Zhan estaba que se lo llevaba el diablo, corrección, ni el diablo lo querría en estos instantes. Su humor no podía ser peor. El menor se había largado luego de habérselo follado hasta el cansancio. Zhan intentó varias veces llamar al más joven, pero al parecer le había bloqueado el número.
Y para colmo, su esposa no dejaba de molestar por saber del paradero de Yibo. Además de que había estado insistente por besarlo lo cuál irritó más a Zhan.
Por culpa de los besos de esa mujer, Yibo se había largado. Zhan se sintió molesto. Porque había perdido al menor y también porque él había permitido esto.
En retrospectiva, se dio cuenta que fue un idiota. Porque era normal que Yibo le hiciera elegir entre él y su esposa. Pero Zhan en ese momento se sentía todo omnipotente y pensó que lograría domarlo. Como si Yibo no hubiese demostrado ya que era el dominante y no el dominado.
-Zhan ya deja esa cara de pocos amigos. Estas asustando a todos en la oficina.- Dijo su amigo y asistente. Zhan le miró
-Es la única cara que tengo- resolvió con mal gesto.
-Cierto. Pero te juro que te vez terrible. ¿Qué pasa? ¿Problemas con tu matrimonio?- indagó. Zhan le miró y sopesó la idea de hablar con él. Yubin siempre ha sido de confianza y su amigo así que decidió hablar con él.
Le contó todo, desde como sé sintió al conocer al menor hasta los acontecimientos de hace una semana. Porque sí, ya había pasado una semana. Una maldita semana desde que su leoncito lo había dejado en esa casa con la insistente de su esposa. Una semana sin verlo y una semana sin poder besarlo. Zhan moría de ganas por volver a probar esos joviales labios y sentir ese pene duro dentro de él.
"Ah~ Yibo" se quejó mentalmente.
-Wow, no esperaba que este fuera el problema- declaró su amigo evidentemente desconcertado por el problema de Zhan. Por suerte Yu Bin era de fácil adaptación así que se recompuso y solotó: si estas de esta manera ¿no significa que Yibo es más importante que tu esposa?
Zhan le miró, sopesó la idea y quizás Yu Bin tenía razón. Es decir, no tener noticias del más joven le estaba comiendo el higado y no soportaba ver a su esposa sabiendo que era la culpable de todo este problema. Bueno no lo era, pero Zhan así lo cree porque necesita echarle la culpa a alguien para sentirse mejor.
-No lo sé, solo sé que quiero a Yibo conmigo y no saber donde está me irrita. - Soltó. Yu Bin rio un poco divertido por la frustración que Zhan manejaba. No se esperaba que su amigo se fuera a fijar en un menor y sobre todo hombre. Zhan no era un santo había tenido muchas relaciones pero ninguna fue con un hombre. Sin embargo, podía ver que le importaba poco que Yibo lo fuera. Él solo quería tenerlo con él.
-¿Por qué no vas a buscarlo a la universidad?- aconsejó.
-Ya lo había pensado, pero sale mucho antes que yo de trabajar. Cuando llegue ya no habrá sombra de él. - Vio lo desanimado que está su amigo y ¿para que sirve un buen amigo sino para apoyar? Yu Bin no se iba amilanar por las acciones de su amigo.
-Vete, llamaré a tus citas y las reprogramaré. Siempre has sido un excelente trabajador, un día que te tomes no les importara. - Zhan vio con ojos agradecidos a su amigo y sin esperar más, salió corriendo en dirección a la universidad del menor.
Una vez en el lugar, esperó fuera de la universidad. Ansioso por mirar al castaño que le volvía loco. Sin ser conciente que tal vez ya había perdido el control de todo. Que ya estaba bailando en la palma de la mano del joven. Y sinceramente, no le importaba si esto era así. Si podía tener de regreso al menor.
Lo divisó caminando con ese gesto estoico y de inaccesibilidad. Sabía que el menor solía encerrarse así mismo, pero con él era diferente. Se volvía otra persona, no solo el serio y lejano Yibo, sino también él elocuente y divertido así como él rudo y feroz Yibo.
