DIVER || CHOI BEOMGYU

Por leviniel

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"𝗦𝗶 𝘁𝗮𝗻 𝘀𝗼𝗹𝗼 𝗰𝗼𝗻𝗼𝗰𝗶𝗲𝗿𝗮 𝘂𝗻 𝗽𝗼𝗰𝗼 𝗱𝗲 𝗳𝗲𝗹𝗶𝗰𝗶𝗱𝗮𝗱... 𝗻𝗼 𝗺𝗲 𝗮𝗵𝗼𝗴𝗮𝗿í𝗮 �... Más

Antes de empezar
PLAYLIST
OO : THE INSOMNIAC SLEEPING BEAR
O1 : THE WONDERFUL PLAN OF CHOI YEONJUN.
O3: SHE NEVER FORGETS A FACE
O4: NOT WORKING BY HIS OWN
O5: CRISIS
O6: SOMETHING IN COMMON
O7. HELP
O8: MUSIC

O2 : AND THE ANSWER OF HIS PLAN

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Por leviniel

Cuando BeomGyu se despertó por la mañana, no tenía ninguna expectativa para ese día. Solo esperaba que nada se saliera de control. Ni bien empezaba la jornada y no tenía energías para sobrellevar algo fuera de la rutina.

—¡¿Que hiciste qué?! —  Lástima que el destino, en este caso representado por Choi YeonJun, tenía planes distintos para él.

—Lo que escuchaste, te eché una mano con lo de tu clase. — El mayor parece estar orgulloso de su aporte. Puede sentir el orgullo brotando de él incluso si no lo ve fijamente, ya que tiene sus ojos centrados a la carretera, conduce rumbo a la preparatoria. —En el receso te acompañaré a buscarla, sería raro que llegues solo cuando fui yo quien se lo pidió ayer. 

—Ese no es el problema, ni siquiera me lo preguntaste, ¡te recuerdo que soy el mayor implicado!— lejos de sonar enfadado, parece alterado de nervios y desconcierto. 

—No es que tú tengas otra alternativa justo ahora, ¿cierto? — el menor no puede refutarlo.

—Creo que es bastante conveniente  para ti. — Esta vez es SooBin quien desde el asiento de atrás interfiere, esta vez era el turno de BeomGyu de ir en el copiloto. — Escuché que las tutorías de la presidenta son bastante eficientes. — duda un poco antes de continuar hablando. — Además, ella te gusta, ¿cierto?

Silencio.

La mirada cómplice que YeonJun le dedica a SooBin es suficiente indicio para que BeomGyu comprenda el motivo de ese afán. Y sí, el menor tenía un crush por la joven en cuestión. Una completa locura poner su atención en una persona tan ocupada, precisamente por eso pudo expresar ese sentimiento con sus mejores amigos, hace bastante tiempo. No tenía ninguna esperanza ni esperaba alguna retribución, simplemente se limitó a aceptar ese crush como alguien a quien sólo ves de lejos; así que concluyó en que no perdía nada con decírselo a los dos Choi.

Al menos eso era lo que pensaba.

—Eso lo hace más complicado. La ultima vez que cruzamos palabras fue para preguntarme si ya te habías adelantado a la sala de juntas, y eso fue el semestre pasado. —Y se encoge en su lugar. Indefenso, sin saber qué esperar de ese insólito cambio de planes que la vida le presenta.

YeonJun le dedica una breve mirada de comprensión a través del retrovisor.

—Entonces eso esta a punto de cambiar.

El resto de la jornada fue un sinónimo de caos mental para BeomGyu, tanto que ni siquiera pudo tomar una de sus ya normales siestas entre clases. De nuevo, su mente se esfuerza en escarbar vagos recuerdos para hacerle saber cómo ha llegado hasta donde está.

Recordó en qué momento su cerebro tomó la loca idea de fijarse en la Presidenta del Consejo Estudiantil.

Higuchi Sai.

