssss Preciosurasssss ♥️
Continuamos con la historia ♥️🤗
Muchas gracias por leer y comentar ♥️🙋🏻♀️
Hasta la próxima actualización 😘♥️
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