El menor cruzó su mirada con la de él, disminuyendo el paso. No obstante, no paró ni un segundo. Caminó en dirección al mayor. Con la determinación brillándole los ojos. No se iba a amilanar por Zhan al contrario esperara que el asustado fuese Zhan por irlo a buscar.
-Yibo, necesitamos hablar- declaró Zhan cuando el menor estuvo a un metro de él. Yibo terminó de llegar a su lado y le miró desde arriba.
-Si no vienes a decirme que serás solo mío y que dejarás a mi madre, no tenemos nada de que hablar. - Aseveró con la gelidez colándose.
Zhan se estremeció, Yibo cuando quería podía ser tan avasallador que le mojaba la ropa interior. - ¿No puedes ser un poco más flexible con eso? Si dejo a tu madre así como así, la lastimaré demasiado.
-¿Y está bien que sea yo quién sufra? Entiende - Yibo se acercó de manera intimidante - no te voy a compartir. - Tomó su mentón con fuerza y la oscuridad reinaba en los ojos de Yibo. - Odio que mis cosas sean tocadas por alguien más.
-No soy una cosa, Yibo. - Le refuta.
-Tienes razón- concierta y lo suelta de manera grosera. -Entonces no tenemos nada más de que hablar. Lárgate. - Zhan estaba a punto de volver hablar cuando un joven de cabellos castaños claros y de facciones joviales atractivos se prendió del brazo de Yibo.
-Bo, cariño te dije que te adelantaras a la casa. No debiste de esperarme. - Canta con dulzura, revolviendo el estomagó del mayor. Su rostro de disgusto se muestra con sinceridad y esto no pasa desapercibido por el de cabellos claros.
-¿Quién eres tú?- preguntó maleducadamente.
-Soy el padrastro de Yibo ¿y tú?- espetó ya sospechando la respuesta.
- Soy Wen Han. - Sonrió y luego añadió la malicia a esta sonrisa. - Así que tú eres el padrastro que quiere mamar y que se la mamen. - Wen Han acarició el brazo de Yibo sugerentemente. - Qué lástima que con Yibo es todo o nada.
- ¿Qué sabes tú, mocoso? - Inquirió muy molesto viendo como Yibo se quitaba de encima a ese joven.
- Sé todo lo que sea concerniente a Yibo, porque soy su mejor amigo. - Respondió disfrutando de los celos del mayor. - Y también porque es el hombre al que amo.
El estómago de Zhan se revolvió ante la declaratoria. Por lo general Zhan era amable con todos, pero ese chico de enfrente solo le causaba un odio irremediable. No iba a permitir que nadie tocara lo que era suyo. Yibo le quería a él y no a ese mocoso.
Sonrió con autosuficiencia. - Ah, ya veo. Debe ser difícil para ti que Yibo a quién quiera sea a mi ¿no?
Wen Han no se dejó intimidar. - Bueno si, pero gracias a que eres un estúpido que quiere mamar a dos tetas. Parece que tengo una oportunidad, le agradezco mucho, señor. - Añadió con regocijo. Zhan frunció el ceño molesto, apretando los puños de su mano para no soltarle un golpe al joven altanero.
-No creas que te dejaré el camino libre. Yibo es mío y de nadie más. - Aseveró acercándose a Yibo y tomándolo de la mano libre. Yibo solo lo miró serio sin inmutarse.
-¿Y tú, eres de Yibo?- inquirió Wen Han.
Zhan no miró al joven sino que miró hacia los ojos de Yibo. Si analizaba bien las cosas, era obvio que tenía una preferencia por el menor. Esta última semana al lado de su esposa no había sido para nada buena. Zhan estaba seguro que ese enamoramiento que había sentido por la mujer, había sido remplazado por pensamientos de Yibo. Y si lo ponía en una balanza, lo más importante para Zhan era Yibo.