Fue en su primer año de preparatoria que todo surgió, cuando él formaba parte del club de música de la institución.

Por lo general, los presidentes que hasta entonces había tenido el Consejo Estudiantil no le daban tanta importancia al club de música en relación a otros que mas destacaban, como los de ciencias, deportes, incluso el club de baile era más agraciado en ese sentido; pero sólo unos días después de que se hiciera oficial que Higuchi Sai ocuparía dicho puesto en el Consejo, para su sorpresa, el salón en el que se reunían tuvo la inesperada visita de la joven, acompañada del Vicepresidente, Han JunSeo.

—¡Buenos días! Perdonen la intromisión. Como saben, somos nuevos en este puesto. Estamos haciendo una ronda en los diferentes clubes de la institución para saber cómo marchan sus actividades.

Y la primera impresión que BeomGyu se formó fue que los japoneses le daban mucha importancia a las cosas. ¿Desde cuándo el Consejo se daba la tarea de visitar los clubes? La mayoría se limitaban a tratar esos asuntos en las reuniones, no iban a gastar su tiempo en eso.

¿Piensan crear canciones inéditas para el festival? Definitivamente suena interesante, deberian intentarlo.

Pero de alguna forma sentía que su interés por lo que ellos hacían era genuino. Y lo comprobó al notar que sus visitas al salón eran constantes. Cada quince días su pequeña presencia se hacía presente en el salón a la misma hora, y el presidente del club sabía que debía estar listo para recibirla y darle sus informes.

—¿Tú estarás a cargo de esta composición? Entonces esfuérzate, lo estaré esperando con ansias.

De todas las veces en las que la vio llegar al salón, esa fue la única en la que tuvieron contacto directo. Y no había notado en cuánto esas palabras, probablemente insignificantes para ella, habían influido en el esfuerzo que posteriormente BeomGyu depositó por completar la canción que presentarían en el festival.

Entonces se permitió el capricho de sentir atracción por Higuchi Sai. Si eso le inspiraba a esforzarse en la composición, era un sentimiento  que permitiría que creciera, incluso si no tenía ningún plan aparte de ese.

Para BeomGyu fue una decepción no haber sido capaz de terminar la composición.

El por qué no pudo es algo que aún sigue rondando su cabeza. Los recuerdos vienen y van en su interior, desde su psique hacia su corazón, y por último a su cuerpo mismo que a veces sufre por las secuelas del paso de éstos, pero a BeomGyu, como ser humano que tiende al desarrollo, no lo llevaron a ninguna parte durante esos últimos meses. De no ser por la osadía de YeonJun, él estaría luchando por permanecer despierto en medio de su clase, pensando en cualquier otra tontería; no trayendo recuerdos que le traen remordimiento. Pero también, continuaría estático, viendo cómo sus días pasan sin ninguna novedad que le recuerde por qué valió la pena levantarse esa mañana aún cuando su cuerpo completo pesaba.

Y suspira, como si eso fuese a alivianar el peso de sus pensamientos.

Sintió que habia pasado una eternidad cuando por fin el timbre se dignó en hacerse escuchar anunciando la hora de almuerzo. Por supuesto que había hecho lo humanamente posible por concentrarse en sus clases, pero el tiempo transcurre tres veces más despacio cuando estás a la espera de algo.

Y duda. Duda de si es buena idea acudir a su compromiso tan pronto como suena la campana, ¿qué tan desesperado podría lucir si hace eso? ¿gritará desinterés si se toma su tiempo en llegar? ¿qué tan puntuales son los japoneses? 

Pero en menos de lo que se espera, YeonJun entra con prisa a su salón, ni siquiera le da tiempo de reaccionar o terminar de procesar sus dilemas mentales, solamente lo toma del brazo y lo arrastra connsigo, ganandose un golpe por parte de BeomGyu.

—¡¿Por que tanta prisa?! Apenas comenzo el receso. —YeonJun ni siquiera voltea para verlo, sólo lo lleva a rastras.

