Sentí un pequeño alivio al escuchar que ese chico es gay. Un alivio muy grande mejor dicho, pero quien no estuvo muy contenta fue Emilia.
Esteban siempre estuvo enamorado de Emilia pero ella no tuvo el más mínimo interés dado que gustaba de Christopher, pero se resignó al ver que era novio de Lia. Ella al final superó eso y empezó a fijarse en Esteban, pero como el karma llega porque llega, Esteban se fue y ella nunca le pido decir nada.
Ahora mientras me embeleso mirando a Lia picar manzanas, recibo un zape por la cabeza de un cuchara de parte de Gabriela.
—Mirala, anda pensando seguro que en Santiago —asegura Gabriela al entregarme la cuchara para que mezclara la azúcar del caramelo.
Miro a Lia, ahora pica las manzanas más lento y con una expresión cansada.
Quise abrir mi boca para argumentar el comentario de Gabriela, pero un Emilia un poco distraída me gana.
—Lia —ella la observa—, ¿y Esteban gusta de ese chico de Miami?
—Ah no, no —responde—. Dylan tiene claro que Esteban es bisexual, pero no gusta de él —explica, pasando a cortar otra manzana.
—Ah bien... —dice una Emilia un poco menos triste.
Todavía mezclo la azúcar, pero mirar a Lia cortar esas manzanas con el ánimo por los suelos me tiene mal, seguro le afectó el ver a Christopher o el hecho de que Dylan sea gay.
Un chillido y un olor a quemado me hace volver al mundo; Lia se ha cortado el dedo y el caramelo se ha quemado.
—¡Auuch! —exclama Lia tomando su dedo.
—Yo te ayudo —me ofrezco rápidamente y camino hacia ella, tomando su dedo.
—¡Vero, quemaste el caramelo! —me regaña Gabriela y la verdad no me importa mucho.
—Hazlo tú —le ordeno—, yo curo a Lia.
—Está bien —bufa Gabriela—. Emi, corta el resto de las manzanas y mira bien si no quedó sangre de Lia en la tabla de picar, que yo haré de caramelo, de nuevo.
Gabriela me mira feo y yo sonrío. Emilia va hacia la posición de Lia y revisa bien el lugar de cocina, mientras yo llevo a Lia hacia el baño.