-Soy solamente tuyo, Yibo. - Declaró y se inclinó hacía delante para unir sus labios con los del menor. Yibo se estremeció ante esta acción y, soltándose de su amigo, rodeó con fuerza demandante sus brazos en la estrecha cintura del mayor. Pegándolo a su cuerpo y profundizando el beso. La lengua del menor invadió la cavidad bucal del mayor y este le dio total acceso. Saboreando esa lengua caliente y húmeda que tanto había extrañado en la última semana. Sin importarle donde estaba, rodeó el cuello del mayor con sus brazos y sus cuerpos se pegaron aún más. Entregándose a sus anhelos y deseos.
El sonido de los labios juntándose y separándose era evidente, y un gemido se escapó de la boca del mayor cuando el menor le amasó los glúteos. Ambos se separaron renuentes en busca de aire y un hilo de saliva obsceno unía todavía sus lenguas.
-¿Me prefieres por sobre mi madre?- preguntó el menor confirmando no haber entendido mal el mensaje.
Zhan se relamió los labios, tragando lo último de la saliva ajena. Quizás lo que estaba haciendo era irracional, besándose con un joven diez años menor, arruinando su matrimonio con una buena mujer y sobre todo estar dispuesto a dejar a esa buena mujer por mantener a su lado al joven. Era una locura completa, pero Zhan ya había perdido la razón esa noche en la que vio al menor masturbarse y desear que Yibo gimiera su nombre.
-Si, Yibo. Joder, te prefiero a ti, te quiero a ti y nadie más. Me gustas y creo que si no te tengo un segundo más, me volveré loco. Hazte responsable de lo que ocasionas en mi y deja a ese mocoso estúpido. - Yibo sonríe ante lo declarado y vuelve a besar los labios del mayor. Esta vez el beso es casto con buenas intenciones.
-No tienes de que preocuparte. Wen Han solo es mi amigo...
Ese día ambos se reconciliaron y ¿que sería de una reconciliación sin sexo? Por lo que ambos llegaron a casa y se encerraron en la habitación del menor durante la tarde. Compartiendo el calor de sus cuerpo y haciéndole saber al otro cuanto se deseaban. A diferencia de las veces anteriores, si bien Yibo siguió siendo rudo. Cada toque y roce transmitía el amor que le tenía al mayor. Zhan recibió todo aquello sintiendo su pecho hincharse de felicidad.
El menor le hacía sentir cosas que nunca se hubiese imaginado y no estaba dispuesto a perderlo. Ni siquiera por la que era su esposa. Ya había prometido que no dejaría que ella le tocase y pensaba cumplir con aquello. No quería perder a su leoncito y que se fuera con Wen Han por despecho.
Zhan era más que suficiente para Yibo así como Yibo lo era para él.
Los días posteriores a su reconciliación. Yibo y Zhan derramaban miel con cada mirada y también la lascivia se colaba por los ojos. Si antes era unidos, ahora lo eran más. Zhan buscaba tener todo su tiempo libre para Yibo y el castaño estaba agradecido por ello.
Incluso si su esposa y madre quería añadírseles a un plan. Ambos buscaban la manera de alejarla. Carman nunca dijo nada porque era normal que dos hombres prefirieran hacer sus cosas por sí mismos.
Mientras tanto Yibo y Zhan se revolcaban sin parar y se juraban palabras de amor en cada instante. Zhan había aprendido una cosa en este tiempo.
Hubo una noche en la que su esposa quiso tener intimidad con él. Aún lo recuerda.
-Cariño, ya ha pasado un tiempo desde la última vez. - Carman besó el cuello de Zhan. Este disimuló una mueca de incomodidad que no pasó desapercibido de su esposa.
-Perdón, cariño. Estoy cansado el trabajo ha sido agotador estos últimos días. - Zhan besó la mano de su esposa - Quizás otro día ¿si?- Y con eso le dio la espalda y fingió dormir.
Ese día Zhan se dio cuenta de algo. Ya no amaba a su esposa, es más le resultaba molesto que ella quisiera tener intimidad con él. Zhan no quería ni los besos ni las caricias de Carman. Yibo había cumplido su promesa y su cuerpo solo reaccionaba a los toques de menor. En su cabeza solo estaba Yibo y está seguro que en su corazón también.