—Entre más rapido sales de eso es mejor. Y más rápido puedo ir a almorzar. —Claro, el almuerzo es la parte favorita de la jornada escolar de YeonJun.

BeomGyu se resiste hasta cierto punto, pero no puedes comparar la fuerza de un cuerpo atlético con la de un músico. Así que llega un punto en el cual, luego de hacer su respectiva rabieta, se resigna y se deja ser conducido por el mayor.

Así recorrieron varios pasillos y escalones. Unos pasos antes de llegar al antiguo salón de música, YeonJun frena en seco dejando a un BeomGyu desconcertado. Lo siguiente es que se da a vuelta para confrontar a su amigo de frente, podrá ser un impaciente, pero tambien es empático. Pone sus manos sobre los hombros de su amigo, como si tratase de retratar la figura de un padre dispuesto a apoyar a su hijo.

—Si haces eso de repente cualquiera con neuronas creería que estás a punto de besarme. —Pero la seriedad no es una opción para la amistad de los Choi, y BeomGyu no desaprovecha la oportunidad de arruinarle su momento de gloria.

—Me suena a propuesta, pero hoy no tienes tanta suerte, Beoms —La sonrisa traviesa que le dedica lo saca de quicio. YeonJun no duda en devolvérsela, porque el de las habilidades para coquetear es él.  Luego la picardía de su sonrisa desaparece para dar paso a una expresión mas dulce. Dualidad es el segundo nombre de Choi YeonJun. —¿Estás listo?

Extrañamente, la sonrisa del mayor hace que BeomGyu se sienta más tranquilo.

—No.

—Me importa un carajo. Hay que entrar.

Ambos Choi se encargan de abrir la puerta, dejando que la claridad del exterior se adentre un poco en la habitación. Con nervios, BeomGyu atraviesa el umbral de la puerta con su amigo, y lo siguiente que divisan en esa pequeña y algo vieja habitación, para nada descuidada cabe mencionar, es la presencia de la única persona que podría estar en un lugar tan aislado a la hora pico en la institución. Parecía estar absorta en el documento que reposaba en su mesa mientras lo leía, para su sorpresa, está bastante alerta al exterior, ya que no tarda en quitar la mirada del documento para dirigirla hacia ellos.

BeomGyu casi sufre un ataque cuando siente su mirada fija en el, para fortuna suya tampoco tardó en apartarla.

—Choi.

—Higuchi.  

—Así que realmente trajiste a tu amigo.

—Por supuesto — Las habilidades sociales de YeonJun apaciguan la atmósfera creada en ese viejo salón. —Permítame presentarlo, él es...

—Choi BeomGyu —ni siquiera sabe por qué toma la iniciativa de presentarse, ¿impulso masculino quizá? —Mi nombre es Choi BeomGyu, es un gusto. —¿Debería hacer una reverencia? En ese momento no sabe como reaccionar apropiadamente, pero concluye en que no debe ser tan formal en una situación como esa. Sólo se sentirá más desorbitado de lo que ya lo está.

La parsimonia de su expresión facial hace que BeomGyu se sienta más nervioso aún, ¡al menos que reaccione para saber cómo se supone que tiene que actuar en ese momento!

Su dilema mental sobre la aparente  inexpresividad de la extranjera desaparece cuando reconoce una sonrisa brotando de sus labios, es leve, pero no se ve fingida.

—El gusto es mío, Choi BeomGyu, gracias por venir.

—Bueno, mi deber termina aquí así que si me disculpan, me retiro. —La mirada que BeomGyu le dedica a su amigo luego de escuchar eso es una de "no te atrevas a dejarme solo", y YeonJun lo nota, claro que lo hace, pero tiene asuntos importantes que atender, por ejemplo, su almuerzo.

—Adelante. El director nos tiene del pelo con los informes finales, así que no tardaremos en ponernos en contacto nuevamente.  —la chica intercambia una sonrisa con el deportista, que este corresponde.

"No me dejes solo con ella por favor".

—Suena bien. —YeonJun, a punto de retirarse del lugar, le dedica una ultima mirada a su amigo, como si tratase de decirle "ánimo" al menor, acompañado de una palmada en su hombro. — Te esperamos donde siempre, BeomGyu. 

Y YeonJun se retira, dejando a un BeomGyu indefenso, parado en medio del salón. Higuchi se percata del dilema que puede representar para el chico el ser abandonado de esa manera por su mejor amigo, también le resulta incómodo, así que intenta armonizar el ambiente.

—No estés tan tenso, Choi. No planeo hacer alguna evaluación o algo por el estilo. Hoy solo quiero saber en qué necesitas que te ayude.  —La voz de la extranjera hace que caiga en cuenta de la imagen que esta proyectando de sí, y en  qué se supone que debe hacer a partir de ahora. Ahora deja de ver el suelo y finalmente se atreve a fijar su vista en ella.

—Por supuesto. —y con ello recibe el impulso necesario para acercarse más.

—Por favor ponte cómodo  —invita a tomar asiento en el banco que se encuentra frente a la mesa que ella ocupa.

BeomGyu obedece y se acomoda de frente a ella, sintiendo un poco de nervios, ¿cómo se supone que vas a estar tranquilo al estar frente a frente con quien consideras tu amor platónico? Pero no carece de habilidades sociales, así que se traga los nervios e intenta acoplarse a la atmósfera para evitar incomodidades inncessarias. 

—Trataré de no quitarte mucho tiempo. Debes estar ocupada.

—Eso debería decirte yo, es la hora del almuerzo y debes alimentarte. —y le dedica una sonrisa. BeomGyu se siente aliviado, pues había caído en el prejuicio de que sería dificil comunicar adecuadamente con alguien del consejo. — YeonJun mencionó que la clase que te da problemas es Física.

—Correcto. Desearía acudir por algún tema en particular, pero la materia completa es algo difícil de asimilar para mí.

—¿Así que vienes por todo lo de este semestre? 

—Básicamente. —su mano entonces viaja hasta el inferior de su cabeza para rascar con descuido, un tic que tiene cuando se encuentra en una situación un tanto vergonzosa.

—Qué dilema —no sonaba como un reclamo por su negligencia. —Francamente, Física no es mi fuerte. Pero deduzco que estarás estudiando los mismos temas que yo, ya que eres de la misma edad de YeonJun, ¿es así? —Por más que su coreano sea claro, el acento japonés es inconfundible. 

—Es así, la clase YeonJun-hyung y SooBin-hyung está estudiando casi al mismo ritmo que la mía.

—Eso nos facilita mucho las cosas, ¿no crees?

—Eso creo — BeomGyu se toma un momento para darle un vistazo al salon en el cual se encontraba, "demasiado limpio para estar abandonado". —¿De verdad no representa algun inconveniente el tener que darme tutorías?

Observa que Sai se toma unos segundos para meditar. En cierto sentido le aliviaba saber que no era el único que tenía un lío de cosas en la mente. 

—No estaba segura si debería, como dije, esa clase no es de mis favoritas —parece que se se da un momento mas de reflexión antes de continuar hablando. —Pero tengo curiosidad en ver cómo podemos hacer que mejores. 

Esa respuesta no le hace sentir mejor.

Porque una cosa es lo que él mismo espera de sí y que tanto está dispuesto a desafiarse para salvar su clase. Y otra cosa es cuando una persona que acaba de conocerlo deposita expectativas en él. ¿Realmente le tiene fe?

—Prometo esforzarme. — Y aunque él mismo no está completamente seguro de si podrá lograrlo, reconoce la oportunidad que en ese momento se presenta ante él.

Una oportunidad para dejar de postergar los procesos que realmente tienen sentido para su vida.

Él también siente curiosidad de como su vida cambiara en adelante. 

¡Gracias por leer!

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