Como el amor que sentía por Yibo era evidente, la relación de ambos se volvió más fuerte y era casi imposible actuar como padrastro e hijastro. Ambos buscaban cualquier oportunidad para besarse, tocarse y abrazarse. Querían estar juntos casi todo el tiempo, aún más si eso era posible. Y ya no solo por lujuria sino porque querían conocerse mejor, saber de los gustos y disgustos. Querían poder estar en casa y actuar como lo que eran. Una pareja.
Yibo ya había notado que el compromiso del mayor para con él era serio. Lo vio esa mañana en la que su madre rodeaba por la espalda a su esposo y buscaba juntar sus labios con las del mayor. La sangre de Yibo hirvió al ver que su madre, la que le había dado la vida, estaba tocando a su pareja. Sin embargo todo el enojo se convirtió en satisfacción cuando vio a Zhan apartar su rostro del de su esposa.
-Carman, estoy cocinando. Ocasionaras un accidente. Ve a bañarte el desayuno estará pronto. - Dijo a secas sin mirarla y poniendo toda su atención al desayuno. Yibo sonrió al ver como su madre se giraba y dejaba de tocar lo que le pertenecía.
Tal era la satisfacción de Yibo que no le importó ver los ojos vidriosos de su madre al pasar.
-Buenos días, madre- saludó y recibió en respuesta una sonrisa lastimera de su madre. Yibo pudo sentirse mal. El no odiaba a su madre, pero saber que había alguien que le elegía por sobre ella le hacia sentir bien. Yibo ya no era la sombra de su madre. Ya no más. Ahora él tenía algo que le pertenecía solo a él, que lo quería solo a él. Y eso le hizo feliz.
Caminó hasta donde se encontraba el mayor. Repitió la acción de su madre con la diferencia de que Zhan al sentirlo se giró para besarlo.
-Buenos días, bebé- saludó el menor en un suspiro al romper el beso. El mayor le sonrió.
-Buenos días, amor. - Y volvieron a unir sus labios, siendo solo ellos en su mundo.
-Veo que estas en una luna de miel interminable, Zhan- dijo su mejor amigo mientras dejaba unas carpetas. Había notado el increíble estado de animo del mayor. Sabiendo que esa felicidad desbordante era causada por el menor.
-Yu Bin, creo que estoy enamorado de Yibo- dijo Zhan entre sonrisas.
Yu Bin ya no se sorprendió por nada y solo pudo sonreír un poco, si bien apoyaba a su amigo. No le parecía correcto que le fuera infiel a su esposa. -Eso quiere decir que ¿te divorciarás de Carman?
Zhan se mordió el labio inferior. - Yibo me lo ha pedido, y la verdad es que lo estoy considerando. - Zhan echó su cabeza hacia atrás. - Carman cada vez se vuelve más exigente con sus muestras de cariño y yo no soporto si quiera tocarla. Para mi ya no hay más piel que la de Yibo ni otros labios que no sea los de mi leoncito.
Yu Bin ignoró el apodo y puso su rostro severo. - Entonces divórciate. Ya es malo que le hayas sido infiel y peor aun que fuese con su propio hijo. No sigas con ella, Carman también tiene derecho a encontrar alguien que la ame en verdad.
Zhan se sintió un poco molesto. Él en el pasado en verdad amó a Carman, la amaba con toda sus fuerzas. Pero a Yibo, ese joven había despertado algo nuevo en él. No podía pensar en siquiera dejarlo porque sentía que se moría. Quizás ya necesitaba conseguir un abogado.
-Lo pensaré. -Zhan se levantó - Por lo pronto iré a ver a mi leoncito. Regreso después del almuerzo.
Zhan desapareció de la oficina y con felicidad, en la entrada de la empresa, se encontró con su pareja. Ambos subieron al auto del mayor y se dirigieron a un restaurante a diez cuadras de la empresa.
-Yibo, estoy pensando en pedirle el divorcio a tu madre.
~~~Lili Soto~~~